Desastres
naturales con la firma de Trump
Por
Hedelberto López Blanch
Desastrosos
terremotos en Japón, Haití, China, Chile, Indonesia, Pakistán; inundaciones en
Bolivia, Colombia, Venezuela, Brasil, Guatemala, Australia, Vietnam,
Bangladesh, Filipinas, Mali, Níger, Burkina Faso; enormes incendios en Rusia, Portugal,
América del Sur, Asia; desproporcionadas nevadas en Estados Unidos, México,
Europa, elevación del nivel del mar y la casi segura desaparición de islas y
grandes extensiones de tierra, son algunas de las consecuencias del cambio
climático.
Pero, a pesar de todas esas calamidades que cada vez se vuelven más desastrosas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a su país del Acuerdo de París sobre cambio climático aprobado por 195 países en diciembre de 2015 y que tenía como fin ir reduciendo las emisiones de gases invernaderos a partir de 2020.
Pero, a pesar de todas esas calamidades que cada vez se vuelven más desastrosas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a su país del Acuerdo de París sobre cambio climático aprobado por 195 países en diciembre de 2015 y que tenía como fin ir reduciendo las emisiones de gases invernaderos a partir de 2020.
Todas
las naciones reunidas del 30 de noviembre al 11 de diciembre de ese año en la
capital francesa, creyeron haber roto la inanición y la desidia que durante los
últimos 30 años han acelerado el calentamiento del globo terráqueo.
La
llegada de Trump al poder rompió con ese furtivo deseo internacional y desde
los jardines de la Casa Blanca, anunció hace unos días que "para cumplir
mí solemne deber de proteger a Estados Unidos y a sus ciudadanos, mi
país se retirará del acuerdo climático de París” y agregó que pedirá
renegociar el tratado "en
términos justos para Washington" como condición para retornar al mismo.
Como
ya se conocían sus intenciones antes del anuncio oficial, 375 científicos de la Academia Nacional
de Ciencias de Estados Unidos, incluyendo a 30 premios Nóbel, en una carta
publicada en el portal Climate Interactive denunciaron que “esa decisión traerá
graves y largas consecuencias para el clima de nuestro planeta y el
incumplimiento del Acuerdo empeorará claramente las
perspectivas de calentamiento global”.
La
verdadera razón de la medida, la aclaró el multimillonario presidente que tiene
estrechas relaciones con compañías multinacionales, al decir que “abandonar el
Acuerdo de París ayudará a las industrias de petróleo y carbón; no queremos que
otros países se rían de nosotros. No lo harán. Fui elegido para representar a
los ciudadanos de Pittsburg, no a los de París".
Muchos
investigadores y analistas aseguran que poderosas firmas relacionadas con los
hidrocarburos y en especial las que están explotando y extrayendo petróleo y
gas por la técnica del fracking ejercieron gran influencia sobre la Casa
Blanca.
Se estima que este año, el gigante
estadounidense producirá 9,5 millones de barriles diarios con la peligrosa
técnica de fracking, proceso que según los expertos produce contaminación de la
atmósfera, de las aguas subterráneas, emisiones de gases de efectos invernadero
(metano), sismicidad inducida, daños acústicos e impactos al paisaje.
Parece que todos los riesgos son
aceptables siempre y cuando el país pueda alcanzar la autosuficiencia
energética y disminuir las importaciones de crudo.
La
técnica del fracking consiste en extraer gas atrapado en el subsuelo para lo
cual se fracturan las rocas de esquisto (pizarra), ubicadas entre 4 000 y 5 000 metros de
profundidad y entre 1,5 y 3
kilómetros de longitud horizontal. Para que fluya el gas
o petróleo, se inyecta agua a presión, así como varios productos químicos con
altos riesgos de contaminación de los acuíferos.
Desde 2005 cuando comenzó esa técnica a gran escala, cerca de un
billón de litros de agua dulce se han utilizado; alrededor de 146 hectáreas de
suelo degradadas; 100 millones de toneladas métricas de equivalente de CO2.
La Oficina de Naciones Unidas para la
Reducción del Riesgo de Desastres y el Centro de Investigación de la
Epidemiología de los Desastres, denunciaron que nueve de cada diez catástrofes
naturales están relacionados con el cambio climático.
El informe mostrado en la reunión
sobre el cambio climático efectuada en Yokohama, Japón, señaló que muchas
regiones del planeta experimentan con mayor frecuencia fenómenos de sequías,
olas de calor, inundaciones, junto a profundos impactos sobre la salud humana,
la extinción de especies, la degradación del hábitat y una menor productividad
de las cosechas.
Cada año que pase, aumentarán los
problemas sanitarios y enfermedades entre los humanos y el mundo animal,
aparecerán nuevas bolsas de pobreza y la brecha de las desigualdades se
ampliará en los países ricos, mientras que en las naciones pobres, las cuales
no poseen capital para enfrentar esos problemas, la situación se volverá aún
más caótica.
En la Cumbre de París se llegó al acuerdo de que naciones desarrolladas colaboraran con las más pobres a enfrentar el cambio climático. El ex presidente Barack Obama, prometió entregar tres mil millones de dólares al Green Climate Fund, que ayuda a los países pobres a luchar contra el cambio climático y a adaptarse a éste. Obama transfirió 500 millones a esa Fundación mientras estuvo en la Casa Blanca.
En la Cumbre de París se llegó al acuerdo de que naciones desarrolladas colaboraran con las más pobres a enfrentar el cambio climático. El ex presidente Barack Obama, prometió entregar tres mil millones de dólares al Green Climate Fund, que ayuda a los países pobres a luchar contra el cambio climático y a adaptarse a éste. Obama transfirió 500 millones a esa Fundación mientras estuvo en la Casa Blanca.
En contraposición, Trump
en su anuncio del primero de junio pasado eliminó por completo el
financiamiento a los programas de la ONU encaminado a contrarrestar el cambio
climático, y canceló las contribuciones prometidas al Green Climate Fund.
Naciones
Unidas ha explicado que si se
continúa con el ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero, para
el 2100 la temperatura media global aumentará entre 3,7 y 4,8 grados respecto a
los niveles preindustriales.
Con esas previsiones, se acelerarán
la proliferación de fuertes desastres naturales, desde terremotos, ciclones,
huracanes, tornados, inundaciones, sequías, derretimiento de glaciales, plagas
infecciosas.
¿Comprenderá algún día
el presidente estadounidense Donald Trump que el cambio climático, impulsado
por el hombre, pone en riesgo de desaparición al planeta y a toda la humanidad?
Todo indica que no lo intuirá.
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