viernes, 1 de junio de 2012
SOLUCIONES Y CAMBIOS SOLO DESDE LA VERDAD
(POR SU IMPORTANCIA RECOMENDAMOS LEERLO EN ARTICULOS EN NUESTRA REVISTA APIC DE JUNIO 1 DEL 2012)
Soluciones y cambios solo desde la verdad
Félix Sautié Mederos.
CRÓNICAS CUBANAS
La Revista Espacio Laical ha publicado un editorial con el título “Compromiso con la verdad” correspondiente a su No. 2 del 2012, circulado en el suplemento 178 de Mayo del 2012; al que no puedo dejar de referirme porque lo considero significativamente importante, así como con una redacción que se distancia de la ironía y el sentido exclusivista hacia las opiniones diferentes manifestado por algunos al respecto del tema.
El planteamiento de Espacio Laical no intenta hacer valer el respeto por la verdad o enfrentar criterios manipuladores ubicándose sectariamente dentro de un ámbito cerrado y excluyente. Tampoco parten del concepto de ser los únicos dueños de la verdad, que es per una categoría filosófica y existencial con acceso universal para todos los que con buena voluntad y recto criterio la busquen. Solo Jesús de Nazaret, Dios y hombre verdaderos, consubstancialmente con sus esencias divinas se proclamó como el camino, la verdad y la vida, lo que ningún humano podría plantear sin convertirse en un farsante.
En su editorial Espacios Laical no se atribuye exclusividad alguna en relación con los aspectos doctrinales, lo que considero muy acertado, porque sobre doctrina todos podemos opinar e incluso dar lecciones si en este caso lo hacemos con conocimiento de causa, buena voluntad y fines altruistas. En mi criterio, la Doctrina Cristiana no es un coto exclusivo para los ungidos o consagrados. En este sentido, es conveniente recordar que el Magisterio de la Iglesia constituye interpretación de la doctrina cristiana planteada con un fraterno espíritu de amor por el prójimo, a partir de su autoridad institucional en las instancias correspondientes; lo contrario podría ser aberrante anulando los propósitos de lo que Jesús le dijo a Pedro cuando le planteó que sobre esa piedra edificaría su iglesia y que, si Él como su Maestro no podía lavarle los pies, Pedro no podría ser su discípulo. Expresión suprema del mandato cristiano de Servicio y amor al prójimo, sin distingo alguno.
En consecuencia, para mí es atinado el enfoque de caridad cristiana y el respeto que percibo en el editorial a que me refiero. Pienso que aunque hayan aspectos discutibles desde la diversidad de opiniones en el concepto que la Iglesia es “Casa de todos” sin exclusiones, lo que deberían haber afirmado explícitamente, en el documento se plantea un conjunto de acciones a favor de la reconciliación y del diálogo realizadas por la Iglesia desde hace más de 30 años, y específicamente por el Arzobispo de La Habana Cardenal Jaime Ortega y Alamino, que como mortal no está exento de cometer errores ni tampoco es infalible, incluyendo consideraciones esenciales de tipo doctrinal y pastoral que se corresponden con la verdad histórica, que no deberían ser negadas ni mucho menos manipuladas, a partir de contingencias circunstanciales por muy importantes que pudieran considerarse.
En uno de sus párrafos esenciales con que el que estoy plenamente de acuerdo, plantea el editorial de Espacios Laical que: “Desde hace más de 30 años la Iglesia Católica en Cuba ha venido cincelando una propuesta de diálogo entre todos los cubanos, como metodología imprescindible para avanzar hacia una mayor concordia nacional. En estas tres décadas la Iglesia ha pensado esta propuesta desde las condiciones cambiantes del país. Así lo atestiguan la celebración de la Reflexión Eclesial Cubana, la realización del Encuentro Eclesial Cubano, la carta Pastoral El amor todo lo espera, los cientos de pronunciamientos de los Obispos cubanos, la labor desplegada por el laicado desde varias publicaciones eclesiales, el magisterio de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI en nuestra Patria, las muchas iniciativas de discernimiento compartido que han abarcado a toda la geografía nacional, y el reciente diálogo de la jerarquía de la Iglesia con el Gobierno cubano. Es posible afirmar que en los escenarios cubanos no ha existido otro actor social que se haya comprometido de forma tan radical en la construcción de una alternativa global de cambios positivos para Cuba.” (Fin de la cita)
La Iglesia Católica local es una genuina entidad de la sociedad civil en Cuba que actúa y se manifiesta con independencia y personalidad propia, que ha mantenido una actitud sostenida a favor del diálogo, el reencuentro y la reconciliación entre los cubanos; y, aunque como institución humana tampoco está exenta de errores, en mi criterio dados sus fines, propósitos y labor pastoral, debería concitar el respeto de todos los cubanos más allá de creencias, concepciones filosóficas, políticas, sociales o económicas.
Por otra parte, los cambios y las reformas que considero imprescindibles en Cuba, solo podrían ser eficaces y efectivos, si se plantean desde la verdad dejando a un lado las manipulaciones, las contingencias divisionistas de unos contra otros en el seno de la incipiente sociedad civil cubana, así como las manifestaciones de sectarismo, rencores, pases de cuentas y odios que lo complican todo; porque como expresa el editorial de Espacios Laical: “ De lo que se trata no es solo cambiar políticas o incluso instituciones, sino de lograr una solución armónica capaz de enaltecer la cultura cívica cubana”. Incluso considero muy especialmente como también expresa Espacios Laical, que: “Es necesario reconocer que nuestra realidad es compleja, y que lecturas simplistas y unilaterales de la misma dificultan la aceptación y realización de esa senda de entendimiento nacional”; a lo cual le añadiría que eso es necesario para todos sin que la propia Iglesia o personas dentro de la Iglesia sean una excepción. Me uno y estoy muy de acuerdo con el llamamiento de Espacios Laical de unir esfuerzos a favor de estas aspiraciones.
En medio de las actuales coyunturas, no me oculto para expresar mi rechazo a las manipulaciones de los que estando a favor o en contra del sistema socio político cubano, se plantean desde adentro o en el exterior de nuestras fronteras dividir y/o borrar a la Iglesia Católica local y sus obispos, en especial el Arzobispo de La Habana, del ámbito nacional, así como desconocer o tergiversar sus gestiones a favor del diálogo y la reconciliación entre los cubanos. Esto es más importante que una persona en sí misma. Así lo pienso y así lo afirmo con mi respeto a quienes piensen diferente. fsautie@yahoo.com
Publicado en Por Esto! de Mérida , Yucatán. México, Sección Opinión el lunes 28 de mayo 2012.
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