ELIGIO DAMAS
Pedro Carmona Estanga, auto juramentàndose, frente a una hoja en blanco, durante el golpe de abril del 2002. ¿Democracia? |
El impolítico cognomento de “dictadura del proletariado”, que creó una sombra persecutoria de todo hombre libre que aspira una sociedad de iguales y felices, ha servido para que quienes no creen en la democracia, que es ajena a la acumulación de riqueza y al mismo tiempo de pobreza, como es el capitalismo en la etapa de ahora, se exhiban como adalides y defensores de la misma.
Por lo anterior, la oposición venezolana neopuntofijista, eso que Chávez llamó, no sin gracia, “AD, Copei, sus derivados”y sus aliados, como los medios y gobiernos gringos y europeos, entre estos especialmente españoles, han impuesto o sembrado la idea que en Venezuela hay una dictadura. Pero da risa, que quienes repiten la consigna por ignorancia, inocencia o mala fe, al mismo tiempo piden al gobierno que se comporte como tal. Que no resuelva los problemas, no vaya a las causas, sino que practique aquello que en el pasado los venezolanos llamábamos “plan y pal cuartel”. Para ellos, el problema serio de la delincuencia, resultado en buena medida de la miseria, una educación ineficiente que no ha sido capaz de demoler los valores capitalistas, como el de la apropiación indebida, circunstancia en la cual participan y con ventaja los delincuentes de cuello blanco en todos los niveles, se resuelve reprimiendo y hasta exterminando vidas, pero entre los pobres. Así abordaron los gobernantes de la IV república el asunto y sus partidarios, ahora opositores, consideran eso propio de una democracia. No hacerlo, como no es política del actual gobierno, le define un régimen autocrático. No obstante España, o mejor el gobierno de Rajoy y la monarquía franquista, con la “Ley mordaza” y otras disposiciones cruelmente represivas, tanto que en la ONU la acaban de reprobar en materia de Derechos Humanos, el bando opositor y sus aliados de aquí y allá, le tiene como una decente democracia.
He leído como el padre jesuita Arturo Sosa, se hizo eco de la misma versión opositora y habla de un pacto cívico militar, de un Estado opresor. Por supuesto ignora como los grupos económicos imponen su ley, tanto que ahora mismo los importadores nos exprimen, mientras también los pocos productores hacen su fiesta y el Estado parece un convidado de piedra. Claro, es verdad, de vez en cuando el gobierno gesticula, como ahora con eso del presupuesto, como para que uno crea. Pero lo singular es que el padre Sosa y quienes nos esquilman los bolsillos, dicen creer que el perro muerde y lo que es más, esa versión difunden. Tanto que hasta hablan absurdamente de comunismo, dándole por conveniencia y patraña a ese concepto el estereotipado tomado de la URRSS.
Un joven amigo, pese a lo que los sectarios piensen, que dice que vivimos bajo una dictadura, quien carece de la óptica adecuada para afirmar eso, días atrás me decía que en los próximos días se iría a EEUU, su intención es quedarse en ese país. En voz queda, como para que nadie más escuchase, me comentó, “pero estoy cagao”.
“¿Por qué?” Le pregunté con saña, lo confieso. Y agregué, “si allá hay plenas libertades. Jodido es aquí, donde según dices hay una dictadura”.
Se sonrió como apenado y al mismo tiempo disculpándose conmigo y pidiéndome conmiseración, me comentó:
“Sé que allá la vaina es arrecha. Temo, tal como están las cosas, que inmediatamente me devuelvan, en el mejor de los casos, si no es que me detienen, priven de todo derecho por un mes, me sacan todo lo que llevo y luego me regresan”. “Y lo peor es que no podría ni siquiera formar un peo enorme como acostumbramos hacerlo aquí”.
Entonces le dije, “no me respondas nada. Sólo piensa y respóndete a ti mismo, ¿de qué lado está la dictadura?”
En tono coloquial diré, les voy “a echar uno”, tan vigente que me acaba de suceder y sirve para dejar una idea clara a quienes saben lo que es una dictadura y las prácticas de sus cuerpos policiales. Pues la policía es la imagen y el portaestandarte de ella. Su policía está seria y milimétricamente entrenada para ejercer el rol de la dictadura. La policía franquista, los carabineros de Pinochet, la Seguridad Nacional de Pérez Jiménez, Digepol y todas la policía de Betancourt y Leoni, se comportaban de manera muy coherente con los dictados personalistas y represivos de los gobernantes. Es un rasgo distintivo de toda dictadura.
Esta tarde, jueves 29 de septiembre, he pasado cerca a un viejo puente de la ciudad de Barcelona. A una distancia bastante corta como para haber visto con exactitud que en una tubería de unas cuantas pulgadas de diámetro, que corre paralelamente y recostada a la parte baja del puente, había una preocupante fuga de agua. A mi lado viajaba una de mis nietas, quise proceder como buen ciudadano y al mismo tiempo darle a ella una mejor enseñanza. Como el sitio estaba solitario pensé que pudiera ser que tal accidente todavía no era del conocimiento de las autoridades. Por estas cosas todas, al encontrarme muy cerca de allí me detuve y llamé a un agente de la policía municipal, Distrito Bolívar y le reporté lo observado. Fue mi intención que él buscase las maneras de contactar a la autoridad competente a su alcance para los fines correspondientes.
El Alcalde de Barcelona es militante del PSUV o mejor jefe de este partido en la ciudad y municipio; hasta aspira ser el próximo gobernador o por lo menos candidato de su partido. Por lo que el policía a quien contacté es subalterno suyo. Digo esto sobre todo pensando en quienes nos leen fuera de Venezuela y para que tengan todos los detalles a su disposición.
“Agente, por favor, tenga la bondad”. Se acercó a mi cacharro prontamente. Circunstancia que aproveché para decirle:
“Bajo el puente hay una seria fuga de agua; se lo reporto porque es posible que las autoridades competentes lo desconozcan y usted haga lo correspondiente”.
Le hablé como un burócrata o quien escribe un informe oficial, para ver s de esa manera lograba mi propósito.
-“¡Cará mano!”, me dijo el policía, a lo oriental y sin la parsimonia de otras latitudes y tampoco la mía, lo que de paso me agradó. Luego continuó.
-“Esa fuga lleva meses. Además allí mismo, por donde usted pasó, hay un hueco enorme y no lo vienen a repará. Eso que uno lo reporta”.
Después de decir aquella soltó una carcajada enorme, no contra mí, sino como demostración irónica, por lo que luego dijo:
-“Esas son cosas de nuestra ique revolución”.
Esta última expresión me dejó varias interrogantes, como las que de seguidas expongo:
1.- ¿Es un militante inconforme y crítico? Digo esto por aquello de “nuestra ique revolución”.
2.- ¿Un simple agente inconforme con el gobierno?
Las dos cosas son posibles. Una y otra. De todo eso se da en Venezuela. Lo descollante es que el personaje es un agente policial municipal, de un municipio donde el Alcalde es del partido del presidente Maduro. Que ejerce con libertad su derecho a opinar en plena calle y sin saber a quién se dirige.
¿Es eso coherente con el discurso según el cual el Venezuela hay una dictadura? ¿Es posible que eso sucediera en la España de Franco y ahora en la de Rajoy? Poco probable. Pues la Ley Mordaza le cortaría o, por lo menos, le ataría la lengua.
Pero hay algo màs curioso con respecto a esta "dictadura del proletariado", la economìa, en casi su totalidad, està controlada por grupos privados que, aprovechàndose de la ineficiencia del gobierno, le hacen toda clase de trampas para provocar escasez, inflaciòn, desvìo de la producciòn fuera del paìs y hasta fuga de divisas. Ademàs, una pequeña cùpula controla màs del 70 % de la riqueza nacional.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 11/03/2016 05:33:00 a. m.
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