lunes, 30 de abril de 2012
QUIEN ERA ANGELITO?
FRAGMENTOS DEL LIBRO DE JORGE SERGUERA RIVERI(PAPITO)
From: CLUBCAMAJUANI@aol.com
Date: Sun, 29 Apr 2012 09:58:12 -0400
Subject: analize de un Libro: Jorge Serguera Riverí (papito)
Sobre Angelito
CAPITULO I
El 2 de enero de 1963
El tiempo se hundió. Esta sensación de transcurrencia, de alejamiento de una época, de hechos, tal vez de la juventud, lleva implícita una emoción, una sensación sentimental. El tiempo, para algunos todo lo cura, para otros todo se olvida. Es un motivo nostálgico, de poetas a veces, melancolía concentrada. El ilustre filósofo de Atenas, Platón, lo definió con gran desenfado como la imagen móvil de la eternidad.
No podría decir cuántas veces escuché la idea de que había "embarcado" a la dirección política de la Revolución con el asunto de Argelia. Embarcar en cubano: equivocar, conducir a error con opiniones, informes, análisis, etc. Sin embargo, no podía explicar a todos lo que realmente ocurrió y no quería escribir un artículo donde se relataran actividades que pudieran perjudicamos. Por otra parte, sabía que era perder el tiempo explicarlo, ya que la falta de información, el desconocimiento bastante general de la historia de esa parte del mundo en Cuba harían incomprensible el tema, el propósito. Era muy complicado. Sin embargo, sentía una obligación moral de contar todo, porque de lo contrario, ¿qué valor tendrían algunos hechos?, ¿qué los explicaría?, ¿cómo podía ser coherente una actitud? Creo que hoy puedo contar lo que ocurrió en Argel.
Me iré aproximando poco a poco al tema. En 1962, con 30 años, era secretario general del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS) en la provincia de Matanzas, designado por la dirección de la Revolución, a raíz de la denuncia del sectarismo, el 26 de marzo del propio año por Fidel Castro.
Jorge Serguera Riverí (papito)
El sectarismo es la denominación de una corriente política con que se designa en Cuba una serie de métodos, actos, dogmatismos, rechazos, persecuciones que comenzaron a desarrollarse en el año 60 y que fue identificada como generada deliberadamente con propósitos políticos muy concretos por Anibal Escalante, viejo dirigente del Partido Socialista Popular (PSP).
Aquella tendencia ponía en peligro la unidad revolucionaria, ya que a través de ella, y al amparo de la concepción de la lucha de clases, se pretendía excluir a los revolucionarios de sus cargos y funciones o simplemente alejarlos de los centros de poder político, aduciendo razones como procedencia -de clases, vinculación con intereses económicos. Es decir, que la tendencia calificada como sectarismo realmente implicaba un propósito excluyentita basado no en méritos históricos sino en procedencia de clases y actitud hacia el capitalismo o el imperialismo en el pasado. El daño, pasados treinta años, todavía se siente.
Cuando comencé a enfrentar el problema en aquella provincia, pude darme cuenta de la profundidad de las lesiones políticas y su consecuencia: la suspicacia entre revolucionarios.
Este trauma estaba presentes en todos. Aprendí mucho allí, enfrentando problemas económicos y sociales porque, viniendo del Ejército Rebelde, tenía una visión superficial o por lo menos no tan profunda de los problemas de la Revolución. Desde el puesto que entonces pasé a ocupar las soluciones no eran tan fáciles. Necesidad y posibilidades se alejaban cada vez más. Ignorancia y técnica eran incompatibles. Deseo y realidad eran excluyentes. Ninguna creencia o ideología podría lograr más productos por hectáreas, que los cerdos aumentaran de peso más rápido, que las vacas acortaran el ciclo de reproducción, encontrar el semental que lograra el 70% de hembras en parto, que la tendencia a la organización fuese espontánea. Es más fácil que un individuo se haga rico a que un grupo salga de la pobreza. La ignorancia con sus secuelas: la superstición y el prejuicio.
Este trabajo enseña, fortalece ideológicamente, pero tiene peligros: uno se hace propenso al prejuicio. La tendencia a la generalización se desarrolla, se adquiere un rasero para medir a cualquiera en circunstancias diferentes sin tomarlas en cuenta. Se es juez permanente, condena, absuelve, archiva, el tiempo es poco ante la magnitud de las cosas a tratar; reuniones, consultas, opiniones, la tendencia es a oír cada vez menos, a saber por anticipado, ano ir, a delegar decisiones importantes. Se van desarrollando vicios en los métodos de dirección. Hay que ser muy propenso a la discusión y a notémer la réplica. para evitar desarrollar el autocratismo. Es aquí donde adquiere sentido aquello de que el poder corrompe.
Estuve en Matanzas hasta el 31 de diciembre de 1962. Fidel mandó a presentarme en la recepción del 2 de enero en Palacio para que atendiera a una delegación argelina invitada a los festejos por el triunfo de la Revolución Cubana. Para entonces me encontraba en Oriente, en mi pueblo natal Palma Soriano, para celebrar el fin de año en compañía de mis padres. La última vez que estuve presente en la casa paterna en una celebración familiar de año nuevo, ocurrió cinco años antes, cosa insólita en una familia de raíz española. La razón de la ausencia en los cinco años anteriores estaba vinculada a mi participación en la lucha contra la dictadura en Cuba. Mi presencia esta vez era por el delicado estado de salud de mi padre, quien padecía de insuficiencia en las arterias coronarias. Además mis ocupaciones políticas en la provincia de Matanzas, situada en el centro occidente del país, me impedían visitar con frecuencia a mi familia.
En esta época, la cena de fin de año todavía tenía las características casi rituales del costumbrismo español, que se interrumpiría durante décadas a medida que se imponían restricciones económicas, políticas y militares, derivadas de la situación del país, al tiempo que desafortunadamente se desarrollaba una concepción materialista tendiente a superar la tradición.
Pasadas las doce de la noche del 31 abracé a mis padres y partí en auto para La Habana. Fue la última vez que vi a mi padre, murió el 13 de marzo de ese año pero yo ya estaba en Argel.
En la recepción Fidel me presentó a los argelinos (Miriam, Merzhouqui, Alí Zhanoun y otros). Con ellos se encontraba Angelito, quien como sabía francés, los atendía. Al momento de presentarme Fidel dio a conocer a los argelinos que yo sería el embajador de Cuba en Argelia. Así nos enteramos Angelito yyo.
El socialismo es un misterio peligroso para los que no son revolucionarios o comunistas. Para ellos, todo es tenebroso, está rodeado de sombras, de oscuridad; la propaganda capitalista ha logrado una imagen de Frankenstein en torno al modo de producción adversario. También la historia de la lucha de los socialistas desde el siglo pasado, que tuvieron que enfrentar persecuciones, cárceles, golpes, torturas, hambre, desempleo, por la defensa de sus ideas a favor del proletariado, los obligó a recurrir a métodos clandestinos de lucha para ocultar fines inmediatos o mediatos, proteger a la organización y a los militantes de las persecuciones.
Declarados ilegales como organización o partido, emergían encubiertos en otras organizaciones, camuflados muchas veces, aparecían de momento organizando huelgas, manifestaciones, paros. Su irrupción era tan frecuente que los patronos desarrollaron un mecanismo de defensa consistente en culparlos de todo: de lo cierto y de 10 falso. Como eran ilegales y los medios de difusión y propaganda a que podían acudir con el poco dinero de que disponían eran rudimentarios siempre se hallaban en estado de indefensión. El simple transcurso del tiempo fue creando un cuño, una caricatura en el gran público del quehacer revolucionario socialista o comunista.
Hay que notar que el comunismo en el poder contribuyó mucho a esto con su información limitada, sintetizada. ¡Ausencia de análisis! ¡Ocultamiento! Distorsiones que lejos de negar apoyaban la opinión creada por los medios masivos capitalistas. Este fue otro de los grandes errores del socialismo en el poder. Se debe tener en cuenta que la lucha ideológica, económica, política y militar de ambos sistemas, implicaba el enmascaramiento de tácticas y estrategias para anotarse pequeñas ventajas en la lucha. Por eso la teoría y práctica de la información a través de la desinformación, el espionaje, muestreo estadístico, rumores, avanzó tanto. De momento aparecía una información de platillos voladores como arma secreta de la URSS lo mismo que una bomba que podía congelarlo todo en manos de Estados Unidos. De lo sublime a lo inverosímil, la danza de lo cierto y de lo falso.
Con el derrumbe de la URSS, los periodistas tendrán que entretenerse con otros temas. Lo cierto es que la técnica de difamación y repetición que desataron a través de todos los medios y a todas las edades y niveles de entendimiento, a través de procedimientos especializados, se convirtió en una rama del saber científico en la psicología de las masas y en la sociología, hasta un nivel jamás soñado por Gustavo Le Bon ni Augusto Comte. Así que había que tener en cuenta lo que se decía y lo que se callaba. Para el hombre común todo podía ser verdadero o falso. Era ir por la vida con el cara o cruz. Lo que quiere decir que había hechos que por sobresalientes o inesperados sorprendían a cualquiera. Muchos de ellos forman parte de lo que se conoce como secretos del socialismo. Todo esto como preámbulo para hablar de un personaje cuya vida aparece rodeada de misterios y cosas fabulosas ante cualquier transeúnte, y para la época que hablo, yo era un transeúnte.
Conocí a Angelito cuando yo era jefe del 5to. Cuerpo de Ejército de las FAR, cuya jefatura estaba en la ciudad de Camagüey, en la provincia del mismo nombre.
Citado por el ministro de las FAR, comandante Raúl Castro, asistí en Santiago de Cuba a una reunión y luego a una recepción en el Estado Mayor, que tuvo lugar en Ciudamar, antiguo balneario de la pequeña burguesía de la ciudad, en la que entonces conocí a Annia Francos, escritora francesa de visita en Cuba que recogía datos para un libro sobre la Revolución que luego apareció con el título de La Fete Cubaine.
Entonces, en 1960, antes de Girón;' Angelito era un hombre de 1,72 m de altura, es decir, en el límite inferior de lo mediano o en el superior de lo bajito, el poco pelo que le quedaba en los parietales era blanco, calvo, de ojos profundamente azules, un canino forrado en oro y no delgado, pero tampoco obeso. Llevaba una conversación muy animada en un lenguaje tan sobrio y elegante que aquel invitado, por su acento español, me pareció un intelectual, escritor o periodista, tal vez dirigente del Partido Comunista Español (PCE) o el padre de aquella criaturita francesa, rubia, risueña, ojos verdes grandes, labios carnosos, cintura dedal, piernas de champagne al revés y una risa contagiosa que mostraba una dentadura perfecta.
De vez en cuando él se dirigía a ella en francés que para mí entonces era como el "haitiano bien hablado". Ella respondía a veces- en un español de dos años de infancia lo que la hacía más atractiva y despertaba el deseo de enseñarle el español a través de un largo beso en una cálida noche santiaguera envueltos en luz de Venus y tapados con brisa caribeña.
Cuando se fueron los invitados, extrañamente, el español, con su traje azul y risa bondadosa, no se fue.
Encontrándome con Raúl en una de las mesas próximas al mar y al acercarse Angelito ante una seña de Raúl, éste me preguntó: ¿Ya conoces a Angelito? Lo que equivalía a una segunda presentación.
Aquel español culto, de hablar extremadamente bajo, agradable, abordaba cualquier tema con tal lucidez y frialdad mental que asombraba. Originalmente recuerdo que habiéndome hecho la idea que me encontraba frente a un intelectual encaramos un tema sobre filosofía y literatura española mezclados en Del sentimiento trágico de la vida de Unamuno, en particular el ansia de inmortalidad. Daba gusto hablar con el "gallego''2 aquel.
1 Girón es la forma de llamar en Cuba a la Invasión de Bahía de Cochinos de abril de 1961, por parte de cubanos expatriados, después del triunfo de la Revolución, en enero de 1959, que se realizó con el apoyo directo, y reconocido después de la derrota, por los Estados Unidos.
2 Para los cubanos, en lenguaje popular, todos los españoles son "gallegos" o simplemente "gaitas".
Meses después recibí instrucciones de enviar diez batallones de milicianos del Camagüey al Escambray en la provincia de Las Villas, para perseguir, cercar y aplastar las bandas contrarrevolucionarias que pululaban por aquel Iornerío. Naturalmente que aquellas bandas estaban siendo alentadas, financiadas y apoyadas por Estados Unidos. Las pruebas sobran, pero no es tema de este libro.
Me sorprendí cuando en el Estado Mayor operacional del Escambray encontré a Angelito con uniforme militar, sin grados, pero con su siempre oportuna sonrisa y gentileza.
El Estado Mayor estaba situado en Topes de Collantes, en el corazón de la cordillera, en un hospital antituberculoso, que había sido convertido en la unidad central de dirección de la lucha contra bandidos, como calificábamos a aquellos alzados.
Topes de Collantes, a mil metros sobre el nivel del mar, con una temperatura media anual de unos trece a quince grados celsius, está situado en el centro del segundo macizo montañoso de Cuba: La cordillera de Gauniguanico, conocida popular y erróneamente como el Escambray, que realmente es otro macizo montañoso menor situado más al norte alrededor de la ciudad de Santa Clara, en la misma provincia.
La selección de Topes, como centro de operaciones militares, se debía a varios factores. En primer lugar, su situación geográfica en el centro de la sierra y en segundo lugar, por la infraestructura favorable consistente en la existencia de carreteras asfaltadas que daban acceso al lugar, líneas de comunicaciones telefónicas y edificaciones que permitían situar a todos los servicios del estado mayor y la logística de combate necesaria. Además se perseguía un objetivo político: la ubicación del centro de dirección de operaciones en el corazón del lugar de la lucha, a diferencia del ejército de la dictadura batistiana que no se atrevió nunca a situar un centro de operaciones militares en las montañas, dejándonos la iniciativa política y militar y la ventaja en espacio a nosotros.
El jefe militar del Escambray era entonces el comandante Dermidio Escalona. La situación estaba en su apogeo. Nos dividimos el territorio en zonas aproximadamente rectangulares, a nosotros nos tocó una especie de cuadrado de unos 20 kms de lado, cuyos vértices superiores eran Topes de Collantes y Naranjo y cuyos lados dirigidos al sur desde estos puntos terminaban en el mar, al oeste se hallaban tropas de la provincia de Matanzas, al norte tropas de La Habana y al este tropas orientales.
Angelito exhibía una cojera del pie izquierdo y cuando le pregunté sobre la causa, sin formas rebuscadas y como si yo lo supiera, me contó que había recibido un tiro encima del tobillo en el encuentro con alzados la noche en que murió el comandante "Piti " Fajardo, a quien él acompañaba. Piti era entonces el comandante jefe de operaciones a quien sustituyó Dermidio.
Mi curiosidad aumentó. ¿Quién era este "gaito"? ¿Por qué, surgido de un ágape, amigo de Raúl, habla francés, español culto, que recibe un tiro como quien se toma una aspirina, uniforme verde olivo sin grados? Era bastante como para intrigarse.
Cuando discutía con Dermidio sobre la región que nos tocaba, como si creyese que yo estaba al corriente de la identidad del español, me dijo: sobre la estructura de la tropa, organización y métodos habla con Angelito. Me mostró en el mapa mi zona de operaciones y salió a una reunión urgente en otra zona.
Buscaba a Angelito y entré a una habitación en la que interrogaban a un alzado recién capturado acerca de la ubicación, número y tipo de armas de sus acompañantes. Miré largamente a aquel hombre de veinte o veintiún años, retrato de la ignorancia y la incapacidad y cuando iba a salir para buscar a Angel, me topé con él que entraba y que de repente decidió irse conmigo mientras me decía: "[Son instrumentos!" Caminaba al lado de este hombre y seriamente me pregunté: ¿Quién es este tipo?
Largo rato invirtió en comentarme las particularidades de la lucha contra los alzados, que yo creía conocer mejor que él. El origen, naturaleza, estructura organizativa, estrategia, táctica de aquellas bandas, tipo de armas, personal, movilidad, condiciones de vida, hábitos, sutilezas, abordando inmediatamente la forma, métodos, organización y estructura que había que adoptar para enfrentarlos en condiciones ventajosas. Todo esto lo repitió un rato después ante otros oficiales, todos quedamos persuadidos de la justeza, síntesis y clara exposición; personalmente reconocí que no me había dado cuenta hasta ese momento que me encontraba frente a un profesional.
Esa noche reuní a los jefes de batallones y a los oficiales del Estado Mayor que constituimos y aproximadamente repetí lo que nos había dicho Angelito. Anuncié que íbamos a adoptar una estructura por compañías para adaptarlas al propósito que perseguíamos y expliqué: las compañías estarán compuestas por un jefe, un segundo que a su vez será jefe de información y un jefe de suministros. Cuatro pelotones con un jefe, un ametrallador y un ayudante. Cada pelotón compuesto por tres escuadras de siete hombres, de los cuales uno con bazooka china y otro con una ametralladora bípode checa modelo BZ-52 y cada tirador con un fusil semiautomático checo M-52, calibre unificado 7.62 mm. Entotal, 99 hombres por compañías, cada batallón con cinco compañías y un pelotón de ametralladoras del tipo DP soviética, calibre 30.45 mm. La Plana Mayor, compuesta por su jefe, jefe de suministros, jefe de información y jefe del pelotón de reserva del batallón: total 528 hombres.
Di la orden de dislocación en la zona, subdividida en regiones, del batallón uno al décimo. Cuando por fin en la alta madrugada comenzaba a disminuir el ruido de los camiones que transportaban alimentos, municiones y hombres por aquellas sierras, mi pensamiento se fijó en la estructura de aquella compañía: ligera, ágil, fácil de mandar, y aquel individuo había hablado de aquello sin apuntes ni libretas o agendas. Cuando miraba el mapa señalando las sub-regiones, para medir las distancias rápidamente doblaba un dedo, a veces dos; otras ponía el dedo horizontal o marcaba con los cuatro dedos unidos y, en cada caso, señalaba la cantidad de kilómetros (jni imaginar error!). Angel había convertido su mano en una herramienta operativa, tan precisa como un curvímetro.
Mi intriga fue creciendo: ¿Qué era? ¿De la Seguridad o de las FAR? De nosotros, proveniente del Ejército Rebelde, no era. Unos días después encontré a Angelito en el Estado Mayor del Ejército del Centro, en una habitación totalmente forrada de mapas del territorio operacional de dicho ejército. Para entonces trabajaba en los Comités Militares de Organización (CMO) sobre los que me explicó el propósito, estructura y funcionamiento.
Fue el comandante Almeida, jefe del Ejército del Centro, quien respondiendo a mi pregunta sobre Angelito me explicó de forma general quién era. Pero, según pude darme cuenta, los detalles generales importantes, Almeida, o los ignoraba o supuso que era suficiente como para que me diera cuenta. Allí supe que Angel era hispano-soviético, que al finalizar la guerra en España había ido para Moscú y que allí había vivido hasta que los soviéticos lo habían enviado, junto a otros, como asesores para que nos ayudaran en la organización de las FAR. Así que era un técnico especialista en organización militar.
De sus conversaciones aprendí que era un profundo conocedor de la URSS pero tia era un crítico ni un apologista; más bien crítico atinado y justo, pero en ningún caso ingenuo.
Nuestra amistad comenzó a profundizarse. Estuvo en Camagüey en la jefatura del Quinto Cuerpo y nos enseñó mucho.
Tenía un raro hábito, como era muy peludo abrazaba con la mano unos pelos del pecho y se los arrancaba. Nosotros nos reíamos de semejante costumbre. Un día, descargando las tensiones del día con unos tragos improvisados, le dije: "Angel, ese acto masoquista encubre un deseo sexual reprimido o insatisfecho", respondió: "¡Joder! ¡ Que si la picazón se convierte en un mecanismo oculto del inconsciente bien jodidos estamos!" Con la risa finalizó la botella y comenzamos otra.
Angelito era ya comandante de las FAR cubana, había sido general o lo era de las Fuerzas Armadas soviéticas, donde se había desempeñado como profesor de la academia Voroshilov, estuvo al frente de una división durante la Segunda Guerra Mundial con el Ejército Rojo y formó, con su unidad, parte de las tropas soviéticas que cercaron y aplastaron Berlín bajo las órdenes de Koniev y Zhukov.
Había sido general de las tropas españolas de la República y su verdadero nombre era Francisco Ciutad, miembro prominente del PCE y de su Comité Central, cuya Secretaría General era Dolores lbarruri "La Pasionaria". Rodión Malinovski fue asesor de Angel en España.
Cuando, junto con Almeida, Aldo Santamaría y Angelito, formamos la primera delegación militar cubana a la URSS, pude comprobar el afecto, cariño y profunda amistad con que el mariscal Malinovski, entonces ministro de defensa soviético, y los mariscales Guziev, Koniev, Khuikov, Gretchko y otros trataban a Angelito. Aquellos hombres, en los que el sentido de la cortesía hacia los subordinados, era un rito inimitable, abrazaban en Angelito al viejo compañero de lucha. Aquellos mariscales, salidos de las páginas más heroicas de guerra alguna, con sencillez y afecto increíbles nos acogían como a viejos amigos y era indudable que la presencia de Angelito, cuyo dominio del ruso era impecable, desempeñaba un papel estimulante y beneficioso en aquellos encuentros.
Muchos años después, ya viejo, Angel quiso volver a su patria, de la que había estado ausente desde el fin de la guerra civil. Fidel estuvo de acuerdo, no obstante la preocupación de cómo sería encarada la presencia de Angelito por el gobierno español. Probablemente el problema fue resuelto diplomáticamente, pero esto no me consta. Lo cierto es que regresó y vivió cerca de la embajada de Cuba en compañía de Sofía, su esposa rusa, doctora en biología.
Durante su estancia en Madrid, Franco, máximo jefe del gobierno español, le reconoció los grados de general del ejército y concedió el consecuente retiro. En ese tiempo fue muy visitado por sus antiguos adversarios, quienes llenos de curiosidad iban a ver 'a aquel colega salido de las páginas de historia de las guerras más importantes del siglo XX.
Aquejado por una enfermedad incurable, regresó a La Habana a solicitud de Fidel y Raúl Castro. Murió entre nosotros (julio de 1963) el comandante del Ejército Rebelde Angel Martínez, Angelito. Sus restos descansan en el panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Cementerio Colón en La Habana.
Volviendo a los argelinos, aquella delegación había sido hospedada en una casa del gobierno en el reparto Cubanacán. Desde que fuimos presentados no los abandoné hasta su partida varios días después.
Su jefe, Merzhouqui, trabajaba en el Frente de Liberación Nacional (FLN) en Argel. Era un viejo combatiente (moujhaid), pertenecía a la Oficina de Organización. AH Zhamoun, también del FLN y combatiente, realizaba su trabajo en la Kabylia, cuya importancia y ubicación yo desconocía entonces y, para esta época, era una especie de prefecto de su capital Tizi Ozuf. El otro, cuyo nombre ahora no recuerdo, era el comandante jefe de la región militar de Batna. Completaba la delegación Miriam Belmihoub, abogada. Era una de las mujeres prominentes de la reciente historia de Argelia. Alta, de ojos semitas negros, muy blanca de piel, pelo negro, piernas torneadas en el paraíso, con una cara y sonrisa capaces de despertar a un muerto, por sí sola constituía un estimulo para querer conocer a Argelia, su pasado y presente. De aquella risa allende al Atlántico que evocaba en sueños, mediterráneo, desierto, montes Atlas, turbantes, sabor a almizcle y aquel frescor nocturno de "Alger la Blanche" con su música estremecedora que provocaría en mí el afán de adentrarme en aquella cultura. Era mi primer encuentro con el Islam.
La vida es un accidente donde el principio de causalidad no se cumple como uno espera. Hasta este momento desconozco las causas reales que provocaron la decisión de nombrarme embajador. Fidel en persona me dijo que dada mi experiencia en el proceso revolucionario se me designaba para que ayudara en lo que hiciera falta a nuestros amigos argelinos.
Como sé que detrás de cada acto de un alto dirigente político, en cualquier lugar, hay propósitos bien definidos, y que la expresión "ayudar en lo que haga falta" es bastante imprecisa, me he contentado con suponer las razones de la máxima dirección cubana. Lo que sí conozco son los efectos de esta decisión y este libro es la historia de ellos.
(continuara)
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