El mié., 25 mar. 2020 a las 17:02, DANIEL HERNANDEZ (<dherbot@hotmail.com>) escribió:
Desde Colombia nuevamente sorprendidos con la dictadura Venezolana. No contentos con haber desaparecido y secuestrado esta semana un periodista de oposición, acusándolo de cargos inventados que lograrían sonrojar a los peores dictadores latinoamericanos del siglo XX, hoy este señor calvito Ministro, que se dice ser hijo de un mártir de la izquierda venezolana de los 70, le aplica a la oposición la venganza más infame que tenga noticia nuestra América.En Colombia ya tenemos varios personajes similares, que por ser huérfanos de nuestra violencia han dedicado su vida a vengar la muerte de sus progenitores desde puestos de poder. Eso no tiene solución, es una condición psiquiátrica que nunca les permitirá tener paz interior y tristemente desde los puestos de poder, reflejarán y buscarán conciente o inconscientemente la venganza extrema contra personas inocentes.Pobre Venezuela, porque no solo es uno sino dos hermanos llenos de poder vengando a su padre hasta lograr conducir una nación entera al despeñadero para colmar sus ansias de venganza.Mensualmente y desde hace como 6 años, este señor calvito, muestra su atemorizadora y cínica sonrisa para denunciar algún atentado contra la dictadura venezolana. Por supuesto más allá de Venezuela , aparte de producir risa y deslegitimar su Patria frente a la comunidad internacional todo queda ahí. Inclusive entre aquellos países a los que llaman 'aliados' como Cuba, Rusia o China, que aparte de estar preocupados de exprimirle plata a Venezuela, no les importa nada más.Es una lástima que una cantidad de pseudo intelectuales que se dicen de 'izquierda' cohonesten lo que sucede allí, apoyando con sus escritos y medios de comunicación , la destrucción y robo del país más rico de nuestra América. Ayer en diferentes ciudades de Colombia, ante la medida de confinamiento preventivo, salieron sus compatriotas a exigir soluciones, que infortunadamente no logramos dar a nuestros connacionales. Cantidad de familias emigradas de esta infame dictadura, que fue capaz de robar las incomparables riquezas petroleras y mineras de Venezuela, que habrían servido para alimentar a varias generaciones sin preocupaciones de ningún tipo económico. Sin embargo están en plazas y calles de Colombia, inermes, pobres, harapientos, hambrientos y lo que es peor criados en la máxima ignorancia, propia de los regimenes totalitarios.Ahora inermes frente a una pandemia que cambiará la historia de la humanidad en este siglo, lo único que les queda es seguirle oyendo las mentiras al régimen comunicadas por este inquietante calvito. Será difícil que oculten los cadáveres de sus compatriotas . La cortina de las sanciones, del imperialismo, de la ONU o la OEA, de Trump o Duque o Almagro o Guaido, tampoco dan para tanto.Cordial saludoDaniel Hernandez
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