miércoles, 29 de marzo de 2017

NO TOQUEN A VENEZUELA

En Venezuela está desarrollándose ante nuestra mirada el mismo guión chileno que impuso el neoliberalismo mediante un golpe de estado.

Chile siempre se ha presentado como un “milagro económico”. ¿Es una forma de relativizar los crímenes del fascismo implementadas a la luz del día en la década de 1970?  Y también hubo otros responsables menos conocidos en la sombra: los “asesinos financieros” del FMI y sus ideólogos, los Chicago Boys. Pero lo que para unos es un milagro, para otros es una maldición. A finales de marzo, 2 millones de personas han salido a las calles para exigir el fin de las las AFP (el viejo sistema de pensiones heredado de la dictadura de Pinochet).
Como en el caso chileno, la oligarquía importadora venezolana, que importa y monopoliza determinados productos con el fin de sembrar el descontento en la población, puso en marcha un verdadero sabotaje económico. Pero eso ha durado demasiado tiempo, y el pueblo no se ha quedado de brazos cruzados. Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) han demostrado ser una solución creativa y eficaz, frente a las puñaladas traperas de toda clase que atraviesa la Revolución Bolivariana.
Mientras tanto, siempre se presenta a Venezuela como un país sumido en la pobreza, en la que nada
funciona y donde no se encuentra nada que comer. Es el espejo invertido del “milagro chileno”. Qué curioso, porque a diferencia de Chile, Argentina o Brasil, en Venezuela la mayoria del pueblo apoya al gobierno, como lo muestran las encuestas.
Como siempre, la realidad es mucho más compleja. No tengamos la memoria corta. Después de la desaparición física de Chávez, la derecha mostró qué camino iba a andar : el no desconocimiento de los resultados de las elecciones de 2013, el llamado a derrocar al gobierno por la violencia (Operación La Salida), la campaña de amnistía al verdugo Leopoldo Lopez y, más recientemente, el llamado a la destitución del presidente Maduro.
Sus declaraciones estruendosas ya son incontables. La última “hazaña” de la oposición venezolana
ha sido apelar a la intervención extranjera para poner fin a la Revolución. Pretende que
la Carta Democrática de la OEA ( “Organización de los Estados Americanos” con sede en Washington) tendría un “valor superior” que la Constitución Bolivariana de 1999. Sin embargo, eso equivale a transformar a Venezuela en un protectorado, una semi-colonia del imperialismo de Estados Unidos. Las máscaras han caído. Ese proyecto es el de una derecha fascista. Una traición que debe ser denunciada.
La derecha latinoamericana está tratando de revivir el pasado neoliberal. Para hacer frente a la opresión y las amenazas de la oligarquía, hay que estudiar el pasado reciente y encontrar la inspiración para las nuevas batallas que hay que librar. La resistencia de los pueblos de Nuestra América tiene una explicación: sienten el orgullo de haber recuperado la soberanía con el “No al ALCA” de Chávez. Por ello, la confianza y el optimismo en la capacidad de los pueblos a decidir su futuro por sí mismos serán cada vez más difíciles de detener. En palabras del Che, “a partir de ahora, la historia tendrá que contar con los pobres, los explotados y vilipendiados de América Latina (…) Es una ola que no se va a parar”.

Fuente : Le Journal de Notre Amérique
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martes, 28 de marzo de 2017

!A MUERTO VLADIMIR RAMIREZ !

DE PEDRO FRAGA , 

! Ha muerto Vladimir Ramirez!
Nuestra cultura, nos impone preguntar ¿Cómo? ¿Dónde? ¿De qué?
Esas preguntas, son vicios de nuestra cultura, que no aplican con respecto a la muerte.
La muerte, es un acto absoluto, no tiene circunstancia ni tamaño.
El frio no existe, es simplemente la ausencia de calor, la muerte tampoco, es la ausencia de vida, al menos tal cual la conocemos. Lo que nos duele, no es la muerte de quien queremos, sino la interrupción de su trayecto.
Tal vez lo que nos duela, es su ausencia, porque no hemos aprendido a sentir la presencia de la trascendencia, o de la muerte. Porque a lo mejor, nadie sabe, la muerte es trascendente. No podemos asimilar a plenitud este fabuloso misterio de estar vivos, menos podemos ni siquiera sospechar el fenómeno de morir.
¡Ha muerto Vladimir Ramírez!
Hay virtudes o cualidades tan invasivas, que toda una vida, se identifica por ellas. Rocky Marciano fue un boxeador, no fue nunca derrotado. Si suponemos, exagerando,  que tuvo doscientas peleas, y que cada una duro tres horas, fueron exactamente seiscientas horas (solo 25 días) de su vida las que pasó peleando. Sin embargo, vivió 46 años, a pesar de ello, para nosotros, su vida, fue solo un resumen de veinticinco días.
No pecará por mentir, quien asevere que Vladimir Ramírez se connotó por su inteligencia. Se connotó por ello, y por la aplicación que hizo de esa inteligencia, en dos segmentos vitales de la vida:
Vladimir fue un terapeuta psicoanalítico, especializado en análisis directo, que permitía rescatar a pacientes de la sicosis, mediante largos tratamientos. Una buena parte del tiempo, ejerció su práctica, acompañado por otros terapeutas a los que lideró y formó teóricamente, en la prisión de Isla de Pinos, y en otras prisiones, procurando alivio a compañeros, que sin esa ayuda, no hubieren podido sobrevivir no  a la prisión, sino tan siquiera a la vida.
Abordar el otro segmento donde Vladimir hizo aportes vitales con su inteligencia, exige una previa definición, desde diferentes perspectivas,  de lo que fue la prisión de Isla de Pinos.
A simple vista, la prisión de Isla de Pinos, representa un núcleo de unos diez mil hombres,  concentrados en muy reducido espacio en construcciones circulares, sometidas continuamente a torturas y represiones, ejecutadas por un grupo de tarados, al servicio de todos los miembros y simpatizantes del partido comunista cubano, en el periodo comprendido entre 1959 y 1967.
El párrafo anterior, define lo que pudiere ser, una descripción visual de dicha prisión. Pero como hablamos en última instancias de cosas humanas, es obligatorio detallar que propósitos tenían los seres humanos albergados en esas facilidades carcelarias,  para justificar ser  torturados.
Hay una opinión universal, de que la prisión de Isla de Pinos, era un bastión anticomunista, lo cual era cierto, y no hay nada malo en ello. Los comunistas, en cualquiera de las versiones que se nos presenten, hay que enfrentarlos. Son ellos, simples heraldos de la miseria, la violencia, y la tortura.
El comunista no es un ser humano investido de una ideología, es un perfil psicológico dañado. El primitivismo de nuestra cultura, nos hace definir la pertenencia o militancia en nuestra especie, a través del DNA biológico. No obstante, aunque la falta de desarrollo espiritual y técnico, nos impide hacerlo, debería existir una definición excluyente, que eliminara como componentes de la especie, a grupos que no tuvieren un mínimo de aprecio y amor por el prójimo. Lo anterior, suena horrible, pero suena aun peor, los sesenta millones de muerto que se les atribuye, en las prácticas de represiones masivas en el periodo del 1918 al 1954. Mientras que hemos hecho todo lo posible por evitar el retorno de los campos de concentración nazis, no hemos realizado ningún esfuerzo en evitar el retorno de los gulags. Debemos reconocer en honor a la verdad, que los comunistas no solo asesinan a sus enemigos, sino que organizan ocasionalmente razias internas, asesinando a millares de sus compañeros, sin embargo, a pesar de que es una costumbre que todavía aplauden, en la práctica la han ido abandonando.
La prisión de Isla de Pinos, era con estrechez conceptual, anticomunista, ese anticomunismo lo justificaban y alimentaban, las hordas represivas de la guarnición, que lo recorrían continuamente, en permanente quehacer sanguinario.
Hoy, unos por ignorancia, y otros por remordimientos, vienen, con humildad no genuina, a justificar aquel pasado, esgrimiendo, no interpretaciones de la realidad pasada, sino batiendo las ingenuas ilusiones que les inculcaron, cuando se creyeron abanderados de la justicia. ¡Infelices ladronzuelos!
Los que promocionaron la mentira, no tienen otra manera de renacer en la verdad, sino reconociendo y denunciando su responsabilidad con la mentira pasada. Siendo  expertos en la autocrítica, deberían practicarla.
Los cosos comunistas, (y el comunismo es simplemente una modalidad de despreciar al ser humano) son incapaces de asociar: a Lenin, como la causa de Stalin, y a Chávez, como la causa de Maduro, (le pido excusa a los dos primeros por la comparación). Existen  miríadas de libros que hoy nadie lee, tratando de disociar a los dos primeros.
Si bien todo lo anterior es cierto, también lo es que una cantidad imprecisa de presos en la prisión de Isla de Pinos, se percataron que el problema que enfrentaban era mucho más agudo y complejo, que el que representaba los esbirros que los rodeaban, y el loco hipnotista de morones, que en cuanto se subía a una tribuna, hacia caer en trance a una inmensa cantidad de cubanos, dispersos por las explanadas de las plazas donde se realizaban los discursos, rodeados a su vez, por otra multitud no  menos numerosa, que presenciaban atónitos aquella estupidez, a la que habían asistido, por no perder el empleo, o evitar buscarse problemas con la seguridad.
Así, entre los discursos de un psicópata, una masa de morones en trance, y otra masa de gente asustada, se trazaba el destino de la nación cubana, y miríadas de cubanos en su mayor parte estupefactos, salían en gloriosos contingentes a aterrorizar al resto del mundo, batiendo tambores y anunciando la liberación del proletariado. Otras cosas no, pero locura e ilusiones estúpidas, sobraban en la isla. Y además, tienen categoría de permanentes, porque van languideciendo, pero todavía entonan, con cierto éxito,  el mismo canto que ya nadie cree. Lo que queda, es la represión, el miedo, y una complicidad mediocre, de una minoría perversa y malvada, asida, por un abrazo traidor, al capitalismo retrogrado de los Rockefellers, los Soros y sus asalariados operativos: los  demócratas. 
Mientras lo anterior ocurría hace casi sesenta años en la isla grande, en la prisión de Isla de Pinos, diez mil hombres, acosados por un enjambre de esbirros, se enfrentaban sin saberlo, en un combate a muerte e infinito, por evitar la desaparición de la verdad, en el escenario de la Nación cubana.
Lo que da merito a la hazaña, es que siempre hubo puertas abiertas para abandonar la trinchera. El gobierno permitía el  reingreso a la sociedad, a los que aceptaran como buena, o al menos invencible, a la locura que se había apoderado del país.
Los presos, lucharon, aislados, con el exclusivo apoyo de un exilio que braceaba por su propia existencia, que era a su vez, acosado en su retaguardia, por un capitalismo totalitario que se identificaba con los tiranos de la isla, que despuntaba ya disimuladamente, bajo los auspicios de los Rockefellers. El exilio, no identificó al enemigo solapado. Solo sintió sus mordidas.
En medio de ese escenario, diferentes grupos de hombres, se plantearon la lucha en su total complejidad.  Lo hicieron, no como ejercicio intelectual, ni como mera actividad subversiva de trinchera, sino como ambas.
Tuve la honra de compartir militancia ideológica con un pequeño grupo de hombres, que tuvo, por mentor teórico, a Vladimir Ramírez.
Cuanto acontece hoy, lo supimos ayer, lo que decimos hoy, es una repetición de lo venimos diciendo hace cuarenta años. Lo saben, aun los que no nos entendieron en aquel entonces, y que por no haber sabido identificar a sus enemigos todos, pensaban que nos enfrentábamos a sus aliados.
Tuvimos dos publicaciones escritas a mano en la prisión, una se llamaba “De Pie”, y la otra “VIR” (Vanguardia Ideológica Revolucionaria”
Y sí, si éramos una vanguardia ideológica revolucionaria. Nuestro enemigo era el Poder, y dentro del Poder, el comunismo era, no el más poderoso, pero si  una de sus enfermizos componentes. Y el capitalismo tenía un estrato, que resultaba absolutamente coincidente con los partidos comunistas.
El marxismo, era una teoría de poder,  errada, bajo la crítica de nuestra teoría: “Teoría General de las Necesidades”. El concepto de clases, se asfixiaba por sí misma, analizado bajo la perspectiva de una doctrina humanista y libertaria. El estado se naturalizaba sin desaparecer, con las exclusivas funciones de: organizar, normar, regular, las estructuras relacionales de la sociedad.
La Teoría General de las Necesidades, fue creación exclusiva de Vladimir Ramírez, acompañándolo fraternalmente en la tarea, otro prisionero, que lleva el mismo nombre que el Apóstol,   José Martí.
La teoría, recogía el aporte hecho por todas las teorías estructuralistas existentes hasta los años cincuenta, incluía también aportes orteguianos, lo cual, permitía: otorgar rango y categoría de existencia a las relaciones, y los conceptos, lo cual a su vez, autorizaba a reconocer y operar dinámica y conceptualmente con las estructuras sociales, al categorizarlas, según el caso, como relacionales, (las sociales) y como conceptuales, (el estado).
El ser humano se le concebía como perfectible, y su libertad, estaba marcada por un individualismo determinado por el concepto freudiano del inconsciente el cual, pesaba de manera determinante en  la conducta. El inconsciente, estaba incorporado al concepto del yo. Las estructuras relacionales sociales, tenían como función, friccionar con el inconsciente para debilitarlo y liberar al individuo.
El descubrimiento de que las estructuras evolucionaban a un ritmo más rápido que las teorías, y que las masas, eran más proclive a seguir y obedecer a quienes las manipulan, que a quienes tenían intención de ilustrarlas,  tuvo consecuencias nefastas para un grupo, que había consumido dieciséis años en la prisión, agobiados por las faenas teóricas, la docencia revolucionaria, y los esbirros del sistema que parecían entretenerse matando y maltratando presos. A pesar de lo magno de la tarea que nos habíamos impuesto, el instinto de supervivencia, nos imponía a veces, prestarle atención, al entorno que el sistema comunista, había convertido en sanguinario.
Hoy, al parecer, Marx tenía razón, y las clases existen, pero no están conformadas por proletarios y capitalistas, sino por malvados, cándidos e imbéciles. Y lo peor, todos ellos se creen genios.
Valga decir, que de no haber conocido a Vladimir Ramírez, no es que no hubiere sido incapaz de denunciar lo que continuamente denuncio, sino que ni siquiera, hubiere sido capaz de ver lo que denuncio.
La poesía en Vladimir Ramírez, era el menor de sus tonos, sin embargo, su capacidad teórica se agrandaba, por un dominio semántico absoluto del idioma, que le permitía, cuando incursionaba en la poesía, resultados que a mí me parecen soberbios, va aquí, un poema dedicado a Sofía, la esposa de Martí, el cual, lo acompañó durante toda la aventura de creación teórica.



A  Sofía
hermana

           VI
Cuando nació la voz
Se iluminó la cueva.
El hielo se hizo río.
La tundra fue pradera.
Un animal sin nombre
se hizo señor del mundo.
Cortó una flor…
para besarla
y así inauguró
la primavera.
Yo me abrazo
a la voz..
A la voz
que hecha palabra
le dio nombre a la estrella
-qué fiebre bautismal
qué garra de sonidos
jazmines , violetas,
luceros, latidos-
Todo un universo
en la cuna del beso.
El labio fue el umbral
de la sonrisa.
Y en la garra del diente
y en el filo del beso
anidó la palabra
que es mordisco
y caricia.
Yo me abrazo
a la risa
a la carne y al labio
a la voz y la espera
al trino y a la flor
a la oscura raíz
y a la pluma que vuela.
Yo abrazo la palabra
que me hizo dios y mundo,
la buena palabra
que fue semilla y fruto,
la que hizo arado
al hierro
y calentó la piedra
para entibiar las noches
de primigenia espera.
Yo abrazo la palabra
Que fue rumor y rezo
Admonición y sueño,
que consagró el amor
cuando los labios fueron
las fronteras de un beso.
Yo abrazo la palabra
porque es carne
hecha sueños,
porque me puso alas,
me hizo dueño del fuego
-con él vencí las sombras
y me libré del miedo-
Con la buena palabra
pude ordenar el mundo,
los días y las selvas
los sueños y el futuro;
por ella amé la luz
y miré al cielo
y empecé a crecer
para nacer de nuevo.

¡Ha muerto Vladimir Ramírez!
Yo me siento orgulloso de haber sido su amigo y su discípulo.







ALMAGRO "ENTIERRA A LA OEA"

REPLICA DE MAX LESNIK MARTES 28 DE MARZO 2017 
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Almagro “entierra” a la OEA


http://radio-miami.org/wp-content/uploads/2017/03/image_1.jpeg
Primero una noticia que es buena y mala a la vez. La mala es para  los  enemigos de  El  Duende y míos. Y la buena es para  los amigos. El resultado  de  la visita a mi medico en el día  de ayer no podía ser mejor.  El Duende  y  yo estamos “de campana”, con una salud  de cañón por lo que la tumba fría tendrá que esperar largo  rato para recibirnos permanentemente en su seno.
Lo de Almagro el Secretario General de la Organización de Estados Americanos sí que es grave de verdad.  A eso  no lo salva ni el  “médico chino” porque lo que está haciendo con la OEA es cavando la sepultura de ese  obsoleto organismo regional al cual ha llevado a una encrucijada no tiene marcha atrás.
En su empeño por ganarse la atención del  gobierno del Presidente Donald Trump y que le mantengan a la OEA  el apoyo económico  de  Washington-  y su suelazo  por  supuesto- ha llevado hasta exigir la  expulsión   de  Venezuela de ese organismo regional en caso de que el  Presidente Maduro  no  se doblegue  a sus exigencias intervencionistas, algo  que  está  por demás  decir que no hará  el gobierno bolivariano.
A  todas estas sale al rescate de Almagro el Senador  Republicano de La Florida  Marco Rubio exigiendo a los  gobiernos  de Haití, El  Salvador y República  Dominicana que se  sumen a la propuesta intervencionista  del  Secretario  de la  OEA so pena de que el gobierno  de  Washington castigue a esos países con una drástica  reducción  de la asistencia  económica  norteamericana.  Si eso no es chantaje que venga Dios  y lo vea.
Así las cosas habría que preguntarse que pasará con la  OEA si el señor  Almagro se sale con la suya  y  es separada Venezuela  de ese organismo  regional.  Si  Cuba  no está en la OEA desde hace  rato  y ahora   también sale  de  ella  Venezuela ¿Podrá  seguir existiendo la OEA?
El  señor  Almagro a final de cuentas hará el gran  papel  de enterrador  de la comarca. Cuando un cadáver  putrefacto apesta hay que enterrarlo.  El  muerto se llama OEA. ¡Manos  a la  obra  señor Almagro!  Que para luego es tarde.
Les habló para   Replica  de Radio-Miami su director Max Lesnik.

domingo, 26 de marzo de 2017

OTRO DOMINGO EN MIRAMAR

Otro domingo en Miramar
Ciro Bianchi Ross • digital@juventudrebelde.cu
25 de Marzo del 2017 22:17:58 CDT

Dos observaciones muy atinadas hace el arquitecto Mario Coyula con
relación a Miramar. En una, que tiene que ver con la Quinta Avenida,
dice que el carácter de esa vía no es homogéneo «como engañosamente
pudiera sugerir la continuidad visual del paseo central arbolado, sino
que cambia en diferentes trechos según la tipología arquitectónica, el
programa funcional y la época de construcción». La otra observación se
refiere al reparto aludido. «Miramar es posiblemente el barrio de La
Habana que más veces ha cambiado en los últimos 40 años», puntualiza
Coyula.
Este domingo, tal como lo anunció la pasada semana, el escribidor
vuelve a esa zona capitalina que se extiende, más allá del río
Almendares, al oeste de La Habana. Apoya su paseo, como la semana
anterior, en el libro Centenario de Miramar, reparto habanero, que
acaba de aparecer bajo el sello de Ediciones Boloña, de la Oficina del
Historiador de la Ciudad, y que, coordinado por Rita María Hernández y
Alina Ochoa, y prólogo de José Linares, reúne textos de Felicia
Chateloin, Félix Julio Alfonso y Patricia Zornoza, Mario Coyula y
Severino Rodríguez. Obra que, por las fotos que reproduce y las cien
plumillas acometidas con mano maestra por el artista Evelio Toledo, es
también válido como objeto y asegura el deleite de quien lo hojea.

Forma de legitimarse
Se ha repetido mucho la negativa que, por el color de su piel, recibió
el senador Alfredo Hornedo, propietario del Mercado Único de La Habana
y de los periódicos Excélsior, El Crisol y El País, entre otros
negocios de peso, en su pretensión de ser admitido como socio en el
muy exclusivo Habana Yacht Club, actual círculo social Julio Antonio
Mella. Igual suerte, y por el mismo motivo, correría Fulgencio Batista
en la misma sociedad: se le negó la entrada por su piel oscura, no por
su historia represiva. Hornedo, en venganza, construyó su propio
balneario, el Casino Deportivo, hoy círculo social Cristino Naranjo,
donde tampoco se permitió la entrada a negros ni mulatos. A Batista lo
admitió el Havana Biltmore Yacht and Country Club, actual Club Habana,
y el dictador, agradecido, obsequió al club una gigantesca marina que
valía más que todas las propiedades del Biltmore juntas.
También en esas sociedades se discriminaba a las mujeres, aseguran
Félix Julio Alfonso y Patricia Zornoza en Cultura del ocio, uno de los
dos ensayos que aportaron para el libro. «Existieron segregaciones de
género dentro del club; solo se resaltaba el papel de los hombres, en
detrimento del lugar que correspondía a las mujeres», escriben. «Las
mujeres podían concurrir a la casa-club principal en los horarios
establecidos por la directiva. Carecían además de identificación
propia, por lo que se acogían a la del esposo, padre, hermano o hijo.
A partir de la década de los 20… la idea de que el club constituía un
centro de interacción familiar abrió nuevos espacios y posibilidades a
las féminas».
El Habana Yacht Club, reducto principal del patriciado criollo, fue
fundado en 1886. En 1925 inauguró una nueva sede, obra del arquitecto
Rafael Goyeneche. El Biltmore data de 1928 y se reconstruyó en 1999.
La Concha (actual Braulio Coroneaux), o lo que queda de ella luego de
la depredación despiadada y sistemática a que fue sometido, es de
1929, cuando fue reedificado tras haber sido arrasado por el ciclón de
1926. El Círculo Militar y Naval (círculo social Gerardo Abreu Fontán)
se edificó después de 1952. El Vedado Tennis (José Antonio Echeverría)
es de fines del siglo XIX o comienzos del XX. El Náutico (Félix
Elmuza) es de 1937, aunque se reconstruyó después.
Se detienen Félix Julio y Patricia en el Miramar Yacht Club (primero,
Círculo Social Patricio Lumumba; hoy Casa Central de las FAR). Setenta
y dos futuros socios acordaron su fundación el 10 de diciembre de 1926
y eligieron a Miguel Mariano Gómez, entonces alcalde de La Habana,
para presidir su mesa directiva. Fue él quien colocó la primera piedra
del edificio —ceremonia en la que participó asimismo el presidente
Machado— e izó la bandera del club el 12 de febrero de 1927. La
inauguración, en el espacio en que la calle 92 se interna en el mar
—la llamada caleta de la leña— tendría lugar el 23 de diciembre del
mismo año con un baile que fue un sonado acontecimiento social. Era un
palacete de madera que a comienzos de los años 50 fue sustituido, en
el mismo sitio, por el edificio actual.
En sus inicios se propuso ser un nuevo club náutico «modesto y
sencillo», concebido para las clases medias y profesionales,
«equilibrio o punto medio entre el Habana Yacht Club y el Vedado
Tennis». En 1929 sus propiedades y activos eran muy inferiores a los
del Vedado Tennis. En la década de 1950, sin embargo, el monto de sus
propiedades se equiparaba a las de esa sociedad y eran superiores a
las declaradas por el Habana Yacht Club tres años antes.
El club era una forma de legitimarse dentro de la sociedad, escriben
los autores citados. Su membresía era un grupo selecto y exclusivo.
Los asociados se subdividían por categorías y cada una de estas
trataba de captar, con la mayor amplitud posible, a los sectores
sociales para los que estaba concebida la asociación. Este criterio
respondía a una política de flexibilidad manifiesta también en la
admisión a partir de la década de los 20 de nuevas categorías de
socios con cuotas más bajas, dada la necesidad de aceptar a quienes
aportaran al club capitales simbólicos o culturales. Podían ser
intelectuales, profesionales de alto nivel, atletas de renombre o
figuras públicas en general, quienes por su posición destacada
enaltecían las listas de socios. Añaden Félix Julio Alfonso y Patricia
Zornoza que en ocasiones había personas asociadas a más de un club,
aunque todos proveían los mismos renglones de esparcimiento. «El
exclusivismo, como política, permitía visualizar a los asociados como
portadores de los valores paradigmáticos de la sociedad y, a su vez,
la imagen de los asociados se convertía en poderoso factor de
atracción para ganar estimación entre los sectores que no podían ser
incluidos».
Papel significativo tenían los clubes del oeste de La Habana en la
práctica de determinados deportes. Era otra propuesta para emplear las
horas de ocio, que garantizaban esas sociedades. Auspiciaban estas
entrenamientos y competencias en natación, remos, clavados, yatismo,
bolos, béisbol, softbol, fútbol colegial americano… Siempre en la
línea amateurs o de aficionados, se enfrentaban también a clubes de
otros países. Los más destacados por su constancia y resultados eran
Habana Yacht Club, Biltmore, Miramar, Casino Español y Vedado Tennis.
Eran los llamados Big Five; los cinco grandes, que fueron seis —Big
Six— cuando, con el tiempo, se sumó el Club de Profesionales.

Frente al espejo
Se pregunta el arquitecto Coyula en las páginas que escribió para este
libro por qué y cómo cambió Miramar a lo largo de las últimas cuatro
décadas. Dice:
«Al quedar prácticamente vacío por la salida en masa de la burguesía,
muchas mansiones fueron adaptadas como escuelas y albergues para
estudiantes de todo el país, becados por el Gobierno revolucionario, y
la Quinta Avenida conoció un nuevo paisaje con niños uniformados
marchando por su paseo central. En la medida en que se fueron
construyendo escuelas, esas casas se vaciaron nuevamente. Se reforzó
el uso de las casas más importantes para embajadas y residencias
diplomáticas; otras fueron dedicadas a viviendas para técnicos
extranjeros; y muchas se fueron adaptando, más o menos adecuadamente,
para oficinas estatales y centros de investigación científica. Pero,
al mismo tiempo, los apartamentos y casas menos lujosas se entregaron
a cubanos, dentro de un estricto control, por la administración de
Zona Congelada».
Las medidas que se tomaron para atenuar el impacto del llamado Período
Especial, añade Coyula, incidieron sobre el territorio del municipio
de Playa y especialmente sobre Miramar. «La apertura del turismo y la
inversión extranjera se reflejó allí de inmediato», dice, y anota
enseguida que en eso resultaron decisivas la buena imagen heredada, la
disponibilidad de edificaciones de calidad vacías y relativamente
nuevas, las buenas vías de acceso, la calidad ambiental, la existencia
de una marina y la baja congestión poblacional.
Como elemento negativo Coyula señala que todo el terreno del antiguo
Monte Barreto, poblado hasta los años 70 por mangostas y cabras, fue
asignado a un solo uso, el hotelero, sin dividirlo con una parcelación
apropiada. Se malgastó así un suelo muy valioso, lo que atentó contra
los intereses de los mismos inversionistas. Dice en su ensayo Playa
frente al espejo, incluido en el libro que venimos glosando: «La
lección que ofrecen la propia Quinta Avenida y tantos otros ejemplos
antológicos en la capital, no fue aprendida: un espacio público
jerarquizado no es un gasto inútil de terreno, sino una inversión que
se paga con creces al subir el valor del suelo circundante».
Habla Coyula de lo beneficioso que resultaría para la zona un malecón
que siga por el río Almendares desde La Puntilla hasta el puente de la
calle 23. Sería un proyecto de recalificación de ambas riberas y
contemplaría la salida hacia el mar del Parque Metropolitano. Las
márgenes del río se despejarían así de casuchas, almacenes y talleres
que impiden el acceso público al borde del agua y cierran las
visuales, mientras que en la ribera este continuaría el malecón por el
borde del río; nueva fachada de El Vedado hacia el Almendares.
Otro proyecto importantísimo a nivel de ciudad sería el redesarrollo
del antiguo aeropuerto militar de Columbia (Ciudad Libertad), lo que
podría vincular al municipio de Playa con la zona de los hospitales,
el obelisco Finlay y el núcleo histórico de Marianao siguiendo hasta
el aeropuerto internacional. Proyecto que permitiría superar la
ruptura urbanística que la Ciudad Militar, con su aeropuerto,
introdujo entre las tramas de los repartos Playa, Querejeta,
Buenavista y Cubanacán, junto con los barrios marginales de Romerillo,
Cocosolo y Zamora y terminar por abrirse al mar eliminando los
asentamientos precarios entre la playa, el aeropuerto y las escuelas
de arte.
Un grave problema advierte el arquitecto en el territorio de ese
reparto habanero con la extensión de la cultura de la barbacoa calzada
con la moneda dura, lo que se traduce en la indisciplina urbanística
presente tanto en obras estatales como privadas y que restan atractivo
a la zona: colocación desordenada de anuncios y letreros, la pintura
en colores arbitrarios y chocantes, cercados con diseños, materiales y
altura no convenientes… Gente y entidades con dinero, pero también con
mal gusto que intentan vivir al margen de toda norma.
Hasta aquí este paseo dominical por Miramar, reparto habanero que
cumplió ya cien años, sin duda una de las zonas más agradables y
acogedoras de la capital cubana y soporte de un repertorio de bienes
inmuebles digno de admiración. El escribidor no quiere terminar esta
página sin resaltar el papel de la Casa de las Tejas Verdes, Centro
Promotor de la Arquitectura, el Urbanismo y el Diseño Interior, en la
realización de un libro que es una verdadera joya.

-- 
Ciro Bianchi Ross
cbianchi@enet.cu
http://wwwcirobianchi.blogia.com/
http://cbianchiross.blogia.com/

CUANDO CULMINABA EL MES DE MAYO DEL 2016, DE NUEVO MIS RECUERDOS DE SIEMPRE Y LO QUE NO PODÍA ENTENDER NI ACEPTAR. DE LO QUE HE VISTO, DE LO QUE HE VIVIDO, DE LO QUE PIENSO Y CREO.



CUANDO CULMINABA EL MES DE  MAYO DEL 2016, DE NUEVO MIS RECUERDOS DE SIEMPRE Y LO QUE NO PODÍA ENTENDER NI ACEPTAR.
DE LO QUE HE VISTO, DE LO QUE HE VIVIDO, DE LO QUE PIENSO Y CREO.
Por Félix Sautié Mederos.
Ya estoy culminando mi testimonio en relación a lo  que fundamentalmente había vivido en el 5to mes del 2016 con las esperanzas y los anhelos que para entonces me había forjado desde el Restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos y la nueva etapa de perfeccionamiento del sistema encaminada a cambiar todo lo que debía ser cambiado, conforme a la definición de lo que es Revolución planteada por Fidel, devenida en su legado histórico conceptual. .
En estas circunstancias y coyunturas, debo decir que cada vez que me asomo o arribo en el calendario al mes de mayo, me asaltan los recuerdos felices, del  mayo florido de los años 40 y 50 del Siglo pasado, en el  que en mi época de la niñez y de la juventud, le cantaba a la Madre de Dios en mi Colegio de los Hermanos Maristas de la Víbora en mi Habana natal, recuerdo pues algunas hermosas estrofas que decían:
Salve mayo  florido,
salve mes sin igual,
para honrar escogido,
a la Virgen sin par….

Eran canciones de mucha belleza espiritual que nos llenaban de fervor y fe en un futuro que se nos no presentaba muy promisorio  entonces. Todo ello  en la ingenuidad de nuestras mentes infantiles y juveniles. Nunca las he podido olvidar, tampoco aquellas de los momentos difíciles como la que decía:
Madre mía, que estás en los cielos,
envía el consuelo a mi corazón,
cuando triste llorando  te llame,
tu mano reclame, feliz bendición…

Realmente fue una época hermosa de profunda formación ética y espiritual que ha quedado grabada en mi Ser Interior para siempre; pero ahora cuando la recuerdo en la profundidad del tiempo transcurrido desde entonces, comprendo que si bien resultó aquella etapa ser espiritualmente muy intensa, en lo temporal en cambio resultó ser fugaz porque muy pronto las adversidades de la vida me sacaron de aquella hermosa torre de marfil en que nos encontrábamos entonces los alumnos de aquel recordado plantel colegial ubicado en la manzana “viboreña” enmarcada por  las calles José Antonio Saco; José de la Luz Caballero, Vista Alegre y San Mariano.

Quizás los años y los achaques de la edad, puedan haber borrado en  mi mente algún giro o  alguna expresión, pero en el fondo de mi alma en donde habita mi Ser Interior, las guardo y recuerdo muy íntimamente. Quiero confesar que en  muchas ocasiones, me parece escucharlas de nuevo, cantadas por el Coro Colegial y secundada por todos los que asistíamos a los devocionales y misas que se celebraban en la hermosa y amplia capilla colegial, en cuyo altar aparecía una muy bella imagen exenta de gran tamaño de la Inmaculada Concepción de María, inspirada en  algún cuadro de Murillo.

Con los años aquellas hermosas concepciones con que asumíamos en nuestro colegio viboreño los meses de mayo, mientras  que vivíamos  insertados en nuestras respectivas  torres de marfil colegiales, se fueron llenando de encontronazos verdaderos, angustias inesperadas y sufrimientos inherentes a las verdaderas realidades de la vida temporal que  consumimos, por así decirlo,  en el tránsito existencial que tenemos que asumir cuando el tiempo nos saca de la niñez y de la juventud para que tengamos que vivir por nuestra propia cuenta. Por otra parte reconozco que para muchos esa niñez y juventud que describo nunca fueron las realidades que ellos pudieron vivir también  en mi tiempo. Siempre sus verdaderas circunstancias muy personales fueron amargas y angustiosas, tal y como me esperaba a mí más adelante.
Debo decir que para mí en lo personal, entonces se inició el calvario cotidiano que me estaba esperando en aquellos años de felicidad colegial ingenua, con el Golpe de Estado de Fulgencio Batista en 1952 y con la total ruina de mi padre en 1955, así como con  la represión de aquellos aciagos momentos. En aquellas circunstancias mi decisión fue una respuesta  radical, salida de algo que dormía en mi ser interior hasta esos momentos, a aquello que se abalanzaba sobre mi persona. Actué con decisión en aquellos momentos cruciales, lo hice en la medida de mis posibilidades y de  mi salud que nunca han sido muchas. Me uní decididamente a la actividad insurreccional, la que poco a poco fui haciendo más intensa hasta que el Triunfo de enero de 1959 me encontró totalmente  implicado y participando en la Toma del Cuartel de la Guardia Rural en la población de Candelaria en la provincia de Pinar del Río, hacia donde me había tenido que marchar de La  Habana, después de la Huelga del 9 de abril de 1958.
Entonces,  de haber sido un joven místico, profundamente mariano, que aspiraba a convertirse en un fraile dominico en el habanero Convento de  San Juan de Letrán, pasé a ser un Revolucionario consecuente y convencido con todos los avatares que ello conllevaba en la complicada época que vivía. En aquellos dramáticos momentos, mi urna de cristal en la que había estado encerrado durante mi niñez y durante buena parte de mi adolescencia,  se rompió abruptamente y tuve que comenzar a asumir con toda la pasión que me caracteriza las realidades adversas de aquellos momentos. Entre otras cosas comencé a trabajar y de estudiante a tiempo completo pasé a ser un trabajador que pretendía estudiar por las noches en el Instituto de la Víbora, que poco después cerramos definitivamente como parte de una huelga estudiantil contra los crímenes y desmanes del Gobierno dictatorial de Fulgencio Batista. La masacre de un importante grupo de jóvenes dirigentes de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria) conocida como de la calle de “Humboldt “, fue el aldabonazo final sobre mi conciencia que me llevó a convertirme en un revolucionario radical.
Tengo que reconocer que para aquellas transformaciones personales  fueron básicas y decisivas mis convicciones forjadas en torno a Jesús de Nazaret y sus prédicas evangélicas, las que habían sembrado en mi alma unas muy especiales concepciones de lo que es la verdad, la justicia, el amor por los pobres y los desposeídos, que tomaron como base  lo que se plantea en Mateo 25, 31 en adelante, que tantas veces he citado en mis crónicas, artículos e intervenciones.  Confieso que también resultaron decisivas las actividades estudiantiles de la Acción Católica, especialmente las  de catequesis y las acciones de caridad en lo que se denominaba entonces “La beneficencia de San Vicente de Paúl” puestas en práctica  en los barrios más pobres de La Habana como parte esencial de la actividad de la Juventud Estudiantil Católica. La JEC,  en la que llegué a ser un dirigente a nivel nacional en aquellos años a mediados de los cincuenta del Siglo pasado. Me tocó realizarlas en Un barrio marginal habanero denominado  “El Sevillano” así como en otro que se conocía como “La cueva del Humo” que se encontraba por las inmediaciones del Castillo de Atarés. Aquello fue muy definitorio en mis convicciones de que tenía que luchar por la justicia social y la equidad distributiva.
El pasaje del Libro de Los Hechos de los Apóstoles 2,44 devino entonces en un verdadero paradigma a alcanzar para llegar a una verdadera justicia social. Confieso que mi filiación revolucionaria de izquierda y mis concepciones ácratas e incluso comunistas comenzaron  a forjarse en aquella etapa. La estocada fundamental por denominarla de alguna manera fue mi participación insurreccional y revolucionaria las que confieso que me radicalizaron sensiblemente.
Quiero expresar, pues que fue la vida misma, la que me ubicó radicalmente en la realidad que “verdaderamente es” y que tuve que asumir con toda mi energía para poder sobrevivir en un medio tan hostil e injusto, como el de entonces.
Imbuido profundamente  de nuevo en aquellas  concepciones y en aquel curtimiento existencial que regresa insistentemente a mis recuerdos, fue que viví aquellos finales del mes de mayo del año 2016, en los que me encontré, rodeado de un mundo caracterizado por un  momento adverso y cambiante. Traté de explicarme algunas cuestiones básicas que veía a mi alrededor en medio del más de lo mismo de aquella época, que he estado describiendo en los capítulos anteriores y con  fecha lunes 23 de mayo del 2016, publiqué en Por Esto! una crónica titulada “LO QUE NO PUEDO ENTENDER NI ACEPTAR…” que cito a continuación:
“Escribo Crónicas Cubanas con la intención de comunicarme con mis lectores a través de Por Esto! donde actualmente se originan, así como por vía  de otros medios y páginas digitales que me reproducen. Por Esto! las publica puntualmente en virtud de sus conceptos de democracia, libertad de expresión, dignidad, identidad y soberanía, con que lo ha creado y mantenido vigente durante 25 años de existencia, su fundador y Director General el maestro de periodistas Mario Menéndez. Ello es así porque Crónicas Cubanas coinciden con esos altruistas propósitos, de lo cual me regocijo y no me canso de reconocerlo, porque en mi caso en cambio vale perfectamente aquella expresión del Evangelio de que nadie es profeta en su propia tierra (Ver Mateo 13,56 y Juan 4,44); aunque quizás sí pueda llegar a serlo algún día cuando me haya marchado ya para la Casa que no se Acaba a donde todos estamos llamados a ir.
Es mis Crónicas Cubanas utilizo un lenguaje coloquial, tratando de acercarme lo más que me sea posible a los lectores, además lo hago con el estilo del ‘yo teresiano’ que me implica plenamente en lo que afirmo y en lo que expreso, sin quepan dudas de que es mi propio pensamiento no impuesto por otros y mi derecho a opinar. Comienzo con todas estas afirmaciones porque vivimos hoy momentos de inflexión histórica, que quizás en mucho tiempo no se vuelvan a repetir; y quiero testimoniarlos con mi propio talante porque los considero muy decisivos para el presente y el futuro. Muchas veces he reiterado que las campanas están repicando ‘a arrebato’. Llaman  a la conciencia de todos y no deberíamos eludirlas ni como se dice en buen cubano parafraseando el lenguaje del dominó ‘pasarnos con ficha’. No oírlas una vez más, en esta ocasión podría marcar para siempre la diferencia, porque pienso que estamos ya dentro del precipicio del cual nos hablara en un discurso suyo el Presidente Raúl Castro.
En nuestras circunstancias, determinan una diferencia esencial: el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y todo lo que está sucediendo en América Latina (el golpe de estado parlamentario en Brasil, la presidencia de Mauricio Macri en Argentina, la muy compleja situación en Venezuela, el terremoto reciente en Ecuador, los graves problemas de México con  las desapariciones de Ayopzinapa en primer lugar, los periodistas asesinados y otros complicados hechos más). No creo por tanto, que nadie en su sano juicio pudiera atreverse a negar estas circunstancias tan complejas. Son en consecuencia, esas situaciones las que definen los marcos de referencias dentro de los cuales nos estamos desenvolviendo los cubanos hoy.
Ante este orden de acontecimientos, no puedo olvidar que formo parte de las generaciones que desembocamos existencialmente en el Año del Centenario del Apóstol (Nací en julio de 1938) y cuando oigo la reiteración sistemática de ese calificativo existencial como si fuera un mantra que lo abarca y resuelve todo, me estremezco porque comprendo que muchas veces se repite superficialmente, sin entender a cabalidad lo que significó ser joven en esa etapa y rebelarse contra el crimen y la opresión en favor de la paz, la justicia, la democracia y los derechos inalienables de todos los seres humanos. Lamentablemente eso hoy se manipula en muchas ocasiones para el mantenimiento de un estatus quo que ya no se corresponde con el momento histórico, cuando el transcurso del tiempo y el constante ir y venir de las generaciones con sus propios problemas, circunstancias, específicos anhelos e intereses de algunos  con poder para ello los pasan por alto en vez de considerar lo que son: una disyuntiva básica para mantenerse o no en sintonía con el ritmo de la realidad que realmente es y no con la que se nos quiere imponer que sea o que nosotros queremos que fuera. No me refiero a una traba lengua, ojalá que fuera solo eso. Me refiero a lo que estoy percibiendo e incluso experimentando en los personal en estos momentos en La Habana Maravilla, tan abandonada a su suerte. Lo veo en mi barrio, en sus reuniones y por todas partes cuando busco y busco. También lo veo en los que fueron y tratan de ser revolucionarios pero  a la vez devienen conservadores de lo establecido y le niegan  elderecho al pensamiento propio del cual hicimos uso en la lucha a los que han nacido después de nosotros, si como con nosotros se hubiera iniciado  la historia de la vida.
La falta de confianza en quienes nos van sucediendo, es un mal que las izquierdas tenemos que superar especialmente en Cuba, porque nos hacemos incapaces de reproducimos, se estancan nuestras entendederas y nos incomunicamos con el presente y el futuro,  lo cual es causa y se convierte en consecuencia a la vez como si fuera una noria existencial, que tenemos que detener porque su giro marca la vida o la muerte. No puedo entender ni tampoco lo puedo aceptar, que se quieran anular las dinámicas del pensamiento propio, que se metan las cabezas en la tierra para no mirar las realidades que están sucediendo como en nuestro caso bien podrían ser el éxodo en crecimiento, el hastío de la misma población que se moviliza para las marchas patrióticas porque se resiste a no creer en la realidad que verdaderamente es y se aferra a las realidades que queremos que sean, o porque puede aparecer como otra alternativa el neoliberalismo rampante que la propaganda nos los maquilla con sus mejores colores artificiales y que a veces lo tenemos adentro disfrazado.  Todo ello sucede mientras que muchos también con poder suficiente para hacerlo, se afanan en imponernos realidades y consensos que ya fueron pero que hoy requieren como nunca antes del cambio, la renovación y el relevo porque el tiempo es implacable y nadie lo puede detener.
No vamos a resolver nada por muchos debates que se proyecten si realmente no se comprende que estamos en otras épocas y que hay que desarrollar verdaderamente la participación popular  sin cortapisas ni imposiciones contra natura, porque los problemas que aquejan a la población son otros distintos a los que se enfrentaron cuando las generaciones del Centenario, porque muchos de aquellos problemas se han reciclado con otras características derivadas de la realidad que realmente se vive en el momento y además han aparecido nuevas problemáticas antes no conocidas. Entonces como afirma una expresión muy popular cubana ‘estaremos perdidos en el llano’. Esas constituyen imposiciones de realidades que no son, que no las puedo comprender ni aceptar.
Así lo pienso y así lo afirmo en uso de mi derecho a opinar, con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.fsmedederos@gmail.com
(Fin de la crónica citada.
Continuará.
Finalmente les reitero mi correo electrónico con el propósito de que puedan trasmitirme dudas, criterios, opiniones y preguntas: fsmederos@gmail.com,

Unicornio domingo 26 de marzo del 2017
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