RV:
EN LA CULTURA MILENARIA HAY ADVERTENCIAS QUE MUCHAS VECES NO LES HEMOS HECHO
CASO., publicado en Por Esto!
|
|
Sun, May 3, 2020 12:11 pm
Felix Sautie (felixsau@enet.cu)To:you Details
533 LEP EN LA CULTURA
MILENARI...docx (100 KB)
A la atención de Frank
EN LA CULTURA MILENARIA HAY ADVERTENCIAS QUE
MUCHAS VECES NO LES HEMOS HECHO CASO.
LA ESPIRITUALIDAD PROHIBIDA No. 533.
Releyendo el Apocalipsis. Su verdad sin pánico
ni “apocalipsismo”; apocalíptico… Los alarmistas y los trágicos sobran porque hacen
mucho daño y no ayudan en nada.
De
lo que he visto, de lo que he vivido, de lo que pienso y creo
Félix Sautié Mederos
En estos aciagos días de Pandemia, cada mañana cuando me despierto
se me produce un choque entre lo onírico de mis sueños mientras duermo y la
realidad en que me despierto; para mí tan inusitada, que me parece una
proyección mágica de todo mi entorno. Entonces, me golpeó la cabeza como
buscando despertar de nuevo; pero enseguida comprendo que la realidad pura y
dura es la de la Pandemia y que lo demás son sensaciones todavía oníricas que
pujan por sacarme de lo real que rechazo y que incluso no quiero que esté
sucediendo. Lo confieso sin ambages; y pienso, que quizás algunos estén
experimentando también esas sensaciones y las rechacen y/o no quieran
reconocerlas ni mucho menos mencionarlas y menos aún atreverse a publicarlas.
Por fin, despierto plenamente; y me parece mentira, que estemos confinados a
merced de un virus como todos microscópico. Pero esa es la verdad existencial
del momento, de la que no podemos huir ni siquiera en el campo de lo virtual,
porque hacerlo podría costarnos muy caro en lo individual e incluso también
fatídico para el medio en que nos encontramos enclavados. Todos sin excepción
estamos llamados a combatirlo.
Estos en consecuencia, pueden ser momentos propicios, para las
búsquedas conceptuales del significado de la vida con entre otras cosas las
lecturas y la reflexión sobre el complicado mundo en que hemos estado y estamos
viviendo, que generalmente nuestra agitada vida nos lo ha impedido apreciar con
más dedicación. Las posibilidades que abren las lecturas, los estudios y la
reflexión profunda, constituyen quizás una ventaja propicia que nos aporta el
confinamiento; que no deberíamos desestimar,
Además, hay muchas experiencias, pronósticos y pensamientos de
anticipación expresados en los viejos textos; a los cuales no se les ha hecho
mucho caso por incultura, extremismos ateístas y esquematismos filosóficos.
Puedo decir sin temor a equivocarme, que hemos tenido y tenemos delante las
experiencias del pasado que, bien pudieran alertarnos sobre los presentes que
hemos vivido, que vivimos en la actualidad y los futuros que tenemos por
delante.
En este orden de pensamiento, quiero recordar que la cultura y la
ciencia constituyen los más importantes tesoros que la humanidad ha podido
acumular en el tiempo, porque el registro de lo que sucede, de lo descubierto y
de lo que hemos creado, así como nuestras costumbres de vida y todo lo que
compone la cultura que hemos ido manifestando en el tiempo, es un recurso
esencial para la transmisión de lo alcanzado entre las generaciones que van
surgiendo. Ha sido un factor básico del desarrollo de la humanidad desde la
época de las cavernas hasta nuestro Siglo XXI de las nuevas tecnologías de la
información en tiempo real y del surgimiento de la inteligencia artificial.
No quiero
perder en divagaciones abstractas la oportunidad de mis testimonios de vida que
publico con el exergo “De lo que he visto, de lo que he vivido, de lo
que pienso y creo”. Por tanto, escribo, en estas circunstancias, al
respecto de la actual situación de cuarentenas disciplinadas y luchas contra el
Covid 19. En consecuencia, mi propósito en esta oportunidad, además del
testimonio, es llamar la atención; y si se quiere, alertar sobre la necesidad
de la lectura y del estudio de lo mucho que se encuentra acumulado en algunos de
los viejos textos que se han atesorado en el tiempo. Considero, que podemos
hacerlo, en nuestros días de la INTERNET y de la intercomunicación en tiempo
real, aprovechando la oportunidad que nos brinda la cuarentena. Pienso que es
muy importante hurgar en el pasado, en búsqueda de pistas que han marcado
realidades existenciales de los presentes que vivimos en el decursar de la
Historia Universal; con el objetivo ya enunciado por Carlos Marx desde hace
muchos años, de irnos más allá de las interpretaciones filosóficas para
plantearnos la necesidad de cambiar el mundo.
Quizás, las aciagas circunstancias del momento, podríamos
interpretarlas como una oportunidad que nos ofrece la vida, que para algunos
constituye un llamado mítico de la Madre Tierra en previsión de su posible
destrucción final, para de la crisis sacar las grandes soluciones y las grandes
transformaciones que tanto necesitamos. A eso concretamente es a lo que
también, quiero referirme en lo adelante. Para mí el tiempo apremia, dado que
el virus avanza y puede silenciarlo todo, comenzando por mi persona que es muy
frágil por la edad y por mi diabetes galopante. Por eso, el ejercicio del
pensamiento y especialmente del análisis, los considero una necesidad urgente e
insoslayable; además en momentos en que estamos con tiempo suficiente, para
planteárnosla en la tranquilidad de nuestras casas en cuarentena voluntaria y/o
establecida.
En este orden de pensamiento, quiero comentar brevemente al
respecto de mi relectura en estas circunstancias de un libro milenario, que
forma parte de la Biblia que es EL APOCALIPSIS; al respecto
del cual se han desarrollado mitos y creencias basadas en dogmáticas y
literalistas interpretaciones, que muy poco o quizás en nada han facilitado sus
verdaderas interpretaciones y su utilidad conceptual. Incluso se ha mal
utilizado de forma muy inculta y sin una adecuada exegesis que es una práctica
esencial de la hermenéutica del Nuevo Testamento, para pregonar lo que se ha
denominado como una visión apocalíptica del mundo que en nuestras
circunstancias puede tener consecuencias nefastas.
Lo que necesitamos como nunca antes es profundidad de juicio y
suficiente sangre fría para enfrentar un enemigo invisible que avanza sobre el
mundo. Los alarmistas y los trágicos sobran porque hacen mucho daño y no ayudan
en nada. Por tanto, poner en su lugar que le corresponde al libro del
Apocalipsis es imprescindible en mi opinión para neutralizar tales
alarmismos. No pretendo reseñarlo en su totalidad ni mucho
menos; porque además ello daría suficiente material para un ensayo completo que
no es el objetivo de mis testimonios de vida por el momento. Eso lo dejo para
los especialistas que se dedican a estos menesteres. Lo urgente, hoy, en mi
opinión hoy, es salirle al paso al uso indiscriminado de su contenido para
crear alarmismos innecesarios y muy dañinos.
Concuerdo plenamente con lo planteado por el Presidente Miguel
Díaz Canel, en su intervención en la reunión de análisis del trabajo para
enfrentar la Pandemia de marras en el Palacio de la Revolución el día 7 de
abril del 2020: “…vamos a vacunarnos también contra la
desinformación y la neurosis que pueden generar las falsas noticias que están
circulando en las redes, en los avisos apocalípticos...”.
Precisamente mi aporte a esa vacunación informativa es tratar de
poner en su lugar lo planteado por El Apocalipsis; y enfrentar el mal uso y la
incultura, de quienes lo mal utilizan para alarmar, crear dudas y
desmovilizarnos de los que constituye nuestra principal responsabilidad del
momento que es hacer disciplinadamente lo que a cada cual nos toca para ganarle
la batalla de vida o muerte al Covid 19.
El momento es de lucha máxima, y en las guerras, menciono guerras
porque eso es lo que estamos enfrentando con el Coronavirus de marras: sembrar
dudas, plantear alarmismos y estar a la casa de la más mínima acción para
siempre criticarla sin importar su justeza, son actitudes que pueden llegar a
una acción muy dañina que siempre requiere tolerancia cero en tan dramáticas
circunstancias.
Recuerdo que en el Instituto de Estudios Bíblicos y Teológicos el
hoy desaparecido ISEBIT de Cuba, en el que me desempeñé durante varios años
como profesor de Ética y de Cooperación al Desarrollo, elaboré un trabajo de
análisis sobre el Apocalipsis, cuyo contenido lo he extraviado en el tiempo.
Puedo decir pues, que este libro siempre me ha llamado mucho la atención. Es
enigmático pero profundo. En este sentido opino que resulta muy necesario el
ejercicio de la hermenéutica, exégesis en el caso del Nuevo Testamento, como
ciencia de la interpretación de los viejos textos bíblicos ancestrales.
Recuerdo y parafraseo, que en cierta ocasión el destacado intelectual cubano
marxista histórico y comunista de muchos años, Carlos Rafael Rodríguez expresó
que la Biblia era uno de los libros básicos de la Cultura Universal que siempre
él salvaría ante cualquier incendio
Comúnmente el termino Apocalipsis se asocia con el desastre y las
crisis, pero en realidad su nombre está asociado con el término griego que
significa revelación y anuncio profético. El Apocalipsis fue escrito en el
denominado “lenguaje de todos los tiempos” que se expresa con términos y
símiles creados sobre la base de la cultura en torno al año 95 de nuestra era;
pero que siempre es posible interpretarlo, aunque ello requiere estudio y
cultura filosófica hermenéutica para lograrlo adecuadamente. Es mi criterio,
que buena parte de los viejos textos realmente no se han escrito por gusto. En
las diversas sociedades y culturas, han sido concebidos por el esfuerzo de la
voluntad humana de comunicarse con sus descendientes. Por lo general, con el
propósito de expresarles pensamientos, ideas, descubrimientos, testimonios y
anticipaciones que pueden resultarles de utilidad para que la vida no termine
destruida por nosotros mismos, tal y como parece que el capitalismo neoliberal
se ha propuesto en nuestra época. Esta epidemia, podría ser en mis pensamientos
al respecto de lo que significa su sentido filosófico y sociológico, una
advertencia existencial de lo que podría sucedernos si continuamos por el
camino que íbamos.
Todo en realidad lo dificulta seriamente, el ateísmo vulgar, la
falta de profundidad en los análisis filosóficos, unidos con el dogmatismo que
muchas veces se convierte en un fanatismo inculto y dañino para quienes lo
ponen en práctica, así como para el entorno en que ellos se desenvuelven. Por
otra parte, tenemos que se han desarrollado en algunas comunidades
intelectuales y científicas un cierto prejuicio al estudio y la interpretación
de estos textos ancestrales. Las principales culturas que conocemos, tienen sus
libros básicos; y considero que acercarnos a ellos, leerlos, estudiarlos y
buscar interpretaciones son manifestaciones importantes de un alto valor
cultural, científico, filosófico, antropológico, sociológico e incluso
histórico.
También debo significar que, últimamente, se están manifestando
señales muy interesantes, que deberíamos tenerlas muy en cuenta e
interpretarlas adecuadamente, referidas a los cambios del clima que se están
presentando sobre las grandes ciudades del mundo, descongestionadas en estos
momentos por la detención de las actividades expoliadoras del planeta.
Paralización que las cuarentenas han determinado en las producciones
industriales, en los transportes contaminantes y en general por la no quema de
combustibles fósiles. Todo lo cual cada vez más está hipotecando el futuro que
tenemos por delante; y que actualmente como consecuencias de las cuarentenas
han disminuido sensiblemente. Esos son signos muy importantes para interpretar.
En realidad, en el corto espacio que poseo, no podría referir un
reporte de lectura adecuado de un libro tan complejo y, en consecuencia; por
eso, a continuación, me referiré solo a algunos rasgos que pienso son muy
esenciales y que considero de alerta muy útil para prever la destrucción del
planeta que con tanta inconsecuencia estamos perpetrando. Debo decir pues, al
respecto de la lectura y el estudio del Apocalipsis, que debemos percibir un
principio importante de interpretación en los mensajes que anunciaba a las
iglesias para los cuales fue escrito. Las iglesias, se refiere a las
comunidades cristianas primitivas que existían en los momentos en que fue
escrito. Sus referencias a Roma son claras: ‘las siete colinas’: así como la
comparación con Babilonia equivalen al poder del Imperio Romano que destruyó el
Templo de Jerusalén el año 70 de nuestra era, así como como lo
hicieron antes los babilonios en el año 586 antes de nuestra era.
Al respecto del origen de este libro trascendental y de
quienes fueron el profeta o los profetas que lo escribieron ,
sabemos que aunque durante mucho tiempo desde principios del Siglo II se
le atribuyó a Juan el Apóstol también autor del Cuarto Evangelio, actualmente
la mayoría de los investigadores consideran que no se pueden comparar el
griego bárbaro del Apocalipsis con la prosa fluida del Cuarto Evangelio;
y por tanto, consideran el Apocalipsis como la obra de un hoy desconocido
profeta que lo escribió para sus contemporáneos en torno al año 95 de nuestra
era.
El autor o los autores porque también puede haber sido
la obra colectiva de una de las escuelas de pensamiento cristiano que existían
en esas primeras épocas del cristianismo primitivo, evidentemente estaban
profundamente influidos por la destrucción del Templo de Jerusalén que perpetró
el Imperio Romano en los años 70 de Nuestra Era y como ya expresé más arriba en
comparación con lo que mucho antes hicieron los del imperio Babilónico en el
año 586 antes de Nuestra Era.
En este orden de pensamiento, considero muy personalmente que el
Apocalipsis bien que podría considerarse una obra de testimonio y de protesta
ante los crimines y las destrucciones que perpetran los imperialismos surgidos
en la Historia Universal. De ahí la importancia que le confiero a su relectura
y estudio en la época del Imperio yanqui que preside Mr. Trump, que como el de
Babilonia y el de Roma, están llamados a desaparecer. Cuando, quizás Mr. Trump
está acelerando su fin en la actualidad.
En este sentido, quiero reiterar y hacer muy mías algunas
consideraciones, que sintetizo y comento con algunos aportes míos a
continuación, que se plantean en el DICCIONARIO DE LA BÍBLIA de W.F. Browning,
publicando por la Editorial PAIDOS de México, 1ra. Edición de 1998:
- Las secciones más claras del Apocalipsis son los
tres primeros capítulos con los mensajes a las siete iglesias de Asia
Menor (1). Donde las que han permanecido firmes, reciben
alabanzas (en Esmirna y Filadelfia); donde las que están fallando, son
reprendidas especialmente Laodicea.
- Los nombres se refieren a comunidades del
momento y no deben ser confundidos con nombres similares de la actualidad.
- Los lectores modernos del Apocalipsis no deben
tomar literalmente lo que se profetiza, aunque en la actualidad existen
cristianos fundamentalistas y conservadores (digo yo muchos de los seguidores
de Mr. Trump y del Sr. Bolsonaro) para los cuales la predicción es el fin del
mundo en esta generación.
- Algunos con conceptos contradictorios para un
cristiano verdadero de sentimientos guerreristas, incluso han predicho que la
batalla del Harmagedón (Ap 16, 12-16) se librará con armas nucleares de
destrucción masiva.
- En las palabras del vidente autor, lo que se
encuentra claramente expresado es la fe en que cada generación puede tener
acceso a la salvación de Jesús, que también significará la lucha por la paz y
la justicia a que estamos todos convocados.
- El concepto apocalíptico significa muy
especialmente en realidad, la esperanza ferviente de una salvación futura al
final de la experiencia presente de sufrimiento y humillación nacionales.
En definitiva, en mi criterio que quiero transmitir, el
pensamiento Apocalíptico que adopta la forma de literatura escatológica, puede
ser utilizado por los movimientos progresistas del mundo, ya que bien puede
significar una clara toma de conciencia de que somos los seres humanos los que
podemos destruir nuestro planeta y la civilización conocida; y que en consecuencia,
somos los seres humanos los que debemos luchar en contra de la perversidad del
neoliberalismo imperialista que está destruyendo nuestro planeta. El pasado en
que se escribió el Apocalipsis fueron el imperio de Babilonia y de Roma; en el
presente en que estamos es el imperio del Norte Revuelto y Brutal que nos
desprecia. Cuando termino de escribir este artículo circula la noticia que Mr.
Trump ha amenazado a la Organización mundial de la Salud y a su Director, Un
verdadero chantaje, que dice mucho de su maldad. Así lo pienso y así lo afirmo
y escribo, con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender
a nadie en particular.
Continuará.
Finalmente les reitero mi correo electrónico con el propósito de
que puedan trasmitirme, criterios, opiniones y preguntas: fsmederos@gmail.com
1) Recuerdo que el
término iglesia significa asamblea en estos casos de fieles de una determinada
religión
Publicado en UNICORNIO Suplemento de ciencia y cultura de Por
Esto! y en la Sección digital de Especiales del periódico Por Esto! de Mérida,
Yucatán, México el domingo 3 de mayo del 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario