La ascensión de Bergoglio a Papa: Todo un evento
Parte I
En marzo 03 del 2013, Jorge Mario Bergoglio, fue investido como Papa de
la Iglesia católica.
De
inmediato, la media, comenzó su sinfonía, como si un director virtual, luego de
unos toques en el atril con su pequeña batuta, diera inicio a la interpretación
de la partitura.
¿Qué
alegaba la prensa?
1)
Que resultaban sospechosos los motivos para la
renuncia de su antecesor Benedicto XVI (Joseph Aloisius Ratzinger en su vida
laica). Suceso que exigía remontarse más de 600 años atrás, en la historia de
la institución, para encontrarle antecedente.
2)
La prensa mundial reactivó las denuncias de los
sacerdotes Orlando Yorio and Franz Jalics que acusaban a
Bergoglio de colaboracionista con la junta militar que gobernó a la Argentina,
en los finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, culpándolo
de su prisión a causa de la delación de este.
La renuncia de Benedicto XVI, se explica si
aceptamos que las relaciones políticas imperantes actualmente en el mundo, son
tan amorales, y han adquirido tal grado de sordidez, que se requieren ciertos
elementos de abyección, en el carácter de los dirigentes, que tienen que asumir
protagonismos mundiales.
La abyección y la política han mantenido una
concomitancia obligatoria a través de toda nuestra historia, pero hay épocas,
que exigen a los protagonistas, una masa crítica mínima de cinismo y vileza de
magnitud tal, que muy pocos líderes disponen de ella, sin importar cuánto se
esfuercen. Es, en última instancia, que no alcanzan la cuota de perversión
indispensable para alcanzar el éxito. La
apetencia incontrolable por el Poder, reblandece existencialmente.
La eficiencia de las elites que rodean a
esos líderes, se explica, porque operan a la sombra de la amoralidad de su
líder, el cual, haciendo uso de una cualidad llamada carisma, potenciada por
los adelantos digitales aplicados a la difusión de información o
desinformación, permite a esos dirigentes, limpiar su imagen, utilizando la
opinión pública como si esta fuera un Jordán, cuyas aguas, limpian mediante la
inmersión, todos los pecados.
No es descabellado concluir, que Joseph
Aloisius Ratzinger renunció a Papa, por cuestión de decencia, y porque su
condición humana, le impedía ejecutar las medidas que los integrantes de la
jerarquía eclesiástica, comprometidas con las huestes del poder mundial, le
querían imponer.
En cuanto a las acusaciones contra
Bergoglio, de colaboracionismo con la junta militar que gobernó a la Argentina
entre los años setenta y ochenta del siglo pasado, la información existente para
establecer conjeturas, es la que sigue a continuación:
En 1976, Orlando Yorio y Frank Jalics,
ambos padres jesuitas, fueron hechos prisioneros por cuerpos represivos de la
junta militar que ostentaba el poder en la Argentina. La detención se produjo,
mientras los sacerdotes efectuaban actividades aparentemente de servicios sociales
y evangelizadoras, en los cinturones pobres de Buenos Aires.
La información disponible, no clarifica
diáfanamente, que actividad realizaban los sacerdotes. Se insinúa no obstante,
que lo que se esperaba de Begoglio, era que la orden, o la iglesia, reconocieran
que los sacerdotes, disfrutaban de su respaldo mientras efectuaban su labor. Ni
la labor que realizaban, repito; ni el respaldo que esperaban por parte de la
iglesia, son esclarecidos en parte alguna de la información asequible.
Jorge Mario Bergoglio
ocupaba en ese tiempo, el cargo de jefe de la orden jesuita en la Argentina.
Durante meses, los
sacerdotes fueron torturados en locales que el régimen había destinado a la
represión, pertenecientes a la Marina de Guerra argentina, Finalmente, ambos
fueron encontrados vivos y semidesnudos en un área despoblada de la ciudad.
Frank Jalics, continuó
integrado a la iglesia, buscando refugio espiritual en un monasterio en
Alemania. Pero Orlando Yorio colgó los hábitos, y acusó a Bergoglio de haberlos
denunciado a los militares. La acusación, y los hechos que la sustentan, no
están tampoco muy definidos en los reportes de prensa accesibles. Orlando
Yorio, murió en el año 2000.
Sorpresivamente, solo dos
días después del nombramiento de Bergoglio como Papa, Jalics hizo unas
declaraciones, eximiéndolo, con cierta ambigüedad, de responsabilidad en los
hechos, y una semana después, como si el mismo Jalics y la nomenclatura
católica hubiere estimado como insuficientes las declaraciones anteriores, este
hizo nuevas declaraciones donde planteaba de manera más explícita e inequívoca,
que Bergoglio, no tenia responsabilidad en su detención.
Una mente suspicaz, pudiere detectar presión
por parte de la nomenclatura eclesiástica sobre Jalics. Porque tanto Jalics,
como sus superiores, sabían que las primeras declaraciones, no exoneraban por
completo, de responsabilidad a Bergoglio. No obstante, al parecer, fue
necesario una semana más de presiones extras sobre Jalics, para lograr una
declaración convincente.
Sin embargo, la señora
Yorio, hermana del ex–sacerdote fallecido declaró hastiada: “Veo mucho regocijo
y celebración por el nombramiento del Papa Francisco, pero yo estoy
presenciando esta elección, con mucha pena”.
Se suman a los hechos
anteriores, acusaciones de Estela Cuadra, que perdió a su hermana Elena, a
manos de la dictadura, estando ésta embarazada de cinco meses, alegando en sus
acusaciones, que cuando su padre recurrió a Bergoglio, para que lo ayudara a
encontrar a Elena su hija, este lo remitió a un cardenal que se limitó a
informarle que el niño estaba en buenas manos. Lo cual hace pensar que
Bergoglio, sabia del secuestro de niños.
Hay también acusaciones de Emilio
Mignone, fundador del Centro para el estudio de asuntos sociales y legales, una
institución dedicada a los derechos humanos, y Horacio Verbitsky el segundo, el
actual presidente de dicha institución. Ambos afirman que Bergoglio, colaboró
con la junta militar, en la década de los setenta.
La delación, siempre se asocia con
lo turbio cuando se le investiga. Más aun, si existen fuertes intereses que están
involucrados en la investigación. No es de olvidarse el sonado caso de
Marquitos en la Habana.
Existen en el mundo organizaciones
de ateos profesionales, con una enfermiza hipersensibilidad. Se sienten
ofendidos por las creencias, los símbolos, y la sola mención de los mesías,
encontrándose prestos siempre a atacar la fe. Son usualmente, asalariados del
Poder, es este quien los incita a hablar, y por supuesto, también a callarse.
No obstante, en este caso, aunque
todo el suceso es significativo, lo más notorio es la sincronización tanto en
el comienzo de la campaña contra Bergoglio, como su finalización, sin que
hubieren sido aclarados los hechos.
Al parecer, un segmento de la
prensa del Poder, no fue avisado a tiempo de que existían acuerdos y
transacciones, entre la mandancia de la iglesia conectada con el poder mundial,
y el papado de Bergoglio. Todo estaba bajo control.
Jorge Mario Bergoglio, no es el
papa, es un simple investido, ejecutor de un plan pre-establecido, su
personalidad, aportará ritmo y matices a la función, pero no rumbo, es un
simple operador de una investidura. Los errores de él, son unos, y los del
Papa, serán otros, sin que haya inter-responsabilidad. Las mentes simples, como
siempre, confundirán a uno con el otro.
La
consecuencia evidente, comenzaría de inmediato: el desmantelamiento ideológico
que se desprende de la doctrina cristiana, la sumisión de la iglesia católica a
las estructuras de Poder Mundial, dejando de operar como lo había hecho hasta
el presente, como ente de Poder independiente, aun cuando hubiera estado
saturada de errores mayúsculos y sangrientos. Una visión objetiva de la Historia
tiene que aceptar que la Iglesia, tenía una tarea asignada por la esperanza de
la especie en un destino luminoso y trascendente, en el cual, la iglesia
parecía capaz siempre de enmendar sus nefastos errores, y enrumbarse con ímpetu
renovado, de manera definitiva, por el camino correcto. Ya no más.
La ascensión de Bergoglio a Papa: Todo un suceso
Parte II
Hay una innovación en el ejercicio del Poder, que ha
pasado inadvertida a los observadores políticos, y es que aquellos que lo
ostentan, son personalidades “convulsantes”, viven perennemente
convulsionando el entorno social, dejando tras de su actuación, una estela de
decretos que alteran la realidad ética, y las relaciones humanas, modificando
los criterios básicos, asentados durante siglos en la sociedad de Occidente, y
que habían servido para identificar y definir a la verdad, y al prójimo. El
primer tiro en la nuca dado por el Council on Foreign Relations, lo recibió Aristóteles.
Jerjes, destruyó Atenas físicamente, pero
los Rockefellers y los Castros, destruyeron lo que esta representaba para
Occidente.
Hoy, Occidente, conducido por sus renovados lideres, imbuidos de la nueva
filosofía de Poder, se enfrenta a su destino con los conceptos históricos sobre
la verdad y el prójimo, desdibujados en el tapete de su cultura. Los desatinos, serán mayúsculos y sangrientos;
disimulados por las nuevas doctrinas de gobierno, improvisadas desde las
tribunas, y de poco a acá, también desde los altares. La falta de escrúpulos
humanos, se confunde con sapiencia política.
Dentro de este contexto recién inaugurado, fue entronizado como Papa, Jorge Mario
Bergoglio, que de inmediato, de forma manifiesta unas veces, y encubierta otras, comenzó a regurgitar
marxismo del bueno, o sea, marxismo objetivo, practicado durante casi ocho décadas
en el siglo pasado, por cada uno de los países llamados socialistas, donde un
grupo de forajidos asaltaba y se apoderaba
del estado, y desde allí, declaraban estar guiados por la intención sacra de
diluir el mismo estado del que se habían apoderado.
Es el marxismo que propone la izquierda
imperial o Rockefelliana, es el nazismo corporativo, es el estilo de Hitler, la
practica Stalinista, con el discurso de Lenin, y sin la persecución de los
judíos. (Por el momento, porque siempre hay locos disponibles).
No habrá tampoco guerra,
se utilizará a la traición de los nacionales locales, mediante la compra de los
dirigentes. Las guerras actuales, son solo de acomodamiento de fuerzas, para
que cada una de ellas, redefina su importancia en el nuevo espectro político.
Mercadeó en secreto Begoglio,
para lograr acuerdos entre el gobierno cubano y el americano, para establecer
relaciones, que permitan la explotación del pueblo cubano por parte de los dos
clanes de Poder Castro-Rockefeller. En
la misma negociación, se dilucida en principio la influencia imperial en el
continente, de la isla mansa y dócil, y del Norte revuelto y brutal.
Hace poco más de
quinientos años, Alejandro VI (Rodrigo Borgia) (sí, el mismo que estás
pensando, el de los crímenes y traiciones, el padre de Lucrecia, Cesar, Juan y
Joffre), mediante cuatro
bulas, llamadas Alejandrinas, dividió el Nuevo Mundo entre España y Portugal.
Tal vez estemos pendiente de una nueva bula por parte de Francisco I, donde se
establezca el precio a que pueda vender el gobierno cubano, en el mercado
internacional, a los médicos y peloteros.
Se impone redundar en una
aclaración realizada anteriormente, el Papa como tal, no existe, es solo un
concepto que describe la función ejecutiva de una estructura, originalmente
concebida para propiciar el desarrollo espiritual de la humanidad, sirviéndole
de intermediaria a esta, para conectarse con el Creador del Universo.
A la luz de la definición
anterior, toda esa parafernalia farandulera de marxismo y relaciones con Cuba
etc. Etc. Parece tener un contenido de idiotez, al menos de idiotez ligera.
Los Papas, no provocan los
giros en las proyecciones sociales de la Iglesia, es la nomenclatura eclesiástica que prevalece
temporalmente en la pugna de poder
interno dentro de la Iglesia, la que selecciona el Papa más conveniente para
desarrollar el programa previamente aprobado por ella.
Junto a las otras medidas
revolucionarias dentro de la Iglesia, que se ha atrevido a imponer el Papa,
sería bueno que terminara con el chiste de que el Papa es infalible, cuya
categoría de dogma, es tontería de cuño reciente (creo que a mediado del siglo
XIX).
El Papa, es de procedencia
jesuita, tuvo incluso, jerarquía dentro de la orden. El jesuita es por excelencia, un militante de
la estructura, la cual comparte sin conflicto, con su militancia espiritual (si
acaso llega a tenerla). Le achacaban a Lenin haber copiado de ellos, la
configuración estructural de su partido, y la característica de la férrea
militancia que le exigió a los que compartían la ideología.
Parado en el acantilado de
la inocencia, desde el que vislumbraba el abismo de la estupidez, aseveró
Francisco I “que el marxismo no debe ser malo, porque él, había conocido buenas
personas que eran marxistas”.
Dicha aseveración, sirve
para señalar, la única ventaja que disfrutamos, los que nos enfrentamos a los
que sustentan la tesis del Poder Mundial: creen ellos que sus adversarios,
somos tan estúpidos como sus seguidores
Al parecer, no es la
primera vez que un Papa llega a la misma conclusión, porque al parecer, partiendo
de similar razonamiento, Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli “Pio XII”,
conoció quizá también a buenas personas que militaban en el movimiento nacional
socialista. Eso tal vez lo impulsó a firmar el Reichskonkordat con el
gobierno alemán, el 20 de julio de 1933, en plena ascensión de los nazis al
poder, otorgándole reconocimiento a estos, a cambio de ventajas para la
Iglesia.
Consideremos que dicha
afirmación sobre la bondad de su amigo marxista, es un acertijo, un mensaje
cifrado, como en el Código Da Vinci, que el Papa quiso dejarnos para descifrar
algo, tal vez la identidad de su amigo.
Juguemos entonces.
Va y el amigo del Papa fue
Yakov Mikhaylovich Yurovsky, el que asesinó al Zar y su familia, y a todos los
que lo acompañaban, por orden de Lenin. Asesinaron entre ellos, a sus cuatro
hijas, y al varón de 13 años, en presencia de sus padres, los remataron a bayonetazos, y desfiguraron
sus rostros con acido sulfúrico para evitar que los reconocieran. Dicho crimen,
fue cometido en pleno siglo XX, no por Genghis Khan o Atila, sino por la
vanguardia de un partido ideológico con aspiraciones de liderar el destino de
humanidad.
Los que dieron la orden
para cometer el asesinato, los que los cometieron, y los que hechizados por una
doctrina criminal, otorgaron durante décadas anuencia a tamaño suceso, poseían
el mismo perfil sicológico, y la misma percepción emocional de la historia, de
la vida y del prójimo, que los que ocupan hoy el espacio de Poder en el
Vaticano, en la Casa Blanca, y sobre todo, en la sede del Council on Foreign Relations
y la Trilateral Comission.
Se asesinó, en nombre de
la Revolución, del Futuro, y de la victoriosa clase obrera.
Dado que Yurosvky murió en
el 1938 y el Papa nació en el 1936, no parece posible que ese sea su amigo.
Probemos suerte de nuevo, puede
que el marxista buena gente que el Papa conoce, no es otro que Vasily
Mikhailovich Blokhin, el que ejecutó a los 20,000 oficiales polacos en el
bosque de Katyn. Reconocido mundialmente como el verdugo más prolífico que haya
existido jamás, en Katyn solamente, se dice que ejecutó personalmente a 7,000
oficiales. Miembro del Partido Comunista Ruso. Murió en 1955, cuando Bergoglio tenía
19 años de edad.
No estamos seguro de que
sea este el buena gente que conoció, pero tal vez estemos cerca.
No obstante, aventurémonos
de nuevo, tal vez el buena gente marxista que conoce el Papa, sea Alexander
Orlov, el mismo que desolló vivo, durante la guerra civil española, a Andreu
Nin, secretario general del POUM.
Orlov murió en 1973 en Cincinnati,
porque al parecer, el 13 de Julio de 1938, en plena purga efectuada por el
partido comunista ruso entre sus miembros, Orlov huyó a Canadá, para pedir
asilo, acompañado de su esposa e hija, sospechándose que ese mismo día, dio
muerte a Rudolf Klement un antiguo secretario de Trotzky.
Para finalizar, si no es
Orlov, hagamos un último esfuerzo, ¿sería Ramón Mercader, el marxista buena
gente que conoce Bergoglio? Aquel que asesinó Trozky clavándole una pica en el
cráneo.
El cristianismo, es por
esencia, libertario e individualista. La confesión, que es un sacramento de la
Iglesia, otorga el perdón de los pecados a través del testimonio secreto con el
sacerdote, y del arrepentimiento. Reconocer la capacidad de arrepentimiento en
el ser humano, hace obligatorio reconocer su libre albedrio.
El postulado axiomático de
la doctrina marxista: “el ser social determina al ser individual”, eximiría al
ser humano de responsabilidad por sus pecados, ya que su conducta toda, seria
determinada por el entorno social. Eso convierte al marxismo, en una doctrina
adversaria medular del cristianismo.
Cuando los seres humanos
asumen ideologías cerradas para explicarse al mundo, seleccionar sus afectos, y
buscar destino en la vida, hay una porción de su condición humana, que pierde
universalidad, sin importar su rango, su estatus, o su investidura.
Es de preocuparse de que
el Vaticano fuere invadido por “gente” con una filosofía discordante, o incluso
antagónica con el cristianismo.
Aun cuando el Nazareno
dejó muy poco espacio para la confusión, es de aceptarse que la mente humana
padece de insuficiencias que excusarían el surgimiento, de interpretaciones
diversas de su doctrina.
Un sacerdote católico, “Malachi Martin”
escribió una novela: “El Ultimo Papa” donde vaticina acontecimientos como los
que están ocurriendo. Incluso con asesinatos, que por suerte, no han ocurrido
todavía, o no conocemos.
Pero lo verdaderamente
trágico, es que permitamos, sin sublevarnos, que el bochinche de los que
promueven un gobierno mundial, haya invadido el Vaticano.
Políticamente, hemos
vivido desde los inicios de la especie, un descarrilamiento total. Uno más, tal
vez retrase un tanto el encuentro con nuestro destino, pero no nos va a desviar
de manera definitiva.
Pero resulta inadmisible,
la invasión de una perversión espiritual, priorizando lo terrenal, para
reclavar como en la cruz, al ser humano, en su condición de masa.
¡Hay que encontrar una
salida! ¡No importa el precio!
La primera medida de los
que nos oponemos a tamaña desgracia, es irrespetarlos: por simplones.
La nueva dinastía de los Panchos, que se ha instalado
en el Vaticano, hay que desalojarla del Poder.
No permitas que esos
figurines, se instalen como intermediarios entre Tu Dios y tú.
Al final, deberían
enseñarnos como hacernos cómplices de los crímenes, sin salpicarnos de sangre.
Si lograran eso, tal vez nuestra conciencia, nos permitiría ponernos de acuerdo con ellos.
Pedro Fraga Miami 4/10/16
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