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Doble agente cubano revela su identidad y teme por su vida
DIARIO DE LAS AMERICAS
Tras varios años sirviendo a la oposición y al régimen, un cubano de la isla asume el riesgo de mostrar su historia
Luis Enrique Cepero García, opositor al régimen cubano, cumplía una condena en la prisión Combinado del Este y prefirió inocularse a sí mismo la enfermedad, para librarse de los maltratos a los que estaba siendo sometido en el penal.
Pero Luis Enrique por su estado de salud fue recluido en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri (IPK), en La Habana y por mandato de un médico, su vida terminó abruptamente, un día del año 1995.
“Recuerdo que en el IPK, antes de morir, mi hermano Luis Enrique me dijo que un médico le dijo a otro que él no llegaría a mañana, y así fue, por la tarde entró una enfermera a la sala, él empezó con unos tembleques, y ahí comenzaron a meterle algodones por la nariz, por la boca y el ano. Mi hermano murió y yo me quedé con esa imagen en la cabeza. Entonces hice una cosa que no debí haber hecho nunca, tomar venganza por mi cuenta, me metí en los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) y fingí ser revolucionario para entrar a la Seguridad del Estado y vengarme, desde adentro, por la muerte de mi hermano”, aseguró Cepero García, quien se identifica como un exespía y hoy radica en carretera Santa María del Rosario, km 4 y ½, Cubículo 106, Cambúte, San Miguel del Padrón, municipio ubicado en el este de la capital cubana.
Cuando murió Luis Enrique, William vivía en La Habana Vieja y se dedicaba a comprar y vender antigüedades. Comenzó a fingirse ser un revolucionario. Asegura que con dinero y comprando popularidad, no fue difícil ponerse en el centro de la mira de los servicios secretos cubanos.
“Empecé en los CDR…bueno, tú sabes cómo es el traqueteo ese. En el 2005, se me acercaron oficiales del DTI (Departamento Técnico Investigaciones) queriéndome reclutar; pero yo les dije que si iba a hacer algo por la revolución, tenía que ser grande. Fue entonces cuando conocí a un oficial de nombre Yosbani, un joven de la unidad territorial de la Contra Inteligencia en La Habana Vieja, él fue quien me reclutó”.
Conocí al espía
“A mí todo esto me sorprende. Conocí a William Cepero porque vivía en La Habana Vieja, al doblar de mi casa. Su hermano, el que falleció de VIH, era muy amigo mío. Yo siempre vi a William en distintas actividades opositoras, siempre en la lucha no violenta a favor de los derechos humanos”, asegura Luz María Piloto Romero, opositora cubana que vive exiliada en Miami.
Cepero cuenta que después de varios exámenes e infinidad de reuniones en la oficina de la Dirección Municipal del Carnet de Identidad, le asignaron buscar información sobre personas de la zona que simpatizaran con quienes se oponían al Gobierno.
“Al principio, tenía mucho miedo”-admitió. Por eso de echar p’alante a gente que yo sabía eran inocentes; pero después de unos meses trabajando como espía, comprobé que la información que le daba a cada uno de los oficiales que me atendían, ya la tenían por otros medios y otros agentes que yo desconocía”.
Cepero recuerda que en 2005 lo enviaron a Cambute, en San Miguel del Padrón, donde había una oposición activa. Asegura que ahí pasó a formar parte de los informantes controlados por la Dirección Territorial de la Contra Inteligencia del municipio, y que comenzó a cumplir labor de penetración a la Fundación Cubana de Derechos Humanos, organización opositora que entonces presidía Juan Antonio Bermúdez Toranzo.
“Traté de advertirle a Juan; pero con mucho cuidado. Tenía miedo quemarme y no sabía si él también era o no era otro agente de la Seguridad del Estado, aquí todo está infiltrado”, puntualizó.
Pero el opositor Bermúdez Toranzo, que actualmente reside exiliado en España, asegura que “William salió de la sombra. En ese año 2005, Juan Carlos fue quien me lo presentó”.
Bermúdez Toranzo se refiere a Juan Carlos González Leiva, abogado, invidente, activista y creador de la Fraternidad de Ciegos Independientes de
Cuba y la Fundación Cubana de Derechos Humanos.
“William se me acercó ofreciendo ayuda, interesado en mis necesidades, añadió Bermúdez. Su apoyo era económico, era un tipo que manejaba dinero, andaba con antigüedades, joyas y esas cosas. Pero hacía muchas preguntas, él quería estar en todo, nunca estaba en contra de mis decisiones y no es normal estar de acuerdo en todo. Yo nunca creí en él, siempre lo compartimenté porque sospechaba que trabajaba para la Seguridad del Estado”.
Dos años después, Toranzo fue detenido y acusado de cometer delitos contrarrevolucionarios, William abandonó entonces la zona pero regresa en 2009 con una nueva misión: “Juan (Bermúdez Toranzo) estaba preso, su entonces esposa, Neris Castillo, era Dama de Blanco y mi nuevo objetivo era meterme en su vida, acercarme a ella, sacar información sobre las Damas de Blanco, prepararle un chantaje y acostarme con ella… Tú sabes cómo se preparan esas cosas”, comentó.
Testimonio de la espiada
“Él me dijo que había venido a cumplir una tarea; pero que él no tenía valor para eso. Me contó la historia de su hermano. Lo vi intentando ayudar a jóvenes que habían decidido tirarse al mar y a otra gente que ahora mismo no recuerdo. Por eso lo llevé a la entonces Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, a la oficina de Derechos Humanos, para que diera información y allí mismo se decidiera por un bando o por el otro”, describió la ex Dama de Blanco, Neris Castillo Moreno, actual pareja de Cepero García.
“Él ha ayudado a muchas personas. Cuando mi hijo cayó preso, William lo ayudó. Yo misma no he tenido que comer en mi casa, después de estar una semana en un calabozo, y él me ha dicho vamos Luz, te voy a hacer una factura, y lo ha hecho. Espero que todas las personas a las que él un día ayudó, ahora lo ayuden. En realidad, me he quedado sorprendida con la noticia”, apuntó Luz María, la opositora cubana que asegura conocer a Cepero García y hoy vive exiliada en Miami.
Según el testimonio de Cepero García, su trabajo como “doble agente” le valió méritos suficientes entre los cuerpos de inteligencia del régimen al punto que terminaron designándole la “misión de ponerse al frente del Partido Republicano de Cuba y posteriormente, como secretario general del Partido Democrático 30 de Noviembre Frank País, tras la muerte de quien se desempeñaba en el cargo.
Sin embargo, a partir de una nueva misión asignada en noviembre pasado por los oficiales de la seguridad del Estado cubano, donde supuestamente Cepero García ha estado infiltrado estos años, el “doble agente”, como se define a sí mismo, decidió poner al descubierto su verdadera identidad y exponerse a los riesgos que ello implica.
“Temo por mi vida; pero consciente de lo que hago, debo enfrentar lo que venga”. Así concluye su historia.
Mientras, el opositor cubano exiliado en España que conoció de su desempeño en San Miguel del Padrón asegura que la verdadera intención de Cepero García tras esta denuncia es poder salir de Cuba.
“Visa para Estados Unidos, es lo que busca William. Reconoce que es espía, y que está arrepentido, y que ayuda a la oposición. Mira, si William está diciendo eso no lo hace porque él se gobierna ni porque quiere decirlo; lo dice porque alguien lo manda y te aseguro que ese alguien está en la Sección XXI (del G-2)”, concluye, categóricamente, el opositor Juan Antonio Bermúdez Toranzo.