lunes, 2 de julio de 2012

EL NUEVO MIAMI HERALD Y LA DELINCUENCIA CUBANA EN MIAMI

  El Nuevo Herald y la delincuencia cubana en Miami
                                                                                            Por Lorenzo Gonzalo, 2 de julio del 2012
 
Por décadas la prensa de Miami vive obcecada con Cuba.
 
El Nuevo Herald, periódico emblemático de la ciudad se ha abrogado el derecho de “combatir al gobierno cubano”. No lo dicen así, pero no han faltado periodistas pocos discretos, quiénes en privado han confesado alguna vez, que dicho periódico “es el órgano oficial de la oposición al gobierno de Cuba”.
 
Últimamente han sacado un personaje de apellido Sánchez que se dedicaba a lavar el dinero de ciertos estafadores del sistema público de salud estadounidense.
 
Según las noticias aparecidas en varias publicaciones, el señor Sánchez enviaba los dineros a Cuba a través de una intricada maniobra bancaria.
 
Lo curioso del caso es que luego de leer las noticias, al final el articulista señala que las autoridades del Estado no tienen ningún elemento para asegurar que los dineros hayan parado en bancos de la Isla. En cambio, El Nuevo Herald se atreve a decir que ellos han llegado a esas conclusiones a través de sus investigaciones.
 
Hasta hoy, de este personaje lavador de dinero se sabe mucho y no se sabe nada. Como ya señalamos, de acuerdo a El Nuevo Herald, envió dinero mal habido a Cuba.
De acuerdo al FBI y las autoridades del Estado involucradas, nada se sabe aún en este sentido.
 
Tal parece que este periódico tiene un cuerpo represivo, al estilo del FBI, para perseguir al Estado cubano.
 
No sabemos cuál será el final de la historia, pero si es culpable que lo condenen junto con toda la pandilla y si el dinero llegó a Cuba, que procesen de inmediato a los responsables.
 
Existe una obsesión para que un día salga a relucir una falla delictiva por parte de Cuba. Alrededor de la Guerra contra Cuba declarada unilateralmente por Los Estados Unidos hace más de cincuenta años, esta prensa en particular ha fabricado todo tipo de intrigas. Felizmente todas se han disuelto en la mentira.
 
Es sabido que el gobierno cubano, rodeado por el Bloqueo más brutal de la historia de la humanidad y bajo la amenaza real de ser agredido por el país militar y económicamente más poderoso del mundo, cuidad mucho que ninguno de sus funcionarios cometan un error o caigan en una falta, que pueda brindar excusa al guapetón del Norte para agredir y ocupar la Isla.
 
En Miami se ha desatado una racha de estafas al sistema público de salud que, en su mayoría, ha estado liderado por cubanos que emigraron al país en los años noventa. Esto desgraciadamente es cierto, pero no por eso podemos degradas a toda una comunidad.
 
Como consecuencia de este comentario del Herald, algunas personas me han preguntado si el sistema cubano es una máquina de fabricar delincuentes.
 
Debemos señalar que el fraude al sistema de salud no es nuevo, ni lo inventaron estas personas de origen cubano mencionadas por El Nuevo Herald.
 
Pero es importante destacar que en “todas partes se cuecen habas”. Sin embargo, la cazuela no es de igual tamaño en todas las cocinas, en este caso, en todas las sociedades, ni las habas tienen la misma calidad.
 
Mucho antes que esta “oleada” de fraudes, según el lenguaje utilizado por dicho periódico en su intento por destacar el carácter delincuencial de un sector inmigrante de la ciudad de Miami, en esta ciudad explotaban bombas en los años setenta y se mataban personas por razones políticas y también de otra naturaleza. Para nadie es secreto, puesto que una pequeña porción de los autores guarda prisión, que todos ellos eran delincuentes que provenían de un sector acomodado cubano que se trasladó a Los Estados Unidos “para combatir el comunismo”. A estos supuestos luchadores les encanta esta frase de “luchadores anticomunistas”. Todos ello son anti algo y ninguno sabe por qué lucha.
 
Si vamos a analizar el carácter delincuencial de los cubanos, debemos hacer una disección, porque la historia del país ha cambiado y además porque las complicaciones dimanadas de desarrollo y las prácticas sociales también han variado, no solamente en Cuba sino en todo el mundo.
 
De aquellos “combatientes anticomunistas”, cuando ya no podían asesinar con impunidad a luchadores sociales en Latinoamérica, muchos de ellos tuvieron el beneplácito de las autoridades estadounidense, quienes “miraron para otro lado” cuando muchos de aquellos “hijos predilectos” en una supuesta lucha “por la libertad”, se dedicaron a introducir drogas por las costas floridanas. No es bueno comparar grados de delito en un caso como este, pero si de eso se trata, debemos señalar los hechos tal y como son.
 
La historia no es en blanco y negro y si bien es cierto que muchos de los cubanos llegados en los años noventa se han dedicado a la delincuencia también en el pasado sucedió otro tanto con quienes abandonaron la Isla dejándola a la suerte de los criterios de un gobierno que aún no poseía los resortes para consolidarse. Me alegro que hayan salido corriendo despavoridos, pero la verdad es la verdad. Podían haberse quedado y a lo mejor otro gallo cantaría y la revolución hubiese tenido otros matices y el “Norte Revuelto y Brutal Que Nos Desprecia”, como dijo el Apóstol de la Independencia cubana José Martí, quizás hubiese tenido que recurrir a otros procedimientos.
 
El Nuevo Herald, de tanto querer convertirse en el buque insignia en la “lucha contra el gobierno cubano”, se ha trocado en un periódico anticubano.
 
Este medio informativo especialista en la desinformación, por muchos años se dedicó con exclusividad a la defensa de la mafia cubana que domina la ciudad, menospreciando a las otras nacionalidades. Ahora de tanto oponerse al Estado cubano se ha convertido en un detractor de la nueva emigración cubana que se inició en la década de los años ochenta, quienes con afán y denuedo ordenan su vida en estas tierras, sin olvidar la suya y sin despreciar a los suyos.
 
Los editores debían tener más cuidado, porque cuando uno no sabe lo que quiere, de bandazo en bandazo termina cometiendo errores.
 
La nueva generación de cubanos que han emigrado en los últimos treinta años a Miami, son excelentes ciudadanos donde los delincuentes son la excepción y quienes practican la delincuencia optan por el cuello blanco. No matan personas en los bares, no trafican con drogas, no asesinan luchadores sociales en Latinoamérica.
 
La verdad es la verdad. Honor a quien honor merecen.
 

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