miércoles, 27 de agosto de 2014

IMPRESCINDIBLE Y JUSTA LA PROTECCION AL CONSUMIDOR EN CUBA: ALGUNAS CONSIDERACIONES AL RESPECTO II


 ATENCIÓN FRANK
 
Imprescindible y justa la protección al consumidor en Cuba: algunas consideraciones al respecto. II
Doctor Eugenio R. Balari
Recientemente he leído en el observatorio  crítico un par de artículos sobre la necesidad de la protección de los consumidores en Cuba, donde además de ciertos análisis se hacen varias recomendaciones bien fundamentadas y positivas a mí parecer. Aprovecho la publicación de estos trabajos para incorporarme con sencillez al tema y brindar algunos comentarios complementarios e informaciones al respecto.
Los derechos de los consumidores hay que relacionarlos en el marco general de los históricos derechos humanos que surgieron en 1948. La Declaración Universal de los Derechos Humanos se refrendó  en Paris por la Asamblea General de las Naciones Unidas con la participación también de Cuba. Entrando más en el tema deseo expresar, que considero no solo factible, sino absolutamente necesaria la creación de una agencia o más bien una asociación de consumidores desde el seno de la sociedad civil en Cuba. 
Desde mi percepción y conocimientos de la cuestión, valoro que es algo sencillamente imprescindible. La experiencia que acumulan las organizaciones de consumidores, las han llevado a desarrollar fundamentalmente: una labor educativa y de divulgación de los derechos de estos, a tramitar las quejas o conflictos ante la institución que corresponda, a apoyarlos, cuando así se justifiquen con las denuncias(directas o públicas) del caso, asesorándolos por vía legal para el resarcimiento tangible de su afectación, desarrollando una permanente misión fiscalizadora sobre el cumplimiento de la ley, así como de sus necesidad desde actualización o modificación. Y finalmente, actuando muchas veces como acompañante institucional, brindándole al consumidor apoyo ante su reclamación correspondiente. 
Es indudable que los factores señalados representan importantes ventajas, que una organización de consumidores puede otorgarle a estos, porque en vez de actuar en solitario o desprotegidos, se encuentra respaldado por una institución reconocida que se proyecta de manera justa e imparcial ante su conflicto. Reseño con brevedad antes de proseguir mis comentarios, la experiencia de dos antecedentes autóctonos sobre el consumo y los consumidores, que desde el seno de la sociedad civil se han desarrollado en nuestro país y  que vale la pena ahora poder considerar. Aunque ambos experiencias no poseen el alcance que la problemática actualmente requiere o deba poseer, pero no dejan de ser puntos de interés y referencia: Uno es de la década de los 80 cuando se creó la organización no gubernamental  Asociación de Consumidores y Usuarios de Cuba (ACUC), integrada por un grupo de personas interesadas en el tema y que durante un tiempo se empeñaron en ampliar su membresía y tratar de promover una ley de protección al consumidor, partiendo de las experiencias internacionales que se conocían.
 Lamentablemente aunque esta asociación se inscribió oficialmente ante el Ministerio de Justicia, poco pudo hacer en aquel entonces y gradualmente fue languideciendo hasta que se paralizaron definitivamente sus funciones.  La otra experiencia tiene que ver con el trabajo realizado desde el seno de la 0NG Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre y su  programa de Medio Ambiente y Consumo (FANJ). Desde la FANJ y en estrecha coordinación con el Centro de Estudios de la Administración Pública (CEAP) de la Universidad de la Habana, se ha llevado a cabo una positiva labor de capacitación y concientización ciudadana sobre la importancia de la defensa de los derechos de los consumidores. A través de ella se ha realizado una importante labor divulgativa y puesta en ejecución diversos proyectos de beneficio social, en escala experimental, que han ofrecidos resultados muy favorables .Lo comento porque ambas organizaciones surgieron del seno de la sociedad civil, e incluso ambas antes del inicio del proceso de actualización o de las reformas económicas y sociales que se llevan a cabo. Coincido no obstante en las vulnerabilidades del consumidor (que no son pocas) y es posible se acrecienten con las reformas en marcha, porque se expanden los intercambios de los consumidores con otros sectores que se desarrollan en la actualidad.       Sin embargo conviene reiterar,  que estas vulnerabilidades no son nuevas porque desde siempre las ha habido y es necesario proceder consecuentemente para evitarlas.
Comprendo que ahora ante el avance  de los cambios que se introducen, pero con la cuasi generalidad aún de los monopolios comerciales del estado y el incipiente crecimiento de los sectores emergentes (privado y cooperativo), pueda aumentar la indefensión del consumidor, sus vulnerabilidades se  acrecienten y los conflictos se hagan más versátiles y agudos .Hay que comprender que en cualquier sistema de que se trate, las estructuras monopólicas cuando actúan sobre el mercado y el consumo de la población, les imponen a las gentes sus productos, formas de ventas, calidades y precios. Lo que de hecho significa un tipo de dictadura o coyunda comercial, atípica, pero que no deja de serlo. Aparece aquello de lo tomas o lo dejas porque no tienes más remedio, lo aceptas o jódete. Siempre he pensado que a través del mercado y sus procedimientos operacionales (comercios y unidades de servicios), también se expresa la libertad de los individuos y la democracia social, porque se manifiesta la libertad de adquirir lo que se necesita, en el momento y lugar que se desea y al precio que le resulte a la persona más conveniente o atractivo y ello produce bienestar y satisfacción psíquica y fisiológica. Esta cuestión es también necesario acabar de valorarla en Cuba, porque es un positivo factor incluyente, de confianza, seguridad social y afianzamiento de la democracia participativa. Sobre este asunto es necesario detenerse y realizar un profundo ejercicio reflexivo, tomando en cuenta las circunstancias geográficas del país, las influencias que se originan desde el exterior, las necesidades acumuladas en la población y el carácter sistémico o de lógicos eslabonamientos con que debe organizarse y funcionar cualquier tipo de economía y sociedad.  La anterior transición del país hacia un modelo de corte socialista (con independencia de su nivel de desarrollo, obstáculos originados, escaceses  o limitaciones existentes y relaciones con el exterior); se orientó en forma generalizada y como método económico por el de  una planificación centralizada, quedando el papel del mercado y las relaciones monetarias mercantiles, en lo fundamental considerablemente rezagados o subestimados. Ello definitivamente debe quedar atrás y rectificarse, equilibrando socialmente el papel de la planificación y el mercado, porque en definitiva ambos aspectos no son más que herramientas económicas para el desenvolvimiento de la sociedad y deben usarse de acuerdo a las circunstancias y conveniencias del país. Podemos agregar que habiendo pasado a manos del estado todas las unidades de producción, del comercio y los servicios, ello no propició el desarrollo de la mediana y pequeña empresa, ni de la competencia mercantil; determinando el surgimiento de factores monopólicos, tanto en la esfera productiva, del comercio, como de las importaciones y los servicios. Desde hace décadas aparecieron las grandes corporaciones o empresas del estado, las que monopolizaron las actividades del comercio minorista en precios “convertibles” o CUC, pero fundamentalmente con bienes de consumo importados o de ciertas producciones nacionales que cumplen los parámetros de calidad para ser ofertados en las mismas.              
Al no existir la competencia comercial o el contrapeso necesario en la producción e importación, ni organizaciones de defensa de los consumidores; ello ha  implicado que muchos productos de importación o de la producción doméstica, no cuenten con la mejor calidad y la indispensable correlación calidad/precio, sea inconsecuente y arbitraria. Ante la avalancha de críticas e insatisfacción sobre las ofertas y precios de estas tiendas, se hizo indispensable la  necesidad de que esas instituciones crearan sus departamentos de protección al consumidor y divulgaran los derechos de estos a los clientes que adquirían sus productos.                                                                                                      
Esos fueron los casos de CIMEX, TRD Caribe, la extinta CUBALSE, HABAGUANEX y ETECSA entre otras empresas nacionales. Sus esfuerzos en cierta medida se hicieron sentir pero…Cierto es que ahora, adicionalmente, con el crecimiento del sector privado y cooperativo deban surgir nuevos conflictos entre los consumidores y sus unidades comerciales. No obstante resulta un contrasentido y políticamente un criterio poco consistente, la idea de que fomentar nuevas organizaciones de la sociedad civil, en este caso para defender los derechos de los consumidores, pueda lesionar o subvertir el orden político/social existente del país. Desde una percepción lógica, objetiva y realista, es sencillamente esquemático, manipulador o ridículo este argumento, porque no se corresponde extrapolar ajenas y distantes experiencias que no resultan similares a las nuestras. Por el contrario creo que son instituciones necesarias, que complementan y fortalecen los derechos ciudadanos, ampliando y profundizando el espectro democrático de la sociedad y el país. Acaso la ANAP, la FMC, los CDR, la Asociación de Juristas o historiadores o la UPEC entre otras muchas, no son organizaciones surgidas del seno de la sociedad civil.                               
En Cuba está ampliamente organizada y es considerablemente versátil y comprometida con el país la sociedad civil, qué razón pueda existir para impedir ahora que surjan otras organizaciones, cuando las nuevas condiciones económicas y sociales así lo exigen o justifican.
                                                                                                                                                                                                                    La actualización del modelo por la que atraviesa la sociedad cubana, con sus cambios estructurales, requiere como han manifestado sus propios dirigentes un cambio de mentalidad, ello es imprescindible si se quiere conducir y lograr arribar a buen puerto el proyecto en marcha. Desde mi modesta percepción y entre otros aspectos, ello implicaría un mayor reconocimiento del papel del mercado y la urgente homogenización y modernidad del mismo (con todos sus atributos de eficiencia y modernización); así como lograr activar lo más posible las relaciones monetario/mercantiles, eliminar la doble moneda, brindar sólidos espacios a las actividades productivas, a las del comercio y los servicios en los llamados sectores emergentes (privados y cooperativos) y hacer productivas y eficientes a las empresas del estado. 0tras medidas convenientes serían:                                                  Las de organizar definitivamente los mercados mayoristas (con productos, calidades y precios que se correspondan a ese tipo de comercio),propiciar una necesaria y posible competencia en las esferas de la producción, el comercio y los servicios, de manera que los consumidores y usuarios del país se puedan beneficiar de tales circunstancias, pues la competencia en el mercado es una forma de apoyar al consumidor, dado que esta por lo general contribuye a reducir precios, mejorar y poder evaluar calidades y surtidos, innovar productos, propiciar otros bienes complementarios o suplementarios, u ofrecer mejores garantías comerciales a los consumidores.                                                  
Todo estos factores tan convenientes y necesarios, los obstaculiza e impide el abusivo monopolio productivo/comercial donde quiera que este se manifieste. Como por supuesto también lo esperaba, tiempo después de haber surgidas las llamadas tiendas recaudadoras de divisas (sistemas monopólicos estatales), se hicieron evidentes y considerablemente necesarias las acciones de la protección al consumidor. Sin embargo alrededor de ellas salieron a relucir diversas deficiencias, posiblemente consecuencias de la rigidez, uniformidad o el elevado contenido burocrático que caracteriza al comercio estatal. 
Muchos consumidores que acuden a ellas por no tener más remedio que hacerlo, consideran que se manifiesta un alto grado de insensibilidad ante los clientes, que proliferan acciones de corrupción y existe gran divorcio o desidia con relación a la atención a los clientes. ¿Acaso ello no es evidente? Por eso las medidas efectuadas de protección al consumidor se ridiculizan, la gente no cree en ellas o se consideran insuficientes, poco efectivas o fuera de un contexto posible. No obstante esos esfuerzos no dejan de ser meritorios e importantes, aunque más que efectivos han jugado un papel de sensibilizar, dar a conocer, concientizar y formar gentes alrededor de este sensible y peliagudo asunto, pero algo imprescindible en nuestras circunstancias actuales. Porque algo es mucho mejor que nada. Sin embargo es necesario entender, que la problemática fundamental en que nos encontramos como país y sociedad, radica en otras necesarias cuestiones o medidas de acompañamiento más generales; como pueden ser otros posibles procesos de desestatización o de mayor descentralización económica, apoyar el crecimiento de los sectores emergentes y continuar racionalizando las múltiples regulaciones y trabas burocráticas que persisten o frenan las iniciativas, o los procedimientos naturales que deben fluir en las interrelaciones económicas entre todos los sectores del país.                                                                                     
Si las palabras no se las lleva el viento y se pronuncian con decisión y voluntad, es importante que se haya dicho, que todo lo que no funcione o no sea conveniente debe ser cambiado o sustituido. 
Esperemos por el futuro de la patria, el mejoramiento de nuestra sociedad y la elevación de la calidad de vida de nuestro pueblo que así sea.

MEXICO EN BENNY MORE


México en Benny Moré
Ciro Bianchi Ross

En ocasión del 95 aniversario del natalicio de Benny Moré --24 de
agosto de 1919--, críticos, comentaristas y estudiosos cubanos de su
vida y su obra recordaron cuánto debió a México el autor de Dolor y
perdón y Conocí la paz, entre otros muchos boleros, guarachas, mambos
y sones.

El tema podrá tratarse con mayor o menor rigor, con más o menos
extensión, pero es ciertamente ineludible cuando se trata de la figura
del llamado Bárbaro del Ritmo. Porque es en ese país donde el cantante
cubano más popular de todos los tiempos inició su carrera discográfica
como solista, se presentó con el respaldo de muy importantes
orquestas, que cimentaron su fama, y  apareció en por lo menos siete
filmes de la llamada época de oro del cine mexicano. Allí nacería su
hija Virginia, fruto de su matrimonio con la mexicana Margarita Juana
Bocanegra, una enfermera que se desempeñaba como secretaria del médico
cantante Alfonso Ortiz Tirado.

Más importante resulta decir que es en México donde Moré incorpora
gestos y estereotipos propios del personaje del Pachuco chicano,
utilizados  por notables actores como Resorte y Tin Tan, y a los que
el cubano, una vez en la Isla,  agrega el bastón y el sombrero que lo
caracterizara.  Algo más. Es en  México  donde Bartolomé Maximiliano
Moré Gutiérrez adopta el nombre artístico con que se haría famoso:
Benny. Benny  Moré.

El año pasado, exactamente el 2 de octubre, publicamos  en este
espacio una nota referida a este personaje  legendario de la música
cubana. Ahora lo hacemos de nuevo con énfasis en la etapa mexicana del
artista.

UN ESTILO ÚNICO

Benny Moré fue el ídolo de los bailadores y de los amantes de lo
genuinamente autóctono de la música cubana. Fue la alegría de la
fiesta  y la compañía en los atardeceres melancólicos. En su
repertorio, que abarcaba todos los ritmos de la música popular
--<<Elige tú, que canto yo>>, dijo  en una de sus composiciones--
palpitaba nuestra alegría festiva y una cubanía auténtica, y en su voz
 --alegre, violenta, sensual, triste-- una síntesis del ser nacional.

Benny halló un estilo único para sus interpretaciones y estuvo dotado
de una voz providencial. Se dice que fue el cantante cubano más
polifacético, que era capaz de florear, alargar, repetir frases de una
canción sin alterar su ritmo, y que pese a que se desenvolvió en una
época sumamente permeada de elementos foráneos en la música --que en lo
tocante a armonización asimiló inteligentemente-- supo mantenerse fiel
a sus orígenes.

Pero eso no es todo. Benny era en sí mismo, actuara o no, un
espectáculo. Risueño, expresivo, espontáneo, ocurrente, cordial,
agresivo cuando la ocasión lo requería, como aquella vez que, en
Caracas, le rompió la cabeza a cabillazos a un empresario que se negó
a pagarle su dinero. Vestía casi siempre con unas chaquetas que se
alargaban hasta más abajo de la mitad del muslo y unos pantalones,
sujetos por tirantes,  que comenzaban algo más arriba de la cintura.
Un hombre penetrado por el ritmo melódico que interpretaba su
orquesta, a la que dirigía con una serie de movimientos únicos que
iban desde la suave contracción del brazo hasta una violenta patada
contra el piso.

YO TENÍA FE EN MI VOZ

Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez nació en Santa Isabel de las
Lajas, actual provincia de Cienfuegos, en el sur de la región central
del país. Fue el mayor de dieciocho hermanos. Su tatarabuelo había
sido esclavo de los condes de Casa Moré. De ahí su apellido. Como su
padre, Bartolo trabajó como carretillero. Tenía un oído y una voz
extraordinarios y desde muy temprano aprendió a acompañarse con una
guitarra.

El adolescente quería cantar y la popularidad ganada con su voz entre
sus compañeros de trabajo lo empujó a unirse a José Luis Bolívar. El
dúo Bartolomé-Bolívar era imprescindible en todas las serenatas. Luego
rodó de conjunto en conjunto hasta que en 1940 decidió conquistar La
Habana. Llegaría  a la capital en un camión cargado de coles.

La Habana resultaba arisca  y Bartolo no era el único cantante que
pujaba por hacerse de  un lugar ni el único que se iba a la cama con
más hambre que sueño. Se integró al cuarteto Cordero y al conjunto
Cauto, sin sacar provecho material, y se presentó en radioemisoras a
cambio del pago del pasaje del ómnibus. En CMQ, en La corte suprema
del arte, espacio para aficionados que dio tantos valores perdurables,
no gustó y le tocaron la campana a mitad de la presentación. Vendió
hortalizas; fue yerbero. Estar en La Habana era su más grande ambición
y la ciudad apenas le daba para vivir. Su ánimo, sin embargo, no
menguó.

Diría años después: <<Había venido a conquistarla y no me daba por
vencido. Había que oírme. Yo tenía fe en mi voz, en mis canciones>>.

Y con su voz y sus canciones y una guitarra bajo el brazo se lanzó a
la calle. Cantó a los turistas y peregrinó por bares y restaurantes
durante tres años, hasta que Siro Rodríguez consiguió que Miguel
Matamoros lo escuchara. Al autor de Lágrimas negras y Son de la loma,
entre otras muchas melodías emblemáticas, le gustó su voz, comprendió
que la manejaba a las mil maravillas, que hacía con ella lo que le
daba la gana y lo contrató para su conjunto como suplente suyo en la
parte vocal, pero bien pronto lo dejaría actuar por su cuenta porque
aquel muchacho era en sí mismo, decía Miguel Matamoros, el son entero.
Ese fue su debut profesional en la música.  Con el Conjunto Matamoros
graba  boleros, guarachas y sones sin que su nombre aparezca en la
carátula de los discos. Corría el año de 1944.

EN MÉXICO

El 21 de junio de 1945 hace, como parte del Conjunto, su primer viaje
a México. Se hospedan en el hotel Fornos de la capital mexicana y se
presentan enseguida en el famoso estudio teatro de la radioemisora
XEW-XEG. No demora Bartolo en ganarse al público. Los admiradores lo
asedian y lo siguen por salones de baile y cabarets  como Río Rosa y
Montparnasse.  En algún momento de este periplo  Bartolomé
Maximiliano, conocido por Bartolo, adopta el nombre más llevadero de
Benny porque el suyo es imposible y Bartolo no funciona. Así se le
llama a los burros en México.

Matamoros regresa a Cuba, pero Benny se queda. Canta con el respaldo
de la orquesta de Arturo Núñez. También con la del mexicano Ángel
Flores --El chino Flores--. Los clubes  Anáhuac, Fénix e Ixtacalco son
los escenarios de sus éxitos.  En 1947 lo ficha la RCA-Víctor de
México y ahí comienza su carrera discográfica como solista. Con el
conjunto del tresero y contrabajista cubano Humberto Cané, hijo del
fundador de la Sonora Matancera, populariza números como Yiriyiribón y
Mambeando. De ese año son también sus grabaciones de Puntillita, Hasta
cuándo y ¡Cómo gozo¡ entre otras. En ellas, Benny muestra ya, dice el
musicógrafo Raúl Martínez, <<su estilo único de sonear, improvisando y
montándose casi encima del coro, como solo él sabía hacerlo>>. Integra
el dúo Fantasma con el mexicano Lalo Montané y el acompañamiento del
saxofonista cubano Mariano Mercerón, y graba, para la Víctor las
guarachas Parece que va a llover y Me voy pal 'pueblo. Precisa Raúl
Martínez: <<Esto le sirvió para abrir brecha en el ambiente frívolo de
los espectáculos musicales nocturnos, tan al gusto bohemio de nuestro
Benny, y ser acompañado posteriormente por otras agrupaciones
prestigiosas como las de los mexicanos Rafael de Paz y Chucho
Rodríguez. Con ellas daría a conocer sus primeras composiciones:
Desdichado (bolero) Rumberos de ayer (guaguancó)  Bonito y sabroso
(mambo) y Dolor carabalí (afro)>>.

Tiene Benny Moré 25 años de edad y está en plena madurez artística. La
crítica lo ubica al lado de Kike Mendive, Lalo Montané, Tony Camargo,
Toño Jiménez y Bernardo Montesino. Entre ellos y Benny existieron
algunas influencias recíprocas, y es cierto que el cubano adquirió
elementos del canto y el baile de salón urbano del México de aquellos
tiempos, escribe el ya mencionado Martínez.

Su carrera se consolida en 1948 cuando Dámaso Pérez Prado  lo invita a
grabar con su orquesta. Hace unas treinta grabaciones. Lo convoca el
cine. Con Ninón Sevilla, rumbera cubana avecindada en México, trabaja
en Carita de cielo (1946) y junto a Meche Barba aparece en Fuego en la
carne (1949). Novia a la medida (1949) y Quinto patio (1951)  son
otros de los filmes en los que participa.

Hombre abierto a la risa, ocurrente,  con la mano extendida siempre
hacia amigos y enemigos,  frecuenta y goza del cariño de grandes
figuras del país que lo acoge. Miguel Aceves Mejía, que fue testigo de
su boda mexicana,  Toña la Negra, Tongolele, Emilio Tuero, Pedro
Vargas... son sus amigos. También María Antonieta Pons, Rosa Carmina,
Amalia Aguiar, la ya mencionada Ninón Sevilla. A las Dolly Sisters,
pareja de baile, dedica una de sus obras, Locas por el mambo, que
llegaría a gozar de una popularidad enorme. Comparte escena con
orquestas tan destacadas como las de los maestros Luis  Arcaraz, Juan
García Esquivel, Juan S. Garrido, Mario Ruiz Armengol y José Sabre
Marroquín. De su quehacer fueron testigos los teatros Margo,
Blanquita, Iris, Prado y Lírico y los más renombrados centros
nocturnos. Su presencia era habitual en la programación de poderosas
radioemisoras, y sus discos, con el sello de la Víctor, se vendían por
montones no solo en México, sino además en Venezuela, Panamá.
Colombia, Brasil, Puerto Rico y, desde luego, Cuba.

Escribe Raúl Martínez: <<El ambiente cosmopolita de la vida nocturna
mexicana y sus artistas y músicos influyó profundamente en la
personalidad del Benny; su faena diaria con cantantes, bailarines,
actores de variedades y de cabarets, de manera directa o indirecta, y,
en especial, el contacto con los novedosos conceptos musicales de su
paisano Dámaso Pérez Prado, habían tocado sensiblemente al sonero,
quien, muy pronto, asimiló esos modernos criterios de la armonía y de
la orquestación que procedían de las agrupaciones de tipo jazz band
norteamericanas; aunque por supuesto todo ello filtrado y recreado con
un lenguaje melódico y rítmico a lo cubano, respaldado por la
brillante sonoridad de una verdadera banda en la que sobresalían los
saxofones, las trompetas y una excelente batería de instrumentos de
percusión cubana>>.

DE VUELTA

En 1950 regresa a Cuba Benny Moré. La nostalgia por familiares y
amigos, el deseo de estar de nuevo en lo suyo y de trabajar para su
pueblo, lo traen de vuelta. Firma contrato con la Cadena Oriental de
Radio y hace una gira artística por el este  de la Isla y el público
no quiere creer que aquel hombre flaco, desgarbado, sin dientes es
Benny Moré. Y es que Pérez Prado ha recorrido los mismos escenarios
con un cantante a quien hizo pasar por el Benny y ya el público no
sabe quién es verdadero.

Ya en La Habana, entra por la puerta ancha de las radioemisoras. En la
RHC Cadena Azul consigue un éxito fenomenal y Radio Progreso lo
contrata para que cubra la hora estelar en su programación diaria.

En 1953 --después de haber cantado con las mejores orquestas cubanas
del momento-- decide fundar la suya, la Banda Gigante, <<la tribu>>, como
él la llamaba, conformada por veinte y un músicos, que conjugó e
instrumentó con paciencia y trabajo. Y con ella, en 1954, dio comienzo
a una carrera vertiginosa que junto a las malas noches y el alcohol
terminaron por pasarle la cuenta a los 44 años de edad.

Triunfa la Revolución. Muchos artistas abandonan el país. Tratan de
arrastrar a Benny; lo tientan con jugosos contratos. Los rehúsa.
Dice, categórico: <<Ahora es cuando yo me siento un hombre con todos
los derechos en mi país. De aquí no me saca nadie. No me interesan los
dólares>>.

La identificación del público con el artista y de éste con su pueblo
crecían por día. Con una expresión gráfica dijo a la prensa lo que
sería una de sus últimas presentaciones: <<Que Obras Públicas prepare
los hierros para que arregle los huecos que los bailadores van a dejar
en la calle>>. Treinta y tres de sus composiciones llegaron a estar en
el hit parade.











-- 
Ciro Bianchi Ross
cbianchi@enet.cu
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lunes, 25 de agosto de 2014

TALLER LIBERTARIO ALFREDO LOPEZ

PUBLICADO POR  PEDRO FRAGA
Los agentes latinoamericanos de la USAID en Cuba, la Seguridad del Estado, y nosotros los anarquistas TALLER LIBERTARIO ALFREDO LÓPEZ Destacado

Escrito por  Observatorio Critico

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En la sociedad cubana hay muchas cosas que han ocurrido y siguen ocurriendo en nuestro entorno más inmediato y no han sido introducidas precisamente por los agentes de la USAID, sino por los mismos que hicieron, sostienen, o viven de esta “Revolución Cubana"

Los agentes latinoamericanos de la USAID en Cuba, la Seguridad del Estado, y nosotros los anarquistas

TALLER LIBERTARIO ALFREDO LÓPEZ

I

Hace unos días en la primera semana de agosto los medios de fabricación masiva de opiniones en Cuba, en manos de la Seguridad del Estado, el Buró Político, y los Departamento Ideológico del MINFAR y el MININT, nos han regalado un nuevo capítulo de la historia de sus hazañas laborales, en el combate directo a las operaciones de subversión del gobierno yanqui.

El asunto que nos traen ahora nos llega por medio de Associated Press, presentada en esta ocasión como una seria agencia de prensa internacional. El tema: la denuncia de otra modalidad de subversión en Cuba, orquestada por la USAID, introduciendo agentes a bajo costo y escasa formación profesional de origen latinoamericanos, para el reclutamiento de jóvenes cubanos, “contactos estrella” le llaman, para la “generación de una red de voluntarios para la transformación social” en Cuba, “hacer activismo en contra del gobierno”, a través de talleres de educación sexual y la protección frente al VIH, para con estos temas “reclutar a jóvenes enseñándoles cómo organizarse a sí mismos”.

Sobre esto debemos decir que los que fundamos la Red Observatorio Crítico hace ya casi diez años, y que también echamos a andar el Taller Libertario Alfredo López cuatro años atrás, tuvimos y tenemos, entre otros propósitos para nada escondidos, también algo así como la “generación de una red de voluntarios para la transformación social en Cuba”, pero específicamente en sentido anti-autoritario y anticapitalista.

Quisimos y queremos, no “reclutar”, porque no somos sargentos de ninguna jerarquía militar, pero sí promover el gusto por la organización autónoma asamblearia y horizontal, que permita aglutinar energías y potenciar fraternidades, que prefiguren la sociedad que queremos, sin comandantes en jefe, ni soldados obedientes; y, además, quisimos y queremos hacer activismo, no simplemente contra el actual gobierno cubano, sino contra todas las formas de relaciones interpersonales nocivas a la dignidad, que emplean los que gobiernan, los que se dejan gobernar y los que combaten un gobierno para sustituirlo por otro, en los momentos y lugares más disímiles.

Quisimos y queremos hacer estas cosas porque nacer y vivir en Cuba y conocer de primera mano la deriva autoritaria y estatista de la Revolución Cubana, fue la experiencia más determinante que nos hizo más revolucionarios, más anticapitalistas, mas anti-autoritarios, mas anti-sexistas, mas anti-homófobos, más ambientalistas autónomos, mas anti-patriarcales, más libertarios y a varios, nos hizo anarquistas.

Si no hemos tenido mucho éxito en esto ha sido por nuestras inconsistencias e ineficiencias, pero también porque el gobierno cubano ha tenido un éxito indiscutible en crear una sociedad tan saludable como sumisa, tan culta como mojigata, tan patriótica como dependiente de las autoridades, tan unida frente al imperialismo yanqui como atomizada frente a la burocracia y sus poderes…

Esto ha dado lugar a que los menores de 35 años en Cuba, además de que están en proceso de extinción, en muy pocas ocasiones se pueden encontrar en las calles para hacer algo distinto a ser espectadores pasivos de los pasatiempos estatales para masas o consumidores manejables de la oferta de diversión no estatal autorizada. Este es el contexto ideal para que los agentes de la USAID hayan hecho lo suyo, pero con un trabajo sucio previo y gratis que ya han venido haciendo durante décadas los agentes que protegen nuestro “Estado revolucionario”.

Si la USAID hace cuatro años está reclutando o reclutó jóvenes latinoamericanos para encontrar nuevas marionetas que le hagan su trabajo sucio en Cuba, a ellos y a los cubanos de a pie, como nosotros, y a la Seguridad del Estado cubano les decimos: nosotros no recibimos órdenes de nadie, ni tampoco las damos. Vivimos en un mundo propio, estrecho y frágil, pero real y palpable, donde no somos ni ovejas, ni pastores.

Somos lo que somos y hacemos lo que hacemos porque creemos que el comunismo se hace aquí y ahora, y no es un decreto gubernamental que se maneja a discreción, según los indicadores económicos del Estado empresario benefactor; porque entendemos que una sociedad no deja de ser capitalista cuando los explotadores de trabajo ajeno son “nacionalizados” para dejar a uno solo, aunque sea el más benevolente y humanista.

No dejaremos de repetir que el comunismo no es y no puede ser un simple “Estado comunista”, sino un proceso social hacia la comunización de la vida, desde el arte hasta la defensa, con los deseos, las energías y la imaginación, la paciencia, el coraje, y muchas cosas más, de los colectivos y las personas que quieran hacerlo; y si no es eso, sería el nombre de otro régimen de opresión que siempre encontrará argumentos sublimes y métodos falaces para perpetuarse.

Si la revolución no pudo ser lo que debía y lo que anunciaron sus voceros, porque el imperialismo está demasiado cerca y otros etc…, entonces los miembros de la llamada “generación histórica” y sus adeptos, lo hubieran pensado mejor y no hubieran hecho la revolución, porque la geografía es más difícil de cambiar que a las mentalidades, o hubieran desmantelado todas las concentraciones de poder corruptor, para que se acortara el tiempo en que desapareciera la fatídica función de cuadro político, anunciada por Fidel Castro hace ¡46 años! y no quedaran envenenados tantos jóvenes cubanos con las tentadoras “mieles del poder” que el mismo caudillo ha confesado.

II

Si hay algo que hemos recibido en estos años en el Observatorio Crítico y el Taller Libertario Alfredo López ha sido solidaridad internacional en ideas, recursos y medios para hacer lo que hacemos, de compañeros que -siendo activos militantes anticapitalistas- jamás nos han pedido que hagamos talleres de educación sexual para camuflarnos, ni nada que se le parezca; y menos aún, nos han exigido que cumplamos orden o sugerencia alguna. De hecho, jamás nos han dicho lo que tenemos que hacer.

Hemos hecho exactamente lo que hemos querido y/o podido, en el momento y el lugar que nos ha dado la gana, que es como decir que hemos hecho lo que ha salido de los procesos de diálogos y consenso entre los que hemos querido hacer algo. Nuestra más reciente I Jornada Primavera Libertaria, fue en gran medida gracias a la solidaridad de nuestros compañeros fuera de la Isla, pero a la vez fue una grata sorpresa para ellos, que tuvieron noticia de estas acciones sólo cuando las dimos a conocer públicamente.

Y antes de llegar a esta Jornada, para promover de manera explícita una perspectiva libertaria sobre temas disímiles, casi nunca hemos escondido en ningún espacio en Cuba nuestras identidades y nuestras acciones. Cuando algo parecido ha ocurrido, ha sido para no destruir el diálogo de experiencias concretas con salidas ideológicas reduccionistas o para respetar espacios autónomos dignos.

Por eso, señores agentes de la CIA y la USAID, podemos decirles que envíen todos sus empleados reclutadores que deseen, seguirán malgastando el dinero de sus disciplinados contribuyentes, al menos con nosotros. Y a los ciudadanos agentes de la Seguridad del Estado cubano les comunicamos: no tenemos nada que esconder, nuestros compañeros de ideas en el mundo no son empresarios millonarios, ni aristócratas filantrópicos, ni políticos progres que vienen a saquear la “imagen Cuba” para ganar elecciones en sus países. Tampoco son representantes de potencias imperialistas emergentes, que han devenido, junto a las remesas familiares de los cubanos que se han marchado, en los sostenes más decisivo de los gobernantes cubanos, para mantener su abultada burocracia política, administrativa y militar; así como los dispositivos de control social de la omnipresente Seguridad del Estado cubana, que también necesita periódicamente hechos como los referidos para garantizar la permanencia íntegra de sus intereses y su estilo de vida, cuando no hay mucho trabajo de contraespionaje espectacular por hacer.

Nuestros compañeros en el mundo no son esos antiimperialistas de pacotilla, que sueñan con un inconfesable capitalismo revolucionario tercermundista o simplemente “leninismo de mercado” que, ya despiertos y frente a los micrófonos, le llaman “Socialismo del Siglo XXI”. Nuestros compañeros no cierran los ojos frente a las turbias incoherencias de los caudillos progresistas de turno, para un buen día despertar como esos intelectuales “confundidos” y “desilusionados”. Nuestros compañeros saben mejor que muchos politólogos izquierdistas que la forma más efectiva de ser anti-imperialistas es siendo anti-autoritarios, que es la manera más segura de no perder la cabeza en el paralizante laberinto de los “gobernantes buenos”- “gobernantes malos”, y poder concentrar las energías en proyectar espacios y experiencias donde sean innecesarios los gobernantes mismos.

Por eso no tenemos nada de qué avergonzarnos con respecto a quienes nos relacionamos y por, seguiremos haciendo lo que hacemos; no por dinero, no por órdenes, ni siquiera sólo por conciencia, sino también porque es lo que nos gusta.

III

En la sociedad cubana que hemos conocido en nuestros años de vida consciente hay muchas cosas que han ocurrido y siguen ocurriendo en nuestro entorno más inmediato y no han sido introducidas precisamente por los agentes de la USAID, sino por los mismos que hicieron, sostienen, o viven de esta “Revolución Cubana”.

Nos aborrece la “masificación de la cultura” de la que ya no hablan sus promotores locales, pero sigue operando tal cual, sin dejar de ser lo que hasta ahora ha sido: otra mascarada para controlar la creación y convertir en cultura el control total del Estado.

Nos repelen sus dóciles “intelectuales críticos”, lozanos y jóvenes, con melenas o sin ellas, pero eruditos prematuros en la aritmética del equilibrio y la conveniencia, que hacen lo que sea por escalar y viajar al extranjero y, en muchos casos, fugarse, sin tener que pasar por los estafadores trámites diseñados por el MININT.

Sentimos pena por esos miles de excelentes médicos cubanos que, a pesar de ser troquelados en las carencias de todo tipo, confrontando miserias como la emulación en la docilidad, y la hipocresía existencial, van a Brasil u otros países a hacer un trabajo inigualable, como única vía para encontrar una tabla de salvación, con la cual vestir a sus hijos y remendar sus vidas.

Profesamos una ternura infinita por todos aquellos trabajadores, nuestros padres y abuelos, que dieron lo mejor de sus energías y sus vidas por “La Revolución” y hoy son ciudadanos descartables, de los cuales sus líderes políticos sólo esperan que sigan siendo pacientes, comprensivos, y como buenos integrantes del ya “millonario” precariado cubano, disfruten de las bondades del pluriempleo después de la jubilación.

Nos asusta la calidad humana de los niños y jóvenes que están saliendo de las escuelas, producto de la tremenda crisis de sentido en que se encuentra la educación en nuestro país, en instituciones pintadas y reparadas, pero donde los maestros, en la miseria de siempre, alienados y vigilados en todo, “enseñan” a los niños y jóvenes lo que meramente conviene a los intereses de los administradores del Estado y su policía mental, con las incoherencias más insostenibles, mientras los estudiantes, los padres y las comunidades de vecinos no pueden decidir nada en asunto tan crucial y con efectos a largo plazo para sus vidas.

Nos avergüenzan los malabarismos tecnocráticos y economicistas de la llamada “actualización del modelo económico cubano” y del Nuevo Código del Trabajo, debatidos y aprobados, como otras campañas anteriores, en medio de un montaje mediático despótico, que impidió una discusión pública seria y razonada entre el pueblo trabajador sobre los efectos de semejantes engendros.

Percibimos a cada paso el desespero suicida de la élite gobernante de la Isla, en aras de salvar a “La Revolución Cubana”, rótulo dorado y con cierto prestigio, que esconde a un capitalismo monopolista estatal ordinario, con algunos éxitos considerables, pero también en una crisis de reproducción ya permanente, no sólo limitada al plano económico sino también a lo cultural, lo simbólico y lo moral, que según ellos se podrá resolver con el “oxígeno” envenenadamente vivificador de las inversiones directas de sus equivalentes extranjeros: los grandes capitalistas del mundo.

En ese empeño, los mandantes cubanos no necesitan de una juventud imbuida de los altos valores que sólo nacen en el suelo nutricio de la libertad de pensamiento y deliberación. Ellos sólo precisan de jóvenes competitivos y atomizados, adiestrados en el juego creativo con la retórica dominante en cada momento, y preparados para el cálculo razonable del costo-beneficio de lo que hacen. Tampoco necesitan autogestión de los trabajadores y las comunidades, ni movimiento cooperativista vivo, ni presupuestos participativos, ni municipios soberanos, ni dinámicas asociativas ajenas al lucro y el pago de impuestos, ni nada semejante que conduzca a revitalizar las potencialidades liberadoras que una vez, fugazmente, tuvo la revolución cubana, que podrían haber conducido hacia una socialización y comunización concreta de la vida cotidiana en Cuba.

A ellos sólo los mueve el manoseo dulzón y adictivo de las palabras que una vez fueron la condensación de valores activos en amplias capas del pueblo cubano. Y sobre todo, a ellos los guía la pauta inspiradora de sus socios: los exitosos y criminales burócratas-capitalistas chinos, que masacraron en la Plaza de Tiannamen a lo mejor y más puro de la juventud de ese país, con tal de mantener incólume su poder, despejando el camino para reciclarse como grandes empresarios de talla mundial; o las poderosas empresas brasileñas, hoy a la vanguardia de la producción de alimentos transgénicos, sostenes de un gobierno como el del PT, que traicionó a la izquierda sudamericana, y masacra a su propia gente lanzada a las calles.

Por estas cosas y porque lo hemos decidido: somos anticapitalistas, anti-autoritarios, anti-sexistas, anti-homófobos, anti-patriarcales, libertarios y en varios casos anarquistas; y seguiremos haciendo lo que consideramos que debemos hacer, lo de siempre: forjar, promover y aprender autonomía y auto organización de los de abajo, de las personas, los vecinos, los trabajadores, los estudiantes, los jóvenes, los adultos mayores... Y junto a ellos no dejaremos de relacionarnos con nuestros compañeros en el mundo, que en los más disímiles y adversos escenarios, no dejan morir la dignidad humana y son como nosotros anticapitalistas, anti-autoritarios, anti-sexistas, anti-homófobos, anti-patriarcales, ambientalistas autónomos, libertarios y, en muchos casos, anarquistas.

 

ALGO QUE ALGUNOS HAN OLVIDADO


 
ATENCIÓN FRANK
Algo que algunos han olvidado…
 
 
 
Crónicas cubanas
 
Por Félix Sautié Mederos

Los cubanos vivimos en la actualidad en medio de la inercia de una sociedad que silenciosamente se apaga día a día, en la cual los oídos de sus cúpulas están sordos y sus labios enmudecidos como si nada humano les interesara, ya sea que se produzca adentro o incluso afuera de nuestras fronteras en donde algunos países se despedazan por causa de injustas guerras en las que día a día se cometen crímenes horrendos y se masacran a los civiles inocentes de todo, muy en especial a mujeres, niños y ancianos; me refiero a Gaza, Irak y Ucrania como focos principales entre otros más. Un ejemplo de lo que expreso es que en La Habana ya no se escuchan los ecos apasionados y solidarios de las movilizaciones del pueblo y de los líderes revolucionarios más allá de los escuetos comunicados con que últimamente se califican a estos hechos. Es como si además se rehuyera de cualquier acción de protesta popular sea la que sea. Solo se han publicado unas reflexiones de Fidel resurgidas de un pasado que ya no volverá, pero que quedan inscritas en una historia que tampoco se puede negar.

La impronta que caracteriza actualmente a los que ejercen los timones de mando de la sociedad, es no mostrarse públicamente, hablar poco y mantener todo el tiempo un bajo perfil. En tanto que, por otra parte, se trata de ahogar a los posibles liderazgos de futuro que tengan pensamiento propio, con todo lo cual se hipoteca el porvenir democrático de la Patria cubana creando una orfandad de liderazgos así como de las capacidades de respuestas populares incluso frente a las estrategias de dominación imperialistas y las apetencias anexionistas, como parte de un proceso sociopolítico que cada vez se aleja más de los conceptos primigenios del Socialismo, que conmocionaron positivamente a la sociedad cubana de la década de los 60. Ver Cuba necesita un Socialismo Participativo y Democrático.
(1)

Expreso con toda franqueza lo que percibo, veo y siento, porque vivo adentro del país para nada estoy afuera, me desenvuelvo en el corazón de La Habana en donde nací en 1938, no soy ajeno de la Revolución, dentro de la cual he participado ininterrumpidamente desde los años de las luchas contra Batista. Mis percepciones pues no están mediatizadas por el rechazo intrínseco de algunas personas a las ideas del socialismo o incluso del comunismo, ni mucho menos aún de las nuevas izquierdas latinoamericanas y del Socialismo del Siglo XXI, así como del anticapitalismo libertario, incluyendo las del cristianismo liberador planteado por la Teología de la Liberación con el que coincido totalmente.
 
Tampoco soy ni puedo ser una persona ajena a lo que sucede a mi alrededor; y día a día, vivo, veo y percibo un hastío generalizado, una sociedad detenida en el tiempo, un silencio sostenido en las cúpulas de la sociedad que tal parece que no tienen nada que decir o que sus dinámicas de acción se están agotando; y, que cuando dicen algo, es solo para advertir y señalar al pueblo como el culpable por su “indisciplina social” y falta del “sentido de pertenencia”.
 
En tales circunstancias, la vida cotidiana se interrumpe en algunas ocasiones con anuncios de nuevas medidas de control y restricciones, que cada vez resultan más impopulares; por ser improcedentes con los legítimos intereses del pueblo que día a día se siente más preterido, no escuchado y para nada tenido en cuenta (2). Por otra parte, como una consecuencia de lo que está sucediendo y/o no está sucediendo, la diáspora cubana se amplía y se extiende por el mundo de manera galopante y persistente. La gran mayoría de las familias constantemente recibimos el anuncio de alguien familiar o de algún amigo que se marchó del país. Estamos ante un flujo sistemático y creciente que no se puede negar ni ocultar, que poco a poco nos desangra y que sus consecuencias demográficas tampoco se pueden camuflar o negar por muchas “explicaciones” que los especialistas le “busquen” o le “encuentren” al decrecimiento de la población en el país.

Así se presentan las cosas en nuestra actualidad nacional del momento, con una situación generalizada en la que algunos han olvidado algo que es esencial: que sin la más activa y real participación del pueblo no se podrá salir adelante. Si no se cuenta positivamente con el pueblo, tampoco el pueblo contará con ellos. Eso es lo que está sucediendo en la base, en donde lamentablemente se desenvuelve un sálvese quien pueda y una gran insolidaridad, caracterizada en algunos sectores por lo que he denominado como un conformismo inexplicable en el que muchas veces incide un miedo generalizado que “desestructura” y ahoga en el silencio a la desarticulada “sociedad civil”. Por otra parte, han surgido y proliferado actitudes conformistas con todo lo que viene de arriba, como si fuera imposible cuestionarlo o no estar de acuerdo. Aquello de no buscarse problemas ni coger lucha es una norma para muchos que esperan que las soluciones caigan del cielo.

En resumen, reitero que sin la más activa participación del pueblo, estimulado por medidas y reformas que coincidan con sus verdaderos intereses y que dejen a un lado las centralizaciones y los autoritarismos sobre la base de lograr una estrecha vinculación entre la vanguardia y las masas al decir del Che en “El Socialismo y el Hombre en Cuba”, no habrá soluciones efectivas, que siempre deberían partir de la más amplia democratización y aperturas económicas y políticas para alcanzar una República en la que quepamos todos; lo que no me canso de repetir junto con el llamado de que ¡quienes tengan oídos para oír, oigan! antes que no sea demasiado tarde. Así lo pienso y así lo afirmo con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
fsmederos@gmail.com
(1) Por Esto! lunes 18 de agosto del 2014,
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=345546
(2) Ver en Por Esto! El delito de ser cubano en Cuba, lunes 4 agosto 2014
 
Publicado en Por Esto! , el lunes 25 de agosto del 2014.

ANTECEDENTES SOBRE LA PROTECCION AL CONSUMIDOR EN CUBA


 
ATENCIÓN FRANK
Antecedentes sobre la protección al consumidor en Cuba
 Del ICIODI y la revista Opina a la FANJ y la cooperación con FACUA España Doctor Eugenio R. Balari
Desde el comienzo de los años 60 en Cuba fueron implementadas importantes medidas de defensa de los consumidores por el gobierno revolucionario de aquel entonces. Antes de enero del 59 el mercado doméstico de bienes de consumo y otros, operaba de manera liberada y sobre la base de las leyes del valor y la oferta y la demanda, como en cualquier otra economía de mercado del mundo. Existía una amplia oferta de productos y servicios, cuyos bienes se adquirían en los comercios de venta al público y su regulación se garantizaba a través de los precios. Ello ocurría en circunstancias en que en que el poder adquisitivo de la población se encontraba desequilibrado y amplios estratos de población no tenían trabajo y su vida material era considerablemente precaria. El nivel de desempleo y subempleo en la década de los 50 era alto, adicionalmente golpeaba la desequilibrada redistribución de los ingresos. Para muchos individuos lograr un consumo básico resultaba un objetivo estratégico, el que lamentablemente no todos lograban alcanzar. Sin embargo los segmentos de población de mayor poder adquisitivo (ricos, clase media y ciertos sectores laborales privilegiados), sobre todo los primeros, disfrutaron de un  amplio, moderno y versátil mercado de consumo, cuyas ofertas de productos provenían de los EEUU y en menor medida de otros países europeos. En la década de los años 40, existió un aparato de gobierno llamado 0RPA; una institución destinada a la regulación de precios de los abastecimientos, dada la existencia de una época de inflación. Su misión fundamental: tratar de controlar el alza desmesurada de estos, que como consecuencia de la guerra mundial aumentaban indeteniblemente.
                                                                                                                 No es sino con el triunfo de la revolución ya partir de los conflictos políticos/económicos y de clase social que aparecen, con sus impactos sobre los abastecimientos y el consumo de la población; que el gobierno revolucionario dicta en enero de 1960 una ley de protección al consumidor. Ese es el nombre que se utiliza “Ley de Protección al Consumidor”, originando posiblemente la primera ley de ese tipo en el mundo, a la que en la situación cubana de entonces, le va a suceder un poco tiempo después un cambio de la moneda.      
       Ambas medidas impidieron que los sectores de mayor solvencia económica ejercieran acciones de acaparamiento o especulación, de desabastecimiento de productos y con ello se promoviera malestar social. Ese documento jurídico (ley de protección al consumidor de 1960), se orientó contra el alza de los precios en los artículos de consumo y el encarecimiento de la vida, así como formas ilícitas de especulación mercantil.                                          
Promulgada la ley y efectuado más adelante el canje de la moneda; dos años más tarde se crea la Junta Nacional de Abastecimientos, institución encargada de proponer e implementar el sistema de regulación de los productos básicos (la libreta de abastecimientos).En tales circunstancias político/económicas, esas medidas contribuyeron a asegurar los consumos esenciales a la población, además a través de cuotas p/c por productos, a precios fijos y congelados (sin importar la inflación)durante muchos años.                                                                              Técnicamente se identifica como racionamiento de la oferta por específicos. Por la práctica de tales acciones en materia de consumo, se puede afirmar que fueron las primeras y fundamentales medidas de defensa a los consumidores cubanos y posiblemente las primeras verdaderamente efectivas tomadas en la región. Quedó organizado un sistema nacional de garantía de abastecimientos básicos, que se estructuró a partir de garantizar la oferta de un conjunto de productos en forma de cuotas o cantidades periódicas, en tiempos definidos, precios bajos y congelados y más tarde vinculando al consumidor a determinados establecimientos comerciales (las bodegas). El surgimiento del sistema de regulación de los abastecimientos, hizo aparecer nacionalmente las Oficinas de Consumidores, las llamadas (OFICODAS).   
                                                                          En esas oficinas se registran a todos los consumidores, requisito previo para acceder a la libreta de abastecimiento, dándole de alta o baja según nacen o mueren las personas.                                                                                                                                                                                                                                                                      
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Después de 52 años de organizado el sistema y junto a otras formas liberadas de comercializar los bienes de consumo, la libreta de abastecimientos se encuentra vigente como una forma de protección del consumo, particularmente a los estratos de menor poder adquisitivo.                                                                                                             La libreta defendida por unos y cuestionada por otros, tiene la virtud de proteger a las familias de menores ingresos, aunque no es menos cierto que no le es suficiente a la población y le ocasiona compromisos y subsidios anuales muy costosos al estado. Sin la información sobre los niveles de consumo actuales, en particular los alimenticios (calóricos, proteicos y vitamínicos), como poseía desde principios de la década del 70 hasta principios del 90.Aprovecho para decir que según estudios efectuados durante los años 70 y 80, para ese entonces había desaparecido en Cuba la desnutrición y los niveles de subalimentación eran significativamente bajos. Basándome ahora en el aumento de las expectativas de vida y la elevación de la talla corporal de la población, considero que esos fenómenos, con independencia de las más de dos décadas de crisis económica que se han padecido y los cíclicos desabastecimientos que se originan ,no parece que resurgieran como en épocas pasadas. Al Ministerio de Comercio Interior les fue otorgada funciones de protección a los consumidores, pero encontrándose la mayor parte de sus unidades en manos de empresas estatales que se le subordinaban, a esta institución le resultaba muy difícil tal misión, pues era al mismo tiempo juez y parte y el consumidor lo vio con desconfianza y recelo. Sin embargo la ley que crea al Instituto Cubano de Investigación y Orientación de la Demanda Interna (ICIODI), en abril de 1971, como organismo de carácter científico aunque a su vez anexo al Consejo de Ministros, por su contenido,  perfil y tipo de actividades, le otorgaba más confianza a los consumidores. Teniendo como misión las investigaciones en el ámbito del consumo (productos y servicios),el mercado doméstico y la demanda; además una función de orientación del consumo. Ello, en la práctica, le confería al ICIODI posibilidades sobre la defensa de los derechos de los consumidores. Muchos compradores lo llegaron a apreciar así, al considerarlo una institución más neutra, no comprometida con la compra/venta y los conflictos que se creaban alrededor de los actos de consumo y por tanto, más aceptable a los fines de defender con imparcialidad sus intereses. Cada año la institución realizaba más de un centenar de investigaciones en la esfera del consumo y los servicios. Estos estudios se relacionaban  con los alimentos, el vestuario, las modas, la vivienda y su equipamiento, los servicios comerciales, el presupuesto de tiempo, el tiempo libre, el balance de los ingresos y gastos de la población; así como estudios sobre nivel y modo de vida y la protección de los consumidores. Trabajos unos de carácter macro y otros de naturaleza micro. Con esas experiencias e interpretando la ley que originó al ICIODI, cuyo contenido era suficientemente amplio y versátil, ello permitió a la institución atribuirse funciones sobre la protección a los consumidores. Surgieron  entonces los programas y campañas de orientación, los que se fundamentaban a través de las investigaciones y luego se implementaban utilizando las propias estructuras orgánicas que se le subordinaban u otros medios ajenos.    
 
                                               Los mecanismos con que contó la institución, además de sus áreas investigativas, fueron la dirección de orientación del consumo y la popular revista 0pina, con su secciones de análisis críticos en las áreas de consumo o los servicios, las secciones en CASA y de clasificados y permutas, todas dedicadas a la orientación ya brindar servicios sobre las necesidades de la población.                                 
También contó con los trabajos de la empresa Publimerc y el Taller de Confecciones Experimentales Opina. A través de la Dirección de 0rientación y la revista 0pina se pusieron en marcha varios programas nacionales de orientación al consumidor.            
Entre otros se pueden citar: “El programa de lucha anti-tabáquico, el de orientación de cultura alimentaria, el de alimentación infantil olas del juego es más importante que el juguete”, dedicado a los niños. La revista 0pina utilizaba una buena parte de sus contenidos a dichas labores, instituyó en sus páginas el sello de la protección al consumidor y en muchos de sus trabajos de corte críticos, cuando su contenido lo justificaba, aparecía impreso el sello de protección al consumidor. Era una manera de denuncia o crítica a lo mal hecho o a lo que afectaba al consumidor, de esa manera se llamaba la atención sobre el tema o se solicitaba se resarciera al cliente afectado. La cantidad de ejemplares que editaba 0pina, por el elevado nivel de aceptación que tuvo, se aproximaba a los 500 mil ejemplares y según las investigaciones efectuadas, cada ejemplar de 0pina era leído entre 7 a 8 personas. Por ello se dio a conocer como la revista de la familia cubana. En el taller de producciones experimentales 0pina,se realizaba una interesante, novedosa y creativa labor en diseños de prendas de vestir para toda la familia, que en pequeña escala se comercializaban en su propia tienda de la calle Reina a precios accesibles.
                                                                                        En realidad se trataba de un laboratorio de diseño, moda y mercado.                                                                                                   Su propósito era el de contrastar aspectos de novedad, calidad o moda, llamar la atención en relación a los diseños y la calidad de las confecciones que lanzaba al mercado el Ministerio de la Industria Ligera; ya que por x razones y durante muchos años y a pesar de la escasez de esos artículos, las prendas que aparecían en las tiendas no se realizaban plenamente y crecían los inventarios.
                                                                                  Tal situación evidenciaba un grado de insatisfacción en los consumidores por los diseños inapropiados y no encontrarse las prendas bajo los para metros de la moda. De esa forma se trataba de alertar, presionar e influir para mejorar las producciones nacionales. En dos oportunidades y en etapas diferentes (décadas del 70 y el 80), el ICIODI realizó exhaustivas investigaciones con el propósito de analizar la posibilidad de eliminar el racionamiento (la libreta).                                                                                         Entendíamos que esta debía desaparecer y era conveniente operar la economía con un mercado de libre concurrencia y activar las relaciones monetario mercantiles; los abastecimientos normados resultaban uno obstáculo a la economía, no solo por el nivel de subsidio que ocasionaban, sino porque impedía la formación del moderno y homogéneo mercado que se requería en el país.                              
 Los estudios del ICIODI brindaron sus recomendaciones en momentos que existían mejores condiciones económicas y más seguras para hacerlo; sin embargo no fueron suficientemente analizados en las instancias correspondientes del partido y gobierno y luego se desestimaron. Se consideró que el asunto no era conveniente enfrentarlo en aquellos momentos, hubo temor, o no existió voluntad política para hacerlo, por lo que finalmente tomaron el camino de la gaveta.             Se desaprovechó un buen momento para solucionar este escabroso tema, pues el país no se encontraba en una situación de crisis económica (tendría dificultades y estrecheces como cualquier otro),pero sus niveles de crecimiento económico, relaciones exteriores y colaboración les resultaban favorables, los riegos podían manejarse con mayor grado de seguridad.                
Desde los años 80 se hubiera podido homogenizar y modernizar el mercado doméstico, liberar los productos, eliminar los subsidios innecesarios y estimular al trabajador, a la producción y al consumo. Aunque el ICIODI era un organismo de la administración central del estado y no una ONG; al encontrarse inmerso en los asuntos del consumo, la institución estableció relaciones con la IOCU que es la federación internacional de organizaciones de consumidores  ,que agrupa una considerable cantidad de asociaciones en diferentes países del mundo.                    
 Posteriormente la IOCU modificó su nombre por el de Consumer International (CI).Las relaciones de(CI) con el ICIODI, le ampliaron el horizonte sobre la defensa de los consumidores y le propiciaron a la institución amplias relaciones de cooperación con la oficina regional y las organizaciones en América Latina y el Caribe. El ICIODI promovió la creación de la primera organización no gubernamental de defensa de los consumidores cubanos. Fue la Asociación de Consumidores y Usuarios de Cuba (ACUC), la que contó con un grupo de miembros entusiastas y calificados, que recibieron el apoyo del ICIODI como organismo de referencia del gobierno cubano.  
                                                                                                                          Lamentablemente la ACUC no pudo contar con larga vida, aunque existió formal y legalmente e hizo esfuerzos en promover una nueva ley de protección a los consumidores y expandir su membresía.                                                                                                     Con la desaparición de Opina primero y el ICIODI y sus dependencias después, la misión de defensa de los consumidores volvió a aparecer tiempo después, aunque ahora en forma más modesta a través de la ONG Fundación de la Naturaleza y el Hombre.                  
La Fundación (FANJ) posee objetivos amplios y nobles, proyectados por su fundador que fue el prestigioso profesor, científico e intelectual cubano,  Antonio Núñez Jiménez, ya desaparecido. La extinción del ICIODI, Opina y sus instrumentos de trabajo, coincidió con el período especial. Ello generó un vacío en un corto período de tiempo en las actividades de defensa del consumidor.                        
 
Afortunadamente aparecieron en Cuba los directivos de la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía, España (FACUA),  los que iniciaron contacto con nosotros, que ya no nos encontrábamos al frente del ICIODI ni en Opina, sino colaborando con Núñez en el desarrollo de la Fundación de la Naturaleza y el Hombre (FANJ).                                                                                              Relacionándonos con dichos directivos por su manera de pensar y concebir los proyectos de cooperación, una vez establecidas las coordinaciones iniciales, los proyectos se concretaron y tras la firma de un convenio de colaboración entre ambas organizaciones, se comenzó a trabajaren los mismos. FACUA logró interesar además en materia de educación al consumidor, a otras instituciones españolas hacia la cooperación con Cuba.                        Afianzadas las relaciones con FACUA, ambas organizaciones coincidimos en que era conveniente efectuar una labor similar de cooperación hacia otros países de América Latina y el Caribe. De esa forma FACUA  con el estímulo de su cooperación en Cuba, comenzó a realizar misiones con la 0ficina Regional de Consumers International en Santiago de Chile y luego con las organizaciones miembros en diferentes países de la región, las que se desarrollaran fructíferamente. Un reciente artículo desde fuera de Cuba, que  apela ala conveniencia del tema y una solicitud  para dar a conocer en un próximo libro estos antecedentes sobre la defensa de los consumidores, me motivaron a elaborar estas líneas. No comento el amplio trabajo realizado desde la Fundación, pues el mismo queda recogido en el informe que presenta el presidente de FACUA España y que se conocerá proximamente en la publicación que menciono. No obstante me resulta necesario consignar, que en estos empeños generalmente incomprendidos, siempre fuimos apoyados por varias instituciones nacionales, que nos brindaron su colaboración entusiasta y que resulta necesario mencionarlas y expresarles nuestro reconocimiento. Son los casos de la dirección de Protección al Consumidor del Comercio Interior, el Centro de Investigaciones del propio ministerio, el Centro de Estudios de Administración Pública de la Universidad de la Habana (CEAP), el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, los Consejos de las Administraciones del Poder Popular de los municipios de la Habana Vieja, Plaza de la Revolución y 10 de 0ctubre, o las Corporaciones CIMEX, la extinta Cubalse y la empresa Habaguanex, así como también ETECSA. La Universidad de la Habana a través del CEAP y con el apoyo de la FANJ y FACUA España, realizó una extraordinaria labor de formación sobre la protección al consumidor desarrollando (cursos de postgrados, especializaciones y diplomados), lo que posibilitó que hoy varios de los alumnos que participaron de aquellas clases y conferencias, sean los directivos de la actividad y promotores de una nueva ley y la organización de gobierno que más adelante se destine para hacerla cumplir. Durante los últimos años, una buena parte de los esfuerzos realizados se orientaron hacia la educación y formación de personas que se interesaron por el tema, los que cálculo en algo más de 200 graduados de nivel universitario.  En la actualidad conozco que se trabaja en una ley de protección al consumidor y en la posibilidad de que crear una oficina gubernamental encargada de hacerla cumplir.
                                                                                                                              Creo a su vez necesario se facilite y estimule la creación de una asociación de consumidores desde el seno de la sociedad civil, la que se oriente y luche por la defensa de estos.                                                  
Para los que no lo sepan el ICIODI existió desde abril de 1971 hasta su extinción en 1994.                                 
Su publicación 0pina algunos años menos, pero se hizo querer y buscar con gran simpatía por amplios sectores de la sociedad cubana.                
 A ambas instituciones me correspondió el honor de fundarlas y dirigirlas durante varios años, pero siempre con el apoyo de excelentes y capacitados colectivos laborales que se desempeñaron en ellas. Con estas líneas cumplo un compromiso pendiente y dejo constancia que en décadas anteriores existió comprensión y conciencia de la importancia de defender los derechos de los consumidores y propiciar la liberación del mercado interno.                            Concluyo una historia poco conocida, sobre instituciones cubanas que desde los años 70 existieron y jugaron o pretendieron jugar, un necesario papel sobre los derechos de los consumidores cubanos.