lunes, 27 de julio de 2015
ALGUNOS PREFIEREN VIVIR EN EL PASADO
ATENCIÓN FRANK
ALGUNOS PREFIEREN VIVIR EN EL PASADO…,
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CRÓNICAS CUBANAS, de nuevo desde La Habana
Félix Sautié Mederos,
Tal y como anuncié en mi última crónica escrita desde España, nuevamente estoy de regreso en mi Habana querida; y, en esta oportunidad, quiero añadir que la encuentro esperanzada, pienso que quizás en exceso, por motivo de los anuncios de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos que todos conocemos. Percibo a mi Ciudad natal suspirando, porque vengan tiempos mejores en los que al fin se puedan restañar los efectos de la desatención, de la falta de limpieza urbana, de los grandes baches en sus calles, avenidas e incluso aceras para el paso de peatones, y sobre todo de la burocracia local que tanto daño le han hecho a una Habana convertida en ruinas por la desidia, la desatención e incluso por un castigo absurdo. Es una burocracia citadina que no da la cara por ninguna parte para dialogar con la población que no la conoce, ni que tiene en cuenta sus anhelos y necesidades acumuladas.
El contraste es triste porque cuando de nuevo camino por las calles de mi Centro Habana en donde vivo, las veo como de costumbre las veía antes de viajar: sin barrer, con aguas negras y basuras acumuladas, a oscuras y con ruinas evidentes por todas partes. Comprendo entonces que percibo el contraste con Madrid y Palma de Mallorca a donde viajé y estuve por varias semanas, que es un contraste que me produce una muy especial sensación como si en La Habana hubiera llegado a una ciudad después de la batalla; incluso considero que es muy preocupante la situación que presentan los procesos de restauración en La Habana Vieja que se han estado realizando con cierta eficacia que se ha hecho evidente y, que actualmente se encuentran en un verdadero impase dado “cambios y/o intervenciones” que por la vía de “Radio Bemba” ( de boca a boca) se han dado a conocer, quizás para peor, los que se han efectuado en las áreas que ha atendido la Oficina del Historiador de La Habana que aparecen detenidas en su impulso que le era característico. Espero que no sean para peor y que solo sea una impresión subjetiva mía; lo espero por el bien de nuestra Ciudad porque en esas áreas era en donde en realidad podía apreciarse un verdadero renacimiento, gracias a un esfuerzo sostenido e inteligente del Historiador de la Ciudad. Para colmo en una entrevista que TELESUR le hizo a Eusebio Leal mis percepciones sobre la realidad de la restauración en La Habana Vieja, percibí que estaba confirmadas al respecto, según lo que pude apreciar de la entrevista que le realizó la periodista Cristina Escobar. No puedo entender que ante tanta desatención a La Habana, vaya a desarticularse lo poco que se ha hecho al respecto, y apoyo plenamente la obra realizada por la Oficina del Historiador de la Ciudad, más allá de cualquier discrepancia política que algunos puedan plantearle al respecto. Lo positivo hay que reconocerlo venga de donde venga y los procesos de Restauración en La Habana Vieja son algo positivo en lo concreto específico; esa es mi opinión que quiero plantear abiertamente en estos momentos de exclusión y nubarrones.
Opino que lo que me sucede en estos momentos de regreso a mi sufrida Ciudad, es que con el tiempo sin ver otras realidades nos acostumbramos a lo que tenemos a nuestro alrededor, pero cuando cambiamos de presencia hacia esos otros lugares y espacios, las diferencias y los contrastes saltan a la vista con fuerza hasta que de nuevo nos volvemos acostumbrar visualmente a lo que vemos y percibimos en lo cotidiano que nos rodea. No es una seguidilla de la palabra lo que estoy planteando, es simplemente mi testimonio de vida que nadie me puede escamotear, porque estaría intentando hacerlo precisamente en el lugar que describo que es verdaderamente La Habana maravilla y sus vecinos los que los que lo estamos sufriendo.
En estos días, además tuve la dicha de ver por televisión el izaje de la bandera cubana en nuestra Embajada en Washington, un hecho que en mi criterio muy personal y de acuerdo con mis sentimientos patrióticos de profunda cubanía, no debería ser enturbiado por diferencia política alguna, porque es la bandera del país que nos vio nacer y la representación de todo un pueblo que ha sufrido mucho y que comienza a verse considerado. Comprendo que nos faltan múltiples cambios en lo externo y muy especialmente en lo interno en donde las mentalidades detenidas en el tiempo, los métodos autoritarios y burocráticos tienen que cambiar necesariamente. Ello nos desmerita la emoción y la importancia del reconocimiento que esas relaciones con la Nación más poderosa del mundo de la que somos vecinos geográficos, significan. Lo contrario sería como trancar el dominó, o meter la cabeza en la tierra como los avestruces y cerrarse a toda solución pacífica de un diferendo de tanto tiempo y de una relación que alguien muy profesionalmente ha planteado públicamente que “Cuba nunca ha tenido una relación normal con Estados Unidos”.
En estas circunstancias, percibo muy especialmente que hay personas muy determinantes que prefieren vivir en el pasado, a contrapelo de lo que planteó el propio Secretario Kerry, que considero muy importante que precisamente un Secretario de Estado de Estados Unidos lo expresara en Conferencia de Prensa junto al Canciller cubano, en los momentos del restablecimiento de nuestras relaciones diplomática y de la apertura de la Embajada de Cuba en Washington. Su planteamiento concreto en el sentido textual de la traducción que se transmitió por TV, expresó que “No hay nada más inútil que querer vivir en el pasado”. Eso considero que es muy importante que en los propios Estados Unidos se tenga muy en cuenta, y que en Cuba especialmente también es válido. Estamos en momentos en que por todas partes aparecen personas detenidas en el tiempo tratando de impulsarnos hacia atrás, hacia un pasado de centralizaciones, autoritarismos y dogmatismos que tenemos que superar.
En estos momentos conmemoramos los 500 años de fundado Santiago de Cuba; y las campañas y preparativos han llenado las informaciones diarias, pero de La Habana, nada, que es la Capital de la República, la Capital de todos los cubanos que dentro de unos pocos años para el 2019 también cumplirá sus 500 años. Poco se ha dicho y poco se hace para esta conmemoración, más aún en momentos en que La Habana suena por todas partes y está siendo visitada desde muchos países.
Me pregunto entonces como habanero de pura cepa, nacido y criado en La Habana, de padre y madre habaneros…: ¿Hasta cuándo? Solo del Historiador de La Habana he conocido un planteamiento público sobre la urgencia de lo que hay que hacer en una Habana y el corto tiempo con que se cuenta para ello, en la que constantemente se presentan derrumbes fatales y aparecen quejas no oídas y no resueltas por todas partes de sus vecinos hartos de tanta burocracia y mentiras. En mi opinión es esta la situación real de La Habana de la época del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos, más allá de los triunfalismos que de nuevo están regresando y de las corrupciones que se conocen y de las que no se conocen o no se informan su existencia, aunque sus noticias le den la vuelta al mundo entero.
Así lo pienso, y así lo expreso con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular
Publicado en la Sección de cultura del Periódico Por Esto! De Mérida, Yucatán, México, el lunes 27 de julio del 2015.
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