jueves, 11 de abril de 2013

BEYONCE Y JAY-Z EN LA HABANA


                        Beyoncé y Jay-Z en La Habana
                                Por Lorenzo Gonzalo, 11 de abril del 2013
 
Movido por la curiosidad, quise indagar si Estados Unidos de Norteamérica había impuesto algún tipo de restricción a sus ciudadanos, prohibiéndoles viajar a Corea del Norte.
 
En la página del Buró de Servicio de Asuntos Consulares del Departamento de Estado de Estados Unidos de Norteamérica, no hay una sola palabra diciendo que esté prohibido viajar a la región.
 
Luego de ofrecer una visión oficial de la situación interna en ese país asiático, destacando violaciones, restricciones impuestas a los extranjeros que visitan el territorio y señalando irregularidades ocurridas ocasionalmente a las personas que lo visitan, indican a la ciudadanía estadounidense cuáles son los procedimientos para obtener una visa coreana.
 
Como Pyongyang no tiene embajada en Estados Unidos, el documento del Departamento de Estado indica que el procedimiento a seguir para ingresar al territorio de Corea del Norte, es hacer una solicitud formal de visa a través de la Embajada coreana en Beijing, China.
 
No existen sanciones de ninguna clase por parte del gobierno estadounidense para quienes visiten Corea del Norte.
 
Corea del Norte no solamente mantiene una actitud hostil y de amenaza perenne a Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados, sino que en las últimas semanas ha llegado al extremo de amenazar con atacar con bombas atómicas a Corea del Sur, Japón y las fuerzas estadounidenses posesionadas en esa área.
 
Incluso China, el mejor aliado de Corea del Norte, ha manifestado en estos días su posición respecto a cualquier intento de Corea de utilizar bombas atómicas, otorgándole la razón a Estados Unidos en caso de un conflicto provocado por irresponsabilidad semejante. O sea, Corea del Norte es en estos momentos (y lo ha sido por años), un país de gran peligrosidad para la estabilidad de la región y por supuesto, con su actitud permanente de enloquecida agresividad, le ha dado la razón a los países aliados de Washington en su determinación de no permitirle desarrollar sus planes nucleares.
 
Pues bien, todo esto es conocido para aquellos que hayan querido conocerlo, quienes escuchan y quienes no tienen obscuros objetivos que defender, sin embargo en la ciudad de Miami se ha desatado un revuelo extraordinario porque la cantante Bejoncé y Jay-Z fueron a celebrar su luna de miel a Cuba, un país cuya única actitud hostil hacia Estados Unidos de Norteamérica ha sido alertar a Washington, que no se atrevan a invadir las costas cubanas porque encontrarán la resistencia de la mayoría de un pueblo.
 
Cuba no quiere que la invadan, no quiere ser invadida, y jamás ha manifestado, ni siquiera insinuado, que se prepara para atacar a su vecino más próximo y poderoso. No lo ha hecho jamás, ni aun cuando en una jugada política durante la Guerra Fría, permitió que la Unión Soviética colocara ojivas nucleares en su territorio.
 
Resulta que con motivo del viaje de Bejocé y Jay-Z, congresistas estadounidenses de origen cubano están exigiendo del Departamento de Estado que tomen medidas en contra de estos artistas.
 
Si los congresistas que componen este gran show en contra de Cuba están realmente interesados en las leyes estadounidenses, ¿porqué no solicitan una revisión de estas políticas descabelladas?, en lugar de desatar persecuciones en contra de los estadounidenses, de sus artistas y de las buenas familias que viajan a Cuba, donde nada les sucede y donde la vida es más segura que en la mayoría de los países del Caribe y de la inmensa mayoría de los países pobres del planeta.
 
Creemos que el papel de todos los congresistas de Estados Unidos es defender el derecho de sus ciudadanos a viajar donde les plazca y aconsejarlos cuando piensan moverse a determinadas regiones de nuestro mundo, donde por circunstancias muy diversas, pudieran peligrar sus vidas.
 
Pero en realidad es de muy poco gusto perseguir a los artistas nacionales, hasta el punto de exigir sanciones inmerecidas, simplemente porque viajan al país más seguro de la región y quizás uno de los más seguros del mundo.
 
Las autoridades estadounidenses saben esto y seguramente también lo saben estos Congresistas que han jugado con el sentimiento de los emigrados de una y otra tendencia, para obtener votos y perseguir estrechas agendas, heredadas de padres que en su mayoría fueron parte del golpe militar contra la democracia existente en Cuba en 1952. Democracia a medias o a un cuarto, como quieran analizar el fenómeno, corrupta y a veces rayana en lo criminal, pero donde al fin y al cabo la alternancia del Poder se ejercitaba y donde comenzaban a brotar con fuerza extraordinaria movimientos progresistas con probabilidades plenas de alcanzar la dirección del Estado.
 
Vergüenza debía darle a estos Congresistas, intentando implantar técnicas Macartistas en una época donde las democracias comienzan a florecer mejor que nunca en Latinoamérica y el Caribe y el debate entre la justicia y la injusticia dentro de Estados Unidos, se hace cada vez más palpable.
 
Beyocé y Jay-Z tienen todo el derecho de visitar Cuba. Por cierto, entre las tantas mentiras que hemos escuchado podemos mencionar aquella de que les mostraron solamente la parte bonita de La Habana.
 
Quienes estos dicen jamás han estado en la capital cubana, porque precisamente el restaurante Fresa y Chocolate donde se dio la algarabía que presentara la prensa amarilla de Miami, está situado en el lugar más feo de esa bella ciudad y quizás donde mayor pobreza se percibe.
 
Esto es, en resumen, cómo lo pienso yo y cómo lo veo.
 
Lo escribo para deleite de quienes entienden, para los que no quieren entender y para aquellos que nunca entenderán.

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