miércoles, 1 de enero de 2020

PRESENCIA DE AGUSTIN LARA EN CUBA

Ciro Bianchi Ross (cirobianchiross@gmail.com)To:you + 26 more Details
Presencia de Agustín Lara
Ciro Bianchi Ross

Se dice que en los inicios de su carrera, allá en la década de 1930,
el gran compositor habanero René Touzet —No te importe saber, Anoche
aprendí, La noche de anoche, Me contaron de ti…— al proponerle sus
composiciones a trovadores de la época, como Codina y Guyún, para que
se las cantaran,  le apenaba decir que eran de su autoría y se las
atribuía a Agustín Lara… y eran tan buenas que todos lo daban por
cierto. .
El compositor mexicano Agustín  Lara supo imprimir al bolero un sello
personal. Intervino en unas treinta películas y creó alrededor de
setecientas melodías —canciones, pasodobles, pasacalles, baladas,
tangos…— muchas de las cuales alcanzaron en español o dobladas a otros
idiomas y cantadas incluso en estilos diferentes, una popularidad
universal, y una presencia que mantienen incólume Como expresa la
ensayista Josefina Ortega,«No importa que transcurra el siglo XXI. La
música de Lara sigue llegando a los corazones, como si tal cosa».
Su vida íntima, pródiga en romances, acrecentó el mito de carne y
hueso que fue este hombre. Su gran amor fue, y así lo confesó el
compositor,  la bellísima y siempre controvertida actriz María Félix,
con la que contrajo matrimonio en 1945 y a la que dedicó melodías como
María bonita, Palmeras y  Noche de ronda, una relación que a la postre
se disolvió en el fracaso por los devaneos amorosos que se atribuyeron
a La Doña. Pero mujeres hubo muchas en la vida de Agustín Lara, desde
«La Chata» Zozaya, su primera esposa, hasta aquella que enloquecida
por los celos le tajó con una navaja el lado izquierdo de la cara para
dejarle una cicatriz que no podría disimular durante el resto de su
vida. Como dice el escritor Juan José Arreola, Lara fue un castigador
y un castigado.
No puede el escribidor precisar con exactitud la fecha y lugar de
nacimiento de El flaco de oro, como se le llamaba. Algunos de sus
biógrafos aseguran que vino al mundo en Tlacotalpan, Veracruz, el 30
de octubre de 1900, en tanto que otros refieren que el nacimiento
ocurrió en Ciudad de México, en 1897, y otros en 1901. De cualquier
manera, su infancia transcurrió en Tlacotalpan, aunque pronto debió su
familia trasladarse a la capital mexicana. Su tía Remedios lo ayudó a
improvisar sus primeras notas, pero su vocación por la música nació
mientras escuchaba a su padre tocar el piano de la casa. Al hombre,
sin embargo, no le agradaba para nada tener un hijo pianista y un día,
tomando como pretexto la demora del muchacho en una tertulia taurina,
lo expulsó de la casa.  Tenía Agustín doce años entonces. En un
prostíbulo, donde lo contrataron como pianista, obtuvo sus primeros
ingresos y empezó a enfrentarse a los rigores de la vida.
Tenía quince años cuando el padre decide internarlo en una escuela
militar. Soporta durante un curso el  duro régimen disciplinario y al
final suspende los exámenes. Queda fuera de dicho centro, pero solo
consigue que  el padre lo envíe  a Durango para asumir un trabajo
durísimo. La madre consigue al fin que el padre lo traiga de vuelva y
lo matricule de nuevo en la escuela militar. Por esa época sufre
prisión por robo.
El Ejército no es su vocación. Lo suyo es la música y a ella se
dedicará por entero a partir de 1927. Toca en bares, cafés,
prostíbulos y salas de cine mudo. Dos años más tarde hace amistad con
cantantes de la talla de Juan Arvisu y Maruja Pérez y trabaja como su
pianista acompañante. En la emisora XEW está al frente del espacio La
hora azul y su presencia en La hora íntima de Agustín Lara, donde
estrena cada día una o más canciones,  lo hace conocido en todo
México.Dirige además la orquesta de la emisora mientras que cantantes
como Toña la Negra y Ana María Fernández popularizan sus canciones.
Corre el año de 1932 y Agustín Lara emprende una carrera frenética
hacia la fama.  Hace en esa  fecha su primera gira internacional, En
París  arrebata a los franceses y una de sus composiciones, Farolito,
se convierte allí  en la melodía de moda.
ROMANCE EN LA HABANA
Es por en esa fecha que hace su primer viaje a la capital cubana, en
la compañía de Pedro Vargas y Ana María Fernández. Vuelve en mayo de
1939. Hace entonces una profesión de amor a Cuba. Declara entonces:
«Regresaba de Francia… La Habana me abrió sus brazos… y no fui
ingrato, ahí están ese Sueño guajiro y esas Coplas que nacieron en la
inmensa pradera del Yumurí…». Está aquí nuevamente en 1952. En La
Bodeguita del Medio conoce a Sindo Garay y en el cabaret Montmartre
toca el piano y conduce una orquesta de violines.Actúa en los Aires
Libres del hotel Saratoga. Afirma el erudito Radamés Giro: «De su
interés por la música cubana dan cuenta La Cumbancha —homenaje a la
percusión cubana que grabó el Trío Matamoros, Antonio Machín y el
cuartelo Caney— Noche criolla y el danzonete Pobre de mí».
Es en la visita de 1939 cuando lo impacta una muchacha que se había
revelado  como Estrella naciente en La Corte Suprema del Arte, del
Circuito  CMQ, y que en esos momentos hacía un poco de todo en la
propia emisora: hace la locución, canta y recita en la emisora de
Monte y Cárdenas. Se llama Xiomara Fernández; tiene 21 años de edad y
es tan bella como tímida. Gaspar Pumarejo, que sería el pionero de la
TV en Cuba,  los presenta.No han  cambiado más que unas pocas palabras
cuando Lara expresa su deseo de escribir una canción para que ella
la estrene. Xiomara no sabe qué responder, queda sin palabras. Se
siente pequeñita ante un compositor de la talla del que tiene delante,
pero al fin, con muchas dudas, accede. Lara escribe para ella Cuando
me miraste tú, que Xiomara estrena en el Gran Teatro de La Habana que
lleva hoy  el nombre de Alicia Alonso, acompañada al piano por el
propio compositor. La cantaría luego en teatros de Matanzas y Pinar
del Río.
«Toda la gloria fue mía /cuando me miraste tú / toda la gloria fue mía
/cuando me miraste tú / se quedó sin luz el día / todo se quedó sin
luz /y empezó la vida mía / cuando me miraste tú…»
Xiomara Fernández recordaría muchos años después que siempre se sintió
fascinada por Agustín; era muy fino y delicado, decía. Le enviaba
todos los días un ramo de flores a la CMQ. Ella temió que tanta
gentileza llamara la atención y despertara sospechas entre sus
compañeros y se lo hizo saber. Él entonces comenzó a enviarle a diario
una sola flor con una tarjeta en la que se leía: «Pensando en ti».
Se encontraron varias veces en uno de los bares del hotel Sevilla.
Lara le  habló de llevarla a México en planes de trabajo, y precisó
que podía ir en compañía de algún familiar. A Xiomara el viaje no le
interesaba. Lara se tiró a fondo entonces y le propuso matrimonio.
Ella dijo no.
Prosiguió Xiomara una carrera ascendente y  no demoró en iniciar un
noviazgo con José Antonio Alonso, el disputado conductor de La Corte
Suprema, el hombre de las mil novias como le llamaba la prensa de la
época. La boda fue todo un acontecimiento. Contrajeron matrimonio el 1
de diciembre de 1940, en el Gran Teatro de La Habana, con la sala
repleta de radioyentes y gente de la farándula. Para ver y aclamar a
la pareja esperaban fuera cientos de admiradores, entre ellos un
piloto que hizo aterrizar su avioneta en el Paseo del Prado, frente al
Teatro, para soltar palomas y entregar un ramo de flores a la
desposada.
DE CUBA A LARA
La música de Agustín Lara se mantiene en el repertorio de cantantes
cubanos de todas las épocas, dentro y fuera de la Isla.
El disco Solamente una vez de Cuba a Lara recoge las interpretaciones
de grandes voces que lo cantan a la cubana. Pablo Milanés interpreta
Noche de ronda, y Omara Portuondo, Solamente una vez, mientras que la
Orquesta Aragón acomete Lamento jorocho, y Francisco Céspedes vocaliza
Regalo de viaje,  por petición expresa de una de  las ex esposas  del
compositor. Están también en la placa Van Van, Miriam Ramos, Kelvis
Ochoa, Calos Varela, Santiago Feliú y David Torrens, entre otros.
«Lara ha sido parte de sus vidas, algunos crecieron con él y todos lo
han adoptado como si fuera cubano», afirmó el productor mexicano de
este disco.
En su momento fueron muy celebradas las interpretaciones, que,  por
separado, hicieron de  Arráncame la vida, Orlando Contreras y Abelardo
Barroso, que cantaba mejor a medida que envejecía. Memorables son las
de Pecado, de Blanca Rosa Gil, y la que hizo Barbarito Diez de
Palmeras. Mucho gustan El organillero, por la Aragón, Rival, por la
orquesta América y Amor de mis amores, por Elena Burke. Se mantiene
viva en el recuerdo la interpretación que Roberto Sánchez y la
orquesta Gloria Matancera, hicieron de Santa, la melodía que Lara
prefería  entre todas las que compuso.
Dijo de sí mismo: «Soy ridículamente cursi, y me encanta serlo. Porque
la mía es una sinceridad que otros rehuyen…ridículamente»
Agustín  Lara Aguirre y Pino, El Flaco de Oro, tiene su monumento en
la Avenida del Puerto, a la orilla de la bahía habanera. Una estatua
de bronce, obra del escultor yucateco Humberto Peraza, que evoca la
presencia del compositor entre nosotros. Resalta la imagen la extrema
delgadez del artista que viste de corbata y chaqueta. Su mano
izquierda descansa en el brazo derecho mientras la diestra se alza a
la altura de la cara para insinuar la presencia del cigarrillo que se
llevará a la boca. Y es que el autor de la opereta El pájaro de oro y
de tanta música para el cine, fumador incesante en vida, fuma ahora en
la eternidad.
   
   








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Ciro Bianchi Ross

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