La injerencia
rusa fue comprobada en toda su extensión. Además de “jaquear”
las computadoras del DNC utilizaron Facebook y el internet para crear
falsos perfiles, falsos acontecimientos y falsas situaciones con el
propósito de destruir la reputación de Hillary Clinton. Sobre todo
lo anterior no hay la menor duda, pero, ¿fueron estos hechos
llevados a cabo en coordinación con Trump o miembros de su entorno?
Los rusos
llevaron a cabo la injerencia como parte de una estrategia bien
pensada para desestabilizar la Democracia norteamericana. Para esto
no contaron con nadie. Pero por medio de sus agentes contactaron a
personas muy allegadas aTrump. Éste y su grupo se mostraron
receptivos y dispuestos a cooperar entusiasmados, lo cual permitía
la consecución de otro de los objetivos rusos: involucrar a Trump en
la trama conspirativa para ejercer algún poder sobre él, pero
siempre, evitando una situación
ilegal que diera al traste con la
elección de Trump como Presidente o
su posible futura remoción. Hablaban pero no coordinaban. Querían a
Trump de Presidente. Esto haría muy difícil al Fiscal Mueller
demostrar que hubo colusión.
No Hay dudas que
hubo, al menos, intentos de colusión. Los contactos con los rusos
fueron reales y las dudas sobre colusión persisten, pero donde no
hay dudas es en los intentos de Trump por obstruir las
investigaciones sobre la intromisión rusa en las elecciones del año
2016, porque éstas fueron a plena vista, es decir, Trump no se
ocultó para ejercerlas. Despide al Director del F.B.I Comey y en
una entrevista por el canal de televisión N.B.C. confiesa que el
despido tenía que ver con la investigación rusa. También despide
al Secretario de Justicia por haberse recusado de la Investigación
Rusa. Los ataques desmesurados y sin base a la investigación sobre
la injerencia rusa eran constantes y los ataques a la integridad del
Fiscal Mueller despiadados.
El ex Presidente
Nixon le hablaba a una grabadora sus temores, sus odios, su
iracundia, su ruindad. El pueblo no lo sabía. Cuando todo se hizo
público, el impacto fue brutal. Nixon tuvo que renunciar. En el caso
de Trump, la obstrucción fue abierta, no escondida. Todos la
observábamos. Al principio nos quedábamos atónitos, hasta que nos
fuimos acostumbrando El hecho que la obstrucción fuera
abierta, conocida por todos ¿blinda al Presidente para ser
encausado? Quizás ese fue el dilema del Fiscal Especial Mueller,
por eso prefirió escribir los hechos (casi 400 páginas) y dejar que
el Secretario de Justicia decidiera el caso, con una nota al pie: No
hay encausamiento pero tampoco exoneración.
RAUL
SORONDO
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