ATENCIÓN FRANK
Algo que algunos han olvidado
Crónicas cubanas
Por Félix Sautié Mederos
Los cubanos vivimos en la actualidad en medio de la inercia de una sociedad que silenciosamente se apaga día a día, en la cual los oídos de sus cúpulas están sordos y sus labios enmudecidos como si nada humano les interesara, ya sea que se produzca adentro o incluso afuera de nuestras fronteras en donde algunos países se despedazan por causa de injustas guerras en las que día a día se cometen crímenes horrendos y se masacran a los civiles inocentes de todo, muy en especial a mujeres, niños y ancianos; me refiero a Gaza, Irak y Ucrania como focos principales entre otros más. Un ejemplo de lo que expreso es que en La Habana ya no se escuchan los ecos apasionados y solidarios de las movilizaciones del pueblo y de los líderes revolucionarios más allá de los escuetos comunicados con que últimamente se califican a estos hechos. Es como si además se rehuyera de cualquier acción de protesta popular sea la que sea. Solo se han publicado unas reflexiones de Fidel resurgidas de un pasado que ya no volverá, pero que quedan inscritas en una historia que tampoco se puede negar.
La impronta que caracteriza actualmente a los que ejercen los timones de mando de la sociedad, es no mostrarse públicamente, hablar poco y mantener todo el tiempo un bajo perfil. En tanto que, por otra parte, se trata de ahogar a los posibles liderazgos de futuro que tengan pensamiento propio, con todo lo cual se hipoteca el porvenir democrático de la Patria cubana creando una orfandad de liderazgos así como de las capacidades de respuestas populares incluso frente a las estrategias de dominación imperialistas y las apetencias anexionistas, como parte de un proceso sociopolítico que cada vez se aleja más de los conceptos primigenios del Socialismo, que conmocionaron positivamente a la sociedad cubana de la década de los 60. Ver Cuba necesita un Socialismo Participativo y Democrático. (1)
Expreso con toda franqueza lo que percibo, veo y siento, porque vivo adentro del país para nada estoy afuera, me desenvuelvo en el corazón de La Habana en donde nací en 1938, no soy ajeno de la Revolución, dentro de la cual he participado ininterrumpidamente desde los años de las luchas contra Batista. Mis percepciones pues no están mediatizadas por el rechazo intrínseco de algunas personas a las ideas del socialismo o incluso del comunismo, ni mucho menos aún de las nuevas izquierdas latinoamericanas y del Socialismo del Siglo XXI, así como del anticapitalismo libertario, incluyendo las del cristianismo liberador planteado por la Teología de la Liberación con el que coincido totalmente.
Tampoco soy ni puedo ser una persona ajena a lo que sucede a mi alrededor; y día a día, vivo, veo y percibo un hastío generalizado, una sociedad detenida en el tiempo, un silencio sostenido en las cúpulas de la sociedad que tal parece que no tienen nada que decir o que sus dinámicas de acción se están agotando; y, que cuando dicen algo, es solo para advertir y señalar al pueblo como el culpable por su indisciplina social y falta del sentido de pertenencia.
En tales circunstancias, la vida cotidiana se interrumpe en algunas ocasiones con anuncios de nuevas medidas de control y restricciones, que cada vez resultan más impopulares; por ser improcedentes con los legítimos intereses del pueblo que día a día se siente más preterido, no escuchado y para nada tenido en cuenta (2). Por otra parte, como una consecuencia de lo que está sucediendo y/o no está sucediendo, la diáspora cubana se amplía y se extiende por el mundo de manera galopante y persistente. La gran mayoría de las familias constantemente recibimos el anuncio de alguien familiar o de algún amigo que se marchó del país. Estamos ante un flujo sistemático y creciente que no se puede negar ni ocultar, que poco a poco nos desangra y que sus consecuencias demográficas tampoco se pueden camuflar o negar por muchas explicaciones que los especialistas le busquen o le encuentren al decrecimiento de la población en el país.
Así se presentan las cosas en nuestra actualidad nacional del momento, con una situación generalizada en la que algunos han olvidado algo que es esencial: que sin la más activa y real participación del pueblo no se podrá salir adelante. Si no se cuenta positivamente con el pueblo, tampoco el pueblo contará con ellos. Eso es lo que está sucediendo en la base, en donde lamentablemente se desenvuelve un sálvese quien pueda y una gran insolidaridad, caracterizada en algunos sectores por lo que he denominado como un conformismo inexplicable en el que muchas veces incide un miedo generalizado que desestructura y ahoga en el silencio a la desarticulada sociedad civil. Por otra parte, han surgido y proliferado actitudes conformistas con todo lo que viene de arriba, como si fuera imposible cuestionarlo o no estar de acuerdo. Aquello de no buscarse problemas ni coger lucha es una norma para muchos que esperan que las soluciones caigan del cielo.
En resumen, reitero que sin la más activa participación del pueblo, estimulado por medidas y reformas que coincidan con sus verdaderos intereses y que dejen a un lado las centralizaciones y los autoritarismos sobre la base de lograr una estrecha vinculación entre la vanguardia y las masas al decir del Che en El Socialismo y el Hombre en Cuba, no habrá soluciones efectivas, que siempre deberían partir de la más amplia democratización y aperturas económicas y políticas para alcanzar una República en la que quepamos todos; lo que no me canso de repetir junto con el llamado de que ¡quienes tengan oídos para oír, oigan! antes que no sea demasiado tarde. Así lo pienso y así lo afirmo con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular. fsmederos@gmail.com
(1) Por Esto! lunes 18 de agosto del 2014,
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=345546
(2) Ver en Por Esto! El delito de ser cubano en Cuba, lunes 4 agosto 2014
(2) Ver en Por Esto! El delito de ser cubano en Cuba, lunes 4 agosto 2014
Publicado en Por Esto! , el lunes 25 de agosto del 2014.
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