martes, 28 de febrero de 2017

EL DUENDE

http://radio-miami.org/wp-content/uploads/2017/02/zovirax.jpg Zovirax 400 dólares en USA y en Cuba69
Hace 4 años, este Duende publicó una nota bajo el titulo El costo de las medicinas en USA, ha pasado el tiempo y no sólo sigue igual cada día el costo de las medicinas y el seguro médico es más caro. De todas maneras quiero recordarle lo que escribí el 27 enero de 2012.
Hay un dicho muy popular en Estados Unidos que dice que si bien los entierros son muy caros, es más barato morirse que enfermarse e ir a parar a un hospital. El costo de las medicinas es tan prohibitivo en Miami, así como en el resto de la nación americana, que cuando hay que ir a una farmacia con una recta médica, no es extraño que por unas pastillitas o una pomadita se nos vaya el sueldo de dos semanas de trabajo. Y los que no tienen trabajo, ni seguro médico, ni el Medicare del gobierno, que los parta un rayo.
A manera de ejemplo basta decir que recientemente a una persona de nuestra amistad un dermatólogo le detectó un Herpes en la piel y, para curarlo, le recetó un doble tratamiento a seguir. Unas cápsulas para tomar tres veces al día y una crema para la zona de la piel donde estaba el Herpes.
El medicamento, según indicaba la receta se llama Zovirax (Aziclovir al cinco %), producido en Estados Unidos por los conocidos laboratorios Glaxo. El frasco de la pastillas cuesta 400 dólares y la pomada para la piel otros 400. Total: 800 dólares por los medicamentos, a lo que se une lo que cobró el médico por su consulta.
En un reciente viaje nuestro a La Habana, hablando con un médico amigo, el eminente cardiólogo Raúl Díaz Padrón, le comentamos sobre lo costoso que resultaba curarse un simple Herpes en los Estados Unidos. Prueba y compara, me dijo él. Juntos fuimos a una botica de la barriada de El Vedado y preguntamos por el precio de las pastillas y la pomadita de Zovirax, producidos en laboratorios cubanos para el tratamiento de Herpes en la piel. Precio al público, unos 69 pesos cubanos cada receta, es decir lo equivalente a menos de tres dólares por medicamento. La consulta del médico, por supuesto, en Cuba es gratis.
En Estados Unidos el Zovirax cuesta 400 dólares. En Cuba, 69 pesos cubanos, apenas tres dólares. Tiene razón el doctor Padrón: Pruebe y compare.
Y hasta  la próxima entrega de El  Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.

LA EGOLATRÍA SE PASEA, COMO MAJESTUOSA, POR APORREA. VÉANLA COMO SE MENEA- Eligio Damas to youshow details


ELIGIO  DAMAS

            Aporrea, no por culpa de ella, ni quienes la manejan, sino resultado inevitable de ese generoso espíritu de la página, de puertas abiertas con desbordada amplitud a todos,  suele ser con más frecuencia que lo que uno pudiera imaginarse, como una pasarela, donde las vedettes se contorsionan, avanzan entre cruzando las piernas, ponen las caras que más le convengan, pues algunas parecen estar rabiosas, alegres y hasta desvalidas, levantan la mano derecha, mientas la izquierda aferrada a la cadera permanece y saludan como quien poco le interesa a quienes aparentan dirigirse. De paso, dejan ver sus largas piernas, tras un vaporoso vestido que deja espacio o la abertura suficiente además para ese fin.
           Hay “analistas”, que según ellos, “por sus internalizadas convicciones”, son de la izquierda, pero también atiborrados de “mellizales odios”, como solía decir un villano, no discrepan del gobierno, sino le confunden con cualquier opositor, con tal de tener que decir algo contra Maduro, hasta por éste mismo. Porque contra la oposición y el imperialismo nada dicen. Esa aparente “confusión”, o hervidero de malos sentimientos o frustraciones por deseos insatisfechos, les lleva a coincidir hasta con los interese ajenos al país, expresados o no directamente por esos sectores anteriormente indicados.
            Dije “esa aparente confusión”, porque no estoy seguro como diagnosticar el asunto. He observado que mientras más duro se sea contra alguien conocido, cuyo nombre encabeza el título, más entradas o interesados se logra por lo publicado. Por ejemplo, llamar traidor en titular de artículo a Maduro, un ministro, con nombre y apellido y hasta un dirigente opositor, logrará el deseo de alguien, que suele ser el de estar arriba entre los más leídos.
              Calificar lo sucedido en Ecuador, “Como otra derrota para Maduro”, no sólo es un simplismo, manipuleo del lector, un exhibirse en demasía, tal como una “Madama” en baile de carnaval, sino una opinión que no tiene pertinencia alguna y un deseo malévolo, con trasfondo de frustración. Pero, si se le traduce al lenguaje de las pasarelas, incluyendo aquellos de las manitas, una que saluda, otra agarrada de la cintura, mientras se camina contorneándose de manera exagerada y se acompaña con la más amplia de la sonrisas, como quien no tiene dificultades para conseguir crema dental, si no es una obra de arte, por lo menos pondrá al autor de aquel vodevil en las candilejas. ¡Saltarán los números! Aunque advierto, no es necesaria o necesariamente pertinente una sonrisa “dentrífica”, puede ser un gesto hosco, “cejudo”, como escribió un viejo amigo y colega, que aparente sapiencia y profundidad. El ego se eleva, se siente tan rutilante como el imaginado escenario o espacio por donde desfila y  se contonea.
             Como hay otras vedettes, que ante la crisis, no sólo escriben, sino titulan más menos de la siguiente forma, “La Revolución Bolivariana se debilita por la falta de conciencia popular”. Es una manera simplista de echarle la culpa de uno a otro, atraer hacia uno las miradas y continuar gozando de todos los beneficio de ser oficialista y acrítico. En este caso, esto se sobrepone al interés por los registros numéricos de Aporrea. Los números apuntan hacia otro cosa.
            Pero eso sucede por las virtudes de Aporrea, página en la cual no sólo escribo con frecuencia, quizás con bastante, sino que le doy un valor sustancial por su talante democrático, como para darle espacio a todas las formas del pensamiento, sobre todo cuando se trata de dirimir el destino de la revolución bolivariana. Siendo así no puede evitar que en ella desfilen las vedettes y gente muy preocupada por los números, pues la fama, como el dinero, viejos vicios del capitalismo, siguen siendo valores intrínsecos a él y en este sistema vivimos. Claro. Si usted aspira que la ruleta se pare en donde está usted, anodino y lo “coopten para diputado”, está perdiendo el tiempo. ¡No señor! Usted, eso lo dicen fundamentándose en una vaina que llaman algo así como “Marketing”, debe elevar sus números.  A menos que esté pegado o mejor enchufado a un grueso cable de alta tensión, en este caso, es suceptible “le coopten”. El mismo personaje, que en el fondo y forma se alegra porque Lenin Moreno no haya ganado en la primera vuelta, evadiendo o ignorando más por sus deseos que por ignorancia verdadera los factores en juego en Ecuador, porque eso le permite culpar a Maduro en un título para que le lean bastante, un tiempo atrás, informó algo que me pareció insólito, dio el número total de entradas alcanzadas por él en Aporrea por años hasta ese día. Es decir, se dedicó a sumar el número de ellas logradas en cada artículo. Aquello, hablo de un relativo largo tiempo atrás, me asombro, no sólo nos echó en cara lo tanto que trabaja, tanto como para ponerse en eso, un asunto que parece tedioso e inoficioso, pero propio de un ego hinchado, como cachete con “postema”. Y denunció su preocupación por esos números, más que por lo dicho y las formas expresivas usadas en sus trabajos. Eso significa que su interés vital es lograr que la gente lo lea y escuche; y más que eso, le vea en demasía. Esa ventaja la tienen quienes tienen acceso a los medios, como quienes tienen poder o están al servicio de ellos y, para ser justo, quienes como Luis Brito, su sólo nombre atrae y hasta a quienes “ese famoso diario que llaman El Nacional” entrevista para reportar su “renuncia a su Carnet de la Patria”, porque prefiere que de los beneficios de este “gocen los más necesitados”. Si esta cursilería, además de serlo, le parece sacada de guión de Félix B. Caignet, o aquel libretista y hasta locutor de “La Tía Julia y el Escribidor” de Mario Vargas Llosa, no es culpa de Aporrea, pues ésta, como lo hemos dicha lo suficiente, le da espacio a todos, hasta a enemigos a ultranza de Maduro, no por serlos, sino por su generoso concepto de la libertad de expresión y derecho a disentir; no es su culpa, aquéllos se pasen de raya y le hagan el juego al imperialismo, aunque digan que se mantienen en la izquierda; como  quienes por hacer como demasiados ejercicios y aspavientos en la pasarela, halan la cinta que marca los límites de ella, como forma de llamar la atención de los jueces y así ganarse el premio deseado.
            De manera que hay muestras de egolatría de diferente índole. Como la de aquél que con tal de llamar la atención es capaz de insultar a su madre en público, dándole la razón a los vecinos que ya venían hablando mal de ella, tal cual “el revolucionario”, que trata de ponérsela fácil al imperialismo. Pero también, la de aquél muy aficionado al gobierno y más que éste a quienes gobiernan, desde un tiempo para acá, aparece en todos los espacios, del gobierno, opositores y hasta en rediles del capital imperial, porque desea estar en sitios donde si nada dan de inmediato pudieran ofrecer ventanas para deslizarse hasta dónde si hay y ansía estar. Este aventaja al anterior con creces, pues está con el gobierno, según dice, tanto como que ya sacó su “Carnet de la Patria” y está dispuesto a renunciar a él para favorecer a alguien que quedó desprotegido, con lo que desmiente a Maduro, quien asegura que de esos carnets hay “como para tirar para arriba”, por eso extendió el lapso para sacarlo hasta marzo; pero aquel analista o predicador también es demasiado hábil, tanto como acceder a medios opositores, porque les hace creer un portavoz autorizado del gobierno y persona amplia y agradable, susceptible de ser entrevistado por ellos. “Seguro no se trata de un chavista “desdentao”, “incurto”, “mugroso” y menos “tierrúo”, pues aparte de su lenguaje suave y ondulante como el vestido que se traslada envolviendo a la vedette por la pasarela, además porta una barba bien cuidada y viste muy bien. Imagen esta última por cierto, que en estos tiempos se le toma como un indicativo que está pensando como el común, cosa extraña, pero también que la “cabra siempre tira al monte”; es decir que, al capitalismo vinimos a sacarle provecho “contante y sonante”. Además, como todo ególatra, habla y escribe, dice cosas, que más que eso nos las tira a la cara a sus pobres lectores, en demostración que “sabe que jode” y quien le lee un pobre y simple hijo de la “puta madre”.

            Cuando esos personajes entran en la pasarela, todas las miradas se dirigen hacia ellos. Ya saben, vienen meneando “la colita”,cruzando las piernas, como uno cuando se viene meando, una mano a la cadera y otra levantada para saludar al jurado, no al público grueso, y esperan que los torniquetes revienten. ¡Y en efecto, estos revientan! Para envidia de uno, los tipos se la comen en cada salida. Pese que uno, el lector, se pone como bateador a espera de una sinuosa, indescifrable curva o una recta de por lo menos cien millas, y se poncha con un piconcito frente al “jon”.


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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 2/28/2017 07:13:00 a. m.

DIOSDADO, QUIENES INTENTAN HACER TU IMAGEN TE ESTÁN BANALIZANDO Eligio Damas to youshow details


ELIGIO DAMAS

            A este servidor, con unos cuantos kilómetros de recorrido, militante desde los tiempos de Pérez Jiménez, algo como especialista en historia y sobre todo de Venezuela,  visto mucha agua correr bajo los puentes y a muchos estar en un sitio hoy y otro mañana, no le cabe duda que Diosdado aspira llegar a Miraflores; no se trata de ir al pueblo monaguense del mismo nombre cercano al Furrial de donde él es nativo. Y eso no es delito; al contrario es como una cosa que llena de méritos a alguien se proponga meta tan escabrosa. El podrá decir lo que ahora se le ocurra, no sólo es su derecho, sino que es lo que más le conviene por distintas razones, pero que “la cabra tira al monte”, dudas, por lo menos a mí, no me quedan. Pero en el supuesto caso que no fuese como creo, mantendré con firmeza lo que dice el título.
            Tuve la oportunidad de estar en una conversación en Cumaná, hace ya muchos años, era 1958, siendo todavía militante de AD, con otros tres jóvenes compañeros, para mejor decirlo, apenas éramos unos carajitos, con Rómulo Betancourt, quien intentaba ganarnos para su causa. Nos habló en primer término de lo que todo el mundo hablaba, acabando de caer Pérez Jiménez, la unidad; pero del trasfondo de sus palabras, casi habló él sólo, los cuatro, reunidos posteriormente aparte, concluimos que “este carajo quiere ser presidente”.  Y lo fue; y conste que estuvimos entre quienes aquello no queríamos. Nuestras aspiraciones entonces estaban por un candidato que en verdad fuese unitario y, a nuestro parecer, ese era el Dr. Rafael Pizani.
            Ese lenguaje personalista, ególatra que viene asumiendo Maduro, como de “la candidata a gobernadora por Lara será fulana”, “le he ordenado a Jorge Rodríguez que haga tal o cual cosa” y este más reciente, día “jueves de vivienda” de “Esto, llegar a un millón quinientas mil viviendas sólo se ha logrado por Nicolás Maduro”, palabras más o menos, son muestras que se suman a las que ya he dado para afirmar que Maduro aspira seguir donde ahora está, deben estar incomodando a Diosdado. Es un lenguaje como destinado a dejar sentado “aquí quien manda y decide soy yo” o aquello como pedestre pero muy “criollo”, como gusta a mucho revolucionario, “aquí soy el chivo que mas mea”. Por esos síntomas, pudiera decir el monaguense, como decimos en oriente y él sabe bien que significa, “aquí como que alguien juega camonina, pues no fue lo dispuesto y acordado por el Comandante”.
            Me gusta recordar aquella interrogante en “Doña Bárbara”, la del bonguero que lleva a Santos Luzardo hacia Altamira, la hacienda heredada de sus padres, “¿Con quién vamos?”
            ¿Tú, Diosdado, que sueles invocar la palabra lealtad, te has hecho esa pregunta? ¿Con quién vamos?
            En la política, como en la guerra, hay leales y hay infiltrados. Al enemigo hay que derrotarle y todas las armas son válidas. Por lo menos eso creen los políticos y los militares. Los intelectuales no.  Tú, Diosdado, puedes estar siendo víctima de eso. Pero es posible que no sea así. Sería muy injusto que uno,  sin prueba, acuse a alguien de ser quinta columna. Es probable, simplemente, estés siendo víctima de un equipo por demás incompetente que queriéndolo o no, te está banalizando.
            Tengo la certeza y los hechos parecen confirmarlo, que exactamente lo mismo le sucedió a Ramos Allup. Él o alguien de su equipo, se empeñó se presentase con una imagen de viejo iracundo, competente para cambiar todo a los topetazos y con un discurso pleno de cursilerías que no sirvió para hacer reír a nadie, tumbar al gobierno ni ganarse el afecto de los gringos. Por esa mala o inadecuada imagen que le hicieron o se hizo así mismo, Ramos Allup vio esfumarse su sueño.  Mañana sufrirá mucho porque creyendo haber  tenido el cielo cerca de su dedo índice, la mala imagen que le crearon o él mismo construyó, disolvió de repente aquellos, sus sueños. La vejez, como la mía, cuando se medita sobre sí mismo, podría ser muy quejumbrosa y por demás triste. Pero debo advertir, para evitar malas interpretaciones, que mi vejez es placentera, nunca me propuse nada que no pudiese alcanzar.
            La imagen que tuviste antes era de verdadero heredero de Chávez, no en el sentido ideológico o intelectual, sino del individuo de carácter, capaz de tomar las grandes decisiones, como correr a los corruptos, como hizo Cristo en un viejo templo convertido en mercado. De deshacerte de los incompetentes y adulantes; es decir, como dijo alguien en la literatura venezolana, dejar que el cauce de los ríos se desviase hacia los potreros y corrales para llevarse la abundante boñiga. Esa fue la imagen que tuve de ti. Aún más, voy a decirte algo de mucha intimidad; mi compañera de toda la vida, que en el porche de nuestra casa, desde hace años, colocó un trabajo de cerámica con la leyenda “en esta casa no se habla mal de Chávez”, que todavía está en su sitio y estará mientras vivamos, consigna que ahora usas, piensa lo mismo que estoy diciendo acerca de ti. No obstante, fue ella quien me indujo a escribir esto que, ahora quizás leas, como sé que en otras oportunidades me has leído.
            Pudieras haber sido el tipo competente por lo menos para ordenar todo. Mandar a los payasos a la parte marginal del centro de la carpa o en el mejor de los casos, a donde deben ir quienes teniendo la tarea de hacer reír, lo que provocan son lamentos.
             Pero alguien está empeñado en hacerte una pésima imagen. No es aquella de corrupto que ha pretendido hacerte la derecha, la que nunca, por lo menos hasta ahora, he creído. Menos la de cruel, capaz de imitar a los viejos policías del pasado. No, Diosdado, no se trata de eso.
             El equipo que creaste o te ofrecieron, como “listo y puesto”, cual decíamos los orientales de mi tiempo, para hacer el programa “Con el mazo dando”, pareciera empeñado en descalificarte. La imagen que ellos te construyen a lo largo del programa es muy pobre. Pareciera más bien de alguien que quiere ser el personaje central de un circo decadente y no la de quien aspira ser presidente de Venezuela. Abunda demasiado el chisme barato, la anécdota sin inteligencia ni pertinencia política. El nivel intelectual de quienes te están conduciendo no se corresponde con lo que aspiras. Busca a Earle Herrera, periodista e intelectual brillante, pídele se sincere contigo y opine al respecto. Allí tienes a Luis Brito, quien pudiera orientarte también.
             Revisa los últimos diez programas, por lo menos, asesorado por gente que te pueda ayudar y observarás lo que intentan hacer de ti o pensando de buena fe, te están haciendo. No es esa la imagen que el venezolano multitudinario, sin rostro, lleno de energías y alentado en el pensamiento y buena fe de Chávez, ante el escenario mundial, persigue ni perseguiría.

               Te han puesto al frente de un show de muy mala calidad. Es como un circo barato que va de pueblo en pueblo; eso sí, estos muestran su miseria material, no pueden esconderla, como sus carpas deshechas y sus viejos animales casi fantasmagóricos.  Te exhiben sin mensaje ni nada que interese al venezolano de esta etapa, de ésta tan crucial coyuntura. Te están haciendo un programa que nada tiene que ver con las angustias y perspectivas del venezolano mayoritario, fundamentalmente aquel que ansía un país diferente; de vanguardia en la América nuestra que soñaron Miranda, Bolívar, Sucre y Hugo Chávez. Los aplausos, como de utilería, que allí se escuchan son los mismos que en un show cualquiera, aunque caro, pero de mala calidad. De buena o mala fe, quienes diseñan tu programa, te están banalizando. 


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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 2/27/2017 04:43:00 a. m.

DON PEDRO CASALDALIGA



Don Pedro Casaldáliga …



Con motivo del 89 cumpleaños de quien es un importante referente de la
Teología de la Liberación y un exquisito poeta místico.

CRÓNICAS CUBANAS.

Por Félix Sautié Mederos

Hace algunos días, precisamente el pasado 16 de febrero del 2017, cumplió 89
años de fructífera edad Don Pedro Casaldáliga, Obispo emérito de la
Prelatura de Sao Félix do Araguaia en el Matto Grosso Brasileño; ámbito
selvático en la Amazonia de aborígenes y luchadores sin tierra de Brasil,
cuyos pueblos sufren en la actualidad del peor de los gobiernos
suramericanos de esta época, integrado por farsantes y ladrones de cinismo
sin igual; a donde se ha quedado a vivir Don Pedro para no regresar
nunca más a su Europa natal en la Cataluña querida, que siempre ha llevado
en su alma del misionero claretiano que es y que un día optó por irse
definitivamente hacia las misiones en las más apartadas regiones de Nuestra
América, en donde permanece casi 50 años esparciendo las semillas
evangélicas de la verdad, el amor y la opción por los pobres que predicó
Jesús de Nazaret.

Pedro, como simplemente le dicen muchos de sus más cercanos seguidores, se
definió a sí mismo en un poema que con la sencillez que lo caracteriza, lo
retrata, en su verdadera humanidad de Obispo cercano a los pobres y a los
desposeídos de la tierra. En este orden de cosas, no le han faltado
amenazas, intentos de asesinatos y gestiones oficiales para expulsarlo
definitivamente de Brasil. Todas frustradas hasta el momento. Desde que
conocí su poema sobre sí mismo, también titulado ME LLAMARAN SUBVERSIVO, lo
identifico plenamente con él y sus luchas. No me canso de recitármelo a
mismo. Cito pues algunas de sus estrofas más sentidas y definitorias que
nunca podré olvidar:

Con un callo por anillo,

Monseñor cortaba arroz,

¿Monseñor ‘martillo

Y hoz?

Me llamarán subversivo.

Y yo les diré: lo soy.

Por mi pueblo en lucha ,vivo

Con mi pueblo en marcha,voy.

Tengo fe de guerrillero

Y amor de Revolución.

Y entre Evangelio y canción

Sufro y digo lo que quiero…



También entre muchos otros hermosos poemas, Don Pedro tuvo la valentía de
cantarle al Che, lo que es muy significativo de su opción por la justicia y
del amor a los pobres de la tierra, por los que Che entregó su vida; lo cual
tampoco nunca podré olvidar: Cito dos párrafos:

Y, por fin me llamó también tu muerte

Desde la seca luz de Vallegrande.

Yo, Che, sigo creyendo

En la violencia del amor ( Tú mismo

decías que ‘es preciso endurecerse

sin perder nunca la ternura)….



Finalmente quiero expresar que Don Pedro durante su último viaje a Cuba, en
febrero de 1999, no se cansó de hablarnos y de predicar sobre su amor por
la vida y por los pobres de la tierra. Nunca podré olvidar que me tocó
acompañarlo y reseñar la mayor parte de sus intervenciones, que las
considero de un valor coincidente con los tesoros que Jesús nos plantea
acumular en el cielo en “donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni
ladrones que socaven y roban. Porque donde esté tu tesoro, allí estará
también tu corazón.” (Mateo 6, 20 y 21 .BJ.). Fueron intensas jornadas
reseñadas en el Libro Evangelio y Revolución (1). Muy extensas para
reseñarlas en un única crónica, pero en resumen quiero decir que Pedro fue
incansable recorriendo espacios, alentándonos en favor de la esperanza, de
una fe inconmovible capaz de mover montañas, de un Jesús verdadero Dios y
verdadero hombre, de una Iglesia encarnada en el pueblo de Dios y de una
Teología de la Liberación comprometida con la opción evangélica de Jesús por
los pobres de la tierra con los que nuestro Apóstol José Martí quiso su
suerte echar. Dentro de todo el material teológico y revolucionarios que en
aquellos días nos legó Don Pedro, no puedo olvidar su poema a la Virgen de
la Caridad compuesto especialmente para traérnoslo durante su visita a Cuba:

Virgen de la Caridad,

Mina de amor en El Cobre,

Madre de toda orfandad,

Hermana del pueblo pobre.

Cuba es tuya, eres nuestra,

desde la Sierra Maestra a

los confines del mar…

Y con tu gracia señora,

Cuba sabrá ser ahora

Patria, Justicia y altar.



Podría aportar muchas cosas más, quizás en el futuro lo haga, pero quiero
añadir que Don Pedro compuso para el final de su viaje una “DECLARACIÓN DE
AMOR A LA REVOLUCIÓN TOTAL DE CUBA”, que es muy extensa para citarla, solo
quisiera referirme a unas frases suyas muy profundas dirigidas a Fidel, que
sintetizo: “Fidel…tú y yo podemos muy bien ser al mismo tiempo creyentes y
ateos. Ateos del dios del colonialismo y del imperialismo…Y creyentes por
otra parte del Dios de la vida y la fraternidad universal….”.



Así lo viví y así lo expreso con mis respetos para la opinión diferente y
sin querer ofender a nadie en particular. ¡Albricias por los 89 años de don
Pedro!



(1) Evangelio y Revolución, Pedro Casaldáliga, Félix Sautié y Benjamín
Forcano. Editorial Nueva Utopía, Madrid, 2000.

Publicado en el periódico Por Esto! de Mérida Yucatán, México, Sección de
Opinión , el lunes 27 de febrero del 2017.

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan
<http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=5423
71> &idSeccion=22&idTitulo=542371

A PEDIDO DEL LECTOR

A pedido del lector
Ciro Bianchi Ross • digital@juventudrebelde.cu
25 de Febrero del 2017 21:27:11 CDT

En La Habana de los años 50 el restaurante Frascati, en Prado 357
entre Neptuno y Virtudes, tenía fama de ser la mejor casa de cocina
italiana en Cuba. Otros ristorantes o pizzerías aparecen consignados
en el directorio telefónico de 1958: Montecatini, en 15 esquina a J,
en el Vedado; Sorrento, en Calzada y 20, también en el Vedado, se
hacía anunciar como el «superrestaurante capaz de hacer de cada plato
una especialidad», y La Piccola Italia, con dos establecimientos, uno
en Consulado 221 y otro en L entre 15 y 17, donde después estuvo el
Pío-Pío. No digo que sean todos. Doña Rosina, en I casi esquina a
Calzada, es de un poco más acá. Ya por entonces eran muy populares las
pizzetas del Ten Cents de Galiano y San Rafael; una pizza elaborada
ante los ojos del cliente que se cortaba en varias partes y se
expendía por porciones. Se ingería de pie o mientras se caminaba y
resultaba ideal para aquellos a los que la falta de tiempo impedía
esperar por un plato más demorado.
El escribidor, con estas referencias, da respuesta a la inquietud de
Eduardo Castillero, interesado en saber, para ganar una discusión o
perderla, si las pizzerías y sobre todo las pizzas se conocieron en
Cuba antes de 1959.
Se conocieron evidentemente. Nada que ver sin embargo con lo que
vendría ya en los años 60. Es entonces que la cocina italiana se
populariza en toda la Isla y las pizzerías llegan hasta los rincones
más apartados. La pasta de trigo, el queso y el tomate, en definitiva,
estaban presentes aquí desde la Colonia.
Cuando en Cuba se habla de cocina italiana se alude sobre todo al
espagueti, el canelón, la lasaña y, desde luego, la pizza. Hablamos,
para hacerlo con exactitud, de una cocina de pastas, que es la del sur
de la península. Eso es solo una parte de la cocina italiana. Es en
verdad una cocina riquísima que acusa por regiones rasgos que la
distinguen y diferencian. Es tan variada, se dice, que si un
restaurante se propusiera «estrenar» un plato italiano a la semana,
tardaría años en agotar el recetario. Es en el sur donde, a fines del
siglo XIX surge la pizza; «invento» que se internacionaliza tras el
fin de la II Guerra Mundial y se convierte en plato estelar de la
cocina rápida.
En aquellos ya lejanos años 60, una cafetería como La Central de
Lawton, en la esquina de Porvenir y Dolores, pasa a ser la pizzería La
Romana, la heladería de 23 e I será Buona Sera, Las Delicias de
Medina, en L y 19, será Vita Nuova, y uno de los restaurantes de 23 y
12, cerca del Icaic, recibirá el nombre inevitable de Cinecittá. No
todo es armonía. Surgen pizzerías que adoptaron o mantuvieron los
nombres inconcebibles de Kasalta, Cujae, Viñales y Lisboa, mientras
que el café Europa, en la calle Obispo, famoso en otros tiempos por su
repostería, pasa a ser la pizzería Europa, con un reservado
espléndido.
La pizza adquirió entonces en Cuba no solo categoría de plato insignia
de las comidas rápidas, sino que se cubanizó tanto que es ya casi tan
nuestra como el congrí, los tachinos, el macho en púa y el bisté en
cazuela.
Aludo, desde luego, a una pizza adaptada al paladar y a la
idiosincrasia del cubano. Con menos diámetro que la italiana, pero más
gruesa; menos crujiente y sí más esponjosa, más suave. Los condimentos
y el queso son diferentes en una y en otra. No tiene el cubano
promedio el hábito de ingerir una pizza condimentada con orégano y
albahaca, que son esenciales en la pizza Margarita, y con el queso
amarillo le da el «toque» a la pasta. Es un plato que se expende
incluso en Miami bajo el rubro de pizza cubana.
Durante el siglo XIX comienza a conocerse en Cuba la cocina italiana;
era entonces la exquisitez de la burguesía criolla. Ya en la primera
mitad del siglo XX deleita a la clase media habanera. Es entre 1940 y
1950 que surgen y cobran fama en La Habana algunos restaurantes de
cocina italiana. Pocos; nada como la explosión de los 60.
Se trataba, por otra parte, de una comida barata, de fácil
elaboración, rápida, y la población la acogió de inmediato: paliaba el
racionamiento impuesto por el bloqueo norteamericano, que empezaba a
hacerse sentir en esos años. Las pizzas y los huevos, también los
chícharos, fueron los platos más socorridos y recurridos de aquellos
días, lo que llevaría a Gabriel García Márquez, Premio Nóbel de
Literatura, a decir que el monumento a la Revolución, de hacerse,
debía ser redondo.
¿Quién que las vivió no recuerda las colas inacabables a las puertas
de una pizzería? Valía la pena aquella fila enorme porque, si se
entraba al establecimiento, se «resolvía» el día con la oferta del
lugar: platos bien hechos y con la dosis justa de queso parmesano
rallado y puré de tomate, porque aún el sector no había aprendido a
«lucharla». Platos baratos, pues tanto la pizza como el espagueti y la
lasaña se expendían, cada uno, a un peso con veinte centavos de
entonces, y la tradicional botella de cerveza importaba ochenta
centavos. Lo malo es que no había repetición posible. Usted como
cliente —no precisa el escribidor si ya para entonces se empleaba el
término de «usuario»; piensa que no— tenía derecho a un espagueti y a
una pizza o a una lasaña, y a una cerveza. Lo mismo sucedía en el
Carmelo, de Calzada, y en La Alborada, del Hotel Nacional, un sándwich
y una cerveza por cabeza, y si querías repetir, debías de hacer de
nuevo una cola que ponía espanto en el ánimo más templado.
Una iglesia con inmunidad
Sobre la iglesia del Espíritu Santo pregunta una lectora de la Víbora,
Eva Moliniert. Quiere saber si es cierto que en determinado momento se
le declaró «iglesia inmune», esto es, un lugar donde un perseguido
podía hallar amparo ante la acción de la justicia o de las
autoridades.
Pregunta además si tal privilegio se extendía a otros templos.
La medida ciertamente existió para el Espíritu Santo, que fue el único
templo habanero que se benefició con tal privilegio. Así lo dispuso
una Bula Papal de 1772 y lo reafirmó Carlos III mediante una Real
Cédula del año siguiente.
Me remito ahora a lo que en torno a esta iglesia, ubicada en la
esquina de Cuba y Acosta, dice el historiador Emilio Roig en el tomo
dos de su obra La Habana: Apuntes históricos.
En 1635 se autorizó a una cofradía de negros la construcción de una
ermita en la esquina mencionada. En 1648, el edificio fue reconstruido
y ampliado y se destinó a parroquia, «la más antigua de La Habana
después de la Parroquial Mayor». Años después, los obispos Gerónimo
Valdés y Pedro Morell de Santa Cruz lo mejoraron. «A pesar de eso y de
otras mejoras posteriores, nada notable hay en su interior ni en su
exterior salvo su vetustez y el hecho de que por muchos años fue su
torre la altura mayor de la ciudad, después de la de San Francisco. En
esta iglesia se bautizaron muchos habaneros ilustres, como el gran
educador don José de la Luz y Caballero».
En 1936 fueron hallados en el interior de esta iglesia los restos del
obispo Gerónimo Valdés, fundador de la Casa de Beneficencia y
Maternidad y que dio su apellido a los niños expósitos, y en 1953 se
descubrió, bajo la nave lateral izquierda, una gran cripta que
guardaba muchísimos restos humanos con diversos objetos: era un
cementerio que existía en el Spíritus Santo como en todas las iglesias
de la época.
La parroquial
Quiere el escribidor dedicar un breve espacio a la Parroquial Mayor.
Es un pedido del lector Eladio O. Farías, de Lawton.
Afirma Manuel Pérez Beato que en La Habana, antes de 1550, los oficios
divinos se celebraban en un bohío emplazado en el terreno que ocuparía
el Palacio del Segundo Cabo. Así ocurrió a lo largo de unas tres
décadas o más, hasta que en noviembre del año mencionado se iniciaba
la construcción de una iglesia de cal y canto. Progresó la obra y en
1554 se decidió solicitar una ayudita al rey para concluirla. Un año
después, sin embargo, el templo quedaba reducido a cenizas. El
corsario francés Jacques de Sores se había apoderado de La Habana y,
al negársele el rescate que exigía, prendió fuego a la población y en
el incendio ardió la iglesia.
Varios años estuvo La Habana sin iglesia, dada la pobreza de su
vecinería. En 1574 se da cuenta de que el alcalde Rojas de Avellaneda
la había terminado empleando para ello el legado de su pariente Juan
de Rojas, uno de los vecinos más ricos de la villa. Se ubicaba la
nueva edificación en el espacio que ocuparía después el Palacio de los
Capitanes Generales.
El obispo Castillo quiso dotarla de una torre, y se inició la
construcción de la sacristía y la tribuna, a lo que contribuyó el rey
con limosna de cal y ladrillo y el trabajo físico de 12 esclavos del
Castillo de la Fuerza. Carecía de libros, retablo y ornamentos. Se
consiguió una campana, pero no les bastó a los habaneros, que querían
tres.
Se colocó el templo bajo la advocación de San Cristóbal, patrón de la
ciudad y su titular. Cuando se construyeron las parroquias del
Espíritu Santo, del Cristo del Buen Viaje y del Santo Ángel Custodio,
tomó el nombre de Parroquial Mayor. Con todo, la iglesia, desprovista
de todo ornato de culto, dice el historiador Antonio J. Valdés, «se
tomaría por una hermosa bodega más adecuada por parroquial del puerto
de carenas que para la última parroquia de La Habana».
El 30 de junio de 1741 explotaba el navío Invencible, surto en el
puerto de La Habana. El siniestro, provocado por un rayo, ocasionó no
pocos destrozos entre los edificios de la ciudad, entre estos la
Parroquial Mayor. Pese a que el templo quedó convertido prácticamente
en una ruina, no por ello se suspendieron allí los oficios religiosos
hasta el 11 de julio de 1772, cuando una Real Cédula dispuso la
demolición del inmueble y su instalación definitiva en la iglesia de
los jesuitas, todavía en construcción en lo que sería la Plaza de la
Catedral. En el sitio ocupado por la Parroquial demolida se
construiría el Palacio de los Capitanes Generales.
De manera provisional, la Parroquial Mayor quedaría instalada en el
oratorio de San Felipe Neri, hasta que el 9 de diciembre de 1777 se
trasladó a la iglesia de los jesuitas, que se transformaría en Santa
Iglesia Catedral en el mismo sitio que ocupa en la plaza que hoy lleva
su nombre.

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Ciro Bianchi Ross
cbianchi@enet.cu
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lunes, 27 de febrero de 2017

DOBLE AGENTE CUBANO REVELA SU IDENTIDAD









Luis Enrique Cepero García, opositor al régimen cubano, cumplía una condena en la prisión Combinado del Este y prefirió inocularse a sí mismo la enfermedad, para librarse de los maltratos a los que estaba siendo sometido en el penal.
Pero Luis Enrique por su estado de salud fue recluido en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri (IPK), en La Habana y por mandato de un médico, su vida terminó abruptamente, un día del año 1995.
“Recuerdo que en el IPK, antes de morir, mi hermano Luis Enrique me dijo que un médico le dijo a otro que él no llegaría a mañana, y así fue, por la tarde entró una enfermera a la sala, él empezó con unos tembleques, y ahí comenzaron a meterle algodones por la nariz, por la boca y el ano. Mi hermano murió y yo me quedé con esa imagen en la cabeza. Entonces hice una cosa que no debí haber hecho nunca, tomar venganza por mi cuenta, me metí en los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) y fingí ser revolucionario para entrar a la Seguridad del Estado y vengarme, desde adentro, por la muerte de mi hermano”, aseguró Cepero García, quien se identifica como un exespía y hoy radica en carretera Santa María del Rosario, km 4 y ½, Cubículo 106, Cambúte, San Miguel del Padrón, municipio ubicado en el este de la capital cubana.
Cuando murió Luis Enrique, William vivía en La Habana Vieja y se dedicaba a comprar y vender antigüedades. Comenzó a fingirse ser un revolucionario. Asegura que con dinero y comprando popularidad, no fue difícil ponerse en el centro de la mira de los servicios secretos cubanos.
“Empecé en los CDR…bueno, tú sabes cómo es el traqueteo ese. En el 2005, se me acercaron oficiales del DTI (Departamento Técnico Investigaciones) queriéndome reclutar; pero yo les dije que si iba a hacer algo por la revolución, tenía que ser grande. Fue entonces cuando conocí a un oficial de nombre Yosbani, un joven de la unidad territorial de la Contra Inteligencia en La Habana Vieja, él fue quien me reclutó”.
Conocí al espía
“A mí todo esto me sorprende. Conocí a William Cepero porque vivía en La Habana Vieja, al doblar de mi casa. Su hermano, el que falleció de VIH, era muy amigo mío. Yo siempre vi a William en distintas actividades opositoras, siempre en la lucha no violenta a favor de los derechos humanos”, asegura Luz María Piloto Romero, opositora cubana que vive exiliada en Miami.
Cepero cuenta que después de varios exámenes e infinidad de reuniones en la oficina de la Dirección Municipal del Carnet de Identidad, le asignaron buscar información sobre personas de la zona que simpatizaran con quienes se oponían al Gobierno.
“Al principio, tenía mucho miedo”-admitió. Por eso de echar p’alante a gente que yo sabía eran inocentes; pero después de unos meses trabajando como espía, comprobé que la información que le daba a cada uno de los oficiales que me atendían, ya la tenían por otros medios y otros agentes que yo desconocía”.
Cepero recuerda que en 2005 lo enviaron a Cambute, en San Miguel del Padrón, donde había una oposición activa. Asegura que ahí pasó a formar parte de los informantes controlados por la Dirección Territorial de la Contra Inteligencia del municipio, y que comenzó a cumplir labor de penetración a la Fundación Cubana de Derechos Humanos, organización opositora que entonces presidía Juan Antonio Bermúdez Toranzo.
“Traté de advertirle a Juan; pero con mucho cuidado. Tenía miedo quemarme y no sabía si él también era o no era otro agente de la Seguridad del Estado, aquí todo está infiltrado”, puntualizó.
Pero el opositor Bermúdez Toranzo, que actualmente reside exiliado en España, asegura que “William salió de la sombra. En ese año 2005, Juan Carlos fue quien me lo presentó”.
Bermúdez Toranzo se refiere a Juan Carlos González Leiva, abogado, invidente, activista y creador de la Fraternidad de Ciegos Independientes de Cuba y la Fundación Cubana de Derechos Humanos.
“William se me acercó ofreciendo ayuda, interesado en mis necesidades, añadió Bermúdez. Su apoyo era económico, era un tipo que manejaba dinero, andaba con antigüedades, joyas y esas cosas. Pero hacía muchas preguntas, él quería estar en todo, nunca estaba en contra de mis decisiones y no es normal estar de acuerdo en todo. Yo nunca creí en él, siempre lo compartimenté porque sospechaba que trabajaba para la Seguridad del Estado”.
Dos años después, Toranzo fue detenido y acusado de cometer delitos contrarrevolucionarios, William abandonó entonces la zona pero regresa en 2009 con una nueva misión: “Juan (Bermúdez Toranzo) estaba preso, su entonces esposa, Neris Castillo, era Dama de Blanco y mi nuevo objetivo era meterme en su vida, acercarme a ella, sacar información sobre las Damas de Blanco, prepararle un chantaje y acostarme con ella… Tú sabes cómo se preparan esas cosas”, comentó.
Testimonio de la espiada
“Él me dijo que había venido a cumplir una tarea; pero que él no tenía valor para eso. Me contó la historia de su hermano. Lo vi intentando ayudar a jóvenes que habían decidido tirarse al mar y a otra gente que ahora mismo no recuerdo. Por eso lo llevé a la entonces Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, a la oficina de Derechos Humanos, para que diera información y allí mismo se decidiera por un bando o por el otro”, describió la ex Dama de Blanco, Neris Castillo Moreno, actual pareja de Cepero García.
“Él ha ayudado a muchas personas. Cuando mi hijo cayó preso, William lo ayudó. Yo misma no he tenido que comer en mi casa, después de estar una semana en un calabozo, y él me ha dicho vamos Luz, te voy a hacer una factura, y lo ha hecho. Espero que todas las personas a las que él un día ayudó, ahora lo ayuden. En realidad, me he quedado sorprendida con la noticia”, apuntó Luz María, la opositora cubana que asegura conocer a Cepero García y hoy vive exiliada en Miami.
Según el testimonio de Cepero García, su trabajo como “doble agente” le valió méritos suficientes entre los cuerpos de inteligencia del régimen al punto que terminaron designándole la “misión de ponerse al frente del Partido Republicano de Cuba y posteriormente, como secretario general del Partido Democrático 30 de Noviembre Frank País, tras la muerte de quien se desempeñaba en el cargo.
Sin embargo, a partir de una nueva misión asignada en noviembre pasado por los oficiales de la seguridad del Estado cubano, donde supuestamente Cepero García ha estado infiltrado estos años, el “doble agente”, como se define a sí mismo, decidió poner al descubierto su verdadera identidad y exponerse a los riesgos que ello implica.
“Temo por mi vida; pero consciente de lo que hago, debo enfrentar lo que venga”. Así concluye su historia.
Mientras, el opositor cubano exiliado en España que conoció de su desempeño en San Miguel del Padrón asegura que la verdadera intención de Cepero García tras esta denuncia es poder salir de Cuba.
“Visa para Estados Unidos, es lo que busca William. Reconoce que es espía, y que está arrepentido, y que ayuda a la oposición. Mira, si William está diciendo eso no lo hace porque él se gobierna ni porque quiere decirlo; lo dice porque alguien lo manda y te aseguro que ese alguien está en la Sección XXI (del G-2)”, concluye, categóricamente, el opositor Juan Antonio Bermúdez Toranzo.