viernes, 27 de febrero de 2015
RMYTRVODYA AL REVERENDO LEONIDES PENTON
ENTREVISTA AL REVERENDO LEONIDES PENTON, POR LA PERIODISTA MARITZA RIVERA DEL PROGRAMA TIEMPOS DE CAMBIO
Recientemente visito el país Honduras, El reverendo Leónides Penton . El presidente de la fundación. Mano Amiga Internacional, en una entrevista exclusiva el director manifestó que el propósito es llegar a todos los Sectores pobres del país donde las personas no tienen ninguna Esperanza.
Entre la agenda del Reverendo se reunió con el embajador del Salvador en Honduras Carlos de Jesús Pozo , el cual quiere que la Fundación Mano Amiga Internacional llegue a toda Centro América , Así mismo Penton viajo a Nicaragua donde la Fundación tiene proyectos sociales . Una de las misiones es poder llegar a todos los rincones de Honduras, para que sus pueblos se puedan desarrollar y producir allí mismo.
En una entrevista que le realizada, la periodista Maritza Rivera directora del programa Tiempos De Cambio, el dijo estar contento por que el viaje fue bien provechoso al a ver estado en el Municipio de Cané la paz, el paraíso Danli y en unas entrevistas con distinguidas personalidades a la ves con el señor alcalde Melvin Rodríguez del departamento de Olancho.
Así tan bien con el diputado liberal Ramón Chacón , y la señora legisladora Gloria Bonilla y el gobernador José Antonio Urrutia , En una de las preguntas que hizo Rivera que le gusta de Honduras, soy un Enamorado de la Belleza femenina de la Mujer Catracha, también de su naturaleza ya que ustedes poseen de Playas y zonas turísticas.
El mensaje de su entrevista dejo en claro su misión como representante de obra social que el ser humano debe ser sensible, con las demás personas y no endurecer el corazón cuando algún tiene una necesidad.
Por su parte dijo estar emocionado porque el hondureño es solidario y muy atento y que siempre les reciben muy bien y espera segur ayudando a otros Municipios por lo que su regreso al país será muy pronto.
jueves, 26 de febrero de 2015
LAS AVIONETAS DEL 24 DE FEBRERO: LA VERDAD OCULTA
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24 de febrero. Las avionetas: La verdad Oculta. Segunda Parte
Posted by Dr. José R. Alfonso on feb 23rd, 2015 // No Comment
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Por José R. Alfonso*
La Habana, atravesando un severo y ascendente empeoramiento de las condiciones de vida de las grandes masas (Periodo Especial) con la consiguiente descomposición en parte del tejido social de la nueva generación, principalmente en la menos comprometido con el proceso marxista cubano
Derribo de las Avionetas de Hermanos al Rescate. El cuadro de realpolitik que atravesaba La Habana, era la de un severo y ascendente empeoramiento de las condiciones de vida de las grandes masas (Periodo Especial) con la consiguiente descomposición en parte del tejido social , sobre todo de la nueva generación, principalmente en la menos comprometido con el proceso marxista cubano.
Ante todo debemos preguntarnos:
¿Cuál era el cuadro de realpolitik en ambas orillas Cuba-Miami a principios de la década de los 1990?.
En una muy apretada sinteisis, realmente apretada, tratáremos de describirlo a continuación.
La Habana, atravesaba un severo y ascendente empeoramiento de las condiciones de vida de las grandes masas (Periodo Especial) con la consiguiente descomposición en parte del tejido social de la nueva generación, principalmente en la menos comprometido con el proceso marxista cubano —los más marginados dentro de los estratos menos favorecidos socio-económico-cultural y de estar sumida en una profunda quiebra económica para la cual el gobierno no lograba encontrar una respuesta política mediata e inmediata— pero a pesar de ello esta no implosionaba cuando el denominador común indicaba que con el derrumbe del totalitarismo socialista en Moscú —por la propia ala pro-capitalista de la burocracia gobernante— acompañado del colapso del socialismo en los países del Este — un fenómeno político conocido por “el efecto domino”— el gobierno de la República de Cuba debía ser la próxima ficha en caer. Sin embargo este mantenía su estabilidad social y control político y no mostraba señales visible que indicaran la aparición de síntomas y signos de desestabilización dentro del país.
Ciudad de Miami, es el asentamiento de la mayor concentración de cubanos en EE.UU., y de líderes de grupos y organizaciones de exiliados, entre ellos los del llamado exilio histórico —quienes controlan el poder político-económico-mediático y social en el Sur de la Florida a la par de conformar y también controlan la política exterior estadounidense referente a la isla— no ocultaban su euforia dentro de un ambiente triunfalista ya que tenían la percepción y convicción de que nunca habían estado tan próximo, y real, el colapso de su archienemigo, Fidel Castro.
Los de “a pie” (el hombre común) preparaban sus “maletas” para el retorno a la patria ; los más radicales se preparaban para “calmar su sed de venganza aplicando su justicia en contra de sus antiguos y actuales vencedores y enemigos; los más “vivos” se mostraban eufóricos porque veían que había llegado su oportunidad de hacerse millonarios convirtiendo a la isla en una Narcco-Estado; ex propietarios nacionalizados e intervenidos por el gobierno revolucionario veian hacerse realidad sus sueños de recuperación y compensación económica.
En tanto los líderes de las principales organizaciones anticastristas pugnaban por cuál de ellos se quedaría con el control político-económico disputándose de las organizaciones emblemáticas del exilio histórico se distribuían ministerios, gubernaturas de provincias mientras los de primer nivel se disputaban la presidencia de la nación para una era Post Castro.
Entre estos candidatos presidenciales, en disputa por el Poder Ejecutivo, dentro del exilio histórico existía una figura que sin duda gozaba de un enorme poder e influencia política y económica dentro de los círculos de poder norteamericanos y fuera el Chairman de la poderosa Fundación Nacional Cubano Americana, organización que por demás poseía un brazo armado muy profesional y con capacidad y experiencia táctico-estratégica capaz de conformar desde Operación Negra (Black Ops.) hasta actividades de ingeniería social desestabilizadoras, organización que paralelamente contaba con dos “organizaciones anticastristas pantallas” (supuestamente independientes).
Otro candidatos aspiraba, a pesar de mantener una posición congresional a nivel federal, a la par que trabajaba afanosamente por presentar una Ley — Helmes–Burton , confeccionada como traje a su medida— para “amarrar la libertad de la isla” a sus aspiraciones presidenciales en una Cuba en transición.
Tampoco podía faltar quien considerandose a la par del Chairman de la FNCA, se consideraba con suficientes méritos —basado en su larga trayectoria, experiencia y manipulación mediática— mantenida y sostenida a través de una hábil estrategia de saturación comunicacional de satanización, demonización y desmitificación tanto contra Fidel y su revolución como contra el Partido Demócrata y sus dirigentes habiendo sabido cultivar una enorme influencia psicológica y persuasiva dentro de una gran parte del tejido social humano que compone parte del exilio histórico de origen cubano, sobre todo dentro del segmento batistiano, los que con razón o sin ella, profesan un genuino odio y sed de venganza contra quien los derroto, confisco sus propiedades, encarcelo, engaño y expulso de Cuba, méritos mediáticos que le llevarían a ser el Chairman vitalicio de una organización anticastrista que bajo su sombrilla agruparía a numerosas organizaciones de exiliados.
Dentro de este amplio abanico de candidatos presidencial también estaba presente un ex agentes de los Servicios Especiales (CIA) radicado en España — sin duda un excelente escritor, comunicador y analista político— que con todo derecho también se considera digno de dirigir los destinos de Cuba durante la etapa de transición hacia el capitalismo.
Es de destacar que también existen dentro del exilio histórico tradicional otros candidatos que se consideran con suficientes mérito para ocupar la presidencia de una Cuba Post Castro, e incluso un gobierno de la República de Cuba constituido.
EL derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate (HAR)
Foto: de Concilio Cubano. El 13 de febrero, Hermanos al Rescate donó dinero a Concilio Cubano por medio de Sebastián Arcos Bergnes, un reconocido disidente cubano. Dos días después, el gobierno arrestó a unos 180 miembros de Concilio Cubano y prohibió la anunciada reunión. declararo Jose Basulto http://www.hermanos.org/docs/parb9602.html— Foto De izquierda a derecha, René Gómez Manzano, Guillermo Fariñas Hernández, Félix Navarro Rodríguez, Directiva de Concilio Cubano.
El 13 de febrero, Hermanos al Rescate donó dinero a Concilio Cubano por medio de Sebastián Arcos Bergnes, un reconocido disidente cubano. Dos días después, el gobierno arrestó a unos 180 miembros de Concilio Cubano y prohibió la anunciada reunión. Foto De izquierda a derecha, René Gómez Manzano, Guillermo Fariñas Hernández, Félix Navarro Rodríguez, Directiva de Concilio Cubano.
El 24 de febrero es un día simbólico para los cubanos, pues conmemoran otro aniversario del reinicio de las luchas por la independencia de Cuba.
Ese día, pero de 1996, la Ciudad de la Habana se encontraba en Carnaval y líderes de Concilio Cubano, un movimiento moderado de disidentes cubanos —respaldada por más de 90 organizaciones del exilio, incluyendo a Hermanos al Rescate— “había anunciado su intención de llevar a cabo su primera asamblea nacional el 24 de febrero y pidió formalmente al gobierno de Cuba autorización para celebrar dicha reunión…”
Solicitud de supuesto permiso que formaba parte del cumplimiento de un objetivo táctico de ingeniería de desestabilización social dentro de una Operación de Falsa Bandera en progreso diseñada por el brazo armado de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
Ante el “silencio” de las autoridades cubanas —algo clásico y esperado—varios de sus líderes y miembros decidieron cumplimentar el rol que les correspondía desempeñar en dicha Operación Negra (Black Ops.) concentrándose ese día, 24 de febrero de 1996, consistente en concentrarse frente al Parque Central de la capital habanera, en áreas colindantes con el Hotel Inglaterra, con el fin de proceder a colocar una ofrenda floral a los pies de la estatua de José Martí (ubicada en el centro de dicho parque). la señal para dar comienzo a la operación ya había sido acordada previamente: el supuesto vuelo de las avionetas de HAR sobre el área.
En tanto, de forma coordinada, desde el aeropuerto de Opa Locka, Miami, Florida, despegaban tres avionetas Cessna pertenecientes a la organización HAR (una de ellas piloteada por el líder de dicha organización). Su Plan de Vuelo era falso (el elaborado para el Juego Operativo de Desinformación que debía conocer la Inteligencia de la Isla a través de su Agente de Penetración dentro de la organización) — una copia del verdadero elaborado por el Sr Costa, un piloto de HAR, ese mismo día, 24 de febrero, inscrito como un plan de vuelo rutinario para una misión de búsqueda y rescate sobre los Estrechos de la Florida sería entregado a la Administración Federal de la Aviación de Estados Unidos quien a su vez se lo suministraría a Cuba— ya que volarían recto por el interior de la Florida, saldrían por los Everglades por el área de Thousand Island, un cayo al sur, ascenderían al oeste e realizaron un patrón con destino al Norte de La Habana, Cuba (una practica común de la aviación es que al pasar el Paralelo 24 se identifiquen, declaren posición y altitud a los controladores de trafico aéreo de La Habana).
Agente de Penetración que “compro” la “información procesada y contaminada” sobre esta Operación Negra en progreso — directamente del “vendedor” de la misma— como una amenaza real de primer orden para la Seguridad Nacional de la República de Cuba por lo que decide abandonar su misión utilizando su canal de extracción, dos días antes, evacuando hacia Bahama —lo cual fue conocido por el líder de HAR— desde donde continuaría hacia suelo cubano para informar directamente a su mando “el consumidor de la desinformación”. Impacto mediato de su arribo que se hizo notar cuando en horas de la noche del 23 de febrero, es decir, un día antes del derribo, se produjera una rápida acción neutralizadora por fuerzas combinadas de los Servicios Especiales del gobierno de Cuba cuyo resultando en la detención temporal de más de 120 disidentes.
El objetivo central y real de la Operación de Falsa Bandera consistía en que una de las dos avionetas de HAR (alejadas de la tripulada por la del líder de la organización) fuera derribada al traspasar el Paralelo 24 (como se puede apreciar en las comunicaciones entre los pilotos de los MiGs cubanos y su torre de control: “MIG-29: Estamos encima de él. Este no nos va a joder nunca más. CONTROL MILITAR: Felicitaciones para ustedes dos. MIG-29: Marca el lugar.…..MIG-29: Estamos subiendo y vamos de regreso. CONTROL MILITAR: Permanezcan ahí volando en círculo por encima.MIG-29: ¿Sobre el objetivo?”. Fuente: INFORME Nº 86/99 del CASO 11.589 ARMANDO ALEJANDRE JR., CARLOS COSTA, MARIO DE LA PEÑA Y PABLO MORALES. REPÚBLICA DE CUBA de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y no la versión editada de los medios de Miami.
Por otro lado la compartimentación con la acostumbraban a trabajar los profesionales de este tipo de actividad encubiertas o negras garantizaban que excepto el Jefe de la Organizacion de HAR conociera parte de los detalles de la misma. Asi como que único que fuera de conocimiento de los líderes de Concilio Cubano era que ambas avionetas supuestamente sobrevolarían el lugar donde ellos se encontraban, el Parque Central de La Habana, como parte de una operación táctica de campo coordinada previamente y que la señal para ser iniciada su actividad desestabilizadora seria precisamente al estas sobrevolar el área.
Supuestamente el unico papel táctico ha ejecutar por Concilio Cubano seria el de tratar de provocar una “ola de protestas por parte de la población” concentrada ese día en dicha área —ante la presencia de la prensa extranjera acreditada en la isla paralelamente con el apoyo mediático de emisoras de Miami.
Es de señalar que esta Planeación Operativa de Campo no solo resulto fallida al no aparecer las dos avionetas de la mencionada organización sino que fuera abortada por decisión de sus líderes al notarse una fuerte presencia física —en la zona del Parque Central habanero— de agentes de la Policía, la Seguridad del Estado y de miembros de las Brigadas de Respuesta Rápida del gobierno cubano.
Continuara Tercera Parte: El Desarrolló la Operación de Falsa Bandera —como se monto operativamente— que condujeron al derribo de las Avionetas de HAR
*Dr. José R Alfonso. Dr. Ciencias Políticas. Master en Inteligencia Política Estratégica. Master en Contrainteligencia y Experto en Antiterrorismo. Dr. En Medicina y Especialista de 1er Grado en Cirugía General. Autor del libro “El Lenguaje del Terror El Informe que el Presidente no quiso escuchar” Tomo I. Corresponsal en Miami de la Revista “La Nueva Réplica. Publisher de www.codigoabierto360.com
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martes, 24 de febrero de 2015
ELIGIO DAMAS
Hace dos o tres horas, escuché la voz y observé la parte gestual de Capriles, cuando en un video, supongo de un tiempo atrás, dijo más o menos lo siguiente:
“Si ponemos – o movilizamos – en la calle 11 millones de venezolanos al mismo tiempo, lograremos un cambio”.
Al llegar esas palabras a mis oídos, inmediatamente me pregunté:
¿Sabrá ese señor lo que allí dijo? ¿Habrá pensado en la magnitud de ese acontecimiento? ¿Se habrá asesorado a esta altura con quienes más que saber, cuidan sus intereses, lo que comporta poner 11 millones de venezolanos, lo que equivale decir la población activa del país, en la calle pidiendo cambio?
¿Cuáles cambios, qué tipo de cambios, cree Capriles que saldrían a pedir esos 11 millones de venezolanos? ¿Saldrían a pedir la aplicación de la receta del Fondo Monetario Internacional o solicitar más justicia en la repartición de la renta petrolera y el trabajo de todos? ¿Pedirían liberación de precios, suspensión del control de cambio, congelación de sueldos, pensiones y eliminación de la gratuidad de la educación?
¿Once millones de Venezolanos, cuya cifra incluye a un mayoritario porcentaje de explotados, especulados, inconformes con el sistema capitalista, viviendo en los límites de la pobreza y una poca en excesiva acumulación y lujo, sólo saldrían a pedir que se vaya Maduro?
¿Esos casi once millones de “arrechos”, más los también en el mismo estado de ánimo pero que no acudirían a la cita por invitación de Capriles, sino por estarlo, como la mayoría de aquellos, contra el capitalismo, se conformarían, como cuando el 23 de enero de 1958, con un gobierno de transición? ¿No se han percatado aún que esa multitud no quiso saber del gobierno de transición muy breve de Pedro Carmona? ¿Piensa Capriles y su comando que, como en aquel acontecimientos de 1958, saldríamos de Maduro y lo que ellos suelen llamar los boliburgueses, y los once millones y muchos más, volverían tranquilos a sus casas dejando todo en manos de los mismos o los descendientes de aquellos, unos pocos, que ido Pérez Jiménez tomaron Miraflores y comenzaron a repartirse la torta? ¿Creerá Capriles de verdad, que esa masa alebrestada, volverá a su casa y le dejará a él, los suyos y el FMI que nos arreglen los asuntos?
¿Ese es el cambio que concibe Capriles y su comando, teniendo once y mucho más millones de “arrechos” en la calle?
Pienso que mientras decía eso, “el gobernador” de Miranda estaba meando fuera del perol. Dije sólo eso, “meando fuera del perol”.
¿Cuál es el cambio que desea la MUD? ¿Qué se vaya Maduro? ¿Cuál es el cambio que desean los gringos? ¿Sólo tumbar a Maduro? ¿Para qué sería ese gobierno de transición? ¿Después de “raspado” Maduro que hacer se preguntan en la MUD?
Cada lote, aunque finja de MUDO, tiene sus respuestas a estas preguntas.
Cada quien sabe que esa cosa extraña de “gobierno de transición”, es una vieja trampa, manida cosa, que viene desde Gómez, donde golpistas buscan ganar adeptos para sus fines dictatoriales y personalistas. Cada lote sabe lo que quiere y lo que quieren los otros. Lo que los une es que cada quien a su manera quiere llegar al gobierno para “raspar la olla” o satisfacer su ego. Pero también están conscientes que cada lote le tiene una cacería montada a los demás. Grupo que tome firme el coroto, habiendo jodido a los chavistas y el pueblo, se aboca a joder a los grupos que le ayudaron.
Ningún grupo tiene nada que proponer para atraerse, no a los chavistas, que formarían un buen número en esos once millones que quiere convocar Capriles; tampoco a la mayoría que queda. Sus proposiciones de cambio son muy escasas pero si abundantes en mezquindad; estarían dirigidas a llenarle el buche a una irrisoria cantidad de los convocados.
En lo único que coinciden los líderes y dirigentes medios de la MUD es que se vaya Maduro. ¿Si eso sucediese cuál sería el cambio para satisfacer a la bicoca de once millones de convocados, más el resto?
Si algún grupo propone algo en materia económica, social, educativa pero de manera concreta, no evasiones o generalidades, inmediatamente se dividen.
¡Claro! Repito, los une que se vaya Maduro. Pero en el hacer, nada les une. Todo les separa. Por eso, sus formas de luchas enfáticas varían. Hay golpistas, por decir lo menos, hasta guarimberos, partidarios de la invasión extranjera, del estallido social y otros procedimientos. Otros no están de acuerdo por distintas razones como ¿el cómo? ¿Con quién? ¿Para qué? Lo malo para unos y bueno para otros, es que estos no se deslindan por aquello de no saber lo que pudiera salir de todo eso.
Pero, en lo que sí están claros los sensatos gringos y mesurados de la MUD es que, poner once millones de personas en la calle pidiendo cambio y un movimiento popular y revolucionario que se agregaría al llamado – o mejor uniría su llamado a aquél - sería una vaina seria que podría resultar aquello de “un tiro que sale por la culata”.
¿Se han preguntado seriamente cuál es la magnitud del cambio que aspiraría, una vez en la calle, esa inmensa masa humana?
Es poco probable que con tanta gente en la calle pidiendo cambio y justicia y una vanguardia en movimiento, terminemos en un gobiernito de transición formado por la gente del Este, la clase empresarial aplicando la receta del FMI. ¡Ni idiota que fuese pensaría de esa manera! Eso es historia mohosa.
Lo que uno piensa es que aparte de la poca claridad política, intelectual y sociológica de alguna gente de la MUD, hay allí pocos “pensadores”. Sabemos bien que para lograr que ese gentío vuelva a su casa a esperar le lancen los mendrugos, tendrán que asesinar a más de la mitad y apelar a fuerzas ajenas a la patria. Y todavía así, habrá grandes retoños.
En la MUD, hay quienes lo saben y no están dispuestos a prestarse para una práctica de la cual resultarán también víctimas. El Caracazo y el pinochetismo todavía están frescos. El carmonazo, pese lo breve, dejó sus enseñanzas.
Por estas cosas, la MUD vive en una persistente culipandeadera, o como dijese el buen novelista Renato Rodríguez, en “un bailecito o dancita, parecida a la que invento San Vito”.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 2/24/2015 05:55:00 a. m.
ANORANZAS, NOSTALGIAS Y MEDITACIONES EN LA CUARESMA 2015
----- Original Message -----
From: Félix Sautié Mederos
To: felix
Cc: fsautie@yahoo.com
Sent: Monday, February 23, 2015 11:25 AM
Subject: Añoranzas, nostalgias y meditaciones en la Cuaresma 2015, publicado en Por Esto! el lunes 23 de feb. 2915
Añoranzas, nostalgias y meditaciones en la Cuaresma 2015
Félix Sautié Mederos
Crónicas cubanas
En el ocaso de mi vida me parece que el tiempo se va acelerando y las etapas del calendario se me agolpan unas detrás de otras sin que medie el compás de espera propio del tránsito temporal lógico adecuado a nuestras perspectivas existenciales. Así me ha sucedido en este 2015 con sus anuncios sorpresivos y premonitorios de un nuevo futuro para los cubanos, aparecidos desde finales del 2014 e impregnados de una vertiginosidad que puede darme y darnos miedo, porque la vida sobre la tierra se acaba muy rápido; y esa vertiginosidad vivencial me machaca en mi conciencia lo efímera que resulta ser nuestra existencia terrenal, muy a contrapelo de los llamados a actuar sin prisa pero sin tregua que tanta ansiedad me causan, reviviendo y ahogando, aunque parezca contradictorio, mis añoranzas reverdecidas por los anuncios sorpresivos de que una nueva esperanza de futuro puede abrirse, la que realmente no se concreta más allá de lo macro político y lo macro económico que a veces se manifiestan tan alejados de las realidades existenciales en que se desenvuelve el pueblo de a pie.
En consecuencia, quiero expresar a mis lectores de Crónicas Cubanas lo que he sentido por la llegada de la Cuaresma 2015 el pasado Miércoles de Cenizas, cuando la liturgia con el Sacramental de las cenizas cubriendo mi frente junto con el agua que me sanará, me recordó que polvo era y que en polvo me habría de convertir. Así lo experimenté nuevamente como todos los años cuando llega este día del calendario juliano, pero ahora con más sentimientos aún quizás por mi edad que va avanzando hasta su final terrenal en un momento cargado como el actual, de los avatares que vamos atravesando pletóricos de premociones, angustias y anuncios de futuro, unos luminosos y otros oscurecidos por nubarrones que nos ensombrecen lo que la vida nos va deparando a los cubanos en nuestra lucha por la subsistencia existencial. Entonces, ante tantos elementos controvertidos y contrapuestos, veo que en el día a día también tan complicado para la subsistencia material, muchos van dejando a un lado el sentido de espiritualidad que nos es consustancial a la condición humana; y aunque no lo queramos así, todos nos vamos cosificando como parte de un hastío que llega a embargarnos, en el que se diluyen nuestros anhelos y esperanzas a partir de las carencias y los desengaños que nos acosan por tantas promesas incumplidas y perspectivas que se frustran dentro de la elocuencia de las consignas altisonantes prometedoras, que se apagan en la burocracia, la centralización y el autoritarismo que nos camela artificialmente, que nos envuelve, y que nos aplasta.
Quiero pues, más allá del sentido religioso que es consustancial a la espiritualidad, llamar la atención de todos los cubanos de adentro y de afuera porque todos somos realmente cubanos, sin que puedan separarnos las exclusiones onerosas y rencorosas que algunos se empeñan en mantener, para reafirmarnos en nuestra identidad compartida y avanzar hacia el desarrollo, la paz y la vida feliz para todos que realmente podemos crear si nos proponemos cada vez más abierta hacia adentro y hacia el mundo que nos rodea, una República en la que realmente quepamos todos, con todos y para el bien de todos, en donde el respeto al culto por la dignidad plena de los seres humanos como nos soñó José Martí sea una verdadera realidad cotidiana. Estos son junto con mi sentido místico y espiritual de la vida, mis añoranzas y nostalgias en los inicios de esta Cuaresma 2015 cuajada de premoniciones de futuro que tendremos todos juntos que transformarlas al fin en positivas y verdaderamente prometedoras.
Y de nuevo, ahora motivado por la coincidencia oportuna de fecha en el miércoles de cenizas del 2015, me siento compelido por mi historia y por la vida a citar lo que Armando Hart desde su edad fecunda nos está escribiendo sin rencores ni odios, a todos sin excepción y cito algo con lo que coincido plenamente, que pienso que todos, y valga la renuncia del término deberíamos, meditar más allá de cualquier diferencia de concepciones estrictamente políticas:
No hemos aprendido una de las claves esenciales de la historia natural: la asociación de sus elementos componentes, los que ─de hecho─ forjaron la vida. No ha sido tomado en cuenta ─suficientemente─ que la vida espiritual y moral tiene enormes posibilidades de desarrollarse y enriquecerse promoviendo a un plano más alto el papel de la educación y de la cultura, y ella es la síntesis necesaria para la interrelación entre los factores esenciales de la vida individual y social. Los instintos animales presentes en sectores, grupos, clases e individuos, etc., le han opuesto siempre obstáculos a la cabal comprensión de estos propósitos
(1); Pero también Hart este sábado 21 de febrero cuando terminaba de escribir la presente crónica me encuentro que ha continuado escribiendo en Por Esto! sobre el papel de la moral y la Ética que definitivamente forman parte esencial de la espiritualidad humana, y creo importante citar otro de sus párrafos que considero especialmente significativo por la afirmación que expresa y con la cual también coincido:
La moral sigue siendo hoy una exigencia política y económica de primer orden, las ideas de justicia y la búsqueda de equilibrio, se encuentran en las raíces más íntimas de los valores y convicciones con un sentido ético, trasmitido por la familia, la escuela y la tradición cultural cubana, cuyo punto más elaborado se halla en José Martí. Esto históricamente no se ha entendido en el mundo en toda su profundidad, sin embargo, se puede probar que la ética desempeña un papel decisivo en el desarrollo de la sociedad; recordemos que precisamente el principal error de las izquierdas en el siglo XX, consistió en trazar un abismo entre la Ética, la Cultura y la Política (2)
Por otra parte, en estos inicios de la Cuaresma 2015, de nuevo como sucede cotidianamente, la muerte física que es partida rumbo a la Casa que no se Acaba de quienes han compartido el peregrinaje existencial conmigo, me ha sorprendido llevándose esta vez a Aníbal, en mi criterio el Comandante ilustrado (Me refiero a Belarmino Castilla Mas), junto al cual trabajé algunos años que tampoco puedo ni pretendo negar, ni mucho menos arrepentirme de ello. Mis respetos y mi adiós más sentido, que bien podría ser un ¡hasta luego apreciado amigo!...
Así lo pienso, así lo afirmo y así lo espero que sea, con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular. fsmederos@gmail.com
Notas
(1) Ver en Por Esto!, La Cultura, la Ética y la Ciencia como concepto integral, miércoles 18 de febrero del 2015, que coincidió ser quizás premonitoriamente Miércoles de Cenizas del 2015
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=383422
(2) Ver en Por Esto! Acerca del papel de la Ética en el contexto cubano de hoy, sábado 21 de febrero 2015.
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=384074
Publicado en Por Esto! el lunes 23 de febrero 2015.
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=384498
CARTA DE MENOYO A FIDEL EN 1958 (INEDITA)
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From: marcelo.valdes@wanadoo.fr
To: yndamiro@hotmail.com
Subject: RECTIFICADO/ Un documento histórico cubano de 1958
Date: Mon, 23 Feb 2015 15:20:59 +0100
Un documento histórico cubano de 1958
cartamenoyo.jpg
París, 23 de febrero de 2015.
Querida Ofelia:
Me ha enviado desde Miami, nuestro viejo y querido amigo Miguel García Delgado - ex guerrillero del Escambray-, esta carta escrita por Eloy Gutiérrez Menoyo a Fidel Castro en 1958. Fue llevada a Castro por los comandantes del II Frente del Escambray, Anastasio Cárdenas Ávila y Víctor Bordón Machado. Pero sólo llegó a las manos de Osvaldo Dorticós Torrado.
“II Frente Nacional del Escambray
Estado Mayor
Agosto 12 de 1958
Dr. Fidel Castro Ruz.
Comandante en Jefe de las fuerzas rebeldes
De la Sierra Maestra y líder máximo del Movimiento 26 Julio.
Distinguido compatriota:
Desde estas bravías cordilleras villareñas, el Estado Mayo del II Frente Nacional del Escambray, sus soldados y yo, le estamos enviando un saludo y abrazo revolucionario a usted y a todos los hombres que combaten en ese frente.
Es interés de este Estado Mayor estrechar los lazos de simpatía y solidaridad que unen a la Sierra Maestra y las sierras del Escambray, con la seguridad de que ello redundaría en beneficio de la nación cubana; por lo que en aras de esa finalidad, estamos enviando esta misión representativa del Escambray, encabezada por los miembros del Estado Mayor, señores Anastasio Cárdenas y Víctor Bordón Machado.
Es innegable que los hechos heroicos y el tesón y éxitos obtenidos por usted, en su lucha a muerte contra el poder de la tiranía, lo sitúa en pedestal elevado y determina su posición como el primero de los combatientes.
Nuestra posición en este II Frente debe ser conocida por usted de una manera clara y precisa, en evitación de confusiones y con el propósito de unir más y mejor los esfuerzos con que en aras de la patria sojuzgada.
Nosotros no pertenecemos a ningún partido, grupo conocido como sector, ni a otra organización, como no sea el II Frente Nacional del Escambray, bastión de guerra constituido sobre la marcha y con el acuerdo de no excluir a ninguno de los factores personales que lo iniciaron y para abrir un entendimiento entre las organizaciones que como tales nos ayudarían y podían formar parte de la Dirección y responsabilidad de nuestro frente.
En usted concurren la doble condición de la jefatura indiscutida de los bravos soldados de la revolución que combaten con el arma al brazo en toda la provincia de Oriente y otras zonas de Cuba, y la jefatura del Movimiento 26 de Julio, que tan acertadamente usted fundara como organización combatiente en todo el territorio nacional.
Es por ello que este II Frente inicio gestiones en varias oportunidades con representativos de todas las organizaciones revolucionarias, sin que se produjeran acuerdos concretos por el enfoque contrario entre los representativos que concurrieron. Actualmente, desde que se iniciaron las conversaciones con la representación del M-26-J de Las Villas, dirigidas por su Coordinador, compañero Sierra, sobre la unidad provincial, se ha creado tanto por su actuación como por la postura del digno combatiente Víctor Bordón Machado, un gran espíritu de compresión e identificación, que ha hecho posible que en la práctica funcionemos unidos.
Esperamos su comprensión a nuestra situación y en mérito a nuestros esfuerzos y al ideal que nos anima, vea en nosotros los aliados y compañeros desinteresados, que aportando nuestra sangre y desprendimiento, pedimos reconocimientos a la labor que estamos realizando con espíritu de unidad, y el mantenimiento del II Frente Nacional del Escambray, con el esfuerzo de todos y para el bien de Cuba libre y soberana.
Fraternalmente:
Eloy Gutiérrez Menoyo.
Jefe del II Frente Nac. Escambray”.
Te ruego que la hagas circular en San Cristóbal de La Habana, pues es nuestra pequeña contribución para esclarecer la verdad, lejos de la « Historia Oficial » del régimen de los Castro.
Un gran abrazo desde La Ciudad Luz,
Félix José Hernández.
CONTRASENTIDO
Contrasentido
Por Yndamiro Restano
Hay ultras que argumentan que el gobierno de la Isla va a frustrar el empeño honorable del Presidente Obama de normalizar las relaciones con Cuba .Esta hipótesis admite de manera implícita que al gobierno cubano le conviene el aislamiento, pues no irían a entorpecer algo que les conviniera. Entonces, esta cuestión se vuelve un contrasentido a la luz de la lógica, pues los ultras que argumentan que el gobierno cubano no quiere que se normalicen las relaciones Cuba-Estados Unidos, también están a favor del embargo y por lo tanto del aislamiento y en contra de esas relaciones Esta coincidencia paradójica llevada a una formula algebraica sería la siguiente :
Si A es igual a B y C es igual a B, entonces A es igual a C
Cómo explicar esta coincidencia estrátegica entre dos polos que se declaran irreconciliables?
Esto puede parecer un trabalenguas, pero demuestra el contrasentido intrínseco que conlleva todo extremismo, el cual cuando se advierte sin salida lógica, acude a la energia mala de las bajas pasiones. Matizar un conflico es el primer paso para su solución. Pues, este enfoque matizado permite limpiar el lenguaje de sus connotaciones irracionales y crear un clima de confiianza. Pero los ultras tienen siempre la verdad absoluta y le tienen pánico a las matizaciones, que muestran la vaciedad de las consignas emocionales destinadas a la manipulación.
No sería más coherente justamente, que los ultras vayan en contra de lo que supuestamente quieren los gobernantes cubanos y apoyen con fuerza todo lo que vaya a favor de liquidar el aislamiento de la Isla o se quiere ,perpetuar el régimen cubano y provocar una guerra fraticida en lugar de una reconcciliación nacional y un tránsito pacífico como el que se produjo en todos los países de Europa del Este?
lunes, 23 de febrero de 2015
EL CAPITOLIO
El Capitolio
Ciro Bianchi Ross * digital@juventudrebelde.cu
21 de Febrero del
2015 20:42:08 CDT
La gente del interior venía a La Habana y no quería volver
a su tierra
sin visitar el Capitolio. El que podía, se fotografiaba con
el
Capitolio al fondo como testimonio imbatible de su estancia en la
capital.
Lo mismo hacían los extranjeros que visitaban la Isla.
Entonces la sede del
Congreso de la República estaba rodeada de
hoteles de mayor o menor cuantía,
pensiones y casas de huéspedes, y
hasta la inauguración de la Terminal de
Ómnibus, en 1952, las guaguas
interprovinciales hacían en sus inmediaciones la
primera y la última
parada.
No faltaban allí --no faltan tampoco ahora-- los
fotógrafos callejeros
con sus cámaras antediluvianas que nadie sabe bien cómo
funcionan;
todo un engendro con servicios de revelado e impresión acoplados,
ni
las fondas de medio pelo, ni los buenos restaurantes como El Palacio
de
Cristal, en la calle Industria, que fue en su tiempo el mejor de La
Habana y
que debió soportar el humillante y triste destino de quedar
convertido en un
taller para embalsamar animales.
El café El Senado y los bares Dorado y
Capitolio eran puntos de cita
obligados. Había bailes en el Centro Gallego y en
la Juventud
Asturiana, y la música de los aires libres amenizaba la
noche.
Abundaban los establecimientos pequeños como La Barrita de Don
Juan,
frecuentada por Núñez Rodríguez, en los bajos del hotel Comercio, y
como
el café de Lorenzo García, al lado del cine Capitolio, que servía
a su dueño
para tapar un lucrativo negocio de préstamos de dinero. En
los altos de García
vivía Agustín Rodríguez, autor del libreto de la
zarzuela Cecilia Valdés,
empresario y famoso sainetero del teatro
Martí, que todas las mañanas, a las
cinco, antes de ponerse a
escribir, buscaba la inspiración en media botella de
ron Castillo.
Eran los años en que los hombres intentaban contener la caída
del
cabello con la aplicación de lociones como Calvifín, que
comercializaba el
poeta y periodista Gastón Baquero, y Manteca de Oso,
de Ernesto Sarrá, y se
blanqueaban los dientes con los polvos de San
Agustín. En esos dìas a cualquier
cubano de a pie le bastaba con
ponerse una chaqueta para que se le franqueara
el acceso al Capitolio.
Entonces el Paseo del Prado y los alrededores del
llamado Palacio de
las Leyes eran lugares de moda. A ellos iba a parar todo lo
que se
movía en la capital, hasta que en la década del 50 La Rampa
los
desplazó.
Aun así no se concibe a La Habana sin Prado ni Capitolio. Son
símbolos
de la ciudad, parte de su historia e identidad. Por su magnitud
y
belleza, escribe el historiador Emilio Roig, <>. Al clausurar la VIII Legislatura de la
Asamblea Nacional, el
presidente Raúl Castro dijo a los diputados que
algún día habría que regresar
al Capitolio.
Los terrenos
Los terrenos que ocupa el Capitolio pertenecieron
a la Sociedad
Económica de Amigos del País que fomentó en ese lugar, a partir
de
1817, un jardín botánico. El Gobierno colonial español enajenó a
la
Sociedad la propiedad de ese terreno, y en 1835 se comenzó a construir
allí
la estación de trenes de Villanueva.
Sacar los ferrocarriles de una zona que
iba convirtiéndose en la mejor
de La Habana fue, en las décadas postreras del
siglo XIX, un anhelo
creciente de los habaneros. El general Manuel Salamanca y
Negrete,
gobernador de la Isla, quiso acometerlo en 1890, pero
murió
misteriosamente cuando se disponía a tomar medidas contra
los
responsables de una malversación colosal de 14 millones de pesos,
que
salió a flote en el Departamento de Guerra de la Colonia. El
propósito
pasó de un año a otro, hasta que en 1909 el presidente José
Miguel
Gómez decidió tomar el toro por los cuernos. Para ello se
canjearían
los terrenos de Villanueva por los del antiguo Arsenal, ocupados
hoy
por la estación central de los ferrocarriles. Quería edificar en ellos
el
Palacio Presidencial, instalado hasta entonces en el viejo Palacio
de los
Capitanes Generales.
El Estado entregaba a una compañía británica,
Ferrocarriles Unidos,
los terrenos del Arsenal, valorados en más de cinco
millones de pesos,
y recibía a cambio los de Villanueva, no adquiridos
limpiamente y que
apenas valían dos millones. El dinero que se movería bajo
cuerda, por
comisiones y sobornos, empaparía a José Miguel, a quien el
pueblo
apodaba Tiburón, y salpicaría a sus conmilitones, a costa de
los
intereses de la nación.
En enero de 1910, la Comisión de Hacienda y
Presupuesto del Senado
daba al proyecto de ley del canje un dictamen favorable
y recomendaba
su aprobación al pleno de ese cuerpo. En la Cámara de
Representantes,
con mayoría liberal, la aprobación de la ley, sin embargo,
era
improbable pues se le oponían tanto los conservadores como los
liberales
que capitaneaba Alfredo Zayas. Fue entonces que los
miguelistas cocinaron una
estrategia infalible: decidieron que el
asunto se tomara como una cuestión de
<>, lo que obligaba a
todos los parlamentarios, tanto miguelistas como
zayistas, a
concederle el voto favorable.
Dinamitan la cúpula
Las obras de
la mansión del Palacio Presidencial comenzaron
respaldadas por un crédito de un
millón de pesos, y la construcción se
paralizó al asumir la presidencia el
general Mario García Menocal.
Otros eran sus planes. Quería edificar el
Palacio en los terrenos de
la Quinta de los Molinos y el edificio recién
comenzado quedaría como
sede del Legislativo. Esa determinación obligó a hacer
modificaciones
sustanciales al proyecto original de los arquitectos Rayneri
(padre e
hijo) e impuso que se dinamitara la cúpula ya construida y que
pesaba
1 200 toneladas métricas.
Sin embargo, Menocal no llegó a construir el
Palacio. En aquellos
días, el general Ernesto Asbert, gobernador de La Habana,
construía el
palacio que sería la sede del gobierno provincial. Mariana Seba,
la
Primera Dama, se enamoró de ese edificio, Menocal lo confiscó y el
Estado
pagó medio millón de pesos por el inmueble que, con las
adaptaciones
pertinentes, se destinó a Palacio Presidencial. Es el
actual Museo de la
Revolución.
Las obras del Capitolio se reanudaron en 1917, solo para que
se
interrumpieran dos años más tarde por falta de dinero, y en 1921
el
presidente Zayas las suspendió definitivamente. Cuando en 1925
Machado
llega a la presidencia encuentra el Capitolio a medio hacer y
con
aspecto de ruina.
17 millones
En Cuba las dictaduras lo han sido
también de hormigón armado. Machado
se propuso modernizar la capital cubana y,
en cierta medida, el país,
por lo que se embarcó en un vasto y ambicioso plan
de obras públicas.
Bajo su gobierno, se remodeló el Paseo del Prado, el Campo
de Marte se
transformó en Plaza de la Fraternidad y se trazó la Avenida de
las
Misiones. Prosiguió extendiéndose el Malecón, quedó inaugurada
la
Carretera Central y se levantó la Escalinata universitaria. Se
construyeron
el aeropuerto y el hotel Nacional...
Resultaba impensable que Machado y su
megalómano ministro de Obras
Públicas, Carlos Miguel de Céspedes, dejaran el
Capitolio inconcluso
fuera de su punto de mira. En 1926 se reanudaron las
obras. Se
aprovecharía lo ya construido, aunque el proyecto debió
sufrir
modificaciones innumerables. Los mejores arquitectos cubanos
de
entonces --Cabarrocas, Govantes, Otero, Rayneri, Bens...-- y
algunos
extranjeros, como Forestier, sobre todo para los jardines, se
volcaron
sobre los planos, en tanto que la parte material era encomendada a
la
empresa Purdy and Henderson, contratistas norteamericanos que hicieron
muy
buenos negocios en el país con la construcción de la Lonja del
Comercio, el
edificio de La Metropolitana, el hotel Nacional y los
centros Gallego y
Asturiano.
El Capitolio ocupa una superficie total de 12 000 metros cuadrados,
de
ellos son área techada 10 839 metros cuadrados. Sus jardines tienen
una
extensión de 26 500 metros cuadrados.
Datos que dio a conocer en su momento el
periódico El Mundo revelan
que en su construcción se emplearon cinco millones
de ladrillos, más
de tres millones de pies de madera, 150 000 barriles de
cemento y 38
000 metros cúbicos de arena. También 40 000 metros cúbicos de
piedra
picada y 25 000 metros cúbicos de piedra de cantería, 3 500
toneladas
de acero-estructura y 2 000 toneladas de cabillas.
Tras tres años de
trabajo, el edificio se inauguró de manera solemne
el 20 de mayo de 1929. Había
costado, se dice, 17 millones de pesos.
Los pasos perdidos
Su cúpula es, por
su diámetro y altura, la sexta del mundo. La
linterna que la remata se halla a
94 metros del nivel de la acera, y
en el momento de inaugurarse el edificio
solo la superaban, en su
estilo, la de San Pedro, en Roma, y la de San Pablo,
en Londres, con
129 y 107 metros de alto, respectivamente.
La escalinata
monumental, con 55 escalones, tiene en la cima dos
grupos escultóricos. Uno
simboliza El trabajo o El progreso de la
actividad humana; el otro, La virtud
tutelar del pueblo. Son obras del
italiano Angelo Zanelli, autor del Altar de
la Patria, que en Roma
forma parte del monumento al rey Víctor Manuel. También
de ese
escultor es la Estatua de la República, que se destaca en el
imponente
Salón de los Pasos Perdidos, exactamente debajo de la cúpula. Su
peso
es de 30 toneladas y se eleva a una altura total de 14,6 metros.
La
República, en ella, está representada por una mujer joven que aparece
de
pie y cubierta por una túnica, y lleva casco, lanza y escudo. Muy
poco se sabe
de la apetitosa cubana que sirvió de modelo a esa
escultura. A sus pies,
empotrado en el piso espejeante, un brillante
marcaba el kilómetro cero de la
Carretera Central. Se afirma que la
gema perteneció a una de las coronas del
último zar de Rusia.
Hasta 1958 este palacio de palacios dio albergue al Senado
y a la
Cámara de Representantes. Desde sus ventanas se ametralló a
la
ciudadanía que, desarmada y jubilosa, celebraba equivocadamente, el 7
de
agosto de 1933, la caída de la dictadura de Machado. Cuando, el día
12, el
déspota cayó de verdad, el pueblo saqueó el Palacio
Presidencial y las
residencias de los machadistas más connotados, pero
no el Capitolio, aunque sí
desfiguró a martillazos, como puede verse
aún, el rostro de Machado esculpido
al relieve en el pórtico del
edificio.
Durante el primer gobierno del
presidente Grau San Martín se instaló
en el Capitolio el recién creado entonces
Ministerio (Secretaría) del
Trabajo y sesionaron en él los llamados Tribunales
de Sanciones, que
juzgaron a los machadistas. Fue en una de sus oficinas que en
enero de
1934 Antonio Guiteras redactó, a la luz de una vela, el decreto
que
disponía la intervención de la Compañía Cubana de Electricidad. En
tiempos
de los presidentes Mendieta y Barnet radicó allí el Consejo de
Estado, hasta
que se restauró el Parlamento en mayo de 1936. Allí, en
diciembre de ese año,
el Senado juzgó y destituyó al presidente Miguel
Mariano Gómez, y en el
hemiciclo de la Cámara sesionó la asamblea que
elaboró la Constitución de 1940.
Después de 1959 fue sede de la
Academia de Ciencias y luego del Ministerio de
Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente, lo que obligó a hacer transformaciones y
adaptaciones
en el edificio, que se iba deteriorando mientras la suciedad
se
adueñaba de sus espacios exteriores e interiores. Bien merece
su
restauración este símbolo de la identidad y la historia de La
Habana.
Enviar por Email
--
Ciro Bianchi
Ross
cbianchi@enet.cu
http://wwwcirobianchi.blogia.com/
http://cbianchiross.blogia.com/
ESTRATEGIA DEL SEGUNDO FRENTE DEL ESCAMBRAY (III)
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From: yndamiro@hotmail.com
To: rogerredondo@hotmail.com
Subject: Ojo Art de Armando
Date: Thu, 5 Feb 2015 01:16:47 +0000
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Dr Armando Fleites
Estrategia del Segundo Frente del Escambray (III)
Esa misma noche nos llevaron a la playa Juan Francisco más conocida por Juan Fanguito en la costa norte de la provincial de Las Villas, donde abordamos la embarcación Blanca Estela y salimos de la isla. Por la mañana llegamos al deshabitado cayo Anguila en Las Bahamas donde tuvimos la sorpresa que no estaba la embarcación acordada, debido quizás al mal tiempo u otra circunstancia.
Después de varios días en el Cayo junto con Antoñico, su hijo Panchito y otros Pescadores, una mañana aparecía el yate que nos llevó a la Florida. Antoñico nos trasladó a Nazario y a mi a la embarcación y emprendimos el viaje y llegamos por la noche a Marathon en el sur de la Peninsula. Atravezamos un pequeño canalize cerca del restaurant Seven Seas y desembarcamos en un pequeño muelle.
Desayunamos y en automóvil nos trasladamos al South West de Miami donde vivía mi familia exliada y todavía era de noche cuando tocamos a la puerta y le dimos tremenda sorpresa.
Nuestro viaje en situación normal se podia realizer en horas, pero atravezando las montañas del sur de Las Villas, el llano y las ciudades hasta llegar al mar y utilizando diferentes contactos y escondites, era muy riesgoso y requería mucho tiempo, pero Gracias a Dios fue un éxito la primera parte de la misión.
Después de unas horas de descanso iniciamos los contactos para coordinar la entrevista con el Presidente Carlos Prío, a quien yo había conocido en 1953 como miembro de la Federación Estudiantil universitaria (FEU), en una reunión que él deseaba tener con dirigentes estudiantiles que se efectuó en la ciudad de Miami.
Más tarde en 1954 cuando la Universidad de Miami design al Dr Clemente Inclán como rector magnífico formamos parte de la delegación de la FEU que acompañó al Dr Inclán a Miami junto con los miembros de la FEU José Antonio Echeverría, Andrés Silva, Rolando Cubela y nosotros, nos reunimos con el Dr Carlos Prío y cambiamos impresiones sobre la situación cubana.
Una tarde del 26 de noviembre nos trasladaron a una casa en el SW de Miami, residencia de Gabriel Santiago, donde nos esperaban el expresidente constitucional Dr Carlos Prío.
Después de un saludo ritual le comunicamos Nazario y yo, que veniamos en representación del Estado Mayor yla delegación civil del Segundo Frente Nacional del Escambray cumplimentando acuerdos tomados por unanimidad.
Como era lógico, lo primero que hicimos fue explicarle desde su orígen la situación y funcionamiento del Segundo Frente que surgió publicamente el 10 de noviembre de 1957.
Le narramos la evolución del Frente Guerrillero, sus éxitos militares y como había logrado el respaldo, solidaridad y hermandad del campesinado de la region.
Era norma que nuestros oficiales y combatientes pagaran a los campesinos los alimentos que consumiamos y no permitimos abusos sino amistad, compenetración y respeto. Habíamos logrado un gran dominio y control de la zona montañosa del Escambray y contábbamos ya con más de dos mil hombres, pero alrededor de 600 no tenían armas o estaban mal armados con revolvers o escopetas. Pero lo más importante que careciamos la falta de municiones, ya que teníamos menos de 30 balas por guerrillero.
El problema del abastecimiento de alimentos y medicinas y las comunicaciones lo teníamos practicamente resueltos. Habíamos rechazado con nuestras tacticas la ofensiva del ejército y nuestra organización military y civil funcionaban todavía con más eficiencia.
Le informamos también, que implicitamente de nuestras relaciones con las organizaciones revolucionarias 26 de Julio y el Directorio Revolucionario .
Le entregamos una copia de la proclama del Segundo Frente Nacional del Escambray al pueblo de Cuba, donde se señala que el Segundo Frente no aspira al poder , perro lucha por la libertad, la democracia, el restablecimiento de la Constitución del 40, el pluripartidismo politico con elecciones transparentes y periódicas y por reformas económicas, sociales y políticas que require nuestro pueblo.
Pero lo más importante fue el relato de la entrevistacon Enrique Oltusky, coordinador del 26 de Julio cunado nos dijo: Nosotros pensamos que la insurrección se hace desde la oposición, pero la Revolución se hace desde el poder, por lo que Fidel y el M-26=7 luchamos por alcanzar el poder total y absoluto para hacer nuestra propia Revolución. Ante esta posición y planteamientos le expresamos que a nosotros nos preocupaba por el peligro de una nueva dictadura en Cuba por lo que estimábamos que se debía de equilibrar las fuerzas revolucionarias en Cuba por lo que por esa razán fundamental de coadyuvar y asegurar la democracia cubana future así como acelerar la caída de la dictadura, el impacto nacional e internacional que se crearía, la propaganda nacional a favor de Cuba y el activamiento de sectores civicos a la lucha, le invitamos a trasladarse a nuestro territorio libre del Escambray.
El Dr Carlos Prío fue muy receptivo, expuso que le gustaba la idea y nos preguntó la via militar así como algunos detalles de la proposición.
El traslado se haría por la vía aérea a la carretera del circuito sur Trinidad-Cienfuegos en el tramo de la playa el ingles, en una recta apropiada y con territorio custodiado por nuestras fuerzas militares. Dbe ser pequeño el avión para que quepa en el ancho de la carretera.
El Dr Carlos Prío nos respondió que hablaría con un amigo de conocimientos aéreos y que continuariamos esta conversacion en dos días. Le planteamos que nos hacían falta urgentemente balas, rifles y antitanques. Nos prometio converser nuevamente par aver lo que se podia hacer.
Le expresamos también la necesidad de su respaldo, para que el Segundo Frente fuera aceptado en el Frente Civico Revolucionario de Miami y nos ofreció sus gestiones y respaldo a ese objetivo. Le dijimos que había que actuar rapidamente porque el ejército podia colapsarse en cualquier momento. El Dr Carlos Prío me respondió: Fleites has mencionado varias veces esa situacion y yo queria saber que es lo que tienen ustedes para producirlo. Yo le consteste que lo importante no era lo poco que nosotros tenemos sino lo mucho que no tiene el ejército. Es decir espíritu combative y motivaciones para pelear. El ejercito en campaña nos manda recados para evitar choques armados y cuando un ejercito tiene esta situacion el regimen se cae.
Nuestro compañero de misión Aurelio Nazario Sargen fue brillante en su exposición.
La reunión fue muy fructífera y cordial. El Dr Carlos Prío nos invite a reunirnos en dos días en el mismo lugar para continuar la patriótica conversación.
domingo, 22 de febrero de 2015
COMO SE ASFIXIA A UN PUEBLO SIN TIRAR UN CANONAZO?
¿Cómo se asfixia a un pueblo sin tirar un cañonazo?
De una manera brutal, pero a la vez un poco lírica, Gabriel García Márquez narró haber tomado conciencia del bloqueo a Cuba. En su condición de «corresponsal errátil de Prensa Latina», pudo testimoniar la forma sigilosa pero irreparable en que la escasez se nos iba metiendo en la vida. JR reproduce ahora esas vivencias, que describió soberbiamente en el semanario de información y análisis Proceso, en 1978
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Gabriel García Márquez
digital@juventudrebelde.cu
21 de Febrero del 2015 21:16:23 CDT
Aquella noche, la primera del bloqueo, había en Cuba unos 482,560 automóviles, 343,300 refrigeradores, 549,700 receptores de radio, 303,500 televisores, 352,900 planchas eléctricas, 286,400 ventiladores, 41,800 lavadoras automáticas, 3,500,000 relojes de pulsera, 63 locomotoras y 12 barcos mercantes. Todo eso, salvo los relojes de pulso, que eran suizos, había sido hecho en los Estados Unidos. Al parecer, había de pasar un cierto tiempo antes de que la mayoría de los cubanos se dieran cuenta de lo que significaban en su vida aquellos números mortales. Desde el punto de vista de la producción, Cuba se encontró de pronto con que no era un país distinto sino una península comercial de los Estados Unidos. Además de que la industria del azúcar y el tabaco dependían por completo de los consorcios yanquis, todo lo que se consumía en la isla era fabricado por los Estados Unidos, ya fuera en su propio territorio o en el territorio mismo de Cuba.
La Habana y dos o tres ciudades más del interior daban la impresión de la felicidad de la abundancia, pero en realidad no había nada que no fuera ajeno, desde los cepillos de dientes hasta los hoteles de 20 pisos de vidrio del Malecón. Cuba importaba de los Estados Unidos casi 30 mil artículos útiles e inútiles para la vida cotidiana. Inclusive los mejores clientes de aquel mercado de ilusiones eran los mismos turistas que llegaban en el Ferry boat de West Palm Beach y por el Sea Train de Nueva Orléans, pues también ellos preferían comprar sin impuestos los artículos importados de su propia tierra. Las papayas criollas, que fueron descubiertas en Cuba por Cristóbal Colón desde su primer viaje, se vendían en las tiendas refrigeradas con la etiqueta amarilla de los cultivadores de las Bahamas. Los huevos artificiales que las amas de casa despreciaban por su yema lánguida y su sabor de farmacia tenían impreso en la cáscara el sello de fábrica de los granjeros de Carolina del Norte, pero algunos bodegueros avispados los lavaban con disolvente y los embadurnaban de caca de gallina para venderlos más caros como si fueran criollos. No había un sector del consumo que no fuera dependiente de los Estados Unidos. Las pocas fábricas de artículos fáciles que habían sido instaladas en Cuba para servirse de la mano de obra barata estaban amontonadas con maquinaria de segunda mano que ya había pasado de moda en su país de origen. Los técnicos mejor calificados eran norteamericanos, y la mayoría de los escasos técnicos cubanos cedieron a las ofertas luminosas de sus patrones extranjeros y se fueron con ellos para los Estados Unidos.
Tampoco había depósitos de repuestos, pues la industria ilusoria de Cuba reposaba sobre la base de que sus repuestos estaban solo a 90 millas, y bastaba con una llamada telefónica para que la pieza más difícil llegara en el próximo avión sin gravámenes ni demoras de aduana.
A pesar de semejante estado de dependencia, los habitantes de las ciudades continuaban gastando sin medida cuando ya el bloqueo era una realidad brutal. Inclusive muchos cubanos que estaban dispuestos a morir por la Revolución, y algunos sin duda que de veras murieron por ella, seguían consumiendo con un alborozo infantil. Más aún: las pioneras medidas de la Revolución habían aumentado de inmediato el poder de compra de las clases más pobres, y estas no tenían entonces otra noción de felicidad que el placer simple de consumir. Muchos sueños aplazados durante media vida y aun durante vidas enteras se realizaban de pronto. Solo que las cosas que se agotaban en el mercado no eran repuestas de inmediato, y algunas no serían repuestas en muchos años, de modo que los almacenes deslumbrantes del mes anterior se quedaban sin remedio en los puros huesos. Cuba fue por aquellos años iniciales el reino de la improvisación y el desorden. A falta de una nueva moral —que aún habrá de tardar mucho tiempo para formarse en la conciencia de la población— el machismo Caribe había encontrado una razón de ser en aquel estado general de emergencia.
El sentimiento nacional estaba tan alborotado con aquel ventarrón incontenible de novedad y autonomía, y al mismo tiempo las amenazas de la reacción herida eran tan verdaderas e inminentes, que mucha gente confundía una cosa con la otra y parecía pensar que hasta la escasez de leche podía resolverse a tiros. La impresión de pachanga fenomenal que suscitaba la Cuba de aquella época entre los visitantes extranjeros, tenía un fundamento verídico en la realidad y en el espíritu de los cubanos, pero era una embriaguez inocente al borde del desastre.
El sentimiento nacional estaba alborotado con aquel ventarrón incontenible de novedad y autonomía, describió el afamado periodista y escritor colombiano.
En efecto, yo había regresado a La Habana por segunda vez a principios de 1961, en mi condición de corresponsal errátil de Prensa Latina, y lo primero que me llamó la atención fue que el aspecto visible del país había cambiado muy poco, pero que en cambio la tensión social empezaba a ser insostenible. Había volado desde Santiago hasta La Habana en una espléndida tarde de marzo, observando por la ventanilla los campos milagrosos de aquella patria sin ríos, las aldeas polvorientas, las ensenadas ocultas, y a todo lo largo del trayecto había percibido señales de guerra. Grandes cruces rojas dentro de círculos blancos habían sido pintadas en los techos de los hospitales para ponerlos a salvo de bombardeos previsibles. También en las escuelas, los templos y los asilos de ancianos se habían puesto señales similares. En los aeropuertos civiles de Santiago y Camagüey había cañones antiaéreos de la Segunda Guerra Mundial disimulados con lonas de camiones de carga, y las costas estaban patrulladas por lanchas rápidas que habían sido de recreo y entonces estaban destinadas a impedir desembarcos. Por todas partes se veían estragos de sabotajes recientes: cañaverales calcinados con bombas incendiarias por aviones mandados desde Miami, ruinas de fábricas dinamitadas por la resistencia interna, campamentos militares improvisados en zonas difíciles donde empezaban a operar con armamentos modernos y excelentes recursos logísticos los primeros grupos hostiles de la revolución. En el aeropuerto de La Habana donde era evidente que se hacían esfuerzos para que no se notara el ambiente de guerra, había un letrero gigantesco de un extremo a otro de la cornisa principal: «Cuba, territorio libre de América». En lugar de los soldados barbudos de antes, la vigilancia estaba a cargo de milicianos muy jóvenes con uniforme verde olivo, entre ellos algunas mujeres, y sus armas eran todavía las de los viejos arsenales de la dictadura. Hasta entonces no había otras. El primer armamento moderno que logró comprar la Revolución a pesar de las presiones contrarias de los Estados Unidos había llegado de Bélgica el 4 de marzo anterior, a bordo del barco francés Le Coubre, y este voló en el muelle de La Habana con 700 toneladas de armas y municiones en las bodegas por causa de una explosión provocada. El atentado produjo además 75 muertos y 200 heridos entre los obreros del puerto pero no fue reivindicado por nadie, y el gobierno cubano lo atribuyó a la CIA. Fue en el entierro de las víctimas cuando Fidel Castro proclamó la consigna que habría de convertirse en la divisa máxima de la nueva Cuba: «Patria o Muerte».
Yo la había visto por primera vez en las calles de Santiago, la había visto pintada a brocha gorda sobre los enormes carteles de propaganda de empresas de aviación y pastas dentífricas norteamericanas en la carretera polvorienta del aeropuerto de Camagüey, y la volví a encontrar repetida sin tregua en cartoncitos improvisados en las vitrinas de las tiendas para turistas del aeropuerto de La Habana, en las antesalas y los mostradores, y pintada con albayalde en los espejos de la peluquería y con carmín de labios en los cristales de los taxis. Se había conseguido tal grado de saturación social, que no había ni un lugar ni un instante en que no estuviera escrita aquella consigna de rabia, desde las pailas de los trapiches hasta el calce de los documentos oficiales, y la prensa, la radio, y la televisión la repitieron sin piedad durante días enteros y meses interminables, hasta que se incorporó a la propia esencia de la vida cubana. En La Habana, la fiesta estaba en su apogeo. Había mujeres espléndidas que cantaban en los balcones, pájaros luminosos en el mar, música por todas partes, pero en el fondo del júbilo se sentía el conflicto creador de un modo de vivir ya condenado para siempre, que pugnaba por prevalecer contra otro modo de vivir distinto, todavía ingenuo, pero inspirado y demoledor. La ciudad seguía siendo un santuario de placer, con máquinas de lotería hasta en las farmacias y automóviles de aluminio demasiado grandes para las esquinas coloniales, pero el aspecto y la conducta de la gente estaba cambiando de un modo brutal.
Todos los sedimentos del subsuelo social habían salido a flote, y una erupción de lava humana, densa y humeante, se esparcía sin control por los vericuetos de la ciudad liberada, y contaminaba de un vértigo multitudinario hasta sus últimos resquicios. Lo más notable era la naturalidad con que los pobres se habían sentado en la silla de los ricos en los lugares públicos. Habían invadido los vestíbulos de los hoteles de lujo, comían con los dedos en las terrazas de las cafeterías del Vedado, y se cocinaban al sol en las piscinas de aguas de colores luminosos de los antiguos clubes exclusivos de Siboney.
El cancerbero rubio del hotel Habana Hilton, que empezaba a llamarse Habana Libre, había sido reemplazado por milicianos serviciales que se pasaban el día convenciendo a los campesinos de que podían entrar sin temor, enseñándoles que había una puerta de ingreso y otra de salida, y que no se corría ningún riesgo de tisis aunque se entrara sudando en el vestíbulo refrigerado. Un chévere legítimo del Luyanó, retinto, y esbelto, con una camisa de mariposas pintadas y zapatos de charol con tacones de bailarín andaluz, había tratado de entrar al revés por la puerta de vidrios giratorios del hotel Riviera, justo cuando trataba de salir la esposa suculenta y emperifollada de un diplomático europeo. En una ráfaga de pánico instantáneo, el marido que la seguía trató de forzar la puerta en un sentido mientras los milicianos azorados trataban de forzarla desde el exterior en sentido contrario.
La blanca y el negro se quedaron atrapados por una fracción de segundo en la trampa de cristal, comprimidos en el espacio previsto para una sola persona, hasta que la puerta volvió a girar, y la mujer corrió confundida y ruborizada, sin esperar siquiera al marido, y se metió en la limusina que la esperaba con la puerta abierta y que arrancó al instante. El negro, sin saber muy bien lo que había pasado, se quedó abochornado y trémulo.
—¡Coño! —Suspiró— ¡Olía a flores!
Eran tropiezos frecuentes. Y comprensibles, porque el poder de compra de la población urbana y rural había aumentado de un modo considerable en un año. Las tarifas de la electricidad, del teléfono, del transporte y de los servicios públicos en general, habían sufrido reducciones drásticas, y se organizaban excursiones especiales del campo a la ciudad y de la ciudad al campo que en muchos casos eran gratuitos. Por otra parte, el desempleo se estaba reduciendo a grandes pasos, los sueldos subían, y la Reforma Urbana había aliviado la angustia mensual de los alquileres, y la educación y los útiles escolares no costaban nada. Las 20 leguas de harina de marfil de las playas de Varadero, que antes tenían un solo dueño y cuyo disfrute estaba reservado a los ricos demasiado ricos, fueron abiertas sin condiciones para todo el mundo, inclusive para los mismos ricos. Los cubanos, como la gente del Caribe en general, habían creído desde siempre que el dinero solo servía para gastárselo, y por primera vez en la historia de su país lo estaban comprobando en la práctica. Creo que muy pocos éramos conscientes de la manera sigilosa pero irreparable en que la escasez se nos iba metiendo en la vida. Aún después del desembarco en Playa Girón los casinos continuaban abiertos, y algunas putitas sin turistas rondaban por los contornos en espera de que un afortunado casual de la ruleta les salvara la noche.
Era evidente que a medida que las condiciones cambiaban, aquellas golondrinas solitarias se iban volviendo lúgubres y cada vez más baratas. Pero de todos modos las noches de La Habana y de Guantánamo seguían siendo largas e insomnes, y la música de las fiestas de alquiler se prolongaba hasta el alba. Esos rezagos de la vida vieja mantenían una ilusión de normalidad y abundancia que ni las explosiones nocturnas, ni los rumores constantes de agresiones infames, ni la inminencia real de la guerra conseguían extinguir, pero que desde hacía mucho tiempo habían dejado de ser verdad. A veces no había carne en los restaurantes después de la media noche, pero no nos importaba, porque tal vez había pollo. A veces no había plátano, pero no nos importaba porque tal vez había boniato. Los músicos de los clubes vecinos y los chulos impávidos que esperaban las cosechas de la noche frente a un vaso de cerveza, parecían tan distraídos como nosotros ante la erosión incontenible de la vida cotidiana. En el centro comercial habían aparecido las primeras colas y un mercado negro incipiente pero muy activo empezaba a controlar los artículos.
Yo tomé conciencia del bloqueo de una manera brutal, pero a la vez un poco lírica, como había tomado conciencia de casi todo en la vida.
Después de una noche de trabajo en la oficina de Prensa Latina me fui solo y medio entorpecido en busca de algo para comer. Estaba amaneciendo. El mar tenía un humor tranquilo y una brecha anaranjada lo separaba del cielo en el horizonte. Caminé por el centro de la avenida desierta, contra el viento de salitre del malecón, buscando algún lugar abierto para comer bajo las arcadas de piedras carcomidas y rezumantes de la ciudad vieja. Por fin encontré una fonda con la cortina metálica cerrada pero sin candado, y traté de levantarla para entrar, porque dentro había luz y un hombre estaba lustrando los vasos en el mostrador. Apenas lo había intentado cuando sentí a mis espaldas el ruido inconfundible de un fusil al ser montado, y una voz de mujer muy dulce pero resuelta.
—Quieto compañero —dijo—. Levanta las manos. Era una aparición en la bruma del amanecer. Tenía un semblante muy bello, con el pelo amarrado en la nuca como una cola de caballo, y la camisa de miliciana ensopada por el viento del mar. Estaba asustada sin duda, pero tenía los tacones separados y bien establecidos en la tierra, y agarraba el fusil como un soldado.
—Tengo hambre —dije. Tal vez lo dije con demasiada convicción, porque solo entonces comprendió que yo no había tratado de entrar a la fonda a la fuerza, y su desconfianza se convirtió en lástima.
—Es muy tarde —dijo.
—Al contrario —le repliqué—: el problema es que es demasiado temprano. Lo que quiero es desayunar. Entonces hizo señas hacia adentro por el cristal, y convenció al hombre de que me sirviera algo aunque faltaban dos horas para abrir. Pedí huevos fritos con jamón, café con leche y pan con mantequilla, y un jugo fresco de cualquier fruta. El hombre me dijo con una precisión sospechosa que no había huevos ni jamón desde hacía una semana ni leche desde hacía tres días, y que lo único que podía servirme era una taza de café negro y pan sin mantequilla, y si acaso un poco de macarrones recalentados de la noche anterior. Sorprendido le pregunté qué estaba pasando con las cosas de comer, y mi sorpresa era tan inocente que entonces fue él quien se sintió sorprendido.
—No pasa nada —me dijo—. Nada más que a este país se lo llevó el carajo.
No era enemigo de la Revolución como lo imaginé al principio. Al contrario era el último de una familia de 11 personas que se habían fugado en bloque para Miami. Había decidido quedarse, y en efecto se quedó para siempre, pero su oficio le permitía descifrar el porvenir con elementos más reales que los de un periodista trasnochado. Pensaba que antes de tres meses tendría que cerrar la fonda por falta de comida, pero no le importaba mucho porque ya tenía planes muy bien definidos para su futuro personal.
Fue un pronóstico certero. El 12 de marzo de 1962, cuando ya habían transcurrido 322 días desde el principio del bloqueo, se impuso el racionamiento drástico de las cosas de comer. Se asignó a cada adulto una ración mensual de tres libras de carne, una de pollo, seis de arroz, dos de manteca, una y media de frijoles, cuatro onzas de mantequilla y cinco huevos. Era una ración calculada para que cada cubano consumiera una cuota normal de calorías diarias. Había raciones especiales para los niños, según la edad, y todos los menores de 14 años tenían derecho a un litro diario de leche. Más tarde empezaron a faltar los clavos, los detergentes, los focos, y otros muchos artículos de urgencia doméstica, y el problema de las autoridades no era reglamentarlos sino conseguirlos. Lo más admirable era comprobar hasta qué punto aquella escasez impuesta por el enemigo iba acendrando la moral social. El mismo año en que se estableció el racionamiento ocurrió la llamada Crisis de Octubre, que el historiador inglés Hugh Thomas ha calificado como la más grave de la historia de la humanidad, y la inmensa mayoría del pueblo cubano se mantuvo en estado de alerta durante un mes, inmóviles en sus sitios de combate hasta que el peligro pareció conjurado, y dispuestos a enfrentarse a la bomba atómica con escopetas. En medio de aquella movilización masiva que hubiera bastado para desquiciar a cualquier economía bien asentada, la producción industrial alcanzó cifras insólitas, se terminó el ausentismo en las fábricas y se sortearon obstáculos que en circunstancias menos dramáticas hubieran sido fatales. Una telefonista de Nueva York le dijo en esa ocasión a una colega cubana que en los Estados Unidos estaban muy preocupados por lo que pudiera ocurrir.
—En cambio aquí estamos muy tranquilos —replicó la cubana—. Al fin y al cabo, la bomba atómica no duele.
El país producía entonces suficientes zapatos para que cada habitante de Cuba pudiera comprar un par al año, de modo que la distribución se canalizó a través de los colegios y los centros de trabajo. Solo en agosto de 1963, cuando ya casi todos los almacenes estaban cerrados porque no había materialmente nada que vender, se reglamentó la distribución de la ropa. Empezaron por raciones de nueve artículos, entre ellos los pantalones de hombre, la ropa interior para ambos sexos y ciertos géneros textiles, pero antes de un año tuvieron que aumentarlos a 15. Aquella Navidad fue la primera de la Revolución que se celebró sin cochinito y turrones, y en que los juguetes fueron racionados. Sin embargo, y gracias precisamente al racionamiento, fue también la primera Navidad en la historia de Cuba en que todos los niños sin ninguna distinción tuvieron por lo menos un juguete. A pesar de la intensa ayuda soviética y de la ayuda de China Popular que no era menos generosa en aquel tiempo, y a pesar de la asistencia de numerosos técnicos socialistas y de la América Latina, el bloqueo era entonces una realidad ineludible que había de contaminar hasta las grietas más recónditas de la vida cotidiana y a apresurar los nuevos rumbos irreversibles de la historia de Cuba. Las comunicaciones con el resto del mundo se habían reducido al mínimo esencial. Los cinco vuelos diarios a Miami y los dos semanales de Cubana de Aviación a Nueva York fueron interrumpidos desde la Crisis de Octubre. Las pocas líneas de América Latina que tenían vuelos a Cuba los fueron cancelando a medida que sus países interrumpían las relaciones diplomáticas y comerciales, y solo quedo un vuelo semanal desde México que durante muchos años sirvió de cordón umbilical con el resto de América, aunque también como canal de infiltración de los servicios de subversión y espionaje de los Estados Unidos. Cubana de Aviación, con su flota reducida a los épicos Bristol Britannia que eran los únicos cuyo mantenimiento podían asegurar mediante acuerdos especiales con los fabricantes ingleses, sostuvo un vuelo casi acrobático a través de la ruta polar hasta Praga. Una carta de Caracas, a menos de mil kilómetros de la costa cubana, tenía que darle la vuelta a medio mundo para llegar a La Habana. La comunicación telefónica con el resto del mundo tenía que hacerse por Miami o Nueva York, bajo el control de los servicios secretos de los Estados Unidos, mediante un prehistórico cable submarino que fue roto en una ocasión por un barco cubano que salió de la bahía de La Habana arrastrando el ancla que había olvidado levar.
La única fuente de energía eran los cinco millones de toneladas de petróleo que los tanqueros soviéticos transportaban cada año desde los puertos del Báltico, a 14 mil kilómetros de distancia, y con una frecuencia de un barco cada 53 horas. El Oxford, un buque de la CIA equipado con toda clase de elementos de espionaje, patrulló las aguas territoriales cubanas durante varios años para vigilar que ningún país capitalista, salvo los muy pocos que se atrevieron, contrariara la voluntad de los Estados Unidos. Era además una provocación calculada a la vista de todo el mundo. Desde el malecón de La Habana o desde los barrios altos de Santiago se veía de noche la silueta luminosa de aquella nave de provocación anclada en aguas territoriales. Tal vez muy pocos cubanos recordaban que del otro lado del mar Caribe, tres siglos antes, los habitantes de Cartagena de Indias habían padecido un drama similar. Las 120 mejores naves de la armada inglesa, al mando del almirante Vernon, habían sitiado la ciudad con 30 mil combatientes selectos, muchos de ellos reclutados en las colonias americanas que más tarde serían los Estados Unidos. Un hermano de George Washington, el futuro libertador de esas colonias, estaba en el estado mayor de las tropas de asalto. Cartagena de Indias, que era famosa en el mundo de entonces por sus fortificaciones militares y la espantosa cantidad de ratas de sus albañales, resistió el asedio con una ferocidad invencible, a pesar de que sus habitantes terminaron por alimentarse con lo que podían, desde las cortezas de los árboles hasta el cuero de los taburetes. Al cabo de varios meses, aniquilados por la bravura de guerra de los sitiados, y destruidos por la fiebre amarilla, la disentería y el calor, los ingleses se retiraron en derrota. Los habitantes de la ciudad, en cambio, estaban completos y saludables, pero se habían comido hasta la última rata. Muchos cubanos, por supuesto, conocían este drama. Pero su raro sentido histórico les impedía pensar que pudiera repetirse. Nadie hubiera podido imaginar, en el incierto Año Nuevo de 1964, que aún faltaban los tiempos peores de aquel bloqueo férreo y desalmado, y que había de llegarse a los extremos de que se acabara hasta el agua de beber en muchos hogares y en casi todos los establecimientos públicos.
Publicado en Proceso No. 0090- 01. 24 de julio de 1978.
FALLECIO A LOS 80 ANOS DE EDAD EN HORAS DE LA NOCHE EL COMANDANTE DE LA REVOLUCION BELARMINO CASTILLO MAS (ANIBAL)
Falleció el comandante del Ejército Rebelde Belarmino Castilla Mas
Belarmino Castilla Mas desde muy joven se incorporó a la lucha contra la tiranía batistiana. Posteriormente ingresó en el Movimiento 26 de Julio y sus acciones en la clandestinidad estuvieron vinculadas a Frank País
Autor: Granma | internet@granma.cu
21 de febrero de 2015 02:02:34
En horas de la noche de ayer falleció en la capital Belarmino Castilla Mas (Aníbal), a la edad de 80 años, víctima de bronconeumonía bacteriana.
Aníbal nació el 18 de julio de 1934 en la ciudad de Santiago de Cuba. A partir del 10 de marzo de 1952 se incorporó a la lucha estudiantil contra la tiranía batistiana. Posteriormente ingresó en el Movimiento 26 de Julio y sus acciones en la clandestinidad estuvieron vinculadas a Frank País, José Tey, Vilma Espín, René Ramos Latour, Agustín Navarrete y otros revolucionarios. Con posterioridad a la muerte del destacado combatiente Frank País García, trabajó en la organización de los Escuadrones de Milicias de Santiago de Cuba.
Próximo a la huelga de abril de 1958 subió a la Sierra Maestra en cumplimiento de una misión, ocasión en que conoció al máximo líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz, a Camilo, al Che y a otros dirigentes guerrilleros. El 15 de ese mes ingresó al Ejército Rebelde y encabezó la columna 19 José Tey en la Sierra de la Gran Piedra, en los alrededores de Santiago de Cuba.
Después de varios días dirigió el asalto al cuartel Ramón de las Yaguas, en el que ocupó numerosas armas al enemigo, que constituyó un importante refuerzo para el II Frente Oriental Frank País, al cual se integró, por orden del entonces comandante Raúl Castro Ruz, el 12 de mayo de 1958. Belarmino fue nombrado jefe de la zona norte de ese territorio, donde operó hasta el final de la guerra. Durante varios meses desempeñó la responsabilidad de segundo jefe del Frente.
Participó en importantes acciones, entre ellas, el combate de Los Indios, la toma de Minas de Ocujal en dos ocasiones, el combate de El Socorro y la batalla de Sagua de Tánamo. En cumplimiento de instrucciones superiores, las fuerzas rebeldes dirigidas por Aníbal sitiaron a Mayarí, defendido por un batallón enemigo que intentó retirarse hacia el central Preston (luego Guatemala) sosteniéndose el combate en la Loma de Guanina, el último del Segundo Frente, el 31 de diciembre de 1958. El primero de enero de 1959 Mayarí fue liberado.
Al concluir la guerra, Belarmino Castilla, ostentaba el grado de comandante del Ejército Rebelde. Posterior al triunfo de la Revolución, ascendió por importantes responsabilidades en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, desde Jefe de Estado Mayor del entonces Ejército de Oriente hasta Jefe del Estado Mayor General de las FAR, y desempeñó los cargos de Ministro de Educación y Vicepresidente del Consejo de Ministros.
Integró el Comité Central desde su fundación hasta el Segundo Congreso del Partido y fue Diputado a la Asamblea Nacional en su primera legislatura.
Durante más de dos décadas se consagró a la investigación histórica, particularmente del Segundo Frente Oriental Frank País, y escribió varias obras. Su labor contribuyó a enriquecer la historiografía revolucionaria.
Por sus servicios a la Revolución recibió numerosas órdenes y condecoraciones nacionales y extranjeras. Se destacó siempre por su modestia, sencillez en el trato y fidelidad a la Revolución y al Partido, del que fue fundador.
TEMO QUE DELESMA SI LO TORTUREN
ELIGIO DAMAS
El recordado y extrañamente ausente, para no decir una imprudencia, Alberto Nolia, llamaba a Antonio Ledezma “El vámpiro”, con acento en la “a”, palabra que no aparece en el sacrosanto Drae. Pero nosotros, optamos por no hacerle caso a Nolia y tomarla como una majadería más de él, no porque no aparezca en el diccionario, sino porque toda la vida hemos escuchado al pueblo pronunciarla y escribirla sin acento o mejor dicho “vampiro”.
Hay una versión o imagen fabricada del “vampiro” o del conde Drácula, de esas tantas que creo el cine gringo, quizás la que más se popularizó, sarcásticamente con un gran parecido al llamado Alcalde Metropolitano, ese mismo que hace de todo, conspira, viaja, amenaza, apostrofa, habla en el lenguaje de los hombres perversos, desafiantes y amenazadores, viaja tanto que según Jorge Rodríguez, su cuenta de gastos de viaje en dólares, pagados por la Alcaldía en un solo año, serviría para surtir a Venezuela por el mismo tiempo de pañales para bebé, pero nunca se ocupa de sus obligaciones constitucionales; o mejor dicho no trabaja en lo que debe.
Si alguna cosa a uno le hizo dudar que Ledezma fuese en verdad el vampiro o Drácula, es lo de viajar en avión a cada rato y todo sitio donde crea necesario ir a ver, ¡quién quita!, si le hacen presidente, porque si se pone a esperar le elijan, aun gozando de la inmortalidad, a menos que le encastren una estilla grande de madera en el pecho, se le irá todo el tiempo del mundo esperando para nada. Pero el vampiro verdadero, no necesita avión, el vuela, se hace murciélago, o mejor es murciélago. Porque es licantrópico, una vez humano, otra animal, según le convenga. Ya eso lo define como no digno de confianza. Pero es verdad, que el vampiro, no es un murciélago cualquiera, es un hematófago. Es decir se alimenta de sangre. ¿Eso de gastar tanto real que no son suyos sino del pueblo venezolano para viajar con fines y aprovechamiento personal, no es acaso un acto hematófago? ¿No se chupa la sangre de los venezolanos a quienes está obligado a proteger y auxiliar?
De donde uno concluye que Ledezma no sólo se parece por su figura al Conde Drácula, el “chupa sangre”, sino que lo es por lo dicho y lo que sigue.
Es por demás conocido el compromiso de Ledezma con la política represiva de AD, que consistió en dos viejos principios, “no cargamos preso amarrao”, pues a más de uno asesinaron lanzado de helicóptero, en la tortura, baleado a mansalva en la calle, ahorcado y hasta cazados como liebres, como aquellos campesinos de “El Amparo”. Pregúntenle a Walter Márquez. Pero todavía hay más y vamos a nombrar sólo una poca cosa por asuntos de espacio. ¿Cuántos fueron los muertos del “Caracazo? ¿Cuánta responsabilidad tuvo Ledezma en ese desangramiento? ¿Cuánta sangre bebió de todo eso?
¿Acaso no ha sido Ledezma hasta ahora, pues nada ha dicho en contrario, de aquella vampiresca y draculiana frase de Betancourt, “disparen primero y averigüen después?
Pero aún queda una cosa imposible de olvidar. ¿Cuál otra conducta sino la de Drácula, asumió Ledezma contra los ancianos que protestaban en Caracas porque su gobierno, aconsejado y más que eso, obligado por el FMI, no les pagaba las pensiones? ¿Cuántos de esos ancianos no salieron lisiados y hasta muertos por la violencia desatada por Ledezma contra ellos?
Entonces Ledezma si es un vampiro. Es la personificación ahora del Conde Drácula y, como tal, es la maldad misma. Los malos suelen ser incultos y son, parece una redundancia, insensibles. Por malos e incultos. Ledezma es las dos cosas; finge o pretende parecer otra cosa, tras una palabrería hueca y un vestir elegante, porque si bien es verdad que, “el hábito no hace al monje, suele hacerlo parecer”.
De donde uno puede asegurar, que a Ledezma, un preso acostumbrado a ser carcelero, lo que ya es una tortura, seguro le pusieron en la “celda”, que es de mucho lujo, un espejo. ¡Hay qué ver cuánto desespera a Drácula un espejo! Es más, posiblemente, como es habitual, hasta la 9 p.m. le tengan la luz encendida y él es animal u hombre, en fin licantrópico, de las tinieblas. Para más vainas, al salir el sol, de alguna manera o por alguna circunstancia, que podrían ser muchas, se verá obligado a ver la luz del sol. ¡Hay que ver, para decirlo como Capriles, como le arrecha eso a Drácula! Para más vainas, le pusieron a dormir en cama y él lo hace en una urna negra.
Por último, no es nada extraño que esos intelectuales jodedores del chavismo, que son muchos, le envíen a Ledezma o Drácula libros, de esos tantos y buenos de Librerías del Sur, a ver si lee. ¡Los libros a Ledezma le producen tanto daño como la luz! ¡Porque alumbran!
Entonces, no hay duda; gringos, ONGs, CDDHH de toda pinta, en Ramo Verde, Venezuela, están torturando a Ledezma. ¡¡SOCORRO!!
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 2/22/2015 11:23:00 a. m.
sábado, 21 de febrero de 2015
¿SOCIALISMO ES ESCASEZ Y HAMBRE? HABLANDO CON LAS PAREDES
ELIGIO DAMAS
De manera afirmativa, en abundantes paredes de nuestras ciudades, se dice lo que este título se plantea como interrogante. Es más, aparece escrito en color negro, lo que supongo no un azar sino algo estudiado. No obstante, tengo una foto de una camioneta costosa, tanto que ahorita muy contaditas personas podrían adquirir, de esas que llaman “Hummer”, donde mediante un letrero blanco en uno de los vidrios de la misma, su dueño, porque debe ser él y no otro, acusa a Maduro de hacerle pasar hambre.
Las colas que se forman en todas partes para adquirir cualquier cosa o “lo que vendan”, como suelen decir quienes las hacen por algo más que “deporte” son, para voceros oficiales del gobierno signo que la gente tiene dinero para comprar. Para los opositores, que a esas colas acuden para intentar sacar provecho político del asunto o quienes opinan por los medios, demuestran que hay escasez y hasta concluyen, esto no lo entiendo mucho, que es sinónimo de hambre. El hambre y la abundancia de dinero no aparecen asociadas con frecuencia, salvo que la sociedad confronte un problema donde quienes deben producir los alimentos no lo hacen o, por lo menos, con la debida abundancia. Si hay demanda, el aparato productivo, esencialmente privado, pues es el que prevalece, debe ofertar.
En verdad, el origen de las colas es diverso. Hay quienes hacen colas para comprar “lo que vendan” para luego revenderlo en el barrio, una ocupación – la de buhonero – que pareciera haberse expandido, producto de la crisis y produce algunos buenos ingresos a mucha gente “excluida”, con lo que repente se incluyen como por “picardía”. Sería bueno que el INE, organismo últimamente como demasiado discreto, indagara cuántos venezolanos andan en eso de “comprar lo que vendan o traiga el camión, para revenderlo allá en el barrio”, lejos de estos hipermercados o centros comerciales a gente que no tiene tiempo para hacer esas colas. Hay, como lo hubo en Chile, quienes hacen cola para vender su puesto; lo que reproduce las colas.
Pero hay en las colas quienes quieren comprar los productos subsidiados que de vez en cuando, un de vez en cuando bastante frecuente, aparecen; pero aquellos potenciales compradores, por un mecanismo que en el pasado hubiésemos calificado de mágico, saben con exactitud cuándo y dónde. Sus razones les sobran para hacer esas colas. Uno cargado de años, lleno de achaques e impertinentes deseos de ir al baño con más frecuencia que los jóvenes y empecinado en creer falsamente que nuestro tiempo es valioso, ¡vainas de lo vanidoso!, prefiere pagar un kilo de pollo en 160 bolívares y no pegarse al cable que informa a tiempo y luego hacer la cola para sólo invertir 40 bolos. Porque lo de la edad no ayuda para evitarnos las colas porque en esos momentos uno tampoco sabe de dónde, aunque sí por qué, sale tanto viejo. La inflación o la especulación, llamémosla como nos parezca, porque eso acontece a la luz del día y ante los ojos de “tutti le mundachi”, obligan a los más débiles económicamente a hacer esa cosa para comprar algo de esos productos que se venden en esos operativos fugaces. ¡Claro! Otros débiles, cuyos ingresos no son muy significativos y además, nos duele hasta el aire que pasa por los pulmones, no podemos calarnos esas colas, aunque nos metamos lo vanidoso donde nos quepa.
Lo cierto es que las colas son parte de lo que acontece. De la inflación, la especulación, la escasez, el acaparamiento, el contrabando producto del rollo de nuestra política cambiaria y la calculada disminución de producción con fines políticos. Lo que implica decir, y en esto no tengo dudas, de la guerra económica, la caída de la producción y de la ineficiencia de las políticas estatales para encarar estos problemas. Porque si bien es verdad que Cuba pudo justificar esos problemas en el bloqueo y otros asuntos menores, los revolucionarios chilenos en las maniobras del Departamento de Estado y los capitalistas internos y externos, también lo es que Fidel y Allende, nunca tuvieron a la mano la cuantiosa renta petrolera venezolana, con precios hasta hace poco de 100 y más dólares por barril por largos años. Tomemos en cuenta que la caída de los precios del petróleo es reciente y se le puede calificar como un elemento nuevo adicionado a una crisis que se desató tiempo atrás. Llevamos años haciendo maniobras para tumbar el dólar paralelo, de eso es corresponsable Giordani, y la susodicha divisa siguió campante, hacia arriba.
Esta crisis pues tiene responsables. Los agentes del capitalismo que aquí operan, del externo e interno, porque esta es una sociedad capitalista y negarlo es una brutal mentira. Los responsables de ella, con todos sus rasgos están en ambos bandos, aquellos porque la generan, potencian y sostienen con todas sus trampas y gente del gobierno por no encontrar desde tiempo atrás los mecanismos para vencer a quienes quieren matar de hambre a los venezolanos, hacerles perder la paciencia, para lograr un objetivo que está claramente determinado en la Ley magna.
Pero esta crisis, esta escasez, originadas por varios factores en buena medida manipulados por los empresarios de diferentes niveles, se dan en medio de una sociedad capitalista, ni siquiera merecedora de llamarle “en transición”, por circunstancias políticas. Lo de sociedad socialista es una falacia, para decirlo con una palabra que mucho gustaba a CAP. Lo que no niega muchos rasgos generosos, de avanzada, antimperialistas y hasta contrarios a la cultura del capitalismo, como la intención de repartir generosamente la renta petrolera, que han caracterizado el proceso bolivariano. ¿Es posible por ahora ser más audaz?
Esas colas, escasez y presunta hambre de las cuales hablan las paredes, nada tienen que ver con el socialismo, el cual tiene como meta desatar hasta el infinito las fuerzas productivas, alcanzar el mayor nivel de productividad de todos los bienes necesarios, no para acumular beneficios en favor de alguien, un empresario, porque se rompería el encanto y la eficiencia, sino para que la sociedad alcance la mayor felicidad y seguridad posibles. Lo que hace al socialismo generoso es aquello que del capitalismo hace una sociedad rapaz, multiplica el hambre; el proceder de unos pocos individuos de acumular riquezas o los beneficios del trabajo de los más.
El capitalismo es sinónimo de hambre y explotación, lo que suelen revelar las cifras, aunque lo oculten los medios y el oropel de las ciudades.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 1/21/2015 05:18:00 a. m.
METEREOLOGIA, UN VINCULO MUTUAMENTE VENTAJOSO
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From: froilan@cubarte.cult.cu
To: santaritatunas@hotmail.com
Subject: Fw: Meteorología, un vínculo mutuamente ventajoso
Date: Sat, 21 Feb 2015 12:05:33 -0500
Publicado por: Hector Garcia Soto
Meteorología, un vínculo mutuamente ventajoso
El hecho de estar amenazados por idénticos peligros naturales ha sido clave en el mantenimiento de sistemáticos intercambios entre los meteorólogos de ambos países
Autor: Orfilio Peláez
cid:part1.03070400.09030209@infomed.sld.cu
La labor de los aviones cazahuracanes estadounidenses que recopilan información sobre territorio de Cuba es mutuamente beneficiosa. Foto: Cortesía del entrevistado
Pese al clima de confrontación predominante entre Cuba y Estados Unidos por más de cinco décadas (las relaciones diplomáticas las rompió el gobierno norteño en enero de 1961), la meteorología es uno de los campos donde los intercambios bilaterales jamás se interrumpieron, ni siquiera en los momentos de máxima tensión.
Como bien refiere a Granma el doctor José Rubiera, jefe del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, la atmósfera no reconoce fronteras y un huracán que se dirija desde nuestro país hacia el sur de la Florida o la costa norteamericana del golfo de México, no pide visa para entrar allí.
Igual sucede a la inversa cuando un frente frío activo precedido de líneas de tormentas eléctricas severas avanza desde el continente en dirección a la región occidental de Cuba, aseveró.
“El hecho de estar amenazados por idénticos peligros naturales ha sido clave en el mantenimiento de sistemáticos intercambios entre los meteorólogos de ambos países, incluso en etapas históricas bastante alejadas de la actual”.
Rubiera mencionó al respecto lo sucedido en septiembre de 1900, cuando un huracán cruzó de oriente a occidente sobre nosotros, y al salir al mar por el litoral norte, los especialistas cubanos le dijeron a los de la entonces oficina del Weather Bureau en La Habana, que el citado organismo tropical sería un grave peligro para la costa americana del golfo.
Desafortunadamente, así sucedió y aquel meteoro cobró celebridad imperecedera, al quedar inscrito para la historia como el huracán de Galveston, que provocó en ese lugar alrededor de 8 000 muertos y constituye hasta hoy la mayor catástrofe natural en la historia de los Estados Unidos.
También recordó las antológicas discusiones de corte científico entre el ingeniero José Carlos Millás, director del Observatorio Nacional de Cuba, y los meteorólogos estadounidenses, referidas al paso por la provincia de Pinar del Río del polémico huracán de los Cinco Días, en octubre de 1910.
Para los norteños, resaltó, los prolongados efectos de aquel notable evento natural obedecieron al cruce seguido de dos ciclones tropicales sobre un mismo lugar, criterio no compartido por Millás, quien finalmente demostró que se debieron a la denominada por él recurva en lazo de un único ciclón tropical (algo enunciado por primera vez), una peculiar y poco frecuente trayectoria descrita por algunos huracanes cuando reciben la influencia de determinados sistemas atmosféricos.
Según precisó Rubiera, buscando en los archivos del Instituto de Meteorología encontró una respetuosa carta del capitán de corbeta Luis Larragoiti Alonso (dirigía en ese momento el Observatorio Nacional), en la cual le comunicaba al jefe de Meteorología Tropical del Weather Bureau de EE.UU. todos los datos relacionados con la afectación del ciclón Flora al oriente del país en octubre de 1963, incluido un mapa con la presunta trayectoria descrita por el meteoro.
“Lo anterior ocurrió apenas un año después de la Crisis de Octubre, cuando estuvimos al borde de un ataque nuclear, y en momentos en que las tensiones con Estados Unidos se encontraban en un punto crítico”.
Esta información resultó de suma utilidad para ellos a la hora de investigar y calcular el verdadero y sinuoso recorrido del fenómeno, que ocasionó en esa parte del territorio nacional alrededor de 1 157 muertos, y destruyó casi en su totalidad la infraestructura de comunicaciones telefónicas y viales.
“Realmente a lo largo de las últimas cinco décadas y más allá de los conflictos entre los dos países, hemos mantenido una relación cordial, amistosa, y de respeto con los meteorólogos norteamericanos, dentro del marco del Comité de Huracanes de la IV Región de la Organización Meteorológica Mundial (OMM)”, enfatizó el doctor José Rubiera.
“Frente a la amenaza de cualquier huracán u otro evento peligroso, intercambiamos información, hablamos por teléfono y coordinamos las alertas a emitir. Ponemos a la disposición de ellos las observaciones de nuestras estaciones y radares meteorológicos, en tanto el gobierno cubano siempre otorga el permiso requerido para que los aviones cazahuracanes vuelen sobre Cuba, el cual se solicita previamente por los canales correspondientes”. A su vez, para nosotros es sumamente beneficiosa la información recopilada por esos aviones y la referida a los modelos de pronósticos de huracanes que aplican los expertos estadounidenses, destacó.
“En diferentes ocasiones sus especialistas han visitado el Instituto de Meteorología y participado en eventos científicos celebrados aquí, mientras los nuestros asistieron a cursos de capacitación en la sede del Centro Nacional de Huracanes (CNH), de Miami, además de estar presentes en congresos efectuados en EE.UU.”.
Sin embargo, resaltó Rubiera, el mantenimiento del vigente bloqueo económico, comercial y financiero por más de 50 años ha impedido la adquisición de piezas y equipos para nuestras estaciones meteorológicas en el mercado norteamericano, y el acceso a tecnologías más modernas en la recepción de imágenes satelitales.
“Algo similar sucedió con la red nacional de radares, cuyo mantenimiento en plenas condiciones operativas durante tantos años y posterior automatización, solo pudo lograrse gracias a la tenacidad y al ingenio creativo de los especialistas y técnicos del Centro Nacional de Radares, ubicado en la provincia de Camagüey”.
Para Rubiera la voluntad expresada de ambos gobiernos de avanzar hacia una normalización de los vínculos bilaterales, abriría la posibilidad de emprender proyectos conjuntos de investigación en esta disciplina científica, y fortalecer nuestra infraestructura tecnológica.
“De contar Cuba con mejores y más seguros sistemas de comunicación meteorológica, nuestros datos llegarían a ellos de manera más rápida, lo cual beneficiaría la eficiencia y confiabilidad de los pronósticos de huracanes. Como expresé anteriormente, ciclón que impacta el sur de Estados Unidos casi siempre pasa primero por Cuba. Se trata entonces de lograr una mayor seguridad para la preservación de vidas humanas en los dos países y mejorar el trabajo operativo”, afirmó.
Tal punto de vista es compartido igualmente por personalidades vinculadas a la meteorología y al enfrentamiento a desastres naturales en el país norteño. Baste señalar que en declaraciones ofrecidas a Granma por Lixión Ávila, especialista principal del CNH, este dijo que somos naciones vecinas expuestas al acecho de los huracanes, por tanto el flujo mutuo de información garantiza una mayor protección de nuestras poblaciones frente a esas contingencias.
Asimismo, el alto oficial retirado Russel Honoré, quien comandó las acciones de ayuda militar en Nueva Orleans cuando el azote del huracán Katrina en el 2005, ha dicho a medios de prensa de su país que Cuba puede ofrecer lecciones a Estados Unidos en la batalla para enfrentar los ciclones tropicales. “Podríamos aprender de ellos, hacen un excelente trabajo en la prevención y enfrentamiento de los daños causados por los ciclones”.
Fuente: Granma Digital. Febrero 18, 2015.
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