domingo, 17 de noviembre de 2013
ENTREVISTA A ISBEL DIAZ TORRES
From: Félix Sautié Mederos
Date: Sun, 17 Nov 2013 06:36:07 -0500
Subject: Fwd: Entrevista de Isbel publicada en Unicornio Por Esto,
domingo 17 de noviembre 2013
To: mareamia@aol.com
Cc: santaritatunas@hotmail.com
-----ATENCIÓN FRANK
Entrevista a Isbel Díaz Torres *
Por Desde La Habana Félix Sautié Mederos
POR ESTO! pregunta
El desenvolvimiento de un pensamiento renovador de izquierda alineado
dentro de las corrientes de lo que se ha dado en denominar el
Socialismo del siglo XXI y la Nueva Izquierda anti autoritaria,
descentralizadora, anticapitalista y patriótica es uno de los procesos
políticos latinoamericanos de los cuales Cuba no constituye una
excepción ni mucho menos. En mi criterio, resulta ser quizás la
novedad socio política más interesante de los últimos tiempos, que
entre otras cuestiones muy significativas ha propiciado un ejercicio
del pensamiento propio sin limitantes dogmáticas ni esquemáticas
orientado en defensa de la equidad distributiva, la justicia social y
la más plena participación del pueblo dentro de una impronta
democrática de amplio espectro y diversidad.
La Cátedra Haydeé Santamaría, el Taller Alfredo López, la Cofradía de
la Negritud, el boletín EL GUARDABOSQUES, el boletín SPD de los
partidarios del Socialismo Participativo y Democrático y otras
concertaciones más, que sería extenso citar, son expresiones propias
de la diversidad y la riqueza conceptual de este movimiento de futuro
con tendencias ácratas y libertarias, que el esquematismo dogmático de
algunos se esfuerza en ignorar y negarle la legitimidad de su carácter
progresista y renovador del conjunto de las viejas ideas socialistas
detenidas en los tiempos de la Guerra Fría y del estalinismo pro
soviético que dieron fundamento al fracasado Socialismo Real.
Me refiero a procesos ubicados más allá de las consignas acuñadas de
Revolución dentro de la Revolución que algunos no se cansan de
utilizar. Procesos que no se deberían ser ignorados porque hacerlo
sería tanto como ver sólo una parte del futuro, limitada por las
conveniencias de quien lo escruta todo con una postura anticientífica
y dogmática, lo que podría conducir al fracaso de cualquier propósito
social por muy legítimo que pudiera considerarse. La Nueva Izquierda
Cubana surgida de la vida misma sin concertaciones previas ni tampoco
estructuras burocráticas previamente elaboradas, subsiste y se
desarrolla como parte de un pensamiento joven proyectado en la
realidad que sintetiza y expresa las ansias, los anhelos y las
frustraciones del pueblo de a pie. Algo que, día a día, cobra una
mayor vigencia y razón de ser.
Como cronista que pretende reflejar su época y como hombre de
convicciones revolucionarias de izquierda, no puedo ignorar la
existencia de estas zonas del pensamiento progresista, libertario y
profundamente revolucionario con las que por demás comparto en mucho
sus criterios, fundamentalmente los que son propios del
anticapitalismo, así como de un socialismo participativo y democrático
de orientación horizontal. En este orden de pensamiento, me he
dedicado a dar testimonio sobre los que participan de estos conceptos
y actúan en la sociedad conforme a sus principios básicos, muchos de
los cuales se desenvuelven en el entorno propio del la Red del
Observatorio Crítico.
Así fue que como parte de estos empeños pude conocer del activismo de
Isbel Díaz Torres, biólogo ambientalista, poeta de muy sensibles
sentimientos, libertario y participativo, todo lo cual a continuación
expreso por sus propias palabras en la entrevista que hube de
realizarle.
…mi primera militancia fue como miembro de la Unión de Jóvenes
Comunistas… mientras estudiaba la carrera de Biología en la
Universidad de La Habana, allá por 1998…mi formación como biólogo,
pero sobre todo la mirada crítica a esa misma formación, han
determinado en buena medida mis actuales posturas ambientalistas… Por
otra parte, la poesía ha sido otro de los principales insumos que me
definen. La posibilidad de crear, de provocar, de irradiar alguna cosa
a quienes me rodean, tiene un poder incalculable…considero que el
término de “Nueva Izquierda Cubana” es impreciso. Creo que quien
quiera que esté comprendido en ese concepto, forma parte de un
continuum en el pensamiento de izquierda cubano. Es posible que la
visibilidad ahora sea mayor, gracias a las actuales tecnologías de la
información… abandonar la estrategia de “defensa” de la revolución, y
sustituirla por la de “desarrollo” o “radicalización” de la
revolución… Llegué al OC (que no existía como Red en ese entonces)
gracias a la Asociación Hermanos Saíz, organización que integraba en
su sección de Literatura…, la Red OC se ha ido construyendo por sí
misma. Es un espacio de apoyo y solidaridad, pero también de
acompañamiento, de emprendimiento, de reflexión y acción social… hemos
logrado hacernos de un perfil reconocible a nivel internacional, a
pesar de sólo disponer de un blog… A nivel nacional el reconocimiento
ocurre en dos planos bien discernibles: un gran número de personas en
todas las provincias leen nuestros artículos al recibir el COMPENCIO
OC en sus cuentas de correo, y otro grupo más reducido se encuentra a
nivel comunitario, donde la Red o sus proyectos de modo independiente,
inciden de manera sistemática… Entiendo que todas las discriminaciones
son hermanas; por eso l@s discriminad@s deberíamos trabajar junt@s,
también como herman@s…Formo parte del Proyecto Arcoíris, que se
declara independiente y anticapitalista, y promueve acciones e
información sobre las luchas contra la discriminación por motivo de
sexo, orientación sexual, o identidad de género en Cuba.. El…sentido
en que reconozco la ruptura generacional se da en el plano de las
utopías.
Sin más preámbulos presento el texto completo de la entrevista que le
realicé, hace algunos días:
Felix Sautié Mederos: Amigo Isbel, tengo entendido que eres biólogo,
de cuya profesión en mi criterio haces un empleo público de encomiable
utilidad social por medio del boletín EL GUARDABOSQUES. Además, sé que
eres poeta, y que como parte de la Red Observatorio Crítico publicas
con regularidad en su blog donde se plantean y convocan campañas de
movilización y participación pública a favor de la conservación del
medio ambiente y de la naturaleza en general. Puedes explicarnos qué
influencias ha tenido tu origen y la formación de tus ideas y
convicciones ideológicas y políticas, así como tu formación
intelectual y profesional. ¿Qué haces en concreto, cuál es tu
actividad cotidiana, a qué te dedicas? ¿Cómo te definirías tú mismo,
te consideras parte de esa Nueva Izquierda Cubana?
Isbel Díaz Torres: Mi primera militancia fue como miembro de la Unión
de Jóvenes Comunistas. Llegué a dirigir el Comité de Base de la UJC de
mi año, mientras estudiaba la carrera de Biología en la Universidad de
La Habana, allá por 1998. Fue un interesante aprendizaje, pues el
ambiente de la UJC universitaria me condujo a una profunda convicción
de que ése no podía ser el camino para la construcción del socialismo.
Fui testigo de cómo se pretendía formar una juventud acrítica, sumisa,
irreflexiva, disciplinada, y con una fe ciega en los líderes de la
Revolución; una Revolución de la cual no éramos sujetos. Una vez
convencido de ello, renuncié a mi cargo. La apatía política y la
decepción marcaron mi paso por la Universidad, y me anularon como ente
político activo durante varios años. Sólo el crimen ecológico que
significó la poda extrema de una centenaria Ceiba en el barrio de San
Agustín, casi 10 años después, logró sacarme de aquella modorra.
No obstante, mi formación como biólogo, pero sobre todo la mirada
crítica a esa misma formación, han determinado en buena medida mis
actuales posturas ambientalistas. La capacidad para un análisis
holístico de la realidad, junto a la información disponible sobre el
actual estado de cosas en el planeta (y en Cuba), han permitido que me
sitúe quizás en las antípodas del modo en que se entiende por muchos
la ciencia en la Isla, tan lejana de todo activismo, tan
despolitizada, y tan manipulada por las esferas burocráticas del
poder.
Por otra parte, la poesía ha sido otro de los principales insumos que
me definen. La posibilidad de crear, de provocar, de irradiar alguna
cosa a quienes me rodean, tiene un poder incalculable. A su vez, esa
misma poesía logra colocarme en un plano de humildad ante todo el
drama humano, cuando conflictos de ética, estética, política,
moralidad, o cualquier otro tipo, se disputan ante mí. Una nueva
posibilidad para abordar las problemáticas, abriendo paso a soluciones
a veces insospechadas, y casi siempre revolucionarias.
Por mi parte, considero que el término de “Nueva Izquierda Cubana” es
impreciso. Creo que quien quiera que esté comprendido en ese concepto,
forma parte de un continuum en el pensamiento de izquierda cubano. Es
posible que la visibilidad ahora sea mayor, gracias a las actuales
tecnologías de la información, pero ciertamente, antes que yo (y
varios de mis compañer@s de OC) existían en la Isla voces críticas
pensando y haciendo por un socialismo a escala humana. En cualquier
caso, siento que formo parte de ese movimiento, que podría llamársele
de izquierda, o anticapitalista, o altermundista. A fin de cuentas, ya
sabemos que las etiquetas muchas veces acaban jugándonos una mala
pasada, y eso que llaman “izquierda”, también ha participado de los
horrores de nuestra civilización.
Lo que sí podría destacarse de mi posicionamiento, y el de otr@s que
me rodean, es la inclusión de una perspectiva libertaria, que fue
truncada de la realidad cubana (y extirpada de su historia) durante la
década del 60. De ese entonces hacia acá, el pensamiento de izquierda
colocaba su centralidad en un modelo de Estado, más o menos poderoso,
más o menos permisivo; sin embargo, nuestra actual perspectiva tiene
por centro la construcción de un modelo de socialidad horizontal,
descentralizada, crítica, que impida la instauración de autoritarismos
de cualquier tipo.
Quizás pudiera también resultar inédita esta voluntad nuestra de
posicionarnos a la izquierda de los grupos burocráticos actualmente en
el poder, así como de abandonar la estrategia de “defensa” de la
Revolución, y sustituirla por la de “desarrollo” o “radicalización” de
la Revolución. Para ello un buen camino podría ser la búsqueda de lo
que mi camarada Mario Castillo ha bautizado como “los contenidos
populares de la Revolución Cubana”.
Al igual que lo hice con Dmitri Prieto en una reciente entrevista de
“Por Esto! Pregunta”, quisiera que le explicaras a nuestros lectores
sobre tu participación en la Red Observatorio Crítico ¿Cómo fue que te
integraste al OC, y qué es en concreto esa Red que tiene una
importante página WEB y envía por correo electrónico un compendio de
artículos e informaciones a un listado amplio de personas en Cuba y en
el exterior. ¿Cuáles son sus propósitos y qué resultados van teniendo?
Llegué al OC (que no existía como Red en ese entonces) gracias a la
Asociación Hermanos Saíz, organización que integraba en su sección de
Literatura. En un encuentro en la sede del Pabellón Cuba, conocí a dos
de los fundadores de los eventos OC: Mario Castillo y Armando
Chaguaceda, quienes de inmediato se ofrecieron a colaborar con el
Proyecto EL GUARDABOSQUES (fundado dos años atrás junto a un grupo de
amig@s).
Ese encuentro salvó a EL GUARDABOSQUES de desaparecer, pues sin
acompañamiento y nuevas energías, los proyectos van languideciendo. De
tal modo, fui invitado al Tercer Observatorio Crítico, en el campismo
Boca de Jaruco, donde conocí a buena parte del piquete que hasta hoy
hemos seguido trabajando juntos. Ese año 2009, el OC dio el importante
paso de convertirse en una Red de trabajo permanente, más allá del
evento que se celebraba anualmente.
De tal modo, la Red OC se ha ido construyendo por sí misma. Es un
espacio de apoyo y solidaridad, pero también de acompañamiento, de
emprendimiento, de reflexión y acción social. Pretendemos trabajar por
varios horizontes de acción y afinidad: autogestión, investigación,
memoria histórica, ecología, educación, equidad de género, artes,
equidad racial, mundo-de-vida popular, tecnología, y otros; aunque en
la realidad nos mezclamos en todas las acciones e iniciativas. Sin
estar todas, existe una amplia diversidad de posturas al interior de
la red (reflejo de la Cuba actual), por lo que es fácil de imaginar
los muchos debates que afrontamos, un ejercicio duro pero
imprescindible.
Con el tiempo, hemos logrado hacernos de un perfil reconocible a nivel
internacional, a pesar de sólo disponer de un blog y del boletín
COMPENDIO OC. A nivel nacional el reconocimiento ocurre en dos planos
bien discernibles: un gran número de personas en todas las provincias
leen nuestros artículos al recibir el COMPENDIO OC en sus cuentas de
correo, y otro grupo más reducido se encuentra a nivel comunitario,
donde la Red o sus proyectos de modo independiente, inciden de manera
sistemática. Es imprescindible señalar que en ambos planos, las trabas
burocráticas y de quienes prefieren el uso de la fuerza sobre la razón
y el diálogo, limitan de manera considerable el potencial impacto del
proyecto, que sería muy beneficioso para el desarrollo social, y el
empoderamiento de l@s ciudadan@s.
Una de las principales críticas a los espacios de debate intelectual
en la Isla ha sido su casi nulo impacto a nivel social, fuera de las
cúpulas letradas. Si el aproximamiento a las comunidades (labor que
siempre desde el OC hemos asumido como imprescindible), además de su
complejidad intrínseca, debe desarrollarse bajo los mecanismos
coercitivos de entidades burocráticas que actúan con el criterio de
“Plaza sitiada”, que distorsiona nuestros empeños y propósitos,
destruyen alianzas, desinforman, amenazan a activistas y ciudadan@s;
es posible entonces imaginarse cuán ardua ha sido nuestra tarea. Ello,
por supuesto, demuestra el nivel de vulnerabilidad que vive la
sociedad civil cubana, a merced de estructuras burocráticas que
accionan por encima de la Constitución, y sin importarles violar leyes
nacionales o internacionales.
Quizás, esos seguimientos obsesivos que se proponen controlarlo todo
es el precio que debamos pagar por nuestro deseo de autonomía (después
del cuarto evento Observatorio Crítico, en 2010, la red se independizó
de los auspicios de la Asociación Hermanos Saíz), y nuestra búsqueda
de legitimidad no en las instituciones estatales, sino en las
comunidades y otros grupos o personas afines.
Las ideas libertarias traspasan nuestro modelo organizativo, aun
cuando no es posible decir que la totalidad de los individuos o
proyectos de la Red compartan una perspectiva anarquista o
anarcosindicalista. El respeto a tod@s, y el deseo de que tal
diversidad pueda confluir con diafanidad, es uno de los principios
fundamentales del OC, que rechaza esquemas verticales y/o
autoritarios.
También he conocido de tus empeños y luchas a favor de la diversidad
en la sociedad y en contra del machismo y la homofobia tan extendidos
en nuestros ámbitos sociales; ¿cómo se coordinan estos propósitos y
esfuerzos con las ideas libertarias, democráticas y socialistas de lo
que se ha dado en denominar la Nueva Izquierda Cubana? ¿Qué puedes
decirnos al respecto en concreto para la información de los lectores
de Por Esto!?
Entiendo que todas las discriminaciones son hermanas; por eso l@s
discriminad@s deberíamos trabajar junt@s, también como herman@s. He
sido testigo (testimonio doloroso) del ejercicio de la discriminación
no desde el ente emponderado (podríamos llamarlo varón, blanco,
“culto”, heterosexual, rico), sino desde individuos que a su vez
sufren algún tipo de discriminación. Así, un negro rechaza a un gay,
una mujer rechaza a un negro, un gay rechaza a un pobre, un “inculto”
rechaza a una mujer, etc.
Es imprescindible establecer alianzas entre estos grupos sociales
discriminados, y para ello muchas veces hay que empezar por
reconocerse como discriminador(a). La autocrítica y la humildad nos
serían muy útiles en esta lucha en la que, sin embargo, la sociedad
cubana ha tenido modestos, pero hermosos avances.
Cierto pensamiento de izquierda durante décadas quiso reducir todo el
dilema a un “conflicto de clases”. Creo que ya hemos superado ese
punto (que no es poca cosa), y hemos sumado a ese real conflicto de
clases, otros muchos que enriquecen, complejizan, pero sobre todo, dan
pistas de por qué muchos proyectos emancipatorios al final se fueron
por el retrete, cuando intentaron homogenizar individuos y desconocer
diversidades.
Formo parte del Proyecto Arcoíris, que se declara independiente y
anticapitalista, y promueve acciones e información sobre las luchas
contra la discriminación por motivo de sexo, orientación sexual, o
identidad de género en Cuba. Aún falta por conformar una comunidad
LGBT en la Isla que pueda plantear las demandas que necesita para
sentirse plenamente libre y jurídicamente protegida. Las iniciativas
estatales en los últimos años han avanzado muchísimo, sobre todo
brindando información y visibilidad, pero estoy convencido de que sólo
la presión popular de los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales
cubanos, logrará que se aprueben las legislaciones que permitan al
menos equipararnos en derecho con las personas heterosexuales.
En lo referido al problema de la discriminación racial, así como de la
política de exclusión, autoritarismo y centralización en Cuba, ¿Qué
podrías explicarnos al respecto?...¿en tu criterio existen realmente
estos problemas y cómo podríamos enfrentarlos para su solución?
La discriminación racial y el racismo existen en la Cuba
contemporánea. Lo he visto con mis propios ojos (incluso lo he sufrido
en carne propia). El fenómeno se manifiesta tanto a nivel de individuo
y sociedad, como al interior de las instituciones estatales y en
general las estructuras de poder. La profunda crisis de los 90`s
sirvió, entre otras cosas, para destapar verdades camufladas de la
sociedad. La pequeña “retirada” del Estado por denominarla de alguna
forma comprensible, y las forzosas aperturas que debió permitir
entonces, condujeron a que el racismo oculto (callado por decreto
décadas atrás, pero nunca extirpado) aflorara, esta vez con una carga
de cinismo y desnudez verdaderamente ofensivos.
De tal modo, las actuales reformas económicas relacionadas con la
liberalización del mercado, ensayadas sin ninguna legislación que
proteja de modo efectivo los sectores más vulnerables, han significado
a la postre ejercicios de discriminación racial. Aquel racismo
institucional de los perfiles criminales enseñados en las escuelas de
policía, de los estándares en las escuelas de ballet o danzas
folclóricas, de los galanes y heroínas en las telenovelas nacionales,
etc., ha pasado con total “naturalidad” a las exclusiones por motivo
de color de la piel en negocios vinculados al turismo, a la
sub-representación de negr@s en las aulas universitarias, y su
sobre-representación en cárceles y barrios marginales.
A pesar del surgimiento de valiosas iniciativas ciudadanas e
institucionales (la aparición de la Cofradía de la Negritud, y del
Capítulo Cubano de la Articulación Racial Afrodescendiente de América
Latina y el Caribe (ARAAC) han constituido hitos en ese sentido), al
interior de las poblaciones afrodescendientes, como parte de la
sociedad que son, también se reproducen los estereotipos
discriminatorios, y se siguen los patrones de consumo y estándares de
belleza producidos desde las élites de poder económico y político.
Son necesarias legislaciones más explícitas que protejan a estos
sectores, y en general una sociedad que respete sus propias leyes. Las
carencias democráticas del diseño cubano (y sobre todo su puesta en
práctica) son un hándicap significativo, que forzosamente habrá que
resolver. Sin embargo, la realidad de sociedades contemporáneas que se
precian de muy “democráticas”, y que tienen un tratamiento más frontal
a estas cuestiones, demuestran que no son suficientes el
reconocimiento de los derechos y la promulgación de leyes que los
refrenden. Ninguna ley entrará en las casas de las personas y
modificará las lógicas familiares que contienen arraigados elementos
discriminatorios.
La solución, por supuesto, no puede ser única; ni siquiera debería
provenir de una sola parte. Sin embargo, si atendemos a una frase
profundamente sabia de Paulo Freire cuando dice: “Nadie libera a
nadie, nadie se libera solo. Los hombres (y las mujeres) se liberan en
comunión”, entonces comprenderemos que si no se logra esa “comunión”
al interior de una parte significativa de esa población, difícilmente
se llegue a transformar la sociedad. Hay mucho que “des-aprender”,
descolonizar nuestra mirada y a la vez salirnos del rol de víctima,
para asumir el de quien se decide a luchar.
Te pregunto directamente, en tu opinión de joven intelectual, en mi
criterio, destacado ¿Hay una ruptura generacional en nuestra
sociedad?; de haberla ¿cómo la describirías y qué hacer en tu opinión
para enfrentarla? ¿Hay jóvenes integrados en estas luchas o es qué
todos sueñan con irse del país, como plantean algunos?
Sí, hay una profunda ruptura generacional, que yo particularmente veo
en dos sentidos:
Lo que más salta a la vista es un plano donde NO convergen las
generaciones hoy jóvenes, con aquellas generaciones que fueron jóvenes
antes, durante, o inmediatamente posterior al triunfo de 1959: el
plano de las fidelidades. Las actuales generaciones no responden en
los mismos códigos que aquéllas. Lo que de hecho significó el triunfo
revolucionario, el vuelco sustancial al ordenamiento social, los
logros referidos al acceso a beneficios sociales como el trabajo, la
salud, la educación, o simplemente el fin de la masacre batistiana,
hoy son sólo historia para l@s jóvenes. El carisma de una figura como
Fidel Castro, que por demás, también ha disminuido sensiblemente su
influjo, por lo que las cuotas de legitimidad han venido menguando.
Muchas personas pertenecientes a aquellas generaciones fundadoras, a
pesar de ver frustrados sus sueños, a pesar de innumerables fracasos
personales de índole profesional, familiar, intelectual, o económico,
mantienen con rigidez su fidelidad (que a veces ni siquiera pueden
argumentar). En mi criterio, ello se debe a lo real y profundo de la
transformación iniciada en 1959, pero también a un adoctrinamiento
sistemático, centralizado, autoritario, férreo, que sufrieron muchas
de esas generaciones, lo cual las condicionó de modo indeleble.
Las actuales generaciones, por nuestra parte, nos beneficiamos de
aquellos logros de manera “natural”, no como una conquista por la que
murieran personas. Algunas de esas conquistas, para colmo, sufren un
franco retroceso (Ej: el derecho al trabajo acaba de ser borrado del
Proyecto de Código de Trabajo que la burocracia intenta imponer a l@s
cuban@s), por lo que difícilmente podamos ofrecer cuotas de
legitimidad a una élite que persiste en mantenerse en el poder, y que
implementa dramáticos recortes sociales.
El segundo sentido en que reconozco la ruptura generacional se da en
el plano de las utopías. A la vez que buena parte de las generaciones
fundadoras mantienen su fidelidad (que puede estar depositada en
Fidel, en la Revolución, en el Socialismo, o cualquier otro símbolo),
portan una incapacidad para imaginar un futuro para la Isla. Sobre
todo, para imaginar un modelo social alternativo al capitalismo
hegemónico, y que hoy los economistas cubanos miran relamiéndose los
labios.
Este segundo aspecto, por supuesto, los pone en sintonía con buena
parte de la juventud cubana que no aspira más que a colmar sus
necesidades de consumo, pero los divorcia de aquella parte que hemos
refundado nuestros sueños de un futuro radicalmente socialista,
verdaderamente emancipado de las explotaciones de todo tipo, y que
defendemos el protagonismo popular en el perfeccionamiento
anticapitalista y antiautoritario de la sociedad en nuestra Patria.
Crear nuevas soluciones liberadoras para Cuba, ante la crisis social
del momento y el expansivo sentido común capitalista que se propaga
hoy, no parece estar en las agendas de buena parte de quienes integran
esas generaciones fundadoras.
No obstante, no creo que sea ocioso aclarar que el término
“generaciones” es bastante engañoso, existen personas que de seguro no
se sentirán reflejadas en éstas que yo he esbozado aquí. Por demás, es
deseable y necesario, superar esas rupturas. El OC es una muestra de
que ello es posible, pues junto a jóvenes activistas que integran la
Red, trabajan compañeros de mucha más edad, cuyos aportes han
resultado ser imprescindibles en nuestros empeños. Ejemplo de ellos
son Tato Quiñones, Pedro Campos, Ovidio D’Angelo, Félix Sautié y
algunos otros, cada cual desde sus posiciones, sus fidelidades, sus
militancias, y siempre con sobrados y coherentes argumentos; pero lo
más importante: con el interruptor de “la utopía posible” todavía
encendido.
En el futuro quizás tendríamos que volver sobre estos temas, pero
antes de terminar quiero preguntarte si tienes algo que quisieras
añadir para su publicación.
Solo agradecer esta oportunidad, y dejar la puerta abierta para otras
ideas que puedan complementar esta mirada a la izquierda radical
cubana.
fsautie@yahoo.com
Unicornio , domingo 17 de noviembre 2013-11-17
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=24&idTitulo=288195
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