miércoles, 17 de septiembre de 2014

LAS CULPAS Y LA MUERTE DEL AMOR


miércoles, 17 de septiembre de 2014

PORQUÉ EVITAMOS LA CONVERSACIÓN CON NUESTRAS PAREJAS....




Las mujeres estamos catalogadas como “Humanos parlantes” hablamos más que los hombres y ese adjetivo, por supuesto, lo colocaron los que se creen el género fuerte, los hombres.
A nosotras nos gusta conversar, no hay nada más divino que sentarse con un amigo o una amiga. Tener una buena taza de café o vino, en fin eso no tiene tanta relevancia como la de compartir una divertida charla con la persona indicada.
No todos o todas tienen la capacidad de ser buen oyente pero dediquémosle estas líneas a nuestros hombres, ¿verdad? Ellos son los protagonistas hoy de nuestra conversación.
¿A cuántas mujeres no les ha pasado que han querido entablar una conversación, de cualquier cosa y sus hombres siempre tienen sus mentes en situaciones o lugares distintos a los que nosotras les estamos hablando?
Es cierto, los hombres son diferentes  a las mujeres, aunque toda regla tiene su exención. Esa afirmación la esgrimen ellos desde que el mundo es mundo y no se dan cuenta que las cosas se les haría un tanto más fáciles con nosotras si tomaran otra aptitud cuando una mujer quiere, necesita, es imperioso hablar porque somos así, nos gusta platicar.
En una ocasión me encontraba hablándole a mi compañero y luego de una hora exacta me dí cuenta que él solo repetía “Si querida” fue tal mi enojo que le apagué el televisor en el momento en que pasaban el Fútbol. Se me olvidó que cuando hay períodos de cualquier deporte, se transforman en Zombis Ah! Pero cuando ellos quieren que nosotras los hagamos sentir en las nubes, se acuerdan de algo que se les quedó en el cerebro, porque Dios les dejó un chip para esos momentos de emergencias pero con 1G de memoria y este se auto destruye en cinco segundos 1, 2, 3, 4, 5 PLUS!!!! No les pregunten porque ya se les olvidó. Si en alguna ocasión, antes de que te sugiera ir a tener un encuentro cuerpo a cuerpo lo ven arrugando el ceño es porque están tratando de recordar el último episodio donde ustedes estaban hablando y hablando y ellos ni caso les hacían. Pero tienen tanta suerte los muérganos que logran enhebrar una conversación con el solo objetivo de terminar diciendo cama, cuarto, divertirnos, Felipe quiere visitar a la Concha, cosas como éstas, solamente para tener sexo.
Y si son parejas que tienen un largo rato de casados o viviendo juntos, el silencio se hace más duro. Tanto que tendrías que sacarle filo al cuchillo de cortar carne para ver si logras romperlo.
El hombre se queja que siempre queremos hablar. Si ellos entendieran que las cosas de este mundo se podrían arreglar si alguien hablara y otro escuchara pero con ganas de entender lo que le están diciendo.
Les contaré un caso del cuál supe por mi amiga la del café. Se trata de una pareja. Ellos querían casarse y fueron al Registro Civil para averiguar los requisitos. Cuando entran al lugar se consiguen con unos amigos, otra pareja que precisamente estaban allí para averiguar qué necesitaban para divorciarse.
Fue tal la impresión de los que querían casarse que invitaron a los amigos a tomarse unas cervezas y así poder hablar del porqué de esa decisión. Ya en la Tasca pidieron una ronda de cervezas y la pareja que quería divorciarse, con caras de enojados comienzan a contar el porqué estaban en esos trámites.
Resultó que se trataba única y exclusivamente de falta de comunicación. Ella les contaba que desde que  él empezó un trabajo nuevo llegaba tan cansado que no hablaba con ella y él decía que la vida en la cama, que era lo máximo antes con su esposa había decaído, como cuando un avión va en picada y directo al mar sin piloto que levantara la nariz de la aeronave.
Él les comentaba que ella no lo entendía y que cuando llegaba lo que necesitaba era un baño y una cama para descansar pero que no podía hacerlo porque ella parecía una partera borracha habla que te habla y eso lo enervaba tanto que terminaban peleando.
Entre trago y trago el hombre y la mujer pudieron sacar lo que llevaban por dentro y lo mejor del caso fue que cada uno de ellos oía con mucha atención cuando el otro se quejaba de lo que le molestaba.
Hay!! Si solo pudiéramos ponerle un poquito de atención, sobre todo a ese ser que convive con nosotros. Oír lo que tiene que decir, aunque a nosotros nos parezca sonso o sin importancia, estoy segura que a nuestra pareja si le interesa y eso debería ser suficiente para ponerle atención. Segura estoy que muchas cosas mejorarían en esas camas que a veces se tornan frías y duras. Lo bueno de todo fue que al irse cada pareja a sus casas, los que pensaban divorciarse iban agarrados de la mano y haciéndose caricias.
La pareja que querían casarse tomaron nota de esta experiencia de sus amigos y prometieron poner la mayor atención al otro cuando quisiera hablar.
¿No es tan difícil verdad?
La comunicación entre las parejas es fundamental para un mejor desenvolvimiento en sus vidas y las de los que los rodean…
Carmen Pacheco
@Erotismo10
16 de septiembre de 2014




 
 

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