domingo, 26 de enero de 2014
EL PRESIDENTE DEL PSUV
ELIGIO DAMAS
Las últimas decisiones relativas al Psuv, me parecen muy acertadas. Me refiero, en primer término, a la convocatoria del Congreso del partido; es muy oportuna y que en éste, uno de los asuntos primarios a tratar, sea el referente a la escogencia del Presidente del mismo, como acaba de declarar el compatriota Héctor Navarro. Por supuesto, creo necesario allí se ventile lo relativo a la táctica y la estrategia, para hacer los ajustes necesarios y homogeneizar maquinaria y pensamiento hasta donde sea posible y otras cosas más.
El Congreso anterior, el fundacional, que sancionó los Estatutos, de acuerdo con lo dispuesto en este mismo documento, designó presidente del partido a Hugo Rafael Chávez Frías, quien como es un hecho público, era el presidente de la república y el líder indiscutible, histórico, del proceso bolivariano; para hablar coloquialmente “allí no había para dónde coger y escoger”.
El colectivo del partido, más allá del congreso, estuvo consciente que no estaba eligiendo presidente del partido al hombre que ejercía el Poder Ejecutivo en Miraflores, sino al líder del proceso todo; la figura que emergió de las entrañas del pueblo a impulsar el proceso bolivariano y no había forma de separar un personaje de otro.
No obstante, posteriormente, hubo serias críticas, por lo incómodo y riesgoso que implicaba depender de un liderazgo tan avasallante. Todavía no creo que sea difícil entender eso. Que el chavismo se haya consolidado, para obtener victorias como la del 8D, no valida que sea saludable depender de una figura o un liderazgo individual. La inesperada muerte de Chávez, produjo sin duda alguna, un estado de incertidumbre que fortaleció aquellas críticas. No podemos convalidar que para ser líder del partido, en lugar de salir de las entrañas de las masas, del convivir y luchar diariamente con ellas, basta con formarse una figura desde la altura del gobierno o ser producto mediático. Juicio éste, para evitar malos entendidos, no tiene nada que ver con Nicolás Maduro, sino con esas figuras que suelen salir del anonimato a un ministerio o programa televisivo y en breve tiempo, por la magia “del mago de la cara de vidrio”, se convierten en fuertemente atractivos.
Por eso, cuando en vida del compañero Chávez, se desató aquella importante discusión aún vigente, de separar los integrantes del gobierno de la dirección del partido, se excluyó a Chávez y no porque era quien ejercía en Miraflores, sino por todo lo que significaba y lo enraizado en el alma popular. De hecho era un líder popular y el único. El mismo presidente, en aquella oportunidad, en una importante intervención que debe estar grabada o impresa, porque forma parte de su herencia cultural y política, se manifestó partidario de aquella idea. Para él, el partido debía ser vigilante, en nombre del colectivo, del pueblo, de la acción oficial y no dejar que el gobierno controlase al partido.
Por eso, en sus estatutos, el partido se define diciendo que “nace como una expresión de las luchas y la voluntad revolucionaria del pueblo; será la herramienta política para unir la acción revolucionaria y social y llevar a cabo las tareas estratégicas para lograr la felicidad social”.
El presidente del partido es la máxima autoridad del mismo, tanto que tiene la facultad de designar los miembros del Buró Político Nacional, máxima autoridad colectiva después del Congreso.
Es riesgoso, volvamos a decir esto por lo menos, el partido sea dependiente del gobierno y no al revés, siendo aquél el vínculo más cercano en la calle con el movimiento popular.
De manera, que el Psuv enfrenta un reto de gran envergadura que puede significar mucho para su futuro inmediato. Es infantil, lo digo así para evitar malos entendidos, decir que uno sabe las tendencias que habrán de expresarse.
Una de ellas, que se asomó sin intención de imprudencia, es partidaria de elegir a Nicolás Maduro, Presidente Constitucional de los venezolanos, aunque mucha gente de la derecha chille y sufra insomnios, como nuevo presidente del partido; tal como lo fue Chávez. Creo haberla leído en alguna parte y en declaraciones de alguien importante. La otra, la que en una oportunidad apoyó Chávez, si es que se manifiesta esta vez, estaría a favor de escoger un compañero fuera del Poder Ejecutivo, por las mismas razones que se dieron en su oportunidad y que aquél, nuestro eterno líder, hizo suyas.
Nicolás Maduro es nuestro presidente. Chávez vio en él cualidades excelentes para, primero nombrarlo canciller, para sorpresa de muchos y luego designarlo su heredero como candidato presidencial.
Como uno sabe de esa extraña perspicacia, olfato casi mágico de Chávez para percibir los procesos políticos y conocer el alma de la gente, no tiene dudas que Nicolás Maduro podría ser presidente del Psuv. Pero por esas mismas cualidades de Chávez y la opinión generalizada en muy abundantes mentes despiertas del partido, cuyas voces y opiniones Chávez escuchó y asumió, relativas a separar la dirigencia del partido del gobierno, piensa si no sería sensato, así como elegimos a Nicolás presidente de Venezuela, tal como nos encomendó nuestro querido presidente fallecido, también sigamos su consejo de escoger como presidente del partido otro compañero no funcionario gubernamental o del Ejecutivo, simplemente para mantener el equilibrio y que la contraloría que deba realizarse sobre el gobierno sea más eficiente.
Estas opiniones las emite un personaje que no pertenece a grupo alguno, porque estos me producen piquiña. Tengo la negativa percepción, por la experiencia que me tocó vivir, que los grupos suelen hacer demasiado daño; tanto como acorralar y hasta excluir a todo aquel que aun siendo útil, no se avenga a los intereses inmediatos del grupo, que no siempre son los de la revolución, sociedad toda y clases oprimidas. Por todo esto último, ratifico que estas opiniones son sólo mías y además transparentes; no hay absolutamente nada por detrás, sino el simple y bondadoso deseo de ser útil al proceso. ¡Nada distinto busco!
Esa sola decisión nos garantizaría que otros funcionarios del gobierno, hasta en exceso, se tomen los cuadros dirigentes del Psuv. Unos deben vigilar y otros ser vigilados. ¡Y vaya qué necesitamos vigilancia! u “ojo pelao”, como solía decir Hugo Chávez.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 1/26/2014 09:13:00 a. m.
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