El dólar está
herido
Por
Hedelberto López Blanch
Cada día se
hace más evidente que la hegemonía del dólar va camino, poco a poco, hacia un
despeñadero y eso es lo que preocupa a Estados Unidos que ahora trata de
mantener a flote el billete verde, con la imposición de extorsiones económicas
o con amenazas de lanzar guerras contra cualquier nación.
Sus guerras
lanzadas desde hace décadas contra naciones del Medio Oriente, África del Norte
y Centro Asia con el afán de mantener el control de esas regiones ricas en
yacimientos petrolíferos, le han fallado estrepitosamente.
Tras 18 años
de la ocupación norteamericana a Afganistán, el país sigue en el caos; la
invasión y asesinato de Saddam Hussein no dio el resultado esperado pues hoy
Irak tiene a Irán como aliado; en Libia impera la anarquía después del
asesinato de El Khadafi; en Siria no pudieron derrocar al presidente Bashar al
Assad; Irán se mantiene incólume pese a todas las agresiones. O sea, todo un
fiasco para el alicaído imperio.
Para
mantener su hegemonía mundial, Estados Unidos se basa además de su poderío
militar, en el control que ejerce sobre el sistema financiero, después que el
dólar fue impuesto como moneda de reserva internacional desde finales de la
Segunda Guerra Mundial.
Recordemos
que la reunión en Bretton Woods, en 1944, marcó el inicio de esa hegemonía
financiera al lograr Estados Unidos que el billete verde se estableciera como
moneda de reserva y en 1973 reforzó su cerco estratégico al conseguir que
Arabia Saudita aceptara vender sus abundantes exportaciones de petróleo en
dólares y que invirtiera los beneficios obtenidos en bonos y letras de cambio
del Tesoro estadounidense.
Para 1975 la
superioridad del billete verde creció al acordar los entonces 13 miembros de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) vender su crudo
únicamente en dólares mientras los importadores debieron acumular sus
excedentes comerciales en esa moneda con el fin de comprar el combustible.
Nacía el petrodólar.
De esa
forma, los países están obligados a tener dólares para adquirir petróleo y por
tanto deben poseer grandes reservas en esa moneda, o sea, que si no cuentan
con billetes verdes, les sería difícil obtener
crudo en alguna nación o mercado financiero. Esto facilita la demanda de
dólares en la adquisición de otros bienes, mientras permite a Washington
financiar su enorme déficit presupuestario que sobrepasa los 20 billones.
En la
actualidad, cualquier transacción que se efectúe en dólares o a través de
algún banco estadounidense se somete a la legislación de Washington y, por
tanto, también están obligados a hacerlo los países que la lleven a cabo.
Para
comprender mejor esta atadura, el llamado sistema Swift (Society for Worldwide
Interbank Financial Telecommunications) es una red internacional de
comunicaciones entre entidades financieras (unas 11 000 en más de 200 países) con
sede en Bélgica, pero en su junta directiva predominan ejecutivos
de bancos estadounidenses. Además, una legislación federal
permite a Washington sancionar a bancos y reguladores de otras partes del
mundo.
Pero
relevantes economías de diferentes países se han cansado de padecer presiones,
extorsiones, sanciones y desequilibrios financieros procedentes de Estados
Unidos y han optado por realizar sus intercambios comerciales en otras monedas
sin tener que usar el dólar.
Analicemos
estas realidades. China dio pasos para internacionalizar su moneda, redujo sus
reservas de bonos estadounidenses y aumentó las de oro; lanzó contratos de
futuros de petróleo denominados en yuanes y usa esta moneda en el comercio con
sus socios.
La India,
sexta economía del orbe, debido a las sanciones extorsionistas estadounidenses
contra Moscú y Teherán, pagó en rublos
los sistemas de defensa aérea rusos S-400 y empleó la rupia para comprar el
crudo iraní. Además, comercia con otros países en sus monedas respectivas como
con Emiratos Árabes Unidos.
Rusia redujo sus reservas de bonos estadounidenses a favor de activos
más seguros como el rublo, el euro y los metales preciosos. Para desdolarizar la
economía desarrolló el sistema nacional de pago, que es una alternativa a
SWIFT, Visa y MasterCard y ha conseguido eliminar parcialmente el billete verde
en sus exportaciones con China, La India, Irán y otros países.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunció la realización de intercambios
comerciales con China, Rusia, Ucrania e Irán con el uso de divisas nacionales.
En reiteradas ocasiones ha manifestado los planes de su país para “acabar con
el monopolio del dólar”.
El
presidente del Banco Central de Irán, Abdolnaser Hemmati, informó que su país ha prescindido por
completo del dólar en sus transacciones financieras con Rusia y Turquía, y
las extiende con monedas locales a otros países para evitar que Washington supervise las operaciones.
Otra mala
noticia para la Casa Blanca es que Irak, país que intentó dominar tras la
invasión y ocupación de su territorio, hoy es aliado de Irán y efectúa en dinar
el comercio bilateral.
Las
presiones y extorsiones del presidente Donald Trump han provocado más insatisfacción
mundial contra el dólar lo que hace temblar a la Casa Blanca. El billete verde
esta herido.
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