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From: jose antonio camellon <joseantonio@rss.icrt.cu>
To: leonides94 <leonides94@aol.com>
Sent: Sun, Sep 30, 2012 3:26 pm
Subject: saludos
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500 años: Sancti Spiritus y Trinidad tesoros culturales de la humanidad.
Jose Antonio Camellón
La provincia de Sancti Spíritus, al centro de Cuba, es un ejemplo de fusión cultural, de mezcla de la población indígena con la española y la africana, sin desdeñar a los cientos de chinos que llegaron a este territorio entre los siglos XVIII y XX.
Su historia de casi 500 años vive en dos de las villas primadas de la Isla, Sancti Spíritus y Trinidad, fundadas por los españoles en 1514, y que en la actualidad conservan sus raíces coloniales, tradiciones que a pesar de transitar por 498 años perduran.
La conocida como Villa del Yayabo -en sus primeros años llevó el nombre de Espíritu Santo- fue declarada Monumento Nacional, mientras La Trinidad fue premiada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad (1988), al igual que el Valle de los Ingenios o San Luis.
Ambas localidades son tesoros incalculables en la arquitectura y en el resto de las manifestaciones culturales: literatura, plástica, danza y la música con los llamados “puntos espirituanos”.
Villa La Trinidad
La Trinidad posee uno de los conjuntos arquitectónicos coloniales más completos y mejor conservados del continente americano, mientras El Jigüe, en el centro de la villa, recuerda la primera misa oficiada por Fray Juan de Tesin, en la Navidad de 1513.
Al norte de este punto, rodeado de mansiones coloniales con lujosos decorados, está la Plaza Mayor y la Iglesia Mayor de la Santísima Trinidad, que conserva el famoso Cristo de la Vera Cruz y un altar -único de su tipo en Cuba- dedicado a la Virgen de la Misericordia.
Las tortuosas calles empedradas con el desagüe al centro conducen a cerca de 20 instalaciones entre museos y las dedicadas a actividades sociales, ubicadas en palacetes y casonas de los siglos XVIII y XIX.
Estos inmuebles sobresalen por las balaustradas, barandas, rejas de finas láminas de hierro, patio central y amplias puertas; en los techos predominan las tejas criollas admiradas por el sabio alemán Alejandro de Humboldt en su visita a esta ciudad en el siglo XIX.
Trinidad fue decisiva en el desarrollo azucarero del siglo XVII, las colonias (cultivo de la gramínea) y los trapiches se asentaron en El Valle de los Ingenios, convirtiéndose en la máxima productora de caña de azúcar del país.
Aquí quedaron como símbolo de la opulencia cerca de un centenar de importantes reliquias, entre ellas la Torre Manaca-Iznaga, de 45 metros de altura.
Al sur de Trinidad, el mar Caribe baña las playas de la Península Ancón, consideradas "el Varadero del sur", mientras en las montañas de Guamuhaya, más conocidas por Escambray, está –a 800 metros sobre el nivel del mar- el Parque Nacional Topes de Collantes.
Una hermosa vegetación rodea el Salto del Caburní (Monumento Natural) y tiene su hábitat el ave nacional, el Tocororo (Priotelus Temnurus), trepadora, de hermosos y vistosos colores, similares a los de la bandera cubana: azul, rojo y blanco.
Allí, entre la frescura de los acantilados se reproduce la Flor nacional: La Mariposa (Hedychium Coronarium Koenig).
Villa del Espíritu Santo
La villa del Espíritu Santo, a 350 kilómetros al este de La Habana, y cabecera de la provincia homónima, conserva en su casco histórico edificaciones de diversos estilos que enriquecen el enrevesado entramado urbano.
Entre sus símbolos locales se encuentran la Iglesia Parroquial Mayor, el Teatro Principal y el propio puente sobre el río Yayabo.
Las tradiciones forman parte de la cotidianidad, se han conservado de generación en generación.
Los coros de clave, únicos en la Isla, surgieron hace más de un siglo, los cabildos, la parrandas y los tríos.
Como una manifestación autóctona de carácter religioso en sus inicios nace en 1655 el Santiago Espirituano, que cada año se celebra a fines del mes de julio.
Por el escenario del Teatro Principal desfilaron relevantes compañías y grupos teatrales.
La provincia, con cerca de medio millón de habitantes, cuenta con el mayor lago artificial cubano, la presa Zaza, con una capacidad de embalse de mil 20 millones de metros cúbicos.
En el municipio norteño de Yaguajay está el Parque Nacional Caguanes, que posee un relevante sistema cavernario y constituye el hábitat natural de una variedad de esponja de agua dulce y quirópteros que únicamente pueden encontrarse allí.
Las cavernas son un sistema nuevo y único en el mundo, según el investigador cubano y máster en Ciencias de Ecología y Sistemática Abel Hernández.
En este parque se encuentra la Bahía de Buenavista, declarada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera.
Son "cuevas freáticas tipo Caguanes", formadas en el Optimo Climático de Holoceno (unos 10 mil años) y clasificadas por el doctor Antonio Núñez Jiménez (1967).
El sistema está formado por 36 cuevas, con unos 12 kilómetros de galerías, la mayor se denomina Cueva Grande de Caguanes, con una galería de más de tres kilómetros de desarrollo, reiteró.
En esta zona vivió el búho gigante, cuyos restos fueron descubiertos por primera vez el siglo pasado, en el occidente del país, también se hallaron restos del perezoso gigante y una jutía prehistórica, que existió en el pleistoceno y se extinguió hace unos seis mil años.
Todo el sistema tiene un alto valor patrimonial, porque en él se han encontrado pinturas rupestres y petroglifos hechos por los indígenas que habitaron este territorio.
La zona es además es un biocentro para los murciélagos en el centro norte de Cuba, donde vive una veintena de especies de quirópteros, predominando las cavernícolas.
Sobresalen los más pequeños del mundo conocidos como Mariposa y el de mayor talla de América, nombrado Pescador, así como los que subsisten en las trampas térmicas o cuevas calientes.
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