El apagón, gon, gon.
El apagón, gon, gon.
Por Manuel Alberto Ramy y
Aurelio Pedroso.
La Habana, 09/09/2012. Entre las dos notas que subimos esta anoche dando la noticia de que parte del occidente del país estaba sin electricidad, la primera de ellas a las 9:05 pm, la segunda a las 11 y tantas de la noche, algunos del equipo de nuestra publicación salimos a las calles habaneras. ¿Qué vimos?
El primer encontronazo con la oscuridad fue sonoro; “el apagón, gon, gon”, cantaban unos muchachones tocando esa improvisada conguita inevitablemente acompañada de ron “peleón” (barato). Estábamos en el parque de Trillo, corazón del barrio de Cayo Hueso.
“Cómo no va a haber música, si este es el barrio donde vacilaban los Zafiros” (famoso cuarteto musical cubano), dijo uno de los rumberos.
Solo las luces de los autos atravesando las calles, las lámparas portátiles y las conocidas como “chismosas” (lamparitas de kerosene o de aceite) en el interior y los portales de las casas y balcones, quebraban levemente la oscuridad de una ciudad en penumbras.
“Dale agua al dominó”, escuchamos y caminamos por la acera hasta una improvisada mesa de madera. Alrededor de ella, cuatro hombres echaban una partida de dominó iluminados por un farol.
“Hay que darle agua al apagón porque parece que va pa´ largo”, dijo el único de los cuatro que vestía una camiseta blanca de mangas cortas. El resto, sin camisa, “porque el calor está de pi…”, comentó el más joven.
De un balcón nos invitaron a subir –nos identificamos como prensa extranjera-- y allí nos narraron que cuando estaban viendo “el enetv (noticiero nacional), se fue la luz”, dice la señora de la casa mientras se abanica para agregar “no se preocupen aquí todo se va y vuelve”. Y nos recita un rosario de “hoy se desaparece el jabón o el polvo de lavar, la frazada de piso, y mañana o pasado vuelve”.
Me lanzo a una pregunta: “¿Está satisfecha con que todo, todo, vuelva?” El todo llevaba la suficiente mala intención como para que cualquier cubano, que ninguno es bobo, todos son rápidos, captara la dirección del dardo.
“No, mijo, no jodas, lo que no quiero es que hoy sí, mañana no, que el dinero no me alcance, que las cosas funcionen como Dios manda y no como le sale de los co…. a algunos…¿cómo le llaman”. “Burócratas”, responde Aurelio. “ y que las cosas se cumplan como se dicen porque el patrás y palante es bueno pa la jodedera (se ríe), pero pa´ otras cosas, nela (no), como se dice” .
Simpática, dicharachera, Gloria, Yoya, como llaman a esta criolla cincuentona, de esas que huelen a generosidad de barrio y a lengua directa, nos caliente un buchito de café en una lata que pone sobre una hornillita de alcohol “inventada por el marido de mi hija”.
Ella, locuaz, nos dice “esto, como el refrán, no lo tumba nadie, pero hay que arreglarlo rápido porque solo tenemos una vida y ahora la llevamos del carajo…y hay quienes quieren volver”, dice sonriendo con sorna.
“Soy cubana, y no contrarrevolucionaria, pero hay que resolver porque si no nos vamos a joder todos y vendrán a vacilar otros, otros”, remachado a manera de darme de vuelta mi todo.
La Habana, sin luz, apagón, gon, gon, total. Igual en Matanzas, el occidente completo, Santa Clara, Cienfuegos, parte de Camaguey. Millones de personas que convocadas por la oscuridad conversan sobre sus vidas, la realidad nacional, critican medidas, falta de agilidad y a la vez encienden una velita, quizás los restos de la que quedó por el día de Cachita, la Caridad del Cobre, Patrona de todos los cubanos. Es una vela para vencer las dificultades de este momento, pero también una búsqueda ansiosa de esperanza que fortalezca la maravillosa calidad del pueblo cubano.
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