ELIGIO DAMAS
"Si como tonel en el fondo del barco"
Juan Vicente González
Juan Vicente González |
Recuerdo una anécdota atribuida a Juan Vicente González, quien al escuchar a un diputado opuesto a él, en respuesta a un discurso suyo, decirle “sepa usted diputado González, que he viajado alrededor del mundo”, con lo cual quiso decir que sabía de lo que hablaba, el autor de “Las Mesenianas” le respondió desde su curul, con elegante ironía: “Si, pero como un tonel en el fondo del barco”. Andábamos a mediados del siglo XIX y pese todo, las disputas parlamentarias se ventilaban con altura y elegancia.
-“Toda fracción de parlamentarios que se respete, debe tener especialistas en todo. Por eso, a alguien se le asigna, según sus cualidades, que pueden estar ocultas, la función de formarle peos a cualquiera, sobre todo cuando no hay argumentos para rebatirle”.
Esta interesante perorata – la califico así porque surgió de una conversación de palos – con mucha intención irónica, se la escuché a un gran amigo que en aquel momento era diputado en el viejo Congreso Nacional.
En cuanto al asunto del diputado forma peos, su respuesta se debió a una pregunta que le hice y me venía haciendo desde hacía algún tiempo:
-“¿Por qué el diputado adeco por Anzoátegui, fulano de tal, médico traumatólogo, persona que tengo como equilibrada, bien informada y hasta con respetable nivel cultural, más allá de la medicina, cordial, todo eso pese ser un hombre de derecha, asume en el congreso esa actitud de provocador, busca pleitos y hasta potencial “tira coñazos”, contra todo aquel que se le ocurra y sin motivos?”
Para abundar en su respuesta alegó:
-“Le conozco bien. Hasta tengo una buena amistad con él. Los adecos, no sé cómo, descubrieron en él esas cualidades ocultas y le asignaron el papel de diputado insultador, forma peos y hasta fingidamente dispuesto a caerse a coñazos con quien sea”.
Por cierto, ese rol en AD, lo jugó también en una oportunidad Jaime Lusinchi, hasta que pensó en la candidatura presidencial. No fue casual aquella respuesta del expresidente, compañero sentimental de la dama de los gastos “cubridos”, su secretaria, al periodista Luis Guillermo García, de “Tú a mí no me jodes”, mientras con el índice de la mano derecha le apuntaba de manera amenazadora.
En AD ha habido diputados de esos “tira coñazos” e insultadores por montones; uno de ellos, todavía le queda mucho de aquello, es William Dávila.
-“Si no tenemos como responderle a ese diputado que habló, provócalo, amenázalo, si no para que se retracte, por lo menos para que quede devaluado si logramos asustarlo”. De esa manera le ordenaban e instruían.
Así, aquello se volvió una habitual práctica. Tanto que al escoger las planchas algunos partidos se cuidaban de incluir entre los salidores a un tira coñazos hasta genuino para no tener que inventar ninguno.
La Causa R, la de R al revés, aquella de Andrés Velásquez tuvo un diputado que si por algo se distinguió fue por eso. No por dirimir sus diferencias con mejores argumentos si no “abalanzándose” sobre el adversario, insinuándole “sal pá fuera”, eso sí, con la debida prudencia no sucediera que el tipo se lo tomara a pecho, que se apellidaba, si mi memoria no me falla, Melo. No recuerdo haya dicho nada interesante, pero si sus arranques de fingida o verdadera, en verdad no sé, furia. En todo caso ese era su papel y su rol de “dirigente”.
En la Asamblea Nacional de unos pocos años atrás hubo uno de esos diputados insultadores, insidiosos y hasta tira patadas llamado César Pérez Vivas, quien posteriormente sería Gobernador del Táchira, sólo que éste se especializó en comportarse de esa manera con la diputada chavista, por el mismo Estado, Iris Varela a quien Chávez llamó “la fosforito”. ¡Siempre fue extrañó, que nunca se metiese con alguien de su mismo sexo!
En la Asamblea Nacional del período vigente, pareciera que ese tipo de diputado (a), en un lado y otro, se ha multiplicado. Recuerdo cuando Marquina, en un gesto brutal y guapetón por decir lo menos, intentó golpear al diputado Fernando Soto Rojas y, la señora Machado, votó la clase e insultó al propio presidente Chávez, quien con elegancia y caballerosidad la puso en su sitio, en el mismito que le corresponde por esencia.
Pero en verdad, sin importar el sexo, abundan en la Asamblea Nacional de ahora, diputados, olvidando el bando donde se encuentren y el nivel que ocupen en el órgano legislativo, que tienen el mismo discurso montado, como si fuesen DVD, para responder con violencia e improperios a todo contrario que diga algo, sin importar lo que haya dicho. No abundan quizás quienes gesticulan como buscando volver aquello un ring de boxeo, como el diputado Berrizbeitia, quien hasta hace amenaza escalofriantes como aquella de “ustedes tienen las horas contadas, pero sí los insultadores que poco les importa salirse del debate; porque hay algo curioso, casi todos ellos se salen del debate y nadie se percata.
Esa manera de abordar las diferencias, la mayoría de las veces sin justificación, contribuye a indisponer más de lo que ya estamos, por la conflictividad clasista, a los venezolanos de la calle. Tómese en cuenta, que dentro de los mismos partidos, los discrepantes utilizan el mismo estilo. Para comprobar esto último lean los artículos que aparecen en los medios.
Por supuesto, nobleza obliga, hay muchas excepciones, parlamentarios que teniendo un exquisito lenguaje, gracia para hablar y por lo menos discreción, no recrean esos espectáculos.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 10/23/2014 01:36:00 p. m.
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