jueves, 19 de septiembre de 2013

NOTICIAS DE CUBA --05

JOSE ANTONIO CAMELLON Corresponsal -Cuba LA VALLA DE LOS GALLOS PREOCUPA Y OCUPA A LOS FANATICOS Las preocupaciones sobre el futuro de los Gallos comienzan a rondar con fuerza en valla espirituana. La declinación previsible de la curva de rendimiento de parte de la mejor de las generaciones beisboleras, la partida de tres de los hombres de la alineación regular de la última versión y las interrogantes sobre los posibles suplentes acrecientan las dudas. Una ecuación no ha podido resolverse en Sancti Spíritus. Por concepciones “championistas”, por estilos de juego o por falta de credenciales, muy pocos de los que brillan de pequeños logran hacer grado en el equipo grande. La provincia ha logrado incluir a todos sus equipos entre los cinco primeros del país en más de una temporada, con medallas incluidas, y varios de sus peloteros han representado a Cuba en eventos internacionales. Del 2009 al 2011 el béisbol logró catapultarse como el mejor deporte colectivo aquí. ¿Qué falta entonces? Ahora el reportero ajusta el bate y entra al cajón. DE ABAJO HACIA ARRIBA Con más de 100 técnicos distribuidos en 56 áreas, la provincia no bebe hoy igual de todos sus municipios. No pocos miran monte adentro, donde antaño los peloteros crecían como hierba. Mas, para Rafael Viña, activista y director de equipos fomentenses, no hay mucho dónde buscar. “En las zonas de campo ya no se juega como antes, muchos terrenos están llenos de aroma y han quedado para amarrar animales, pocos activistas participan con los niños. Para formar un equipo de la serie provincial hay que moverse porque no hay atletas, no hay esa relación con Educación; a veces, si está mal en una asignatura, aunque el profesor lo vaya a buscar, no se lo dan. Además, faltan implementos y las cosas cuestan caras”. Cuna de parte de los mejores peloteros que ha tenido Sancti Spíritus es Yaguajay; sin embargo, ha vivido una especie de marasmo. Casi la mitad de los regulares en el equipo campeón de 1979 pertenecían a ese terruño y la actual versión solo tiene uno: Liván Monteagudo y apenas cuatro estudiantes de allí se forman en la EIDE Lino Salabarría. Julián Tomé Pérez, jefe del Departamento de Actividades Deportivas del INDER municipal tiene algunas respuestas: “Faltó la fuerza técnica, sobre todo cuando se retiró Juan Torres, “Yonqui”, el padre del béisbol, se descuidó el trabajo en las comunidades, nos equivocamos en las captaciones y creemos que todos son talentos. Hoy trabajamos sobre todo en el Plan Turquino, hemos recuperado fuerza técnica, las instalaciones son buenas, organizamos eventos en todas las categorías y se ven los avances”. Las clasificaciones de los equipos sub-15 y sub-18 este año confirman la estabilidad de las categorías inferiores, bien cotejadas por la presencia de seis entrenadores de valía en la EIDE. Mas, una “jugada dudosa” obliga a parar el juego: Es visible la falta de bateadores, una carencia que se refleja en el banco de los Gallos. “¿En qué se definió la medalla?: en que no había uno que te diera un batazo —se responde Orelvis Pérez, jefe del grupo de deportes con pelota de la EIDE—; revisamos los planes de entrenamiento para incluir más trabajo con la fuerza, acá no hay grandes problemas con los implementos, excepto los bates de madera para los juveniles”. Casi nada. ¿Cómo lograr bateadores sin bate? Pero hay más. Pedro Martín, entrenador del sub-15, empuña el madero: “Hace rato no sabemos lo que es una máquina de bateo, hay que mejorar la fuerza de choque, hemos trabajado con el gimnasio pero no es profundo. Lo del somatotipo se ve mejor, tenemos seis muchachos por encima de 1.80, la media está en poco más de 1.70”. Con experiencias en equipos Cuba como entrenador de pitcheo, Ramón Gardón sopesa los envíos de la base: “Llegan con defectos, hay que trabajar con ellos como si empezaran por primera vez en la vida, no saben virarse, tienen problemas en la mecánica, no hay mucho tiempo allá para enseñar. ¿Cuándo suben? Algunos lo han hecho bien, pero a veces hay que esperar dos o tres años para que exploten, en ocasiones influye la falta de confianza del entrenador, pero a veces no se la ganan”. El futuro del béisbol en Sancti Spíritus y Cuba también pasa por la capacidad financiera de las familias y el biotipo ideal: “El bateo es un problema —comenta Ixis Valle, metodólogo provincial de las categorías inferiores—, se trabaja mucho en clasificar y no lo técnico, la fuerza. Muchos preguntan por qué se perdieron los grandes como Muñoz, pero parte de estos muchachos lo que merendaron fue un cake y agua con azúcar, ¿qué desarrollo vas a tener y cómo vas a entrenar? Eso ha mejorado en la EIDE”. LA CADENA SE ROMPIÓ El juego está empatado en el cierre del noveno. Falta el hombre que dé el batazo, el lanzador que saque el out o el corredor que anote a fuerza de piernas. ¿Se esculpirán en algún rincón espirituano? Con 50 años en los ajetreos beisboleros, Derlis Cruz mira con optimismo: “Hay perspectivas, sobre todo en la receptoría, con los que han hecho equipo Cuba como Yunior Ibarra, Raciel Echemendía. En los jardines no hay problemas; en el cuadro hay talentos como Javier Valdivia que ha hecho tres equipos Cuba, aunque debe mejorar cosas técnicas; Baguet tiene que romper el hielo, hay que trabajar”. Para Rafael Muñoz, preparador de los Gallos, “hay que ir más por los campos, buscarlos con somatotipo, aunque no haya resultado en las categorías inferiores, en Grandes Ligas existen dos pruebas claves: tienen que ser veloces y contar con potencia del brazo, hay que aplicar la ciencia”. Uno de los más preocupados es Yovani Aragón, director del equipo espirituano: “Este año los jugadores de alante casi todos son chiquitos, medianos; algunos tienen buen físico, pero les falta. Para batear hay que darle duro a la bola, que las conexiones lleven potencia. Tiene que haber relación entre los entrenadores desde la base, en eso me autocritico, este año estoy un poco perdido con los atletas que me llegaron, no los pude observar; el año pasado, tampoco, pero voy a meterme más en la EIDE a ver qué hay”. Aunque sin los hombres veloces que hacen falta ni los zurdos que “no hay”, según afirma Juan de Dios Peña, entrenador de Sancti Spíritus, el box ha corrido mejor suerte: “Tenemos varios muchachos con posibilidades como Yanquiel Maure, que es juvenil, tiene buena noción, recursos, solo hay que fortalecerle las piernas; queremos usar jóvenes, pero tienen que enseñar credenciales, apenas hay tres zurdos en la preselección, la academia no funciona como concentrado”. Un béisbol que se respete no puede prescindir de ese eslabón, no como “aposento remedial” para acoger a los decantados de la Serie Nacional. Por años se rompe ese eslabón por falta de una cantera estable, por insuficiente fuerza técnica, o dificultades con el local y el eterno enyerbamiento del “Victoria de Girón”. Por ahí comienza su turno Roberto González, comisionado provincial: “La academia trabaja como curso escolar, lleva cuatro entrenadores, lo ideal serían 25 alumnos de matrícula, pero es una quimera, hay problemas con la defensa del cuadro en el grande y en los juveniles, al medir a los lanzadores en la EIDE tiran más de 85, algunos 90, parece que las millas se quedan en la Polivalente; es necesario seguir yendo a los campos. Hay mucho proyecto teórico allá arriba, pero a la base no baja nada”. La regla Schiller ronda a la hora de las decisiones ¿Qué estrategia adoptar? Se impone un “congreso” provincial donde las partes desgranen estos y otros pareceres sin recelos, ni medias tintas, algo que aquí se estila poco. La “delegación” debe enrolar a atletas, técnicos, directivos, estudiosos y científicos del deporte, glorias beisboleras que mucho deben aportar en busca de un diálogo abierto y fructificante. De otro modo el título del 79 seguirá colgando de una vitrina como una añoranza inalcanzable.

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