ATENCIÓN FRANK
Cuadrar la caja
Crónicas cubanas
Félix Sautié Mederos
Cuadrar la caja es una expresión muy popular en Cuba, de uso reiterado principalmente entre los jóvenes, que forma parte de la comunicación intersubjetiva de las personas para expresar que se van a poner de acuerdo dos o más en relación con algún asunto que les interesa en común. Esta es mi definición semántica de tan socorrida expresión popular que pulula en las calles, parques, escuelas, centros de recreación y hogares habaneros. Confieso que de los jóvenes que eran mis alumnos y de algunos de mis hijos, aprendí su uso y que su etimología viene de un símil de lo que realizan con las recaudaciones del día los cajeros en los comercios al final de la jornada para cerrarlos. Mucho he pensado en las últimas semanas sobre lo que nos sucede y sobre la cada vez más urgente necesidad de que se establezca un flujo de encuentro y de concordancias entre la población y el Gobierno, que nos permita enfrentar el conjunto de situaciones adversas subsistentes que empeoran día a día sin perspectivas de salidas adecuadas. En definitiva, pienso que Gobierno y pueblo tienen que cuadrar la caja, y que quien más poder real detenta, el Gobierno, es quien debería hacerlo posible en definitiva.
Tal como escribí en mi anterior crónica (1) las pocas informaciones que se publican sobre los resultados de la Economía nacional reflejan una constante que son los incumplimientos; y, en mi criterio, esa constante no habrá de eliminarse mientras que el pueblo no sea situado como sujeto principal del desenvolvimiento de la sociedad en su conjunto. Además es impostergable de que se cumpla con la imperiosa necesidad de que la población sea escuchada priorizadamente, así como muy tenida en cuenta; y, que para ello, se creen los mecanismos adecuados de participación popular directa y efectiva en los propósitos de desarrollo socioeconómicos y políticos del país, porque los que existen o no funcionan o no son verdaderamente efectivos.
En estas circunstancias, cuando se observa y compara la situación cubana del momento, incluso teniendo muy en cuenta las verdaderas afectaciones del Bloqueo genocida a que estamos injustamente expuestos, con el ingente panorama en pleno movimiento y lucha que se presenta en nuestra América Latina, en los pueblos agrupados en el ALBA, UNASUR y la CELAC, recibimos la impresión de que en cambio en nuestro país se manifiestan improntas de retraso y de un nuevo tipo de inmovilismo que se ha estado desarrollando a un ritmo de una lentitud conservadora que no acaba de cuadrar la caja con una población que envejece rápidamente, que engrosa una diáspora creciente de jóvenes que buscan su futuro fuera de nuestras fronteras; y, que en general, se enfrenta a una muralla de orejas sordas y labios enmudecidos como ya he planteado en otras ocasiones y tengo que reiterar en esta Crónica Cubana.
Pues bien, en las actuales circunstancias, eso de cuadrar la caja con el pueblo, es lo que no va a ser posible mientras que los oídos del poder estén cerrados y no oigan los clamores y las angustias que en el día a día viven las personas; y, en cambio se continúen emitiendo y poniendo en vigor decisiones inconsultas e impopulares que lo que logran es darle más vueltas a la tuerca, hasta que se parta según otra expresión muy popular también.
Me refiero entre otras cuestiones más a las nuevas regulaciones aduaneras, que hacen pagar culpas a justos por pecadores, mezclando las necesidades de la población con una política dirigida a regular las importaciones comerciales que necesitan realizar los cuenta propopistas para desarrollar sus negocios, quienes se enfrentan a la no existencia de un mercado mayorista que los provea, mientras que los comercios estatales funcionan con desmedidos márgenes comerciales y se encuentran desbastecidos en alto grado, sin tener en cuenta que precisamente por parte del Gobierno no se han creado los mecanismos tan necesarios del comercio mayorista no existente.
O sea que la población paga culpas por partida doble por causa del problema creado, porque se les restringe sus posibilidades de hacer compras para solucionar sus necesidades durante los viajes que pueda realizar, así como recibir el envío de ayuda por parte de sus familiares y amigos. Por otra parte, cuando acude a los comercios estatales además de ser atendido con mucho maltrato en una espiral galopante, no encuentra lo que necesita y cuando lo encuentra deberá pagar un desproporcionado precio.
También podrían ser causa de preocupación algunas declaraciones realizadas por funcionarios en el sentido de la repitencia de viajes en las personas y los análisis que se han realizado en este sentido sobre el uso aduanero para la exportación que califican como comercial. Porque si bien en esos casos incluyen a los que se han dedicado a la importación con carácter comercial, también plantean determinados visos de cuestionamiento a los ciudadanos que en uso de sus derechos, necesidades y posibilidades realizan viajes al exterior con determinada frecuencia; y que por tanto, pueden ser confundidos con los que son cuestionados por reincidencias en sus importaciones calificadas como de carácter comercial. Ese tipo de declaraciones públicas en Cuba crean precedentes para el trato de las personas, especialmente en determinadas circunstancias de indefensión debido al lugar en específico, al momento y a la circunstancia concreta, (valga la redundancia).
Con estas improntas no se va a generar confianza ni credibilidad y con esas carencias de comprensión no será posible avanzar para solucionar los problemas subsistentes en la sociedad cubana contemporánea. Todo ello contradictoriamente, da la impresión de que se está reviviendo aquella expresión tan usada en los primeros años de la década de los cincuenta del Siglo pasado, de darle candela al jarro, hasta que suelte el fondo.
Esas son mis preocupaciones que así las pienso y así las expreso abiertamente con el propósito de que se busquen soluciones efectivas para cuadrar la caja con el pueblo, con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
Esas son mis preocupaciones que así las pienso y así las expreso abiertamente con el propósito de que se busquen soluciones efectivas para cuadrar la caja con el pueblo, con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
(1) Ver La constante de los incumplimientos en POR ESTO! Sección de Cultura del jueves 17 de julio del 2014,
Publicado en Por Esto!, Sección de opinión, el lunes 21 de julio del 2014.
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