Uruguay y la
amenaza del neoliberalismo
Por
Hedelberto López Blanch
Cuando varias
naciones de América del Sur se encuentran envueltas en una de sus peores crisis
económica-política-institucional, Uruguay, que ha logrado sobrevivir a la ola
neoliberal que azota la región en los últimos tiempos, se enfrenta a unos
comicios este 27 de octubre que pudieran cambiar el sistema social que ha
beneficiado a la gran mayoría de su población.
Desempleo,
endeudamiento, ajustes fiscales, inflación, disminución del poder adquisitivo,
hambre y pobreza es el panorama general que se observa en las naciones que han
optado por aplicar políticas neoliberales impuestas por Estados Unidos y las
organizaciones financieras internacionales con la anuencia de las oligarquías
nacionales.
En los
cuatro años en el poder, el presidente Mauricio Macri endeudó a la nación con
el Fondo Monetario Internacional (FMI), el peso argentino pasó de 16 a 60 por
dólar; la pobreza subió al 41,2 % de los habitantes; se duplicaron los precios
del transporte público; el costo de la luz en 500 %, y los del agua y el gas en
230 %.
Con la
llegada al poder en Brasil del ultraderechista Jair Bolsonaro, después de
arbitrariedades jurídicas contra la expresidenta Dilma Rousseff y del
excandidato Luiz Inacio Lula da Silva, fueron eliminados todos los programas
sociales y privatizadas numerosas empresas públicas, mientras estudiantes y
obreros salen a las calles a protestar por las nuevas medidas impuestas.
En Paraguay,
otra nación cercana geográficamente a Uruguay, la pobreza alcanza al 32 % de la
población; miles de campesinos han tenido que abandonar sus parcelas por la
extensión de los latifundios para la siembra extensiva de soya y la ganadería
bovina, a la par que se incrementa la desigualdad entre ricos y pobres.
Lenin Moreno
después de ganar la elecciones presidenciales en Ecuador de 2017 como candidato
de la Alianza País fundado por Rafael Correa, dio un vuelco total a la
Revolución Ciudadana y se acogió a las directrices emanadas desde Washington.
En poco tiempo ha desmontado los programas sociales, redujo el gasto público a
la mínima expresión y endeudó nuevamente al país con el FMI, que han producido
grandes manifestaciones de protestas en las ciudades.
Colombia se
vuelve cada día más agresiva y peligrosa por la incidencia de funcionarios vinculados
con el narcotráfico y la corrupción, mientras los trabajadores agrícolas tienen
que emigrar hacia las ciudades ante el hambre y la violencia en los campos.
En esto
contexto, Uruguay va a elecciones primarias el 27 de octubre donde todas las
encuestas aseguran que ganará el oficialista Frente Amplio con su representante
Daniel Martínez, pero con menos del 50 % + 1, lo que lo obligaría a una segunda
vuelta, el 24 de noviembre, frente a su posible oponente, Luís Lacalle, del
Partido Nacional (PN).
En esa
situación podría peligrar la continuidad de los gobiernos del Frente Amplio
pues los tres partidos de derecha (PN, Colorado y Cabildo Abierto) aunque con
grandes contradicciones entre ellos, intentarán unirse y alzarse con los votos
necesarios para formar gobierno. Entonces el fantasma del neoliberalismo caería
con fuerza abrumadora contra la población.
Uruguay se
ha destacado en los últimos 15 años de gobiernos del Frente Amplio, por tener una
sociedad con bajos niveles de pobreza y desigualdad y altos ingresos per
cápita.
Organismos
internacionales ubican a esta nación entre los primeros lugares de la región
por los índices de Bienestar Social, Desarrollo Humano, Libertad Económica y
Oportunidad Humana.
El gobierno
del Frente Amplio cuenta con alto grado de confianza entre los ciudadanos por
los bajos niveles de corrupción y la estabilidad existente en las
instituciones. El Banco Mundial aseguró que el país logró alcanzar superiores
estatus de igualdad de oportunidades en los accesos a los servicios de salud,
educación, agua potable, saneamiento y electricidad.
Se logró
disminuir la pobreza de 32,5 % en 2006 al 8,1 % en 2018, a la par que la
pobreza extrema cayó en el mismo período del 2,5 % al 1 %.
Otro dato
sumamente importante para los ciudadanos de mayor edad es que cerca del 87 % de
los que cuentan con más de 65 años están resguardados por el sistema de
pensiones.
El
crecimiento económico ha mantenido su vitalidad y de 2003 a 2018 lo ha hecho en
promedio anual del 4,1 %, uno de los más relevantes y estables de la región.
Significativo resulta que Uruguay ha mantenido estable el aumento de su PIB,
pese a los graves problemas que afectan a dos de sus principales socios
comerciales: Argentina y Brasil.
Por eso, con mucha razón, el actual presidente Tabaré Vázquez señaló que
para las próximas elecciones “se debe mirar lo que pasa en Argentina, en
Brasil, en el mundo y analizar cómo ha estado Uruguay” en estos últimos 15
años.
Aunque los
poderosos medios de comunicación de la derecha ligados a la oligarquía, traten
de impulsar un cambio en el sistema político económico de Uruguay, el azote del
neoliberalismo no debe penetrar en uno de los países más estables de la región.
Esperemos.
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