Carta al Sr. Presidente.
Estimado Sr. Presidente: Mis amigos y yo, cuando hay
otros escuchando nuestras conversaciones y queremos hablar sobre Usted, no
mencionamos su nombre sino decimos, como en Cuba, “quien tú sabes”. Fulano, “quien
tú sabes”tuitióque el tal llamado juez…. Bueno, Usted sabe el resto. Y
todo porque sus seguidores se ponen muy bravos cuando oyen algo que consideran negativo sobre Usted.
El otro día, le cuento, una señora mayor
que, la pobre, andaba apoyándose en un bastón de tres patas, al oír que yo
decía que Hillary obtuvo más votos a nivel nacional que Ud, me dio un bastonazo
por el brazo y me persiguió corriendo por casi una cuadra, ¡La fe hace
milagros! Por eso pensé,
como la vieja canción “ mejor que me calle, que no diga nada…” Pero después
medité y decidí escribirle lo siguiente:
Sr.
Presidente si usted logra, como Hillary quería, que el Medicare negocie el
costo de las medicinas con las farmacéuticas, le aplaudiré. El costo de la
medicina nos está matando, o como diría el genial Nicolás Maduro: Nos mata
antes de morir. Si logra que se aprueben los fondos para mejorar la
infraestructura de la nación, como Obama quería, le aplaudiré. Si respeta el
“Tratado de París” sobre el calentamiento global y sigue impulsando la energía
limpia para beneficio de nuestros hijos, nietos y bisnietos, lo aplaudiré. Si
aumenta el salario mínimo, como Hillary proponía, lo aplaudiré. Pero, lo siento
Sr. Presidente, todo esto no bastaría porque como decía el gran Julio Cesar: La
mujer del Cesar no sólo tiene que ser honesta, sino parecerlo también.
Deseándole
que Dios lo ilumine, su más sincero opositor
Raúl
Sorondo.
PD:
Espero que no le haya molestado que mencionara tanto a Hillary.
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