¿Maduro se burla de nosotros con lo del ahorro? Quizás lo haga de él mismo.
Eligio Damas
Varias veces me he visto ante la necesidad de responder esta pregunta, ¿Maduro se burla de nosotros? Creo se impone en el ambiente. Todo el mundo se la hace y hace a otros. Atrevidos, acompañándose de la iracundia, dicen “ese señor llegó al colmo, nos mama el gallo”.
No. No creo se burle de nosotros, a menos que al final a alguien se le ocurra decir, “pero es la misma vaina”.
Maduro es de esa tradicional izquierda, con una fuerte carga cristiana y hasta romántica imbuida de la idea aquella de “sólo con la intención basta”. Para esa muestra lo importante es hacer el bien y hasta sólo intentarlo. Si le pones interés y buena fe al proceder de Maduro, veremos como hace honor a lo de “multiplicar los peces y los panes para darle de comer a los hambrientos”. En esto se le va el empeño, el tiempo y hasta los recursos a Maduro. Aunque de allí no pase. Aquello de Confucio, de poner empeño o énfasis en enseñar al hambriento a pescar, más estando a la orilla del mar o de un soberbio rio, para él es como una meta muy larga, más si tomamos en cuenta que siempre procura que haya elecciones a cada instante. Hacer el bien, el que él pregona, es pues matar la gallina de los huevos de oro para que el hambriento coma ya o comerse los huevos y no dejar que las gallinas se echen y hasta comerse las gallinas ponedoras. Él, cristiano, de esos primitivos, muy sensible, no puede ver a gente esperar que la comida, esa que asegura la subsistencia, libertad e independencia esté lista. Si le pone empeño, verá que es lo mismo que aquel grito desesperado del hambriento de Berthold Bretch, “lo primero es el comer”. Maduro clama por una solución a la carrera ya. Nada de ponerse a sembrar, criar, fundar industrias para cada cosa. Por eso Maduro, pese este su apellido, nunca dejará de ser pintón. Eso lleva mucho tiempo y la gente está allí esperando por comida o su respectiva chamba y lo que es más, ya las elecciones están aquí. Es un revolucionario de ya, “cayendo y corriendo”. Es coherente; quiere acabar con el rentismo del petróleo, creando el Petro, para que nos comamos el hidrocarburo que está en las entrañas de la tierra sin sacarlo. Si PDVSA se nos viene abajo no importa, vendemos petróleo que sacará otro. Lo tazamos en petros y lo vendemos, como quien vende por cuotas su casa y se queda allá dentro hasta que lo saquen, pero medio come día a día y sobre todo sin necesidad de joderse. Pero además, desata eso que llamaron la furia del oro para apoyar al Petro y al petróleo que no podemos sacar porque eso es mucho trabajo. Es decir, piensa acabar el rentismo con más rentismo y a la carrera porque mañana es tarde. Si, observan, lo central es sacarle el cuerpo al trabajo y que la gente no tenga que joderse.
Si nos ponemos a pensar en el “Programa de Recuperación Económica”, veremos que está montado sobre la premura. Noventa días de los cuales ya se nos fue mucho más del 60 por ciento. ¿Y en base a qué? Pues rentismo, petróleo sin sacar y oro. Es un plan para ya. Además se montó al parecer, con perdón de los entendidos pues de eso poco sé, sobre una simple ecuación. Si los precios están dolarizados, dolarizo los salarios, a los salariados igualo y me preparo para cuando los precios me vengan alcanzando le meto otra alza y me le voy por encima. Así en breve, he corrido tanto y tan de prisa, que los precios se quedarán atrás. De esa manera contundente y a la carrera monto los salarios sobre los precios como quien gana una carrera de cien metros. Y él sueña que eso terminará así.
Así le vendieron el plan. Como echo a la medida para un “presidente obrero” y además de una izquierda cristiana ortodoxa, repleta de consignas y pronunciadas con énfasis, como “gringos go home” y ¡Muera el imperialismo! Con ellas, esas cosas o consignas vacías, si el imperialismo no muere, por lo menos a quienes caigo a bonos y muela me verán librando una gigantesca batalla. Él cree que lo está haciendo bien y además le conviene creer lo que le presentan sus técnicos asesores. ¿Y pa´qué más?
Veamos como Maduro, en la búsqueda del socialismo, ese que predica, y por supuesto la igualdad, gerenció para que todos los asalariados se igualasen. No importa que en la otra punta, se forme una fuerte masa de “desiguales” o como dijo Cantinflas “más iguales que otros” que acumulan casi toda la riqueza y producto del trabajo. Pero por lo menos, eso le satisface, igualó a todos los de abajo. El médico gana casi lo mismo que trabajadores de otro nivel en el hospital y el maestro tanto como el prestador de servicio en la escuela. ¡Qué maravilla! Pensar que mucha gente creía que el socialismo era más complicado. Por lo menos con su método y cálculo matemático, en menos de dos meses, dividió la sociedad venezolana en dos toletes, media socialista, los de abajo ganando igual y otra, la de arriba donde están empresarios, vivos, enchufados, corruptos, funcionarios importantes de gobierno y hasta bachaqueros, capitalista bondadosa. Por lo menos, según él, en menos que ganta un gallo logró el socialismo en media Venezuela. Que los de aeeiba viven en situación de holgura y privilegio, no importa porque los de abajo son iguales. ¡Esta la esencia de su socialismo!
Eso cree él. Pero también en aquel cuento que le echaron antes de implementar el Programa de Recuperación Económica, según el cual el aumento de salario al ser tan brusco, de arranque inercial descomunal del 6 mil por ciento le dijeron, los precios se quedarían pegados de la sorpresa y cuando viniese el otro salto la distancia sería mayor. Por eso idearon lo del ahorro comprando lingoticos de oro y hasta petros. Lo que significa, para decirlo de manera simple, un trabajador con el salario mínimo y un poco más, para comprar un Petro tendría que apelar a todos sus aguinaldos e ingresos normales de aquí a diciembre. Pero eso no lo sabía el presidente. Pues le echaron otra historia, según la cual ahora empezando noviembre y también para diciembre, los precios vendrían por allá atrás, muy lejos.
Por eso él, en verdad no mintió a conciencia. Lo engañaron sus asesores económicos. Hay quien dice que no los tiene o no les para. Si los tiene y si les para. Sucede que tiene el ego tan grande que nos hace creer a nosotros esa mentira que sus adversarios divulgan.
Por ese engaño del cual fue víctima y esto no lo exime de culpa, puso a andar eso de los lingoticos y el ahorro. Además gastó mucho real en un plan publicitario, donde hasta los muchachos de la chamba juvenil hacen de artistas de cuñas de televisión para entusiasmar a quien tenga aquellos compre. ¡Y eso cuesta! A esos chamos rodilla en tierra hay que pagarles.
Dicen que quien recula pierde y “pa´ tras ni para coger impulso”. Habiendo comprobado el presidente la falsedad y tracalería del plan económico a corto plazo sin sembrar ni producir, sino como quien saca una carta de un sombrero de copa, no podía desmentirse ni desmentir a sus asesores que oculta. Había entonces que morir en su ley y salir “pa´ lante con los faroles”, además el programa publicitario costó mucho real y es necesario usarlo; si no se pierde. Por todo eso digo que no mintió a conciencia ni pretende engañarnos ni burlarse de nosotros, más bien creo que también fue víctima de sus asesores y sobre todo de su egolatría.
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