jueves, 28 de febrero de 2013

YOANI, BRAZIL Y LA IZQUIERDA BORBONICA

Publicado por Pedro Fraga

Yoani, Brasil y la izquierda borbónica
Jueves, Febrero 28, 2013 | Por Manuel Cuesta Morúa

LA HABANA, Cuba, febrero, www.ubanet.org -La recepción, por parte de la izquierda más ortodoxa, que sufrió la bloguera Yoani Sánchez a su llegada al Brasil, revive en el escenario un tema medular para el futuro de Cuba: la legitimidad soberana de sus ciudadanos en la definición de los términos de la política en su país de origen, tradición y convivencia.
Si resulta extraño que un cubano, en cualquier acera de convicción ideológica, se crea con legitimidad y asuma la osadía de considerar como traidor a un brasileño equis que no coincida con su visión de las cosas, sobreviene entonces una pregunta: ¿por qué tiene carta de legitimidad la execración extranjera de un cubano o una cubana con proyecto de país y de vida opuestos a los del castrismo, trátese del castrismo duro o del castrismo suave?
Más allá de la humillación que supone que un extranjero, arrogante y racista hacia la esencia de la cubanidad, se ponga en plan de atacar las ideas o la memoria que un cubano tenga sobre su propio país, es importante indagar también dentro del núcleo racional de una actitud con cierta tradición en torno a Cuba.
Y vale la pena detenerse en este tema porque la soberanía se entiende, a la izquierda y derecha tradicionales, como exclusión de todos los demás que por cultura, nacimiento o naturalización no puedan esgrimir derechos soberanos.
Es un concepto de soberanía que, por cierto, está siendo retomado con fuerza por la élite política y cultural de Cuba, en su actual proceso de refundación cínica de legitimidades, a través del cual intenta fusionar, echando mano a los procedimientos escolásticos que tanto han debilitado la creación de un pensamiento fuerte en el país, la filosofía vanguardista del marxismo-leninismo con la tradición esencialmente conservadora de la cultura nacional redimida.
Esto, que daría más fuerza de legitimidad a Yoani frente a sus feroces críticos brasileños  —los cuales desconocen esos fundamentos históricos y culturales a los que se agarra el castrismo en su hora postrera—,  poco significa para un sector nada despreciable de extranjeros, vivan o no en Cuba, para quienes la crítica de la “contrarrevolución” cubana no pasa por el respeto a esa misma soberanía que, no obstante, exigen en su defensa de lo que todavía consideran como revolución.
¿Por qué ocurre esto? Por lo que entiendo, como progresiva desnacionalización del proyecto político del régimen fundado a partir de 1959, a favor de la territorialidad utópica de una isla que se abre al relato poético, al juego palaciego y al entrenamiento y la preparación efectivos de la revolución mundial, con todos sus sujetos desnacionalizados.
Europeos, africanos, asiáticos y, sobre todo, latinoamericanos hablan, piensan y se proyectan sobre Cuba con más derechos y profundo predicamento que un cubano que viva en la calle Monte, entre Omoa y Castillo, en La Habana, o en el Kilómetro 5 de la carretera a Viñales, en la provincia de Pinar del Río.
Es un fenómeno único en la modernidad, con un solo antecedente histórico que se remonta a la época de aquellas familias reales europeas del siglo XVIII, que se creían con derechos soberanos dondequiera que encontraban un compañero de ruta aristocrático. Como ellos, nuestros revolucionarios también se casan entre sí.
A eso se le llama plagio de soberanía. Y se funda en la supuesta legitimidad que otorgan la opción preferencial y una especie de derecho natural a las revoluciones en cualquier punto del planeta.
Cuba no ha sido el lugar en exclusiva donde se haya ensayado semejante disposición política a la usurpación de una ciudadanía extranjera con base en la ideología. Pero sí ha sido el único donde este tipo de usurpación ha tenido éxito y donde se ha construido una especie de ciudadanía global de la revolución que acecha, en detrimento de la ciudadanía cultural de los únicos sujetos con derechos a definir y determinar sus destinos: los cubanos, se coloquen a la derecha o a la izquierda del espectro político.
Recordemos el amago, allá en 2010, de unificar Cuba y Venezuela. Este tipo de despropósito, que clasifica dentro de la infinita estupidez subutópica, fue posible porque los llamados revolucionarios habitan previamente, muy juntitos y apretados, dentro de un territorio imaginario en el que la nacionalidad del adversario no es un obstáculo legítimo para sus burlas míticas.
El Chile de los 70 fue la escena trágica de un intento fallido de pulverizar la nacionalidad en aras del socialismo mundial. El Caracas de los años 2000 es la escena tragicómica de una colonización política a propósito del socialismo del siglo XXI.
La derecha no actúa así. Derribar gobiernos no afines fue una práctica asociada a la defensa de determinados intereses, empleada por la derecha estadounidense, siempre atenta a un puñado de dólares más y a delinear con mayor precisión sus zonas estratégicas de influencia. Pero, por esencia, la derecha es nacionalista. Diría más: la idea de nación es una idea de derechas, fundada en la excepcionalidad de cierta tradición y de ciertos rasgos culturales, que la izquierda está obligada a defender por dos razones: porque es el único asiento efectivo para la democracia social y de los ciudadanos, y porque es el punto de partida de la cultura popular.
Las naciones maduras son aquellas en las que tanto la derecha como la izquierda llegan al consenso básico y de sentido común de que la nación orgánica se funda en el nacimiento, no en la elección. Cuba no es una nación madura.
Es infinito el hato de periodistas, artistas, publicitas, escritores e ideólogos extranjeros que llegan a nuestro archipiélago, se sienten como en casa y discuten con los cubanos como si fueran uno más. En eso se basa precisamente la usurpación: en transgredir la delgada frontera entre la soberanía ciudadana asentada en la nación y el derecho de cualquier ciudadano del mundo a legitimar a los interlocutores de su elección en cualquier parte.
Por eso Yoani sufre en Brasil lo que los cubanos anticastristas sufren en Estados Unidos, España, Bélgica o Italia, a manos de la izquierda borbónica: el irrespeto de su segunda identidad, que es la que proporciona su pertenencia nacional.
Afortunadamente, el momento es interesante y propicio para la recuperación de la soberanía nacional desde la ciudadanía cultural y política. Agotado el relato de la revolución  —la izquierda de la izquierda brasileña ignora o que acontece na Ilhia—,  sus fautores se han visto empujados a hablar cada vez más de José Martí, para mí solo un referente ético, y a recuperar cuanto intelectual muerto sea necesario: desde Jorge Mañach a Heberto Padilla.
Un desarrollo natural que estaría garantizando que en el próximo relato por construir vayan sobrando los Ignacio Ramonet, Pascual Serrano y Jean Guy Allard, más otros tantos que parecen haber elegido la nacionalidad cubana como coartada compensatoria para no vivir como los cubanos que dicen defender, y mejor criticar a los que nacimos cubanos. Con la inevitable nacionalización del debate plural por la Cuba que viene, el fin de ese plagio de soberanía, iniciado con Ernesto Guevara de la Serna, toca a su fin. Una noticia estupenda.

miércoles, 27 de febrero de 2013

CUBA " CONSTRUIREMOS UNA SOCIEDAD MENOS IGUALITARIA" RAUL CASTRO

Cuba: construiremos “una sociedad menos igualitaria” - Raúl Castro, reelecto (feb. 2013)
por Roberto Cobas Avivar  en Kaos en la Red
Martes, 26 de Febrero de 2013 12:35
Compartir redes sociales

¿Cómo es que de esa forma podría ser al mismo tiempo “….más justa”?
En la asunción (feb. 2013) de su última cadencia de cinco años como Presidente de la República y Jefe del Gobierno cubano, Raúl Castro le afirma al pueblo cubano que: “Lo hacemos teniendo definido por el Congreso del Partido el rumbo para actualizar el modelo económico cubano y alcanzar una sociedad socialista próspera y sostenible, una sociedad menos igualitaria, pero más justa, principios estos que sirven de fundamento para la conformación del programa de desarrollo hasta el año 2030, en fase de elaboración”1 (subrayado RCA).
La pobreza política del discurso del Jefe del Partido “comunista cubano”, partido único-gobernante, no puede calificarse de ingenua. El malabarismo político en aras de la confusión ideológica es ya condición necesaria para avanzar el reformismo socio-liberal aprobado por el Congreso (VI) del Partido, en el ejercicio de su dominio absoluto sobre el estado y la sociedad.
En la inercia del mismo discurso de siempre políticamente manido y anti emancipatorio, el Presidente de la República evoca las palabras del Líder de la Revolución para contradecirse a sí mismo en una misma intervención pública. Si Raúl Castro visiona una Cuba “menos igualitaria”, Fidel Castro demanda que Revolución es: “igualdad y libertad plenas2. ¿En qué palo se ahorcarán? - recuerda la sabiduría del vivo dicharachero cubano.
Saltarán a la palestra simulada, "conmovidos" por el planteamiento de este análisis, los defensores de la reforma socio-liberal impuesta anti democráticamente al pueblo de Cuba por el PCC bajo el motto de “Lineamientos de Política Económica y Social” (ELPES). Pero se asegurarán de seguir bloqueando el debate interno democrático, abierto, popular, en los medios de comunicación, por el Socialismo, por la transición socialista.
¿A qué le llama Raúl Castro igualitarismo y, ahora, menos igualitarismo? ¿A qué le llama Fidel Castro “igualdad y libertad plenas”?. Nunca lo han dicho, nunca lo han discutido, nunca lo debatirán democráticamente con el pueblo cubano.
¿Cuál será el grado de tolerancia "socialista"  a la desigualdad que admite el PCC? El del capitalismo periférico de Guatemala, de Brasil, de la miserable desigualdad del capitalismo industrial estadounidense o la impresentable del capitalismo de estado de China?  ¿Cómo es posible que desde una tribuna decidan sobre la igualdad y la desigualdad en el pueblo cubano, sin abrir el debate sobre quiénes serán más desiguales y quiénes más iguales? ¿Acaso se trata de más desigualdad de la que existe ya actualmente? ¿Se ha discutido en la Asamblea Nacional y en los medios el problema de la ya creciente desigualdad que ha tomado cuerpo como patología social en Cuba desde el llamado "periodo especial" hasta la fecha?  ¿Cuáles serán las fuentes de la riqueza y la pobreza? ¿De qué le hablan al pueblo cubano en sus monólogos políticos desde el poder absoluto? 
La revolución social habida en Cuba, encabezada por estos mismos líderes, con los hechos en el plano de derechos fundamentales del ser humano, acogidos en la Carta Universal de Derechos Humanos, establece el acceso universal a la educación y la salud como atributos de una sociedad igualitaria. ¿Dónde los pilares? Si la sociedad cubana habrá de ser ahora, según lanza al aire Raúl Castro, menos igualitaria, estaremos deduciendo que la revolución social rompe con el compromiso de la igualdad y la libertad plenas.
Si se preservan los derechos universales humanistas de acceso a la educación y la salud, la desigualdad sobrevendrá en el universo de las relaciones económicas. El pueblo de Cuba habrá de ser menos igualitario en cuanto a su posición con respecto a la posesión de los factores de producción. Y, en consecuencia, con respecto al valor del trabajo de la producción social. Cambiar la mentalidad, le dicta al pueblo el Partido, cambiarla de manera tal que la explotación asalariada del trabajo no sea vista como pecado capitalista. Hay que abanderarse en esta posición, puesto que esa es la única forma en que podremos ser - con la bendición del PCC y el capital - cada vez menos iguales, tal como anuncia en la impunidad de la falta de debate, el Jefe máximo de Cuba. De cada quién según su capacidad, a cada cuál según su trabajo - ahora más que nunca, así como reza el principio de oro del modo de producción y relaciones socioeconómicas capitalistas. 
La producción - de lo que no podrán desentenderse los librecambistas que dominan el PCC – es siempre e invariablemente producción social. Es decir, en todo y cada uno de los casos, producción resultante del trabajo, del concurso intelectual y manual de los trabajadores. Lo único que puede suceder en el modo de producción dado es o la apropiación social del producto o la apropiación privada del mismo. En el primer caso tenemos democracia, en el segundo tenemos explotación del hombre por el hombre. Para los que pretendan no entender - adentro y afuera - de que hablamos, puntualizo: en el primer caso tenemos socialismo, en el segundo, capitalismo.
Raúl Castro, desde el resguardo político antidemocrático en el seno del Partido, no entrará en esos nimios detalles de exégetas marxianos. Raúl Castro dispone de una Comisión Económica de tecnócratas que le prepara al PCC, como resultado de los ELPES, el “fundamento para la conformación del programa de desarrollo hasta el año 2030, en fase de elaboración”3.
En la ausencia de debate democrático en el pueblo y por el pueblo, al PCC le sigue resultando fácil imponer el derrotero hacia la transición capitalista en Cuba. No vacila Raúl Castro en declarar que:“En Cuba nunca a nadie se le permitirá soslayar que tal y como expresa la Constitución en su artículo No. 3, cito: «la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado»”. La demagogia es posible porque el régimen de dominio político ha asegurado que no haya quien esté dispuesto a “defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio” (F.Castro)4 y les denuncie desde tribunas del pueblo a los líderes del Buró Político el ejercicio de la demagogia. Esto lo sabe y lo reconocen todos y cada uno de los cubanos habitantes de la Isla, incluidos, los propios miembros del PCC y los escribanos de los medios de comunicación e información del país.
¿Por qué hay que desenmascarar el discurso político de la cúpula del Partido-único en el poder? Porque la transición del mando por el declive generacional de los dirigentes históricos está sentando la filosofía política de la antidemocracia como atributo del poder en Cuba. No hay interés en el reino de la democracia. Y esto lo sabe interpretar la burocracia política que está asumiendo las riendas del país y del estado sobre el dominio de la sociedad.
Lo que está diciendo Raúl Castro es que el socialismo en Cuba, como en China y Vietnam, habrá de esperar un mejor momento. Porque aunque bien sabe que a él no lo eligieron para reinstaurar el capitalismo, bien conoce que las reformas socio-liberales en marcha, como todos aquellos caminos que conducían otrora a Roma, hoy conducen al capitalismo. En el Norte revuelto y brutal también lo saben. La doctrina de la fruta madura5 tiene su caldo de cultivo. Lo abona el propio Partido “comunista” de Cuba. Los “comunistas” cubanos respiran por fin con alivio porque la revolución social ya no tenga que proyectarse como revolución socialista. No hay debate que lo impida.

LOS ESPIAS Y LOS AGENTES


                                  Los espías y los agentes
                                Por Lorenzo Gonzalo, 27 de febrero del 2013
 
Jonathan Pollard quizás no sea una persona conocida por muchos.
 
Nacido en Texas, abrazó la religión judaica y en la década del ochenta comenzó a trabajar como analista de la comunidad naval estadounidense. Poco tiempo después de ocupar el mencionado cargo, conoció al israelita Aviem Sella, quien se había graduado en la universidad de New York y quien supuestamente estaba de licencia como coronel combatiente de la fuerza aérea israelita.
 
Al poco tiempo de conocerse el señor Aviem, o sea el coronel Aviem, en el año 1984, le pidió determinada información que estaba dentro de su radio acción como analista de inteligencia. El señor Jonathan, quizás llevado por la mentalidad teocrática que algunos judíos tienen sobre el Estado de Israel, accedió al indecente pedido, no sin antes aceptar algunas dádivas como complemento.
 
Aviem le regaló un anillo de diamantes, 10,000 dólares y le ofreció entregarle 1,500 dólares todos los meses a cambio de documentación periódica, la cual era cuidadosamente fotografiada en las noches por los servicios de inteligencia israelíes y devueltas temprano en las mañanas a Pollard para que las regresase a su sitio.
 
Obviamente que estamos en presencia de un caso de espionaje.
 
El señor es estadounidense, trabaja en una de las áreas más sensibles que tiene un Estado, y entrega información a un tercer país. En este caso la encomienda fue por dinero, pero las razones por las cuales lo hizo son irrelevantes.
 
Fue detenido en 1987, juzgado y condenado a cadena perpetua.
 
En aquel tiempo se dijo que se trataba de uno de los casos de espionaje que mas daño le había ocasionado al Estado.
 
Recientemente, en diciembre del año 2012, nuevas investigaciones del caso, revelaron que según la comunidad de inteligencia, en realidad las informaciones entregadas por solicitud expresa del coronel Aviem, no implicaban directamente la seguridad nacional estadounidense pues estaban relacionadas específicamente con Pakistán, Arabia Saudita y la entonces Unión Soviética.
 
Coincidentemente con estas nuevas declaraciones, 28 años después de condenado el señor Pollard, nos enteramos que el Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu, se propone solicitar del Presidente Obama en la próxima visita que tiene planeada el Presidente estadounidense a Israel, país supuestamente aliado, que deporte al señor Pollard.
 
Durante años Israel negó que Jonathan fuese un espía y no fue hasta 1998 que lo reconoció como tal, no sin antes concederle la ciudadanía israelí en 1995.
 
La comunidad de inteligencia se niega a aceptar que Pollard sea deportado a Israel por considerarlo un mal precedente para alguien que evidentemente traicionó al país y la confianza de altos órganos de la seguridad nacional.
 
No sabemos cuál será la reacción del Ejecutivo en ese sentido, si concederá o no la deportación del espía estadounidense a Israel, pero traemos el caso a colación porque hace trece años que Cuba reclama que sean devueltos al país cinco agentes que fueron apresados, mal juzgados y condenados en Miami, por un delito que nada tiene que ver con el espionaje.
 
Estas cinco personas fueron reclutadas por la seguridad cubana y enviados a Estados Unidos de Norteamérica, para vigilar en la ciudad de Miami a personas de origen cubano que se dedicaban y continúan haciéndolo, a conspirar en contra del gobierno cubano y lo que es peor aún, en planear actos de terrorismo en Cuba.
 
Ninguno de ellos trabajaba como funcionario del Estado en áreas sensibles. Es más algunos de ellos cooperaron con la contrainteligencia estadounidense para que esta pudiese capturar a delincuentes de origen cubano, traficantes de droga y activos terroristas y paramilitares que laboraban febrilmente para realizar actos de sabotaje en Cuba, introduciendo armas y personal por las costas. Acciones que realizaron de acuerdo a los mandos de la inteligencia cubana porque de esa manera contribuían con su labor de impedir que se realizaran actos terroristas en Cuba.
 
Quienes conocemos la especial dinámica del proceso revolucionario cubano sabemos cuáles eran las funciones de estos cinco agentes y las razones por las cuales fueron enviados específicamente a Miami. Pero aquellos que desconocen la realidad de estas cinco personas o aquellos que simplemente puedan pensar que se trata de una maniobra política más del gobierno cubano, pueden leer el libro llamado Los Últimos Soldados de la Guerra Fría, escrito por el biógrafo Fernando Morais.
 
Moraís es el biógrafo de Paulo Coelho, ese novelista brasileño que ha roto todos los record de venta con sus novelas de corte espiritual y humanista.
 
Morais, con un estilo que permite ver los sucesos mientras leemos, ha condensado en poco más de 350 páginas una historia de terror que solamente creemos posible en las novelas de ciencia ficción.
 
Cuando nos adentramos en la trama, donde los protagonistas son estos cinco agentes, con una documentación que evidentemente proviene de todas las partes afectadas, descubrimos la existencia de personas que son capaces de planear y colocar bombas en las zonas turísticas de Cuba, derribar aviones de pasaje en pleno vuelo, disparar contra embarcaciones ancladas en puertos civiles de Estados Unidos de Norteamérica y cometer otros tipos de crímenes de lesa humanidad.
 
La devolución de estos cinco agentes a su familia y a su país, estamos seguros que no enfrenta objeción alguna por parte de la comunidad de inteligencia estadounidense, no sólo porque no trabajaban para ninguna de las instancias del Estado, sino porque ocasionalmente como ya mencionamos, los ayudaron en su tarea de localizar terroristas y narcotraficantes.
 
Leyendo Los Últimos Soldados de la Guerra Fría, descubriremos que la conducta de estos cinco agentes está sustentada en la dignidad y el más elemental principio de las obligaciones ciudadanas. Lo hecho por estas personas es en realidad la obligación de cualquiera que tenga un mínimo de decencia. Ningún ciudadano con una mínima noción de civismo se negaría a denunciar terroristas a las autoridades.
 
Quien tiene que condecorar a estos cinco agentes cubanos presos en cárceles estadounidenses, no es el Estado cubano, sino el Estado de la unión estadounidense y luego enviarlos de vuelta a sus familias y a su pueblo.
 
No sabemos si el Presidente Obama deportará al estadounidense Jonathan Pollard al Estado teocrático de Israel, que como mal aliado, es capaz de espiar y aprovecharse de la confianza que los judíos tienen en Estados Unidos de Norteamérica, espiando y mordiendo la mano a quien les da de comer. Realmente la decisión que tomen no nos desvelaría cualquiera que esta sea.
 
Sin embargo, objetivamente analizadas las cosas, no creemos que deba continuar posponiéndose el regreso de estas CINCO personas, que no son espías y que fueron condenados como tales, por las presiones y la desinformación de alguna prensa cobarde de Miami, temerosa de los terroristas que los agobian con ruines amenazas.
 
Cuba cambia, no importa que oficialmente digan que no reforman nada. Los hechos hablan por sí solos. Sin embargo habiendo transitado Cuba hacia una sociedad más abierta, al tiempo que ha dejado de hacer todo aquello que se aducía como razón por el gobierno estadounidense para sostener su irracional bloqueo a la Isla y habiendo abrazado el camino de la institucionalización, Washington sigue sin cambiar.
 
Creo que es hora para la Casa Blanca de escoger entre la dignidad y la deshonra. Pienso que debe hacerlo con la misma disposición que lo hicieron esos cinco Agentes Cubanos que permanecen injustamente prisioneros en cárceles estadounidense, por combatir el terrorismo y ser consecuentes con el discurso oficial de Washington….o es que solamente se trata de un discurso comercial???
 
Esto es, en resumen, cómo lo pienso yo y cómo lo veo.
 
Lo escribo para deleite de quienes entienden, para los que no quieren entender y para aquellos que nunca entenderán.

martes, 26 de febrero de 2013

REO ENMALETADO EN YARE. UNA OBRA DE ARTE , COMO HACIENDO REVOLUCION




ELIGIO DAMAS
            El recluso o “privado de libertad”, frase que pareciera enrostrarle a la sociedad toda la culpa, lo que en verdad no es desacertado, quien intentó irse de la cárcel en una maleta, merece de mi parte un fuerte aplauso. Es un prodigio de creatividad y contorsionismo.
            Una joven, posiblemente muy entrañable amiga, arrastraba sin dificultad su maleta en dirección a la salida del centro de reclusión, en la tarde del domingo, al final de la visita. Pero tuvo que subir unas escaleras, lo que le exigió un esfuerzo grande, terminando por llamar la atención de un guardia nacional, quien le exigió abriese aquella pesada maleta y quedó sorprendido por lo que se hallaba adentro.
           Pero más sorprendido queda uno por las circunstancias que de seguidas comentamos.
          Si la joven que arrastraba la carga no se encuentra en el camino aquella escalera, pudo haber logrado su fin. La nota periodística dice que le pidieron abriese la maleta por el esfuerzo que ponía para subir su carga. El hecho mismo, que la joven se atreviese a intentar salir con aquel contrabando, confirma la idea que pudo salir sin dificultad de no haber despertado sospechas por lo pesado de la carga. Eso, de salir de una cárcel llevando una maleta, meta que se trazaron la joven y el transportado, sin ser molestados, causa extrañeza. Es posible, no obstante pensar, que en ese intento intermediasen otras circunstancias y factores. Cosa esta última que deberán averiguar las autoridades competentes.
           Sorprende como aquel contorsionista desmedido y audaz, pudo enrollarse para colocarse “muellemente” en la maleta. Llama también la atención que previamente, alguien, el mismo contorsionista, u otra persona, hizo un cálculo “infinitesimal” para que aquél cupiese exactamente en la maleta, sin que nada de él sobrase o se hubiese de meter a la fuerza, ni tampoco sobrase ni faltase espacio. Al mirar la fotografía, que aparece en varios medios, se tiene la sensación de un adulto instalado en el vientre de su madre. Hasta cómodamente puede decirse, pese a la contorsión que tuvo que hacer. El tema de las pirámides, del colocar cada piedra con exquisita precisión, parece haber inspirado a quien intentó evadirse o planificó el asunto.
            Aquel sorprendente escapista húngaro, posteriormente residenciado en USA, llamado Houdini, pudo quedarse pendejo si no se mete en el medio aquella fatal escalera.
           Pero, pese a ese reconocimiento a la audacia, creatividad y dotes contorsionistas del pretendido evasor, uno vuelve a interrogarse: ¿Pudo esa joven salir con una maleta de la cárcel sin que le hubiesen requisado? ¿No hay otra trácala oculta de la que nada se dijo?
         Aquel acomodo, sin que nade sobre o falte, es toda una clase de cómo hacer las cosas con portentosa validez en lo arquitectónico, calistenia y hasta en política, donde muchos suelen hacer las cosas dejando mucho por fuera o intentando meter más de lo que cabe.
         Pero todavía uno sigue asombrado, tanto como seguir hablando de ese asunto.
        Mire la fotografía. No se la pierda. Aquello asombra más aún. Ver al personaje dentro de aquella maleta en una toma fotográfica, uno evoca un cuadro de Picasso o Miró. Una estupenda escultura. En fin una exquisita obra de arte.
         Hay allí talento que no debería desperdiciarse. Quizás, ese fallido intento de fuga, mediante procedimiento tan creativo y plástico, sirva para que el autor, ayudado por quienes deberían hacerlo, se descubra capaz de hacer algo útil y deje de ser un vulgar “privado de libertad”.


--
Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 2/25/2013 04:06:00 p.m.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

LA JURAMENTACION DE CHAVEZ O EN LA MUD NO TIENEN NADA EN QUE OCUPARSE





Inútil sin provecho, ni sustancia

ELIGIO DAMAS

            La ociosidad es la ocupación habitual de los politiqueros de oficio. Se acuestan a altas horas de la noche o mejor ya amaneciendo, cuando los gallos comienzan a cantar y se acuestan, en el mismo momento, cuando quienes trabajamos, comenzamos a salir de debajo de las sábanas.
          O mejor, para ser más justos, el trabajo de ellos lo pueden hacer cuando todo está cerrado, menos los bares, restaurantes o taguaras, según las circunstancias y niveles. Pero también son sitios, buenos rincones oscuros para que nadie les vea; en veces para ellos la privacidad es básica. Por eso, uno podría hasta decir que esos politiqueros adoran las sombras.
         “¡No vale, a ese tipo no le he dicho ni prometido nada! Es más, llevo tiempo sin verle ni hablarle.”
          Pero debo advertir que para el DRAE, la palabra ocioso no está asociada a quien “nada hace”, porque todos algo hacemos. Ocioso es un “inútil, sin provecho ni sustancia” y tal aceptación pareciera perfecta para definir a un politiquero de oficio.
           La palabra pues es  singular, cuidadosamente diseñada para definir a quienes elaboran la política de la MUD y ponen a cuántos de ellos puedan, empezando por el Cardenal Urosa, a expandirla a los cuatro vientos. No importa que no impacte; pero repetida a los cuatro vientos, por todos los medios y cuanto portavoz sea posible, algún día reportará beneficios.
           La gota de agua golpea la piedra incesante, constante y pese su mansedumbre y liviandad, logra que ésta se moldee a su gusto. Esto no lo piensa el politiquero, pero lo practica por instinto.
            El TSJ dijo que en el caso de Chávez, un presidente reelecto, que un mandato empata sin costuras con el siguiente, hay continuidad administrativa y no es imprescindible un nuevo juramento. Sin embargo, en caso extremo, para quienes gustan los rituales solemnes y formalidades, por gazmoñería pura o ganas de joder, la Constitución previó que por alguna circunstancia “sobrevenida”, el juramento podría hacerse ante el TSJ, sin especificar sitio ni momento. Pero hace falta que lo “sobrevenido” cese para que los hambrientos llenen sus apetitos.
             Pero los ociosos, unos por no tener “nada provechoso en que invertir su tiempo”, como solían decir en mi pueblo, otros por insustanciales, están pegados, como quien lo hace a un clavo caliente, a eso de la juramentación. Hay unos más ociosos que otros, aquellos que por momentos no tienen pendiente algún negocio o viaje a Miami, para dejarse ver por allí, en La Meca, que tratan de sacarle más punta a la varita de puyar. Estos, que de paso se hacen llamar pomposamente constitucionalistas, convirtiendo un asunto o tema que el pueblo bien conoce, en un misterio al cual sólo ellos tienen acceso, ahora dicen que el tal juramento debe hacerse en forma pública. Tiene que hacerse, ahora mismo, cuando ellos lo deciden y en una plaza inmensa; no les importa un pito no tener nada que decir o hablar a lo Cantinflas para explicar sus inexistentes razones constitucionales.
            Esas son ocupaciones a las que los ociosos, que si hacen, no es que estén inmóviles y en el limbo, menos ahora que este Papa que renuncia lo cerró, dedican mucho tiempo.
           La MUD está llena de ociosos. Mucho politiquero que no marca tarjeta aunque cobre en la Polar. Si cobran billetes verdes, de esos que vienen por los caminos del mismo color, aunque sean en valija diplomática, se acuestan más tarde y más tarde se levantan para cumplir estrictamente los parámetros. Unos cuantos con real acumulado, de cuando Chávez apenas les estaba cazando y no tienen nada útil en que invertir su tiempo de ocio. Por eso, todos ellos salvo sentarse en aquella mesa a decir vaciedades, no tiene otra cosa qué hacer. Pero en algo deben justificar su tiempo. El asunto es que pocos tienen talento o creatividad y quienes si, no hallan cómo hacer para retorcer la verdad. Por eso, hasta estos últimos, que son muy pocos, se contaminan de los más, quienes suelen tener más dinero, se complacen y complacen diciendo bolserías  


--
Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 2/26/2013 02:46:00 p.m.

NO EXISTE CUBA POST-CASTRO


                               No existe Cuba Post-Castro
                                  Por Lorenzo Gonzalo, 26 de febrero del 2013
 
Ciertos periódicos, como El Nuevo Herald, se desgastan en hablar sobre la llamada “era Post-Castro”.
 
La expresión tomada en frío puede parecer cierta, pero el tono del comentario implica que Cuba abandonará la línea socialista y abrazará la consabida y desgastada concepción de la democracia representativa como rumbo político.
 
Fidel Castro, líder histórico del proceso revolucionario cubano y su hermano Raúl quien lo acompañó y participó en la insurrección armada en contra de la dictadura de Batista, fue en segundo plano el otro gran líder, tanto del movimiento como del proceso posterior.
 
En ese segundo proceso comenzó la Revolución, donde participamos la mayoría de la población.
 
La dinámica de esta segunda parte del proceso tuvo escisiones, porque los objetivos sociales perseguidos por quienes participamos en la lucha armada en contra de la dictadura, fueron interferidos por la intromisión de Estados Unidos de América en los asuntos internos del país.
 
Llevar a cabo las reformas planteadas en el documento del Moncada y otras más que formaban parte del sentir de quienes teníamos una formación socialista, con influencias en las obras de Marx y otros pensadores, con diferente corte pero iguales objetivos, puso al descubierto las consabidas dificultades tácticas que  demandó la inminente necesidad de defender el territorio de dichas intromisiones.
 
A esto se agregó luego el sectarismo de grupos que, por una u otra razón, se sentían con mayor autoridad para expresar y hacer valer sus opiniones. En la mayoría de las veces se trataba más de demostrar la capacidad de mando asumida por cada grupo, que defender las ideas programáticas sustentadas en los objetivos sociales compartidos de consenso.
 
El proceso llevó luego a sancionar la infalibilidad del liderazgo, entorpeciendo con ello parte de la racionalidad de quienes participábamos activamente en los distintos niveles de la población y las diversas regiones. Ese proceso de racionalidad fue reemplazado en gran medida por la necesaria elaboración de consignas que, si bien eran una fuente de energía para producir grandes movilizaciones, entorpecían ver con claridad todas las aristas de aquella complicada dinámica.
 
Por otro lado esa dialéctica llevó a otros que habíamos combatido a la dictadura de Fulgencio Batista, a optar por el único procedimiento que la historia hasta aquel entonces nos enseñaba, si las opciones de ser escuchados eran conculcadas o se dificultaban en extremo: apelar a la violencia. Este era un ciclo interminable, repetido desde las guerras por la independencia de España.
 
La confrontación sectaria para muchos se tornó enfrentamiento insurrecto, violento, y armado
 
Optar por esa línea irracional, era tan irracional como la de otros muchos que optaban por aprobar cuanta regulación o decreto decidiera el liderazgo de Fidel Castro, conducta que se convirtió en el denominador común para que la gente se definiera como revolucionario, lo cual también se había convertido en una palabra de orden.
 
Sin dudas que esta visión mostraba una estrecha noción de la dialéctica y negaba la diversidad dentro de la búsqueda de objetivos comunes.
 
Llegado a ese punto la dirección del proceso optó por la política del Blanco y Negro como forma de aliviar el sectarismo y denunciar y combatir a los pocos militantes que realmente conspiraban en contra de las transformaciones que, por honor a la verdad, compartían tanto sirios como troyanos.
 
Desde entonces y por muchos años en Cuba solamente existieron revolucionarios y contrarrevolucionarios. Se perdieron los matices.
 
Por otra parte, el objetivo común se convertía cada vez más en defender al país de las agresiones y las conspiraciones fomentadas por el gobierno estadounidense, con lo cual la apelación a la violencia quedaba relegada solamente a quienes realmente se oponían a las transformaciones.
 
La gran masa de personas que aspirábamos a una transformación del Estado y que habíamos recurrido a la violencia, siguiendo la tradición histórica de nuestros pueblos hasta aquel entonces cuando se agotaban las vías de participación, quedamos prendidos de la brocha. La realidad pudo más que cualquier racionalización a partir de ese punto y no hubo cabida para armonizar con todos los actores.
 
Ante la imposibilidad de enfrentar a Estados Unidos, presentando un bloque diverso de opiniones con objetivos nacionales y sociales comunes, lo cual fue impedido por la disgregación de fuerzas a la cual contribuyeron los órganos de inteligencia de aquel país, la dirección política apeló a buscar el apoyo de Rusia.
 
En Rusia existía un proceso que si bien proclamaba un mundo de justicia social, optó por procedimientos e interpretaciones que el tiempo demostró fallidas y que, en su momento, careció del liderazgo para rectificarlos.
 
Rusia solamente sirvió para que la debacle natural que origina un proceso de transformación, cuyos mecanismos no estaban dados por experiencia de índole alguna, pudiese prevalecer a las agresiones de Washington y también ayudó a sobrepasar la crisis causada por los errores económicos que precisamente fueron importados de aquel mismo país. El otro aspecto que contribuyó a las carencias y dificultades, fue el bloqueo a Cuba decretado por Estados Unidos de Norteamérica.
 
En asunto de Revolución, todos nos habíamos equivocado. Cada cual desde ángulos diferentes.
 
Al final el proceso sobrevivió a la debacle y vive ahora una recomposición donde todos los factores que proclamábamos la creación de un nuevo Estado coincidimos, y laboramos juntos a favor de soluciones, no solamente para Cuba sino para Suramérica y el Caribe.
 
Dice Carlos Alzugaray que nadie podrá gobernar como Fidel Castro y Raúl Castro.
 
En primer lugar, no creo que nadie en su sano juicio, quiera que alguien gobierne como los mencionados líderes.
 
Son procesos diferentes, que parten de un tronco común, pero  ambos dirigidos a la organización de un nuevo Estado, para lo cual es necesario crear estructuras políticas diferentes de las conocidas hasta hoy.
 
En Cuba no se vislumbra que ocurra un cambio histórico sino una continuación histórica, la cual parece indicar que llevará a sucesivas transformaciones que en nada deben parecerse finalmente a los Estados llamados capitalistas y donde el Poder deberá ser estructurado a favor de los intereses sociales por encima de los privados.
 
Las inversiones y los trabajos y la iniciativa privadas para nuevas producciones o nuevas innovaciones tecnológicas tendrán que ser respetados para lograr esto, pero no será permitido el juego de bolsa, ni la política de producciones que apelen al asombro en detrimento de los objetivos básicos de la economía.
 
Ahora bien para lograr todo esto, está por ver cómo las reformas políticas podrán garantizar un poder que verdaderamente esté representado en las bases sociales y sea superada también la tendencia a la formación de castas, lo cual ha sido el camino seguido por la humanidad desde antes y después de la creación de los Estados Nación.
 
Por lo pronto no habrá una Cuba Post-Castro. Todo será parte de un proceso que aunque no ha sido lineal, ni podrá serlo por muchos decenios, va en pos de objetivos claros, donde lo único turbio han sido los procedimientos inevitables causados por la improvisación.
 
Esto es, en resumen, cómo lo pienso yo y cómo lo veo.
 
Lo dejo escrito para deleite de quienes entienden y para los que no quieren entender.

lunes, 25 de febrero de 2013

INTERVENCION DE FIDEL CASTRO EN LA ASAMBLEA NACIONAL

ENVIADO POR FROILAND

PUBLICADO POR HECTOR GARCIA  SOTO

 

Intervención de Fidel Castro en la Asamblea Nacional. (Cuba, Miami,España)

Aucaencayohueso transmite a continuación la intervención del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, durante la sesión constitutiva de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Queridos compañeros:
Agradezco profundamente el noble gesto del pueblo al elegirme como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
No será mucho el tiempo que ocupe en la intervención de hoy, ni tampoco el espacio de este honroso escaño como diputado, y no por falta de voluntad, sino por imperativo de la naturaleza.
Jamás pensé que mi existencia se prolongara tanto, y que el enemigo fuera suficientemente torpe en su odioso oficio de eliminar adversarios decididos a luchar.
En esa desigual lucha, nuestro pueblo demostró su asombrosa capacidad de resistir y de vencer. ÂíSí, porque cada año de resistencia entre 1959 y 2013 fue una victoria que nuestro pequeño país tiene derecho a proclamar!
No luchamos por gloria ni honores; luchamos por ideas que consideramos justas, a las que, como herederos de una larga lista de ejemplos, millones de cubanos han consagrado su juventud y su vida. Una cifra lo expresa todo: a ochocientas mil personas se eleva el número de los cubanos que han cumplido abnegadas misiones internacionalistas. Si al triunfo de la Revolución en el año 1959 no llegábamos a 7 millones de habitantes, se puede medir el significado de tales esfuerzos.
Esto sin embargo no lo expresa todo. En octubre de 1962, la nación estuvo a punto de convertirse en campo de batalla nuclear. Un año y medio antes, en abril de 1961, una expedición mercenaria entrenada, armada y escoltada por la Marina de Estados Unidos, desembarcó en Bahía de Cochinos y estuvo a punto de provocar una sangrienta guerra que habría costado a los invasores norteamericanos cientos de miles de vidas -”lo afirmo sin exageración” – y a nuestro país, destrucción y pérdidas humanas realmente incalculables. Poseíamos entonces alrededor de cuatrocientas mil armas y sabíamos como usarlas. En menos de 72 horas el fulminante contraataque revolucionario evitó aquella tragedia, tanto a Cuba, como al pueblo de Estados Unidos.
Fuimos víctimas de la “guerra sucia” durante mucho tiempo, y 25 años después de la Crisis de Octubre, tropas internacionalistas defendían Angola de los invasores racistas sudafricanos, provistos ya en esa época de varias armas nucleares con tecnología y partes esenciales suministradas por Israel con la aprobación de Estados Unidos. En aquella ocasión la victoria de Cuito Cuanavale, y el posterior avance resuelto y audaz de las fuerzas cubanas y angolanas, equipadas con los medios aéreos, antiaéreos y la organización adecuada para liberar territorios todavía ocupados por los invasores, disuadieron a Sudáfrica, de que no le quedaba otra alternativa que abandonar sus ambiciones nucleares y sentarse en la mesa de negociaciones: El odioso sistema racista dejó de existir.
Entre todos hemos llevado a cabo la modesta proeza de una Revolución profunda que, partiendo de cero, nuestro pueblo fue capaz de realizar. A los primeros núcleos revolucionarios se fueron sumando otros. Nos unía el deseo de luchar y el dolor por la tragedia del país ante el golpe brutal. Mientras unos tenían esperanzas en un futuro al que veían todavía muy lejano, otros meditábamos ya en la necesidad de dar un salto en la historia.
Entre el golpe de Estado del 10 de Marzo de 1952 y el 1 de Enero de 1959 transcurrieron solo 6 años y 296 días; por primera vez, en nuestra Patria, el poder había quedado totalmente en manos del pueblo.
La batalla comenzó entonces contra la ignorancia política y los principios antisocialistas que el imperio y la burguesía habían sembrado en nuestro país. La lucha de clases desatada a pocas millas de la sede del imperio fue la escuela política más eficiente que ha tenido nunca un país; hablo de una escuela que abrió sus puertas hace más de 50 años. Hombres y mujeres, desde los pioneros hasta las personas que posean muchos más años, hemos sido alumnos de esa escuela.
Sin embargo la gran batalla que, de acuerdo a lo que me contaba Raúl hace unos días, se impone, es la necesidad de una lucha enérgica y sin tregua contra los malos hábitos y los errores que en las más diversas esferas cometen diariamente muchos ciudadanos, incluso militantes.
La humanidad ha entrado en una etapa única de su historia. Los últimos decenios no guardan relación alguna con los miles de siglos que la precedieron.
En el año 2011 la población mundial arribó a 7 mil millones de habitantes, lo que constituye una cifra alarmante. En solo dos siglos la población del mundo se multiplicó por siete, alcanzando un ritmo de necesidades alimentarias vitales que la ciencia, la tecnología y los recursos naturales del planeta están muy lejos de lograr.
Pueden hacerse decenas de cálculos, hablar de Malthus o del Arca de Noé, basta saber lo que es un gramo y lo que produce una hectárea de cualquier alimento y sacar sus conclusiones.
Tal vez el Primer Ministro inglés o el presidente Obama sepan la respuesta que prolongue unos días más la vida humana, la multiplicación de los panes y los peces, y las palabras mágicas para persuadir a los africanos, los habitantes de la India, América latina y todos los países del Tercer Mundo, que no tengan hijos.
Hace dos días una agencia internacional recordaba que un multimillonario estadounidense, Dennis Tito, había gastado 20 millones de dólares para pagar su viaje a la Estación Espacial Internacional, donde permaneció varios días en el año 2001. Ahora Tito, que parece ser de verdad un fanático de la exploración espacial, estaba discutiendo los detalles para incursionar al planeta Marte. El viaje durará 501 días. ÂíEso sí es disfrutar la plusvalía! Mientras los polos se derriten velozmente, el nivel de los mares sube por el cambio climático, inundando grandes áreas en unas pocas decenas de años, todo lo cual supone que no habrá guerras y las sofisticadas armas que se están produciendo a ritmo acelerado no se usarán nunca. ¿Quién los entiende?
Concluyo para cumplir mi promesa de ser breve en estas palabras de saludo a nuestra Asamblea Nacional.
En el 118 Aniversario del Grito de Baire y el 160 del nacimiento de nuestro Héroe Nacional, me complace rendir tributo al revolucionario, antiimperialista y bolivariano que sembró en nuestros jóvenes las primeras semillas del deber.
íMuchas gracias!

EL "REVOLUCIONOMETRO" IMPRECISO APARATO MANEJADO IMPRECISAMENTE




El “revolucionómetro”, impreciso aparato manejado imprecisamente

ELIGIO DAMAS

            La sociedad nuestra, que lo es capitalista hasta los “tequeteques”, aunque la llamemos de otra manera, empeñados estemos en cambiarla y no dejemos de admitir que cambia, es diversa, contradictoria y llena de espejismos. Por supuesto, desde ya nos atrevemos a advertir que nos exponemos nos apliquen el “revolucionómetro”, por decir lo anterior y salgamos raspados o eximidos, según el “interés” de quien maneje el extraño aparatico.
           Siendo ella, la sociedad, como es, quienes la conformamos, aún armados de principios sólidos, herramientas dinámicas, perspicacia probada, suele esquivarnos e impedir que la podamos atrapar en movimiento. En veces, logramos capturar un instante, le observamos, medimos, aplicamos todos los aparatos y cálculos de los que estamos armados y al concluir, aquello se transformó en otra cosa.
          Por eso, uno se asombra, haya quienes se creen con capacidad y pertinencia, para afirmar cómo transformar la sociedad y los seres humanos que la forman, sin consultarles a estos. No importa que esos mismos personajes, pudieran en colectivo, en síntesis, que nadie de aquellos coloca en su interés, pensar en otras formas y procederes.
        Quienes se creen poseedores de esas virtudes, suelen andar de arriba para abajo con un “revolucionómetro” entre ceja y ceja. Curiosamente, esos mismos, con frecuencia, se exhiben como seguidores, cual palomas tras las miguitas, de las opiniones de Fidel Castro, quien por cierto mucho sabe. Tanto que, recientemente hizo una reflexión para mi impactante, por lo que hago mención de ella con bastante frecuencia; dijo el líder cubano, más o menos lo siguiente: “nuestro mayor error fue creer que alguien sabía cómo se construye el socialismo”.
            No es por el nombre, sino por quién ha sido el personaje, las responsabilidades que ha asumido y la experiencia aquilatada, que esa frase está llena de sabiduría.
            Quiso decir, a mi parecer, que no existe una receta o fórmula. Porque las sociedades son dinámicas y el humano es diverso. Es más una sociedad es distinta a otra, como la Venezuela de hoy, amanecerá mañana diferente. De manera que “inventamos o erramos”, partimos de la realidad y contamos con el parecer de cada quien. Por eso, la revolución no es una cosa de “soplar y hacer botellas” ni de “echarle plan y pa´ el cuartel” a quien no comparta lo que disponga el buró.
           Lo revolucionario es entender la sociedad tal como es; al hombre tal como se comporta y tomarle en cuenta para los cambios; los proponga, impulse y hasta respalde. Eso incluye entender que unos intentarán ir más rápido que otros y que no por eso estos deben ser sentenciados o tirados por la borda. Por supuesto cuando hablamos de ”entenderla como es”, no es para dejarla como está, porque ella misma dispone lo contrario, sino para que hagamos lo pertinente, los cambios se aceleren lo posible y el rumbo sea el adecuado y pertinente.
           Lo que algunos respetables compañeros han optado por llamar “nuestra sociedad en transición hacia el socialismo”, tiene un ritmo y unos pergaminos o planos. Estos elementos, manejados por la dirección del proceso, al frente del cual está el presidente Chávez, se fundamentan en el carácter de las contradicciones de distinto sentido y nivel, entre los miembros de la sociedad. No se trata sólo contradicciones entre capital y trabajo, sino entre las expectativas inmediatas, a corto y largo plazo, que surgen entre las metas y los humanos que deben construir lo nuevo.
          El socialismo demanda una gran productividad. Se reparte lo que existe y se crea o produce. Por eso, el socialismo demanda construir y crear riqueza y eso también exige un gran esfuerzo organizativo. No existe, nadie la ha construido o encontrado en alguna buhardilla abandonada, una varita de virtud, que haga emerger ese socialismo deseado, radiante al día siguiente de una noche de embriaguez.
         Claro, habrá quien piense lo contrario. Pero eso no autoriza a nadie sacar el aparatico de medición para declararle enemigo del cambio, del proceso y hasta del presidente Chávez, que impulsa el movimiento de cambio al ritmo y forma que lo hace. Menos para usar al discrepante como trapo para restregar inmundicias. Una cosa es discrepar, reclamar participación, aun equivocándose y otra es ser tránsfuga.
          Fueron y son muy oportunas y saludables las críticas recientemente hechas por Vladimir Acosta; tanto que no por eso, hizo uso de “revolucionómetro” alguno para descalificar a nadie.
           Descalificar, adjetivar, valiéndose de mediciones imprecisas, hechas con aparatos choretos, a compañeros u organizaciones aliadas por discrepar, no es justamente el proceder de un revolucionario, menos dentro de un proyecto como el bolivariano.
            Si es feo y detestable, culpar a alguien porque asuma el ritmo, táctica y estrategia que le impone al proceso el comandante Chávez, mientras se grita a pulmón pleno o letras de molde: ¡Viva Chávez!

            


--
Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 2/25/2013 08:32:00 a.m.