Tierras raras, carta de China contra Trump
Hedelberto López Blanch
Tras lanzar una estruendosa guerra económica contra varios países del
mundo y fundamentalmente contra China para tratar de mantener su ya
debilitada hegemonía mundial, la administración estadounidense de
Donald Trump ahora le preocupa que la política de sanciones se le
convierta en un bumerán.
Ya le empiezan a salir obstáculos hasta en su propio país pues
recientemente la Cámara de Comercio norteamericana expresó a la cadena
CNBC que “la utilización de aranceles, con el aumento de amenazas a
nuestra economía, va a perjudicar al país y también crea incertidumbre
con nuestros socios”.
Hace pocos días, más de 600 importantes compañías estadounidense,
entre estas Walmart, Costco, Target, Levy Strauss, Get y FootLocker,
en una carta enviada a Trump, lo instaron a eliminar los gravámenes
actuales y cesar la guerra comercial con el gigante asiático.
En la misiva se expresa que las tarifas adicionales (con las que
amenazó el mandatario) tendrán un impacto negativo para todos los
ciudadanos estadounidenses. Se calcula que otra subida de aranceles
supondrá la pérdida de más de 2 000 000 de puestos de trabajo y
recortaría el Producto Interno Bruto (PIB) del país en un 1 %, además
de costar cerca de 2 000 dólares a cada familia estadounidense.
Trump como siempre ha hecho desde su llegada al poder, refutó ambas
declaraciones y hasta amenazó con abandonar su membresía en la Cámara
de Comercio si continuaban criticando su política comercial.
Pero lo cierto es que la incertidumbre también ha comenzado a hacer
mella dentro de la Casa Blanca y del Pentágono, pues no han logrado
debilitar la economía de Beijing como esperaban y ahora temen que
entre las posibles medidas futuras que tome el gigante asiático esté
la de disminuir sus exportaciones de tierras raras hacia Washington.
Ante esa realidad, Estados Unidos se ha lanzado en una desenfrenada
búsqueda de esos elementos en otros países, sobre todo en África,
Europa y centro Asia.
Beijing controla aproximadamente entre el 85 y el 95 % de la
producción y el suministro de todas las tierras raras, mientras
Washington depende del 80 % de esos suministros procedentes de la
nación asiática. India, Rusia, Estados Unidos, Burundi, Malawi, Canadá
y Australia también los producen pero en menores cantidades.
El Pentágono está negociando con empresas mineras del continente
africano para encontrar nuevas fuentes cruciales para industrias como
la militar y la tecnológica.
Según datos oficiales, China se posiciona como líder en producción de
esos elementos, con hasta 120 000 toneladas al año, que representan el
70 % de la demanda mundial y el 80 % de la estadounidense, por lo que
una interrupción de sus suministros tendría graves efectos negativos
en la economía norteamericana.
El enfrentamiento entre estos dos países se ha agravado en las últimas
semanas después de que Washington decidiera incluir en su lista negra
comercial a la compañía Huawei, el gigante chino de las
telecomunicaciones.
Los componentes de tierras raras se emplean en sistemas
armamentísticos, imanes potentes, teléfonos con pantalla táctil,
cristales especializados, dispositivos de aeronaves.
Otros de sus usos son en coches eléctricos, híbridos, turbinas,
desarrollo de ordenadores, televisores, filtradores de radiación,
baterías, láser con múltiples aplicaciones, reactores nucleares, entre
otras.
Se caracterizan por ser muy buenos conductores de electricidad y por
sus propiedades magnéticas, pudiendo individualizar su magnetismo
mediante la variación de sus aleaciones con el fin de crear imanes con
comportamientos específicos según su uso final.
Las tierras raras constituyen un grupo compuesto por 17 elementos,
(metales y minerales) cuyo nombre se debe a que su extracción resulta
bastante dispersa y no concentrada como en la mayoría de los otros.
En muchas ocasiones se extraen de otros procesos productivos y,
algunos son bien escasos, que los hace muy cotizados por su
utilización en las nuevas tecnologías. Quince de los 17 elementos que
componen las tierras raras provienen del grupo de los lantánidos
(nombre genérico de los 15 cuyas propiedades son muy semejantes). A
los lantánidos, se suman el escandio y el itrio, que poseen ciertas
similitudes con ese grupo.
Forman parte de las tierras raras: cerio, lantano, praseodimio,
neodimio, prometio, samario, europico, gadolinio, terbio, disprosio,
holmio, erbio, tulio, iterbio, lutecio, escandio e itrio.
La alta producción de estos elementos en China, hace que sean
especialmente sensibles al contexto geopolítico, que puede provocar
restricciones de suministro de una materia esencial para las economías
estadounidenses y europeas.
Expertos aseguran que si China corta los suministros a Estados unidos
este país sufriría fuertes atrasos tecnológicos y militares y tardaría
por lo menos tres años en buscar nuevos abastecedores.
Como se observa, China tiene una carta poderosa en sus manos la que
puede hacer recapacitar al obstinado magnate de la Casa Blanca.
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