No podía ser más
abyecta la actuación del Canciller mejicano Luis Videgaray en la
reunión de la OEA celebrada en Cancún en la que el Representante del
Presidente Peña Nieto pretendió castigar a
Venezuela con un “Golpe duro” diplomático en dúo con el
abominable Secretario General de esa organización
Luis Almagro, siguiendo el patrón trazado desde Washington en este
intento frustrado por crucificar ante el mundo al gobierno
bolivariano del Presidente Nicolás Maduro.
Pudiera esperarse una
conducta así de un gobierno como el de Argentina con un Presidente Macri que
no se oculta para decir que es enemigo jurado de los
movimientos populares de América Latina pero nunca de Méjico, cuya
historia diplomática a lo largo de los años, con su “Doctrina
Estrada” ha sido de respeto irrenunciable a la soberanía de
las naciones del continente, una conducta que marca su
punto más glorioso cuando el gobierno
cubano era separado de la Organización de
Estados Americanos a principios de la década de
los año sesenta del pasado siglo y el gobierno de
Méjico fue el único que no se sumó a los
dictados de Washington al mantener en firme las
relaciones diplomáticos entre el país Azteca y la
Cuba revolucionaria.
Era otro
Méjico y otros hombres, de cuando todavía en
el país Azteca el General Lázaro Cárdenas ejercía
con su figura excelsa la fortaleza moral de la Revolución Mejicana.
El Méjico
de hoy con sus Carteles de la Droga, la corrupción política
rampante, los asesinatos impunes de periodistas a todo lo
largo y ancho del país, la desaparición de estudiantes como el
caso de los 43 de Iguala en el Estado d Guerrero, este
gobierno del Presidente Peña Nieto no tiene autoridad
moral alguna como para convertirse en el fiscal de
Venezuela mientras en su país se le tiene como un cobarde
ante la arrogante actitud del Presidente norteamericano Donald
Trump que quiere levantar un muro de concreto
infamante entre el Méjico desmoralizado de hoy y el
territorio de poderoso coloso del norte.
Ese muro de
infamia no se lo merecen Méjico y su pueblo sino
el Presidente Peña Nieto y su Canciller Videgaray por sus
actitudes serviles ante el Presidente Donald Trump. Ya veremos cómo los
seguirán pateando a pesar de la sumisa actitud del gobierno
mejicano. Así pagará el Diablo a quien bien le sirve.
Les habló para
Replica de Radio-Miami su director Max Lesnik.
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