LUNES, 18 DE AGOSTO DE 2014
CUANDO DECIR ADIÓS DUELE TANTO...
Qué difícil es decir adiós cuando en verdad se ha amado. Cuando al fin has encontrado aquel o aquella que hace que tus días sean diferentes y hermosos a lo largo de tu vida.
Qué difícil es decir adiós cuando has sentido su piel dentro de tu cuerpo y sus manos en tus colinas, tus abismos y aún seguir hambrienta de su sexo.
Qué difícil es pensar que ya no acariciarán tu mente proyectándote tantas escenas de encuentros furtivos y eróticos. Haciendo que tus orgasmos sean la bendición de tu vida.
Qué difícil es saber que fue y ya no será. Que sus labios no buscarán saciar su sed en tus minas de piedras preciosas.
Qué difícil es saber que no recorrerás junto a mí los caminos del placer y la lujuria para luego caer exhaustos de delicia y amor.
Qué difícil es entender que fue y no será ya más. Que mis noches volverán a ser tranquilas y monótonas sin la adrenalina fluyendo por mi sangre.
Solo me queda el consuelo de que vives en mí y que podré acariciar tu adorado cuerpo cada vez que el mío tenga ganas de sentirlo.
Si, es muy difícil……
Publicado por Carmen Pacheco en 9:52
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