lunes, 15 de abril de 2013

ABRIR LAS PUERTAS DE LA IGLESIA PARA QUE ENTREN TODOS


 
ATENCIÓN FRANK
Abrir las puertas de la Iglesia para que entren todos


Félix Sautié Mederos

Crónicas Cubanas

Abrir las puertas de la Iglesia para que entren todos

El Papa Francisco ha comenzado su pontificado con actitudes y llamamientos radicalmente concordantes con los Evangelios que recogen los intereses esenciales del pueblo de Dios creado y conformado por los creyentes y no creyentes, porque en definitiva todos somos sus hijos sin exclusiones de ninguna índole, dotados con el libre albedrío intrínseco de la condición humana que ha sido forjada a imagen y semejanza del propio Dios, lo que implica una plena libertad de opción personal para creer, dudar o no creer conforme a nuestro pensamiento propio, nuestra libertad de conciencia y nuestra libertad de expresión. También muy recientemente el Papa Francisco con esas mismas intenciones, ha llamado a los obispos con motivo de la reciente visita ‘’ad limina’’ de la diócesis italiana de Toscana, a “escuchar más a la gente, caminar y estar cerca de ella”.

Me refiero a planteamientos teológicos de índole esencialmente pastoral y estratégica, que como consecuencia adquieren un muy largo alcance, que en mi criterio comportan un especial significado para las circunstancias y coyunturas del momento en que se desenvuelve Cuba, tanto los cubanos que estamos asentados en el territorio nacional como los que forman parte de la extendida diáspora que entristece y angustia a nuestras familias. Todos, sin excepción, somos hijos de Dios además de genuinos cubanos y como tales características poseemos similares derechos y deberes, atemperados por las circunstancias específicas de cada cual pero que en esencias son los mismos derechos y deberes, los que considero determinan una especial importancia disuasiva ante las exclusiones, los rencores y los odios que nos polarizan y enfrentan a unos contra otros como si la fraternidad no fuera la base esencial de una misma identidad, un mismo territorio de nacimiento y una historia común que legítimamente nos acoge y nos caracteriza como cubanos.

Sé que algunos, como consecuencia de su personal agnosticismo y/o ateísmo militante, le restan la trascendencia radical e incluso la validez eclesiástica que implican estos planteamientos por su carácter e intenciones de índole específicamente religiosa, mística y pastoral que reitero son esencialmente estratégicos y trascendentes, aunque pienso que no expresan nada que sea realmente nuevo, sino que constituyen la reafirmación del anuncio de los principios básicos evangélicos que reiteradas veces el sectarismo y su específico carácter de secta estrictamente cerrada y valga la redundancia del término, con que algunos desenvuelven sus creencias y sus vidas en general los han echado a un lado o se han desentendido de su verdadera significación, tal y como lo han hecho con muchos de los otros conceptos y llamamientos cristianos esenciales de amor por el prójimo y de volcarse hacia los demás, que dan vida y vigencia a las esencias fundamentales de la Doctrina Cristiana.

En mi criterio lo que está proclamando Francisco en los inicios de su pontificado concuerda dramáticamente con la radicalidad de los Evangelios. Así tenemos, por ejemplo, que Jesús cuando se le acerca un joven justo y específicamente rico a preguntarle lo que ha de hacer de bueno para conseguir la vida eterna y además le informa que él cumple con todos los preceptos de ley, Jesús entonces le responde que “si quieres ser perfecto anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos, luego sígueme” (Mateo 19, del 16 al 22). El joven no se dispuso a hacerlo y cuenta el Evangelio que Jesús se entristeció. Son muchos los ejemplos de radicalidad de Jesús en la opción por los pobres; pero en mi criterio, quizás este es el más hermoso porque habla de la tristeza que siente Jesús por la negativa explícita del joven a desprenderse de sus riquezas y dársela a los pobres para entonces seguirlo. No debería haber dudas en consecuencia sobre la radicalidad de opción por los pobres que contienen los Evangelios, lo cual en mi opinión muy personal significa una verdadera contradicción para quienes se proclaman cristianos a partir de concepciones muy personales que pudiéramos definir como reaccionarias o de derechas en el sentido político de estos términos.

Además, en mi muy personal hermenéutica, regresando a los específicos planteamientos del Papa Francisco que menciono, considero que entre otros objetivos intrínsicos y superiores de índole estrictamente evangélica, constituyen a la vez un anuncio y una advertencia para los que desde los ámbitos eclesiásticos se posesionan de la “doctrina cristiana” proclamada por Jesús de Nazaret para manipularla precisamente en contra de su significado de opción por los pobres. A estos efectos pienso que quien se denomine cristiano y por tanto seguidor de Jesús, el Cristo que es Dios y hombre verdaderos, bajo ninguna circunstancia debería prestarse a lo que pudiéramos definir como el juego esencialmente político propio de las derechas que se manifiestan y actúan a favor de los intereses específicos de los poderosos de la tierra que aprueban, estimulan y ejecutan las prácticas de explotación del hombre por el hombre y de la expoliación de los pueblos que íntegramente son sojuzgados por los grandes intereses hegemónicos que incluso hoy ponen en juego los destinos de la humanidad y del universo con su políticas al borde del abismo que podrían desatar una guerra nuclear o simplemente la liquidación del medio ambiente.

Considero en consecuencia que los cubanos que nos denominamos cristianos sin exclusión de ninguno ni de ninguna ya seamos parte de la jerarquía, sacerdotes, consagrados o consagradas, específicamente laicos o laicas, en nuestras actuales circunstancias y coyunturas deberíamos mirarnos y analizarnos a profundidad sobre la base de estos llamamientos que nos está planteando Francisco, así como de los aires de reformas y regreso radical a los principios evangélicos que soplan desde Roma “urbi et orbi”. Es por demás en mi muy personal criterio que juzgo positivamente los esfuerzos que realizan actualmente los de la Revista católica Espacio Laical a favor del reencuentro, el diálogo, la reconciliación y el perdón entre todos los cubanos sin excepciones onerosas de ninguna índole. Los que considero se encuentran en plena concordancia con lo que nos está planteando el Papa Francisco.

Así lo pienso y así lo afirmo con mi mayor respeto por las opiniones diferentes y sin querer ofender a nadie en particular.. fsautie@yahoo.com

Publicado en Por  Esto! el domingo 14 de abril del 2013.


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