En materia de diálogo, ¿en verdad Bolton puso un peine que Maduro pisó? ¿Decidió bien Maduro con la suspensión?
Eligio Damas
En la Venezuela de ahorita debaten gobierno y parte del universo opositor sobre la pertinencia del diálogo; esos dos bandos copan todo, pues los recursos de que disponen les permiten hacer tanta bulla como para que a más nadie se escuche. El gobierno, amparado en las facultades que le dan el Estado y el derecho a manejar los recursos de la Nación y la oposición con el respaldo demasiado “generoso” del gobierno de Estados Unidos y el inusual manejo de parte de los que aquél, como dijimos, tiene derecho a administrar. Cuando por intermedio del gobierno de Noruega, el diálogo ha avanzado, porque uno no necesita informes concretos para entender que eso ha venido sucediendo, salta un factor ajeno al mismo, por intermedio de John Bolton y sentencia que “se acabó la hora del diálogo para Venezuela y que es tiempo para la acción.” http://www.notitarde.com/se-acabo-la-hora-del-dialogo-para-venezuela/
Es decir, Bolton, ha ordenado poner fin al diálogo, justo en el momento que los de Guaidó y gobierno hacían maletas para volver a Barbados y el gobierno de Noruega dice lo contrario del funcionario de Trump. Pese son pocas las noticias que de allá vienen, pero por el hecho que el diálogo se ha mantenido, las pocas cosas que emanan de ambos sectores y la desesperación, sobre todo esto, del gobierno de Estados Unidos que, habiendo fracasado en Lima, donde de nuevo no logró consenso para sus planes, opta por anunciar unas nuevas medidas draconianas contra los venezolanos y las declaraciones de Bolton ya mencionadas, hacen pensar que, como sugieren los voceros de Noruega, las conversaciones han estado dando resultados positivos.
Es elemental pensar que en cada crisis y las conversaciones que de ellas se derivan los factores tratan de sacarle el mejor provecho. Eso es un derecho que a todos compete. Pero las conversaciones de Noruega-Barbados tienen una característica. Un factor, el del gobierno, tiene una posición bastante coherente. Pues representa la línea trazada por Maduro y sus más cercanos colaboradores, al margen de cuál lado están justicia y verdad. Pero la oposición es todo lo contrario. Más que un bloque político parece un archipiélago, lo que se agrava cuando una de esas islas se comporta como portavoz de la política de Estados Unidos. Quizás en esto estriba la debilidad e incoherencia opositora.
Factores de la oposición, distintos a Guaidó, manifestaron su rechazo al embargo por las calamidades que eso genera en la población y que lejos de golpear al gobierno contribuyen a que este se cohesione y sume respaldo. Lo que habla justo de la disparidad.
El cese al diálogo declarado por Bolton y las medidas anunciadas por Trump, conforman una toma de posición unilateral e íntimamente ni siquiera anunciada con tiempo; no dieron oportunidad a quienes se preparaban para viajar a Barbados en representación de la oposición, hiciesen antes aquel anuncio y hasta pudiesen opinar sobre lo mismo. No cabe duda que Bolton no sólo agredió la soberanía venezolana y el derecho de los nacionales a resolver un conflicto de su competencia, sino que humilló, faltó el respeto a la oposición.
Con posterioridad a las declaraciones de Bolton y el embargo anunciado por Trump, gobierno y oposición fijaron sus posiciones. Por su parte, la vicepresidente Delcy Rodríguez, manifestó que “la decisión de Trump está pateando" el diálogo entre el oficialismo y la oposición que se desarrolla en Barbados””, pero luego agregó, "La instrucción del presidente Nicolás Maduro ha sido mantenernos a toda costa en esta mesa de negociación a favor del diálogo y del encuentro".
Por su parte, Juan Guaidó dijo entonces, "Continúa el mecanismo del reino de Noruega porque en Venezuela nosotros estamos generando las condiciones para una solución real a la crisis", y agregó que “la medida anunciada por Trump no es un embargo al país".
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