PUBLICADO POR: Hector García Soto
Fecha: viernes, 17 de febrero, 2012 15:45
Siria e Irán, guerras imperiales planificadas
Hedelberto López Blanch
Al igual que las guerras y ocupaciones contra Afganistán, Irak y Libia, las futuras invasiones contra Siria e Irán han sido diseñadas por Estados Unidos desde hace años y los objetivos fueron expuestos por uno de sus máximos asesores, el sionista norteamericano Henry Kissinger.
La ultraderecha dentro de los gobiernos norteamericanos que han impulsado la instauración de dictaduras, golpes de Estado, guerras, represiones y asesinatos en muchas partes del mundo, tiene entre sus máximos consejeros e inspiradores a Kissinger, ex secretario de Estado durante la administración de Richard Nixon.
Las recientes declaraciones que el ex secretario de Estado hizo a periodistas desde su lujoso apartamento en Manhattan, Nueva York, resultan reveladoras de la ideología fascista de la ultraderecha norteamericana:
“Estados Unidos está rendido ante China y Rusia, y el último clavo en el ataúd será Irán, que es, por supuesto, el principal objetivo de Israel. Hemos permitido a China aumentar su fuerza militar y a Rusia recuperarse de la sovietización, lo que les dará una falsa sensación de valentía, pero que traerá para todos juntos una muerte más rápida. Somos como el tirador que se atreve a dejar que el novato coja el arma, y cuando lo intenta, es bang bang”.
A continuación, ese señor, uno de los gestores principales del golpe de Estado contra el presidente chileno Salvador Allende y propulsor de la operación Cóndor agregó: “La próxima guerra que viene será tan grave que solo una superpotencia puede ganar, y esa somos nosotros, amigo. Les dijimos a los militares que tendrían que conquistar más de siete países de Oriente Medio por sus recursos y casi han completado su trabajo. Todos sabemos lo que pienso de los militares, pero tengo que decir que han obedecido las órdenes someramente en esta ocasión”.
Sin ningún escrúpulo de respeto por los derechos humanos ni por la sobrevivencia de la Humanidad, Kissinger apologiza y apuesta por una guerra, hasta nuclear, que puede ser el principio del fin del mundo.
Y al parecer, sus pensamientos estan acordes con las acciones de la Casa Blanca y de los militares pues ya Estados Unidos ha colocado en la zona del Golfo Pérsico a los portaaviones Abraham Lincoln y el Carl Vinson, además de dos cruceros con 26 misiles a bordo cada uno; cuatro destructores, con capacidad de portar de 8 a 56 misiles y dos submarinos nucleares del tipo Annapolis que portan 12 misiles de crucero.
Para abril se prevé que llegue a la zona el portaaviones Enterprise. Con su arribo, el grupo de combate contará con 430 misiles cruceros Tomahawk, de medio y largo alcance, capaces de volar a baja altura de modo que pueden ser lanzados desde un submarino sumergido.
Mientras, la élite sionista que dirige a Israel amenaza constantemente con atacar a la nación islámica y mediante los abundantes medios de comunicación occidentales atemoriza al mundo con noticias distorsionada sobre la utilización de la energía nuclear por parte de Teherán.
El politólogo norteamericano James Petras en un artículo divulgado hace pocos días señaló: “La Casa Blanca está totalmente en deuda con los recaudadores de fondos sionistas y recibe órdenes de los 52 presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses. La estrategia israelí-sionista es rodear a Irán, debilitarlo económicamente y atacarlo militarmente. La invasión de Irak fue la primera guerra de Estados Unidos realizada para Israel; la guerra de Libia la segunda; la actual guerra por poderes contra Siria es la tercera. Estas conflagraciones han destruido o están destruyendo a los adversarios de Israel”.
Por su parte, Irán esta muy bien armado, cuenta con suficiente tecnología para detener ataques de los posibles invasores, un extenso territorio y sobre todo gran unión del pueblo alrededor de sus dirigentes.
Moscú y Beijing ya se opusieron a resoluciones en Naciones Unidas contra Siria, auspiciadas por Estados Unidos, Unión Europea y con la utilización de varias monarquías del Golfo que controlan en estos momentos a la Liga Árabe. También esos dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad han declarado que no permitirán en ONU, nuevas resoluciones agresivas contra Irán.
En el caso de Moscú, esta semana el comandante del Estado Mayor, general Nicolai Makárov, advirtió que cualquier agresión militar de Estados Unidos contra la República Islámica de Irán será respondida de forma contundente por Moscú.
Makárov en declaraciones a la prensa, agregó que el Ministerio de Defensa de Rusia está controlando la situación que se vive en Irán y Oriente Medio a través de un centro recién creado de monitoreo y control, además de observar cualquier movimiento de las fuerzas extranjeras en la zona y que en el caso de un supuesto conflicto militar en la región, Moscú baraja varias opciones al respecto.
En sus declaraciones, Kissinger fue mucho más allá y divulgó la verdadera razón de los sucesivos conflictos bélicos:
“Es sólo la última piedra del camino, es decir, Irán, la que realmente inclinará la balanza. ¿Cuánto tiempo pueden China y Rusia esperar y ver a América poniendo orden? El gran oso ruso y la hoz china se han despertado de su letargo, y aquí es cuando Israel tiene que luchar con todas sus fuerzas y armas para matar a tantos árabes como pueda. Esperemos que si todo va bien, la mitad de Oriente Medio será israelí”.
El fin es entregarle casi todo el Medio Oriente a Israel, el fiel aliado de Washington. Pero, por lo expuesto, una guerra será larga, extensa, difícil y desastrosa tanto para invadidos como para invasores. Esperemos que prime la sensatez sobre la inconciencia imperial.
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