| Trump quema cartuchos finales |
        
El plan de Trump sobre deportaciones “desgarrará al país”, afirmó Hillary Clinton, en el arranque del tercero y último debate entre los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos / Una vez más, ambos expusieron sus diferencias con relación a la controvertida segunda enmienda de la Constitución, que especifica el derecho de los ciudadanos a poseer armas de fuego
LAS VEGAS, Estados Unidos, 20 Oct 2016 (AFP/Reuters/AP/EFE/Notimex) - A escasos 20 días de las elecciones para escoger al sucesor del presidente Barack Obama, el republicano Donald Trump tendrá una de sus últimas oportunidades para revertir una campaña que parece favorecer a su rival demócrata Hillary Clinton, cuando se midan este miércoles en el último debate televisado antes de la elección del 8 de noviembre. Los dos candidatos trabaron ásperas discusiones en los dos debates anteriores. En este tercer duelo presidencial, el millonario de bienes raíces y la ex Secretaria de Estado polemizaron en torno a una agenda en la que ambos ofrecen puntos contrastantes: inmigración, economía y el nombramiento de un juez en la Corte Suprema de Justicia. Pero si los dos choques previos sirven de referencia, nadie descartó un nuevo festival de golpes bajos, en una campaña que ha versado sobre la vida sexual y amenazas de prisión. Para Clinton, quien lidera los sondeos nacionales de opinión y en la mayoría de los estados más reñidos, el debate de 90 minutos ofrece una oportunidad para argumentar por qué ella es la mejor opción para suceder a Barack Obama. Trump llegó a la defensiva, con el objetivo de sacudirse las acusaciones de conducta lasciva presentadas por varias mujeres tras la difusión de un video de 2005 en el que se jactaba de poder usar su fama para salirse con la suya con las mujeres. “¡Ésta es nuestra oportunidad!”, dijo Trump en la noche del martes. Las últimas semanas vieron un aumento de la ventaja de Clinton sobre Trump, tanto a nivel nacional como en estados claves. La demócrata está adelante por 6,5 puntos, según un promedio de sondeos nacionales del sitio web Real Clear Politics. Su ventaja es especialmente importante entre las mujeres que la prefieren 52% contra 37% para Trump, según una nueva encuesta de Quinnipiac, mientras entre los latinos e hispanos en general la diferencia es aplastante. El debate, moderado por Chris Wallace, periodista de Fox News, debía atraer unos 50 millones de telespectadores, poco menos que el anterior y menos aún que el primero, que batió récord de audiencia. Los rivales, opuestos en todo sentido, caminaron en los últimos días rutas distintas rumbo al debate, celkebrado en la Universidad de Nevada, en Las Vegas, en el oeste estadounidense. Mientras Clinton se mantuvo alejada de los actos públicos, concentrada en su desempeño, el magnate de 70 años sostuvo una intensa agenda de discursos públicos y reservó apenas algunas horas de cada día para abordar con sus asesores la estrategia a seguir en el debate. La votación anticipada, por correo o personalmente, comenzó en más de 30 estados. Al menos 2,1 millones de ciudadanos han votado. e prevé que unas 45 millones de personas votarán antes del día de las elecciones, el 8 de noviembre. La votación anticipada ha favorecido a Clinton en estados disputados como North Carolina y Florida, en tanto Trump conserva sus posiciones en Iowa y Ohio. Ultima oportunidad Para Trump, el debate era quizá su última oportunidad de darle la vuelta a una carrera que parece se le está escapando. Sus seguidores siguen siendo muy leales, pero hay pocos indicios de que esté atrayendo a los nuevos votantes que necesita con desesperación. Por su parte, Clinton llegó al encuentro en Las Vegas con sus propios desafíos. Aunque los sondeos se inclinan en su favor, la demócrata enfrentaba una nueva ronda de preguntas sobre su autenticidad y fiabilidad, preocupaciones que han lastrado toda su campaña. El ataque informático a los correos de uno de sus principales asesores de campaña mostró a una candidata reacia a disculparse, que puede mostrar un tono en privado y otro diferente en público, y que sólo toma algunas decisiones tras meticulosas deliberaciones políticas. El debate, el último en una serie de tres, se celebró apenas tres semanas antes del Día de las Elecciones y mientras algunos estados indecisos celebran ya votaciones anticipadas. Para las últimas semanas de campaña, Trump ha optado por una estrategia cada vez más agresiva que ha incluido insistir en que las elecciones serán amañadas, pese a la ausencia de pruebas de fraude electoral generalizado en las elecciones presidenciales estadounidenses. También ha acusado a Clinton de atacar e intimidar a mujeres implicadas en las aventuras de su marido. El ex presidente nunca fue procesado por delitos relacionados con esos encuentros, aunque sí llegó a un acuerdo legal en una demanda por acoso sexual. Invitados especiales En esta ocasión, el empresario llevó como invitado al debate al medio hermano del presidente Obama, Malik Obama. Al presidente Barack Obama no lo desvela el hecho de que un hermanastro suyo asista al debate como invitado, comentó el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo. El presidente y su medio hermano no tienen una gran relación. Son hijos del mismo padre, pero de distintas madres. Clinton llevó al multimillonario y frecuente crítico de Trump, Mark Cuban, y a la directora ejecutiva de Hewlett Packard Enterprise, Meg Whitman, una de las figuras republicanas más destacadas que apoyan a la ex Secretaria de Estado. La lista de invitados de Trump incluyó a la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin, y a Leslie Millwee, una ex reportera local en Arkansas que, en una entrevista realizada esta semana con Breitbart News, acusó que fue agredida sexualmente por Bill Clinton en tres ocasiones en la década de 1980. También asistirán al debate como invitados de Trump la madre de un hombre que murió en el ataque contra las instalaciones de la embajada de Estados Unidos en Bengasi, Libia. Los republicanos se aferran a que Trump pueda cerrar la campaña centrándose en los puntos flacos de Clinton, una estrategia que, según admiten algunos en privado, podría no bastar ya para dar la victoria a Trump, pero sí ayudar a que algunos candidatos republicanos al Senado ganen sus carreras. Los republicanos, que han visto a Trump dispararse en el pie una y otra vez, dijeron que el debate es una oportunidad para mostrarse como alguien presidenciable. “Trump tiene que mostrar un argumento realmente sólido y dejar los ataques personales y dar la impresión de un comandante en jefe”, dijo el estratega republicano Scott Reed. El propio candidato ha dicho que el debate es una oportunidad importante para hablar a los votantes. Pelosi confía en recuperar escaños El escenario para la renovación del Congreso estadounidense parece favorable a los demócratas, quienes podrían arrebatar a los republicanos hasta 25 escaños en la cámara baja en los comicios de noviembre, consideró hoy su líder Nancy Pelosi. Aunque la recuperación de escaños sería insuficiente para arrebatar a los republicanos el control de la Cámara de Representantes, Pelosi se declaró confiada de que podrán ganar suficientes distritos para reducir de manera significativa la ventaja republicana. “Creo que quedaremos (con una diferencia) de un dígito”, indicó la líder en conferencia de prensa, anticipando que de ser así, estarán en mejor posición para bloquear algunas iniciativas que los republicanos busquen empujar. Los republicanos mantienen el control de las dos cámaras del Congreso, con una cómoda ventaja en la Cámara de Representantes, donde ocupan 246 escaños contra 186 para los demócratas, en tanto que tres lugares se encuentran vacantes. Para recuperar el control de este órgano, los demócratas requerirían ganar 30 escaños, algo que se antoja difícil en esta elección, debido al limitado número de legisladores republicanos que se encuentran en situación vulnerable. Pelosi dijo que aún los republicanos han reconocido el riesgo de que puedan perder 25 diputaciones, “y es agradable escuchar esa validación por parte de otros”. |
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