SI NO NOS PREOCUPAMOS POR EL SENTIDO ESPIRITUAL DE LA VIDA, ESTAREMOS PERDIDOS...
CRÓNICAS CUBANAS.
Por Félix Sautié Mederos
Queridos lectores de Crónicas Cubanas, he estado unos días intensos de tratamiento con Aguas Medicinales y fisioterapia en un balneario en la provincia cubana de Cienfuegos, el “Balneario de Ciego Montero”, en un hermoso paraje de la privilegiada tierra adentro cubana, apartado del mundo ruidoso, cruel y material que nos rodea a diario. Sin noticias, sin tecnologías de la información, más allá de Internet, de la televisión e incluso de los diarios, recibiendo los procedimientos y cuidados médicos que la ciencia cubana ha acumulado y que los dispensa gratuitamente para todos los ciudadanos cubanos sin distinción gracias a la Revolución Triunfante de 1959.
Han sido días con horarios muy estrictos ocupados del cuerpo y del alma, porque no solo nos hemos ejercitado en piscinas y en chorros de aguas medicinales con olor a sulfuro y calientes en temperaturas de 45 grados centígrados que al aire libre no nos queman porque todo está previsto dentro del misterio de la naturaleza cubana. Todo ello en días que comienzan a las 6 am con la toma de los signos vitales, el desayuno y los ejercicios matutinos previos al tratamiento con los más sofisticados equipos electromagnéticos de acuerdo con las prescripciones de cada cual y después las aguas en los tiempos y frecuencias prescriptas.
Toda una recuperación del soma desgastado y adolorido; en medio de toda una revolución social de la salud y del humanismo revolucionario que nunca deberíamos poner en riesgo ni perder en las tinieblas en que los burócratas lo envuelven todo. Lo más importante en mi criterio fue el ejercicio diario de relajamiento psicológico y de los encuentros de dinámica de grupos en los que las personas conversamos y nos expresamos directamente sin medios tecnológicos intermediarios que nos hacen pensar y soñar con nuestras profundidades de vida que renuevan nuestra espiritualidad. Conceptos que quizás moleste a algunos ensimismados en su materialismo vulgar que los apartan del sentido espiritual de la vida, que nunca podrán borrarlo de los seres humanos. Sus concepciones esquemáticas de su ateísmo proclamado más allá incluso de sus íntimas opiniones y miedos personales, siempre serían una postura contra natura que convertiría a la vida en un tiempo rutinario, gris y apagado en el que ellos con sus exhortaciones y sus más de los mismo no podrán impulsar verdaderamente hacia el mundo mejor posible que estamos obligados a edificar con urgencia para la salvaguarda de la vida sobre nuestro cada vez más contaminado planeta.
En aquel lugar rodeado de maniguas, pájaros, flores y aguas que brotan naturalmente de la tierra madre, el más importante método de recuperación de la salud somática y espiritual es el encuentro entre las personas, los silencios de los ruidos citadinos que ensordecen nuestros oídos y atiborran nuestra cotidianidad. Un importante método de curación, calzado por profesionales consagrados y profundamente humanitarios casi todos oriundos de aquellos apartados lugares de la floresta profunda cubana formados científicamente gracias a la Revolución Cubana Triunfante de 1959.
Mucho he pude meditar en ese curativo retiro del cuerpo y del espíritu como diría Fray Luis de León en el Siglo de Oro de la Literatura española: “apartado del mundanal ruido” y tan profunda experiencia vivida ha fortalecido en mi Ser Interior mi más profundo concepto de Espiritualidad de vida, sin la cual considero que estaremos perdidos para siempre en un andar sin rumbo, más allá de la poesía, de la belleza, de la justicia social y de la paz de espíritu sin la cual nunca podrá haber paz de vida nacional ni internacional.
Pero también tengo que confesarles que muy fuertes han sido mis choques de regreso a lo cotidiano en mi Habana Maravilla de la cual nunca podré alejarme definitivamente porque en ella quiero quedar sembrado para siempre, cuando del verde de una naturaleza cuidada y limpia, de una fauna en libertad, con flores amorosamente cultivadas ,solo con los sonidos de los montes y los cantos de los pájaros a llegar a mis calles y avenidas de Centro Habana de nuevo rodeado por las basuras sin recoger, las aceras sin barrer y las aguas acumuladas que se pudren como resultado de una desidia y un desamor por la Capital de todos los cubanos, que nada tiene que ver con la Revolución; y sí, mucho con la burocracia de las palabras que no generan entusiasmo y que marchitan los hermoso y humano de la Revolución.
Lo digo porque el contraste entre el interior del país y La Habana es grande y significativo. Además en una Habana muy próxima a los 500 años que como le cantó Juan Formell ya no aguanta más; muy a pesar de lo que ha hecho ejemplar e incansablemente egregio Historiador de la Ciudad Eusebio Leal quien tampoco se ha cansado de llamar y de advertir que tenemos la obligación moral con el presente y sobre todo con el futuro de preservar y salvar a La Habana.
Quienes tangan oídos para oír oigan si es que quieren dormir en paz con sus conciencias y su Revolución, porque si en otros parajes y ciudades de Cuba se enfrentan las mismas penurias del bloqueo y de la economía atacada por el Imperialismo con iniciativas y entusiasmos estimulados con el contacto directo y movilizador del pueblo sensible y revolucionario que forjó Fidel, La Habana no debería ser una excepción-
Así lo pienso y así lo expreso profundamente conmocionado y cargado de paz interior que contradictoriamente aguijonea mi conciencia que rechaza la desidia y la burocracia, así como las distancias entre las palabras y los hechos. Todo ello lo experimento y lo digo en mi derecho a opinar con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular. fsmederos@gmail.com
Publicado en el periódico Por Esto! de Mérida, Yucatán , México ,Sección de Cultura, el lunes 25 de diciembre del 2017,
No hay comentarios:
Publicar un comentario