Eduardo Samán, también fracasó el Programa de Recuperación y Bienestar Económico.
Eligio Damas
Eduardo Samán, de quien antes y bien lo sabe, hemos dicho muchas verdades que, al mismo tiempo, han sido solidaridades con él, esta vez ha vuelto a decir una verdad, pero se quedó muy corto o mejor, esa su verdad, es chiquita. Por cierto, lamento que Eduardo haya tirado el ancla en un Partido, pues según la nota que comentaremos pertenece al PPT, que pareciera jugar un rol muy decadente, el de apoyador incondicional, ¡mirón de palo! y como a espera de arriba algo gotee.
Ha dicho mi admirado Samán, "Fracasó la política de precios acordados, los precios se acuerdan con el gobierno y los empresarios a los dos días se rompen y se violan estos precios acordados (…), es un drama y es la tragedia de todos los venezolanos que dependemos de un salario".
Te faltaron muchas cosas por decir Eduardo y hasta precisar. Como que aparte que los empresarios a “los dos días” rompen y violan los acuerdos, el gobierno de eso se desentiende. Y el proceder es tan sospechoso que casi estamos convencidos que no firman con nadie. Es todo un proceder propagandístico como para que creamos que están de verdad en la práctica justa. Decimos eso porque pudiera ser que el precio de los productos que debemos adquirir quienes, como dices, “dependemos de un salario”, no obedezcan sólo al ansia especulativa de empresarios del área productiva o distributiva, sino que tiene mucho de los costos reales. Un pequeño productor de pollo, por ejemplo, que debe comprar los insumos necesarios para su actividad y hasta para el mantenimiento de su familia, lo que incide en los costos, no puede vender por debajo de estos porque quedaría arruinado. El gobierno tampoco habla de estas cosas. De donde uno cree que el asunto es más complejo y lo es tanto que no puede manejarlo y le cuesta acertar una política y hasta conducta coherente en esa dirección. Por supuesto, esto no niega que la especulación está desatada y quienes la practican se valen de la falta de acción y hasta autoridad gubernamental. ¿No es esta acaso una sociedad capitalista, donde esas prácticas suelen ocurrir, por descuido del Estado, pese el gobierno erróneamente la asocia al socialismo con lo descalifica a este soñado modelo? ¿Acaso los productos de las empresas estatales no suben también de precios? Recientemente, Eleazar Díaz Rangel, denunció como fertilizantes de producción estatal estaban llegando a los productores del campo con precios demasiado altos con respecto a los del pasado reciente. Y uno no cree que el Estado se haya vuelto especulador sino que hizo ajustes atendiendo a sus costos.
En todo caso, por las razones que sean, es cierto que eso de los “Precios Acordados”, fue un fracaso absoluto, tanto que Tarek El Aissami, tuvo que “esconderse” e irse a otra cosa porque su imagen quedó deteriorada por demás y espera reaparecer cuando hayamos olvidado esa muy mala actuación. Pero eso no queda allí.
Anoche, hablo del miércoles 06-03-19, escuché al presidente decir ciertas cosas que a uno alarman. Si revisas su discurso, observarás como un “antiimperialista”, partidario de una economía liberadora, anti rentista, se juego el destino en la extracción de oro, diamante y Coltán. En ese discurso, como lo ha venido haciendo tantas veces, se confirma que el gobierno no tiene otros planes, ni siquiera en el área agropecuaria, para la cual nos sobran recursos, sino aquellos. El presidente esta empecinado en que se le den sus buenos deseos, lo que intuye y para lo que tiene fe, como suele decir cual profeta, mientras nada distinto dice qué hará para sacarnos de este marasmo. Hasta pareciera olvidarse de su deber de activar la producción petrolera y esperara vengan otros a hacerlo, pero eso sí cuando las circunstancias políticas brinden seguridad para invertir.
Pero además hay algo que revela el grado de inseguridad y falta de control y coherencia del gobierno en sus planes, si es que estos, en verdad existen; Maduro, mientras prácticamente, al margen de las razones que tenga para eso, ha estado desconociendo los contratos colectivos de los trabajadores, porque según Aristóbulo en Venezuela se produjo el milagro de la igualdad, pero “donde uno son más iguales que otros”, como dijese Cantinflas, inesperadamente se soltó frente a los trabajadores de Guayana y ordenó se procediese a discutir los contratos congelados desde hace ya tiempo.
Todo eso lo pasaste por alto Eduardo y eso es grave, siendo lo que eres. O por lo menos con la imagen que tienes en el país.
Hace poco reclamé con respeto y cordialidad a Monseñor Moronta por haber cometido un error semejante. Claro, él con una perspectiva contraria a la tuya. El jefe de la iglesia católica tachirense, al referirse al momento histórico venezolano y juzgar lo relativo a la “ayuda humanitaria”, actuó como si fuese un factor de eso que llaman la oposición. Miró como un solo ojo. Miró los errores y deficiencias del gobierno y pasó por alto los de la oposición y hasta ignoró todo lo maligno que el gobierno de EEUU hace para intentar matarnos de hambre como forma para deshacerse del gobierno. Y, lo de “matarnos de hambre”, es una manera de hablar de un asunto mucho más cruel.
Pero también olvidaste Eduardo, como el gobierno nos ha estado creando falsas expectativas con eso que llamó pomposamente “Programa de Reactivación y bienestar Económico”, que solo ha estado sustentado en periódicos aumentos de sueldo que la economía se ha tragado el mismo día del anuncio. La comedia, dicho así por no hallar mejor expresión, que se completaba diciendo que obedecía a un plan elaborado por genios venidos de todas partes del mundo, terminó agotándose y como tantas veces antes y los “Precios Acordados” mismos, el gobierno pareció, ¡cuántas veces van!, decidir echar al olvido.
Es necesario que voces como la tuya, que tienen mucha audiencia, hablen con más frecuencia y con pertinencia. Hay que señalar los errores constantemente, hasta el fastidio y demandar las soluciones adecuadas. Por supuesto, no podemos tampoco confundirnos, como creer que como Maduro y los suyos no pegan una, tampoco son capaces de autocriticarse y menos enmendarse en tantas cosas, como sus relaciones con los potenciales aliados, como lo eres tú y quienes representas; indecisos para asumir las grandes tareas para el rescate de la economía y optan salir del rentismo con más rentismo y esperar que de fuera venga el capital para rescatarnos del capital que nos ahoga, optar por asumir que las fuerzas que acosan al gobierno tienen buenas intenciones.
Dicho de otra manera Eduardo, necesitamos un nuevo liderazgo y esto pasa por hombres que tengan un discurso coherente, amplio, como para llegar más allá de los muros que se construyen los sectarios y quienes se conciben como los designados, “sobrevenidos”, para usar una palabra que hasta se me ha vuelto cómica, únicos competentes para dirigir la tarea de rescatar a Venezuela del acoso imperialista. Y ese discurso, al pronunciarse, debe ser lo suficientemente amplio y claro para recoger exactamente el drama, con todas las aristas, que nos acogota y señalar las salidas reales y pertinentes.
De ti se espera mucho. No debes dejarte te encierren en corrales estrechos y donde nadie quiere mirar lejos.
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