miércoles, 7 de marzo de 2012

SPD 86000

De: Perucho Figueredo
Para: Figueredo Perucho
Enviado: lunes, 05 de marzo de 2012 15:41
Asunto: SPD 86


SPD
No. 86 (8/ año 4). La Habana, 5/marzo-2012
"Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista".
Art. 53 de la Constitución
Boletín por un socialismo más participativo y democrático.
Artículos, notas, reseñas, publicaciones de interés.
Los autores son los responsables de sus escritos.
Reenvíe este boletín a todos los que estime conveniente.
Se autoriza la reproducción total o parcial en cualquier soporte.
Recopilador: Pedro Campos CE
perucho1949@yahoo.es
Se agradece todo tipo de participación y colaboración, artículos, críticas, comentarios, sugerencias y opiniones sobre forma/contenido
ÍNDICE
Campañas mediáticas y dobles raseros… de ambas partes
Si la reconocida derecha internacional hoy utiliza los tumores que Cuba tiene, la solución no es la grandilocuencia politiquera de la cripto-derecha cubana sino…
Por Miguel Arencibia Daupés
Nuevas Industrias Autistas
Por Ramón García Guerra
La Revolución Cubana vive en el pueblo
En su lucha diaria por la supervivencia, en la que, a su manera, impone formas de socialización y democratización, a pesar del giro pro-capitalista del partido-gobierno
Por Pedro Campos
El partido único contra el pasado y el presente
Por Dimas Castellanos
EN LA CUARESMA CUBANA DEL 2012, sea bienvenido el Papa
Por Félix Sautié Mederos
La Primera Carga al machete
Por Rogelio Manuel Díaz Moreno
AVISO
Por Félix Guerra
 
CONTENIDO
Campañas mediáticas y dobles raseros… de ambas partes
Si la reconocida derecha internacional hoy utiliza los tumores que Cuba tiene, la solución no es la grandilocuencia politiquera de la cripto-derecha cubana sino…
Por Miguel Arencibia Daupés
Ninguna de las partes se puede sacar del potaje.
El gobierno cubano mantiene una permanente denuncia sobre campañas mediáticas que en su contra han seguido especialmente la Unión Europea y los Estados Unidos. Y, entre los argumentos con que se defiende, los acusa de medir con doble rasero situaciones similares. Eso es absolutamente cierto. Más también lo es que el denunciante actúa igual.
Por un lado, la UE y EE.UU. claman contra las tristísimas muertes de opositores prisioneros o detenidos como las de Orlando Zapata en el 2010, del villaclareño Soto en 2011 y recién la del joven Wilman Villar, en Cuba; en tanto, obvian las cárceles secretas de EE.UU. en sus territorios y los secuestrados mantenidos en ellas o en la Base de Guantánamo; y no se pronuncian sobre los tres mil muertos y cinco mil heridos cubanos debido a los actos terroristas de pasadas décadas, que ejecutaran organizaciones extremistas radicadas en los EE.UU, bajo el patrocinio de la CIA. (Claro que visto desde la ética que sean comparativamente menos muertes no absuelve de la criminal esencia.)
No obstante, la dirigencia cubana muy crítica de aquello, no es proclive a reconocer que los mismos países acusadores de la vieja Europa se han adherido a las 19 resoluciones de condena al embargo/bloqueo estadounidenses a Cuba.
Como acostumbran terminar dos orgánicos comentaristas cubanos: "así las cosas…", vamos seguidamente a exponer nuestras "propias conclusiones".
Para evitar los dobles raseros
Se debe enjuiciar moralmente las muertes que propicia en altamar la Ley de Ajuste Cubano, y debe seguirse exigiendo justicia por el sabotaje de un avión en pleno vuelo que causó la muerte de 76 personas. Igualmente debe hacerse con hechos como el del remolcador 13 de Marzo que, utilizado por un grupo para intentar emigrar, fuera hundido al ser perseguido, embestido y abierto por popa por los remolcadores Polargo 2 y 5 en 1994 a 7 millas de la bahía de la Habana. En el hecho perdieron la vida 41 personas; principalmente, mujeres y niños.
Hasta la actualidad, que se sepa, en Cuba nadie por esas muertes ha sido enjuiciado–ya sea por dolo o culpa, presente aun en un simple accidente de tránsito.
Asimismo el gobierno cubano debe reconocer lo alevoso de haberse volatilizado con misiles lanzados por dos poderosos aviones de combate Migs 29 sendas avionetas Cessna desarmadas, que habían notificado al control aéreo cubano su rumbo. Cuando habría podido obligárseles a amarizar, con relativa facilidad y casi nulo riesgo. Estando todavía en entredicho si se encontraban o no fuera de aguas territoriales al derribarse.
Por otra parte, analistas e historiadores sobran para recordar que las autoridades cubanas (mismas desde hace 52 años) no debieran aludir a extranjeras interferencias en los asuntos internos de Cuba, mientras ellas siempre han estado caminando por el mismo trillo. No es posible que se hable bolcheviquemente de internacionalismo proletario para la exportación de violencia (entrenamiento y apoyo en general a guerrillas, promoción y respaldo a otros movimientos insurreccionales e intervención en conflictos bélicos nacionales entre bandos) y de criminal subversión únicamente para lo que acomete el adversario.
Mediciones distintas han existido en temas de Historia en cuanto a la imposición de permanentes bases militares soviéticas, "aceptadas" a la luz (o sombra) del Pacto de Varsovia por gobiernos "comunistas" impuestos en los países de Europa del Este.
Raseros especiales se han usado para analizar y conceptuar las invasiones del imperialismo soviético. Por ejemplo, a Hungría, Checoslovaquia y Afganistán. El caso de este último país es patético: en su momento, se justificó por el mando cubano –teniendo Cuba la presidencia pro tempore de los No Alineados- la invasión de la URSS y ahora –como también debió hacerse en la otra- se repudia la de EE.UU. y aliados europeos. Según la uniprensa cubana, antes los talibanes eran terroristas fundamentalistas, hoy son patriotas.
Lo de Checoslovaquia fue de donde dije digo, digo Diego. Al quebrarse la empatía política con Gorbachov, se declaró que las hasta entonces repúblicas soviéticas eran soberanas de separarse de ese Estado multinacional. Opuestamente, en 1968, por Fidel Castro hubo de justificarse televisivamente para Cuba y el mundo la llegada de los tanques a Praga y la brutal represión de los checoeslavacos, porque no se podía admitir el "reaccionario" desgaje del llamado Bloque Socialista.
En sus momentos, se han aceptados golpes de Estado dirigido contra gobernantes de distintos países, cuando debieron execrarse como bien se hizo con la defenestración del presidente Zelaya en Honduras.
Caso curioso, de presidente a presidente se le envía una carta en febrero de 1992 a Carlos Andrés Pérez, con muestras de agradecimiento por su ayuda a Cuba, de solidaridad y desagravio por la anticonstitucional asonada militar encabezada por el comandante Hugo Chávez. No obstante, recientemente se celebró en nuestro país otro aniversario del mismo frustrado golpe de Estado. Lo que es castristamente comprensible: después ha sido Chávez quien viene sosteniendo la derruida (y siempre dependiente del exterior) economía cubana. (Y pobres de nos si la salud o el electorado le pusieran a Chávez un traspiés para el venidero octubre).
Fue decididamente contra derecho la intervención de la OTAN en Libia. Eso es una cosa y otra que trataran de pasarnos a Gaddafi como el propio Alá o Mahoma redivivo. Cuando hasta en un reciente artículo (El odio divide a la Libia post-Gaddafi, de 4.11.11) del colaborador extranjero Simba Rosseau, publicado en el principal periódico oficialista (Granma) se comienza reconociendo que el coronelísimo había "gobernado a su país con mano de hierro durante cuatro décadas" (sic).
Si el Granma no es de las publicaciones que hace recaer únicamente en los autores la responsabilidad emergente de los contenidos de sus trabajos, sino que se solidariza con ellos, entonces es reconocido por ese diario que el difunto fue mantenedor de una tiranía. Un sátrapa, que impartía calígulamente justicia, importó grupos étnicos para conformar organizaciones paramilitares leales a su persona y contra una mayoría de su propio pueblo, mediante el latrocinio de las riquezas de su país se había convertido en uno de los más grandes millonarios del mundo e, incluso, nombró monárquicamente sucesor a su hijo Islan? Como en Siria, Hafez-al Assad a su hijo el oftalmólogo Bashar. Como Kim il Sun, a su hijo y éste al generalillo de 28 años suyo, en la mazmorra denominada Corea del Norte. Todas ellas dinastías de facto. Parte del Grupo de los 11 + Siria que votó en la Asamblea General de la ONU contra una resolución aprobada por 137 Estados contra Bashar. (¡Que desbalance!)
Y es que a los caudillos y sus cancerberos les sucede con el poder como a los monos cuales los indígenas, para cazarlos vivos, fijan en un cocotero una calabaza que contiene cacahuetes. El mono acude, mete la mano, coge los cacahuetes y cierra el puño. Entonces no puede retirar la mano, lo que ha cogido lo mantiene prisionero.
Siguiendo con los raseros…
Se refutan premiaciones otorgadas a críticos del gobierno como Yoani Sánchez y opositores como Oswaldo Payá y Guillermo Fariñas. Y se trata de borrar de toda memoria humana, documental o electrónica que la más alta condecoración de Cuba, la Orden José Martí, fue otorgada a genocidas como Mengistu Haile Marian y a Heng Samring, cual integró los khameres Rojos que exterminaron a tres millones de conciudadanos.
Se denuncia ante el mundo y se procura la solidaridad internacional por las injustas sanciones a cinco agentes de inteligencia cubanos apresados en EE.UU. en 1998. A dos, Gerardo y René, por infiltrarse en organizaciones terroristas de origen cubano, los otros tres por penetrar (o intentarlo) instalaciones militares norteamericanas (de los restantes descubiertos, unos se pasaron al enemigo y cinco agentes cubanos negociaron sus condenas, y cumplieron entre 4 y 7 años).
No obstante, en la primavera negra del 2003 se enjuiciaron y condenaron a enormes penas (hasta 25 y 30 años) a 75 personas (15 X 1, como se hizo con los asaltantes al Cuartel Moncada), disidentes calificados de mercenarios, por escribir como periodistas o poseer bibliotecas independientes; que fueron liberados en fechas recientes (aunque muchos desterrados contra su voluntad a España) gracias a la presión internacional y la mediación de la Iglesia católica.
Por cierto, casi todos con problemas de salud, surgidos o agravados en la prisiones; siempre lejanas de sus provincias de origen, lo que dificulta las visitas de familiares y comunicaciones con abogados. Por supuesto, nada de las posibilidades de acceso a Internet u otras actividades de disfrute individual que se ha constatado tienen los reos en cárceles norteamericanas, inclusive las de alta seguridad.
Se ha de estar contra toda pena capital. Por eso debemos declararnos en conformidad con que se haya condonado las penas de muerte a dos mercenarios terroristas extranjeros pese a que con bombas en hoteles y otros centros públicos, en 1998, hayan creado conmoción dentro de la población y el turismo, causado daños materiales de consideración y (lo peor) la muerte de Fabio Di Celmo, un joven italiano; así como heridas e incapacidades a varios nacionales.
Por lo mismo, es imposible comprender que se haya fusilado en 2003 -mediante juicio sumarísimo que duró, incluida la ejecución, una semana- a tres jóvenes negros cubanos que, intentando secuestrar la lancha de Regla para emigrar hacia los EE.UU., crearon una situación de rehenes, de peligro, pero no les causaron daño físico alguno.
Aquellas penas de cárcel y estas muertes provocaron repulsa mundial y sumo disgusto dentro de la izquierda internacional, ocasionando el distanciamiento de muchísimos amigos del régimen.
Se repudia la violenta represión a nuestros hermanos los Indignados de Grecia, España, EE.UU., Gran Bretaña y de cualquier país, que el oficialismo cubano (y nos parece muy bien) se encarga diariamente de exponer detalladamente por todos sus medios. Mas recuerdo que el Gobierno cubano justificó el asesinato de dos mil seiscientos manifestantes (mil en una sola noche de junio de 1989) en su inmensa mayoría jóvenes estudiantes u obreros, en la Plaza de Tianamen, y ha estado acallando sistemáticamente todas las víctimas fatales de las constantes represiones a campesinos y proletarios en China, Viet Nam, Corea del Norte y diversos países con mandatarios asociados o de la interesada simpatía de la jerarquía cubana.
En Cuba, ese mismo oficialismo reprime de diversas formas a las Damas de Blanco, a disidentes como Sara Marta Fonseca y su familia y a tantos, principalmente apresados y condenados, por cuestión de conciencia. Lo que es una constante. En ocasiones, más de quinientos en una u otra situación, en solo un mes.
Es de rechazar cuantas organizaciones paramilitares crean los dominadores en otras naciones, pero también las variadas formaciones de igual tipo implantadas en Cuba a los efectos de que no aparezcan la policía y el ejército como involucrados en múltiples iniquidades. Así como la tenebrosa urdimbre de vigilancia y delaciones entre vecinos, compañeros de trabajo y hasta familiares, que el Partido y los órganos de la Seguridad cubanos han estado construyendo desde los inicios del proceso. Unas y otra utilizadas de diferentes maneras y para disímiles cosas… Con el consiguiente deterioro de la ética, las relaciones interpersonales y del normal desarrollo de las virtudes humanas.
En Cuba, hasta 1958 había unos 14 centros penitenciarios, hoy son más de cuatrocientos, y cientos de miles los cubanos que han pasado por ellos en este medio siglo.
¡Qué bueno que el Consejo de Estado, ante la prevista visita del Papa a Cuba, tomó la decisión de indultar a 2 900 presos! Se ha dicho que ello se repetirá en los próximos años. Desde 1959, algo tan positivo en la materia tratada nunca se había hecho. Permite avizorar algo de luz dentro de un largo y oscuro túnel.
Confiemos que para ello no haya que esperar siguientes visitas de éste o papas sucesores, ni otros 52 años.
"Costos y ganancias"
A lo interior del país, la campaña mediática contra una sinarquía de más de cinco décadas se viene utilizando por el grupúsculo geronto-histórico para tratar de levantar los ánimos revolucionarios de un pueblo que ha estado sufriendo una aguda desideologización, así como un fuerte incremento de la frustración ciudadana por imposibilidad de que esa cúpula siquiera se acerque a las expectativas de una decepcionada población en cuanto a la naturaleza, velocidad y profundidad de los cambios que se precisan. Al menos, a fin de aliviar las condiciones de vida y frenar el mayúsculo éxodo, principalmente juvenil.
Los llamados a unirse en defensa de la Patria (editoriales en la prensa, desmesurados libros, vallas, marchas, mítines en los centros de trabajo o estudio y conciertos mediante), sirven al grupo gobernante para intentar principalmente una pizca de reconciliación con la mayoría de a pie; o, por lo menos, para que se desvíe un tanto la vista de las múltiples insatisfacciones ciudadanas, que una casta burocrática (¿o clase imprevista?) ya no puede aminorar. Con todo lo cual ésta solo consigue mantener la extendida simulación dentro de la ciudadanía.
En lo exterior, se constata que la imagen del gobierno cubano sufre evidentemente fuerte deterioro, ya que un amplísimo espectro del progresismo y la izquierda mundiales sí definitivamente se ha bajado del tren de la "Revolución". Otros –cada vez menos- no ven o no quieren ver porque necesitan un soporte espiritual después de la caída del mal llamado campo socialista; y dicen hoy apostar por la "actualización de un modelo", sin contabilizar los debe y haber para calcular hacia donde nos llevan estas reformas. Algunos que sí prevén y lo comentan a la baja, se abstienen de criticar públicamente, aplicando el relativismo de que el gobierno cubano –pese a todo- no es tan malo como los otros y, por demás, es el mayor referente antiyanqui en el orbe.
Hasta en la meca del capitalismo mundial, pensadores revolucionarios como Noam Chomski, Howard Zinn, críticos acérrimos del sistema de su país, han mantenido sus cátedras universitarias en centros de alto relieve y han escrito o investigado lo que han deseado. En Francia, ha sido igual con Edgard Morín o el joven de ascendencia árabe Salin Lamrani, profesor de una universidad parisina, amigo acrítico y publicitario apologista del gobierno cubano. Michael Moore ha realizado cuantos documentales bien ácidos contra el stablishment ha querido. Un Oscar obtuvo otro largometraje (visto en la Mesa Redonda) que apremiaba a la persecución penal contra los fraudulentos políticos y grupos financieros del primer nivel de la nación.
Aquí, en Cuba, eso es impensable. Un escrito contra la corrupción (cuyo combate es proclamado parte principal de la política oficial) puede ocasionar -como recientemente a un catedrático- todo un viacrucis. Diversos críticos (incluso de la izquierda) han sido expulsados de sus trabajos, con las más variadas justificaciones; y un simple grafitti, quizás algunos volantes, pueden dar lugar a años de privación de libertad.
Pese a determinadas señales novedosas, el núcleo de poder cubano -beneficiado con mendrugos de reconocimiento por una solidaridad, dentro y fuera del país, que se debe únicamente al hacer y al sacrificio del pueblo, no de su privilegiada clase enriquecida- sigue justificando, como desde hace 5 décadas, los enormes y sostenidos déficits de libertad y democracia, con el enfrentamiento al imperialismo norteamericano. Puro Neo-plattismo.
Nada justifica lo del Trinquenio Gris -siempre inacabado- contra los artistas y escritores…y periodistas. Nada convertir la isla en una cárcel donde, solo como mero ejemplo: teniendo su hijo, nuera y nietos en Argentina, se le prohibió desde 1994 y hasta el pasado año emigrar a la Dra. Hilda Molina. Todo por renegar de sus condecoraciones y el carné del partido, así como renunciar a su cargo de directora en el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN). Este caso motivó incluso desavenencias entre los Kirchner y Fidel Castro antes, durante y post Cumbre Iberoamericana en Argentina.
Nada fundamenta legal ni moralmente, mantener la tarjeta blanca (carta de libertad la llama el pueblo); que, a pesar de anuncios y re-anuncios, no acaba de expirar, porque todo tiene que ser "paulatinamente" y no tan rápido como se construye y ocupa un nuevo mausoleo en el cementerio de Santa Efigenia.
El Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, así como el Centro de Estudio Martianos son algunos ejemplos de "filtros" para evitar el apropiado saber de las gentes, y darles solo lo que se estime conveniente. En Cuba, la información no canalizada por los medios oficialistas y la posibilidad de arribar a conclusiones personales a partir de ella son cuestiones consideradas peligrosamente subversivas.
En las escuelas los niños y adolescentes tienen que adorar a Fidel (ahora, también a Raúl), ingresar y mantenerse como pioneros y repetir constantemente que quieren ser como el Ché. No pueden exclamar, por ejemplo, que como Martí, Ghandi, Jesucristo, Espartaco, Buda, Rosa Luxemburgo o la Madre Teresa de Calcuta… O como papá y mamá.
Quien esto escribe, en la enunciada campaña mediática, no toma partido por bando alguno, ni acepta polarización entre ellos, ya que las manzanas de uno y otro árbol están podridas por sus lombrices. Como tampoco se aviene al muy interesado chovinismo que se trata permanentemente de insuflar a los cubanos, puesto que la Patria es Humanidad y las fronteras no son más que convenciones impuestas por los dominadores, para resguardar su poder y propios intereses.
Por encima de toda bandera (paradójicamente para los patrioteros, la nuestra fue enarbolada por primera vez por el anexionista Narciso López), himno e ideología está la vida y la felicidad de cada persona.
¿Qué hacer?
Si la reconocida derecha internacional hoy utiliza los tumores que Cuba tiene, la solución no es la grandilocuencia politiquera de la cripto-derecha cubana, sino producir los cambios necesarios para abolir el aberrante socialismo de Estado (en puridad capitalismo monopolista de Estado, cual Martí calificó iluminadamente de esclavitud de los trabajadores por parte del funcionariado) y emprender un camino de liberación individual y de extendida autogestión, participativo, inclusivo,… realmente democrático. Con respeto de todos los derechos humanos, de los pocos que se honran actualmente y de los muchos y primordiales que no. Con una verdadera socialización del poder.
Cuando esto se cumpla, las campañas por vitriólicas que sean, y vengan de donde vengan, colisionarán -no contra frases, mítines, piramidales libros "para la historia" y conciertos epopéyicos ni justificaciones ahistóricas, sobredimensionadas o tergiversadas- sino contra verdadero e inexpugnable muro de moral, humanismo, justicia social, democracia, ética y…Libertad.
Tratemos de comenzar a lograrlo en este primer año de la Era Acuario.
La Habana, 20 de febrero de 2012.
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Nuevas Industrias Autistas
Por Ramón García Guerra
Estamos tan solo a unas millas del paraíso. Sobre la línea del horizonte se alza una inmensa torre de exploración de petróleo, que desde la costa vemos en las noches como si fuera una luz a la salida del túnel.
Nadie habla de esta alteración del paisaje en mi pueblo.
Curioso que al ser como es mi gente, que habla de cobrar una herencia en no sé qué país o de cofres con joyas antiguas que se hayan ocultos en alguna cueva al oeste de la Isla, ahora haga silencio ante la misma.
Una vecina mía, que de la política sólo espera que adopten una Ley Seca que elimine la adicción de su marido, dice entre dientes que nada cambiará con aquella torre allá al frente. Porque… ¿Cuándo será que esta industria se traducirá en beneficios para el pueblo? –me pregunta ella--. "Las industrias deben de madurar --comenté--. Necesitan de tiempo". Entonces dice molesta mi vecina: "¿Cuántos: 10 o 20 años?" Dejamos a medias, el diálogo. Espera la visita de su hija, que trabaja en el turismo, y acaba de llegar.
Quizá sea esta la hora de preguntarnos por cuáles han sido los resultados de esta otra industria: la turística. Después de dos décadas: ¿cuáles son los resultados que nos ofrece?
[Sucede que el fracaso del hotel Acuario está más cerca que la promesa de aquella torre en el mar.]
Veinte años más tarde, cuando crece anualmente al 25% la industria, sería lícito hacer cálculos sobre el empleo de aquel patrimonio de todos que maneja el gobierno. Planteemos la cuestión de esta manera:
¿Cuál sería la relación entre el crecimiento a saltos de la hotelería y el agudo deterioro de las ciudades?
¿Cómo se podría resolver este dilema: tanto dinero invertido en hoteles casi vacios y viejos edificios que al desplomarse matan a personas?
Cuando el pueblo se plantea el dilema de la vivienda lo hace como si aquel no fuera un derecho constitucional que obliga al Estado, --para verlo en cambio como su asunto-- mientras que los políticos nos hacen creer que carecemos en Cuba de una solución a nivel de país.
¡Pero sí hay solución en tal caso!
¿Qué nos falta en Cuba?
Carecemos de un mínimo de voluntad política entre los miembros del Gobierno.
¿Podríamos acusar ante tribunales a los políticos por aquello de "responsabilidad colateral" cuando cuatro personas han muerto dada la negligente actitud que adoptan los mismos?
Durante dos tercios del año la mitad de las habitaciones en los hoteles están vacías.
La red de servicios extra-hoteleros es pésima y el turista que nos visita es de clase media baja en su mayoría. Obreros, taxistas, oficinistas, maestros, jubilados, etcétera.
Pensemos en la fundación de PYMEs mixtas (estatales y no-estatales). Específicamente para el alquiler de casas y/o habitaciones en los barrios, en donde las agencias estatales hagan de facilitadoras de la gestión de dicha empresa.
[Los expertos hacen la distinción entre redes hoteleras y extra-hoteleras al hablar de la industria. Sugerimos ahora que inserten este capítulo en tales diseños.]
La industria del turismo en un país socialista debe hacer participar al pueblo del proyecto de desarrollo que se ha propuesto pues se trata de la economía de todos los cubanos.
Pensemos al menos en los beneficios se deben de obtener por el país, allí en donde estos políticos no hacen por cumplir un derecho de todos.
Una parte del ingreso que se obtenga sería invertido en eliminar el deterioro de las ciudades. Otra parte de aquel sería destinado a ampliar, diversificar y sofisticar esta actividad turística… popular.
Hablamos de dedicar un 5% a este proyecto, dentro de aquel crecimiento del 25% de la industria.
Advierto ahora los atractivos de esta solución: 1) Optimizar la explotación del fondo habitacional del
sector turístico, 2) Presionar por la elevación de los indicadores de calidad y eficiencia en la hotelería, 3) Otorgar "valor agregado" a esta industria con una relación de pueblo a pueblo, y 4) Erradica el deterioro de las ciudades y elimina el déficit habitacional a corto plazo, etcétera.
Deberíamos, incluso, crear un fondo fiduciario para hacer inversiones al interior de la comunidad.
Empleando este fondo de inversión en proyectos de turismo popular, agricultura urbana, industrias locales, etcétera.
Sería como crear un paraíso en cada barrio.
Tenemos un fondo de 4,000 viviendas en mi barrio. Necesitamos que este fondo habitacional crezca un 40% por encima y supere el estado deterioro extremo del mismo (70%). Podríamos, además, hallarle una solución a los problemas del drenaje de aguas negras, la reforestación, el reciclaje de desechos, la producción de energía alternativa, el diseño urbanístico de la ciudad, etcétera.
Los créditos que debería de otorgar el Banco Popular se manejarían como hacen las agencias para el desarrollo de la Unión Europea, por ejemplo, y serían dados a las cooperativas de producción y/o servicios en la comunidad.
[Todavía no reclamo que los depósitos hechos por la población sean administrados por el Consejo Popular en donde se hallan las cuentas de ahorro. Pero si pienso que dicha ‘demanda aplazada’ (12,000 millones de pesos) debería ser destinada a fomentar las PYMEs en la comunidad.]
Exigimos sea fundada la economía de la comunidad en valores de uso y no en valores de cambio. Luego, si algún lugar el mercado debe de ocupar, entonces, que sea suficiente para asegurar una reproducción simple del mismo (M/D/M).
Será larga y difícil la tarea.
Desandemos la gran transformación liberal del mercado. Subvirtamos la lógica cuantitativa que se expresa en la mercancía, para que podáis restaurar la dialéctica ético-social de la sociedad.
Y aún después de todo, hemos de reinventar el mercado.
Debemos de retomar la figura jurídica de la hipoteca, por ejemplo. (Concebida esta dentro de una economía del ‘precio justo’ y el ‘buen vivir’.) Sería algo absurdo que entendamos dicha fianza como inevitablemente fundida al proceso de reproducción ampliada del capital.
Entendida como fianza, deja la hipoteca de ser prisionera de la lógica cuantitativa que afecta al mercado. Porque ahora aquella suma otra cualidad (eticidad) a dicho proceso.
Pongamos un ejemplo: Usted pide un crédito de 70,000.00 pesos al BPA. Cantidad de dinero que equivale al 50% del valor de su vivienda. ¿Incumple? Entonces usted se convierte de inmediato en arrendatario de dicho inmueble o acaba siendo reubicado en otra vivienda. Sucedería todo sin afectar su derecho a disfrutar de una vivienda, según lo dispone la Constitución y las leyes vigentes. También podrían ser cedidos los derechos sobre resultados del trabajo a otras empresas, como una forma de lograr una liquidación de los adeudos que tiene con el banco.
[Esto sin hacer cuentas que usted ha perdido su "crédito" ante la sociedad.]
Sacudamos al viejo derecho mercantil, insisto, para hacer distancia de la lógica acumulativa que más tarde impuso el capital al mundo.
En fin, todo menos pedir como garantía (inmovilizar) el dinero que tenemos en depósito en el banco. (Solución que hoy aplican.) ¡Porque sería el colmo del mercantilismo que me presten mi dinero y además me cobren intereses sobre el mismo.
Pero aún no basta con todo esto.
Empeñados en la batalla por subvertir la lógica del mercado, hemos de recrear el sistema de categorías económicas que hoy usamos en Cuba, para así abrir camino a una reconversión de tipo libertaria (no liberal) del mismo.
Tenemos un espacio no mercantil (solidario, mutualista, etcétera) no reconocido por el sistema de categorías que emplean en la dirección de la economía del país: trabajo doméstico, remesas, fondos sociales de consumo. Debemos de rescatar las figuras del viejo derecho mercantil mientras nos damos otras categorías que reflejen la nueva sociedad.
Este sería el esquema para evitar industrias autistas y traducir los beneficios que genere la nueva economía en mejoras de la vida cotidiana de los cubanos.
¿Quién se resiste a este recobre de la soberanía popular y nacional en Cuba?
[Sabemos que esta solución hace temblar a los agentes del Estado policial.]
La gente del barrio se ilusiona con estas cosas. Deseamos que el país eche adelante. Pero más tarde los beneficios se deslíen en soluciones de emergencia que resultan de políticas fallidas: como sería la compra de alimentos en el exterior dado el fracaso de la política agraria al interior.
Digámosle sin falta al hombre del orden: hagamos un trato… Cargad a la inversión esta factura de las PYMEs.
Desestimemos esa absurda distinción entre lo estratégico y lo ordinario en materia de economía. Eliminemos el autismo de estas industrias de tales maneras. Debemos de hallar una solución de continuidad entre el proyecto de país adoptado y la vida cotidiana de la sociedad.
Democraticemos esta última.
Santa Fe: 5 de febrero de 2012.
E-mail: ramon0260@gmail.com
Notas:
1-Las divisas que recauda el Gobierno por concepto de alquileres –solo en Miramar-- podrían ser destinadas al desarrollo de una industria de materiales que no responde a la crítica situación que enfrenta el pueblo.]
2-Cuando hace una década atrás hice la propuesta de activar a la comunidad en función de hallar soluciones a los problemas de los vecinos con recursos propios, dos oficiales del MININT no tardaron en personarse e intimidar a los directivos de las instituciones que osaron apoyar dicha iniciativa.
3-La falta de nuevas categorías en el manejo de la economía que hagan viable el cambio en la sociedad hace que las causas viejas hallen nuevas motivaciones entre cubanos y persistan las taras sexistas, racistas y clasistas del antiguo régimen.
 
 
 
La Revolución Cubana vive en el pueblo
En su lucha diaria por la supervivencia, en la que, a su manera, impone formas de socialización y democratización, a pesar del giro pro-capitalista del partido-gobierno
Por Pedro Campos
A mi hermano Enrique
"El hombre honesto tiene derecho al error…El hombre no tiene derecho a oponerse al bien del hombre".
J. Martí.
Del concepto que se tenga sobre revolución, revolución política, revolución social, revolución como proceso económico-social, como un hecho, un estado, un gobierno, un partido, un hombre, como fenómeno ligado a la socialización y democratización del poder económico y político, como acto subversivo del orden existente, o como forma de actuación, depende para cada uno, si la revolución cubana ya murió, o si es un fenómeno vivo, aunque estancado o en movimiento, más o menos lento.
Y del conjunto de concepciones filosóficas que sobre los problemas de la revolución tenga cada uno, de la interpretación de cada cual sobre el fenómeno "revolución", dependerá, también, cómo conciba la táctica revolucionaria, la forma de asumir o no, determinadas posiciones políticas ante los fenómenos que se van desarrollando.
Todos los criterios deben respetarse, pero siempre habrá unos que se acerquen a la realidad más que otros.
Para quienes vemos la revolución social como un proceso de cambios en las relaciones de producción, en el movimiento de la sociedad en dirección a la socialización y democratización del poder económico y político, la Revolución Cubana vive en el pueblo, en su lucha diaria por la supervivencia, en la que, a su manera, va imponiendo formas socializantes y democráticas de vida, a pesar del prolongado estancamiento en las políticas del estado.
Vive en los trabajadores de la ciudad y del campo, en los combatientes, que han llevado sobre sus hombros, durante este medio siglo, todo el peso de la producción y la defensa; está presente en los trabajadores autónomos que aumentan a diario; en los cooperativistas y campesinos independientes que con menos tierra y condiciones producen más alimentos que el estado propietario, en los profesionales y técnicos que aún mal pagados confían en un futuro mejor, en los trabajadores internacionalistas, en la juventud rebelde que rechaza toda imposición; en los raperos, rockeros, grafiteros y blogueros que cuestionan el autoritarismo del estado.
El aparato central del gobierno, del partido y sus dirigentes, no son la revolución, son apenas instrumentos, solo una parte del proceso revolucionario cubano; y no precisamente la más importante, compuesta –sí- por ese pueblo mencionado que es la fuerza decisiva que mantiene en pié las esperanzas de cambios verdaderos, profundos, la que va marcando el ritmo y el rumbo de los acontecimientos, a contrapelo de la inoperancia del estado burocrático, que se ha visto obligado a abandonar paulatinamente el inmovilismo, aún con todo el tufo pro-capitalista de la "actualización".
Hay que aprender a leer en los acontecimientos históricos: no fue el partido-gobierno y sus dirigentes, los que provocaron las tímidas modificaciones de la "actualización", los que presionar para la realización del VI Congreso con todo y sus déficit y llevaron al debate previo y posterior, al discurso crítico del modelo paternalista de los propios gobernantes y de su prensa oficialista.
¿Alguien se cree que la "actualización" fue espontánea? Fue la acción de los trabajadores, el paso de jicotea, "el desvío de recursos", la "indisciplina social", la reacción de los trabajadores contra el sistema asalariado estatal, esa "sublevación" pacífica y silenciosa, junto la a la critica en todas partes al sistema burocrático y el análisis científico de muchos intelectuales conscientes, lo que llevó a que se emprendieran modificaciones.
Los máximos defensores de los cambios, los que más han criticado el estatalismo, los que más propuestas concretas han hecho para avanzar del "socialismo de estado" a otro más participativo y democrático, en el que predominen otras formas de organizar la producción, no han sido los dirigentes del partido-gobierno, no han sido los burócratas, no han sido sus estructuras: han sido gentes de las bases sociales.
Fidel primero y Raúl después se hicieron eco de algo que estaba pasando abajo, del desastre que ya muchos otros veníamos anunciando hace tiempo. Ellos captaron la indisposición popular, reaccionaron y llamaron al debate controlado para tratar de mantener su gobierno en el poder. Muchos otros en la alta burocracia, ni eso siquiera y siguen como retrancas, obstaculizando, poniendo trabas a las propias medidas que apenas tratan de remendar el estatalismo.
Y visto así, lo que está sucediendo en Cuba, y no es poca cosa haber salido del estancamiento, constituye un triunfo del proceso revolucionario que bulle en las entrañas populares, pues ese inmovilizado capitalismo de estado que centralizó aún más la propiedad y el poder que el propio capitalismo privado, constituía, en parte sigue constituyendo, el mayor obstáculo a la socialización y democratización del poder económico y político.
Que los tibios cambios se hayan iniciado, con nombres como "actualización", en medio de una gran confusión de los propios dirigentes del partido-gobierno, no resta méritos al conjunto del proceso impulsado desde las bases.
La confusión -oportunismo para algunos-, por la desideologización ocurrida en seno del partido, llegó a las "alturas" y es tal, que tuvo asiento de primera fila en la recién Conferencia del Partido, en voz de Caridad Diego encargada de Asuntos religiosos del CC y otros ideólogos de la "actualización", al considerar que el trabajo asalariado para privados en Cuba, no era explotación. Sobran otros comentarios.
Aún cuando las medidas fundamentales de la "actualización" están encaminadas al fortalecimiento del capitalismo estatal y al desarrollo del capitalismo privado nacional y extranjero, (al punto que parte de la burguesía cubana en el extranjero está dispuesta a montarse en el "tren de Raúl Castro", -así dijo el empresario cubano-americano Carlos Saladrigas) el estado-partido se ha visto obligado a reconocer que estamos al borde del precipicio, que el burocratismo y la corrupción están acabando con el país, que el estado central paternalista es un fracaso y a dar algunos pasos que ayudan a una mayor independencia ciudadana: dígase la ampliación –limitada- del trabajo por cuenta propia (ese que no explota trabajo asalariado), la apertura a los cubanos de los hoteles en divisa, el acceso a celulares o la compra-venta de autos y viviendas, la liberación de prisioneros, la aceptación de la diversidad religiosa, sexual, cultural, racial y en cierta forma ideológica.
El partido-gobierno no ha sido capaz de emitir una ley de cooperativas, pero ante la presión de abajo, se vio obligado a reconocer el cooperativismo amplio en sus "lineamientos". Hacer que ese lineamiento se cumpla es tarea impostergable de los revolucionarios cubanos.
Que las medidas tomadas por el estado, no se hayan encaminado primordialmente hacia la socialización y democratización del poder económico y político, como hubiéramos deseado, no niega el movimiento social en esa dirección. Este se sigue manifestando en el seno de la sociedad en forma subterránea o no visible, en la medida en que los colectivos laborales y sociales y las personas van tomando más conciencia de la necesidad de independizarse de las ataduras estatales para poder avanzar como colectivo y como individuos.
En articulo anterior se explicaba que en todo el proceso económico-social y político del último medio siglo, el pueblo cubano ha ido gestando un fuerte pensamiento autónomo, autogestionario, lo que explica -en buena parte- que la mayoría de los cubanos que se han ido del país han pretendido establecer sus propios negocios y que muchos de los que aquí permanecen asimilen rápidamente las formas cuentapropistas de tipo autogestionarias.
Es ahí donde está la revolución, la verdadera, la que no ven algunos
.
Sabido es que el trabajo asalariado –privado o estatal- es el sostén del modo capitalista de producción. La lucha por otras formas superiores de producción de tipo autogestionarias, por la abolición del trabajo asalariado, que algún día será decretada, es la revolución auténtica de los trabajadores. Las otras "revoluciones" que no tengan ese significado, lo mismo da "untárselas que comérselas" y pasan y seguirán pasando con más penas que glorias.
Y a decir verdad, no son pocos los que en Cuba, desde distintas concepciones ideológicas, desde distintas estrategias, desde distintos posicionamientos sociales en el actual sistema de clases, sea desde las propias instituciones de la burocracia, o fuera de ellas y hasta en contraposición con ellas, están luchando a su manera por verdaderos cambios en la socialización de la economía y en la democratización del poder político.
Conozco no pocos académicos, profesionales y hasta funcionarios gubernamentales, dentro de las propias instituciones estatales, que están trabajando duramente por desarrollar nuevas forma de producción cooperativas, porque se apruebe una nueva ley de cooperativas que se extienda a todos los sectores de la economía, tratando de hacer realidad uno de los lineamientos aprobados en el VI Congreso del PCC.
Además, el proceso revolucionario cubano estará vivo y las banderas del socialismo seguirán inhiestas, mientras exista un solo revolucionario luchando políticamente, defendiendo las ideas de la socialización y democratización del poder económico y político, mientras haya un solo revolucionario tratando de provocar cambios democráticos en la sociedad, mientras haya un solo revolucionario tratando de superar las relaciones de producción asalariadas que tipifican el capitalismo y tratando de hacer avanzar las de tipo cooperativo-autogestionario.
Como parte de los movimientos actuales en la sociedad cubana, el partido-gobierno se ha visto obligado a asumir formalmente parte del discurso de la izquierda, como una mayor democracia para el partido y la sociedad, que de hecho lleva implícito el reconocimiento de su defecto; y a al sindicalismo oficial coquetear con "la participación de los trabajadores en los planes de producción y los salarios". Todos sabemos que los trabajadores no deciden nada; pero al jueguito de palabras se han visto obligados a acudir los burócratas sindicales, para no quedar en evidencia.
¿Que una ley cooperativa y esa "participación de los trabajadores en la discusión de los planes", serían insuficientes, si no van acompañadas de una nueva ley de la Empresa Socialista que contemple la participación directa, real, efectiva de los trabajadores en la dirección, la gestión y la repartición de las utilidades y de un proceso de democratización del sistema político? Es verdad. Que el discurso "democrático y diverso" de la dirección del partido-gobierno, tendrá que ser llenado de contenido, para ser creíble; también es cierto.
El pueblo cubano ya no es aquel inculto y analfabeto de antes y por mucho que se empeñe el estado en monopolizar la información, hace rato que "a las palabras no se las lleva el viento", quedan impresas, grabadas, difundidas en cientos y miles de espacios digitales y de otros soportes. Lo que se dice compromete, si no se quiere quedar como un vulgar mentiroso.
No percatarse de toda esta complejidad, -de las sinergias que generan palabras y hechos, ética y estética, pueblo e instituciones-; de todo el significado del movimiento social y popular, no siempre visible y que el estado trata de ocultar o cubre con velos turbios, impide un mejor análisis de la táctica revolucionaria pertinente ante la situación actual.
Lo que no podemos es contentarnos con lo logrado y decir salimos del inmovilismo y "el movimiento se encargará de todo". Hay que seguir la lucha.
Hay que luchar, seguir luchando, batallando, soportando improperios, seguir corriendo el riesgo de que los burócratas nos endilguen obscenidades, hay que continuar divulgando las ideas del socialismo marxista, el revolucionario, continuar la crítica a los estropicios del sistema estatalista, hay que llegar a los trabajadores de las empresas del estado, a la propia burocracia donde –también- hay tanta gente buena y muchos confundidos por el manualismo y el discurso santurrón del neo-estalinismo.
Más, estimar que la revolución se perdió, que no hay nada que hacer, que el socialismo murió en Cuba, puede llevar lo mismo a la inacción, al nihilismo, que al otro extremo, a la idea de que todo hay que empezarlo de nuevo y por esa vía caer en al vacío de pretender "otra revolución", entendida como otro proceso violento de cambios políticos, con todas las consecuencias impredecibles que esto pueda tener. No comparto ese punto de vista y creo que conduce a dislate mayor. Además el pueblo está cansado de guerras y violencias, de las que ha vivido y de la que le meten todos los días por la radio, el periódico y la televisión: quiere paz.
Generalmente, los que creen que la revolución murió, la identifican con los acontecimientos que tuvieron lugar entre 1956 y 1960, con la acción de Fidel y sus barbudos. "Aquella revolución tuvo lugar hace tiempo, se acabó, dio paso a un proceso de institucionalización, o simplemente se burocratizó": craso error. Ese tipo de pensamiento puede conducir a error, en parte coincide con el de la extrema derecha, y lo inadecuado no es coincidir en el análisis de los hechos, sino en la táctica a seguir.
Para los que piensan así, ¿dónde queda todo el movimiento social que ha tenido lugar después? ¿Todo el marxismo que se ha estudiado, no solo el de los manuales, a dónde fue parar? ¿El pueblo y su accionar no es parte de la revolución? Y además ¿La gente no tiene derecho a cometer errores, a equivocarse y a rectificar sana, no oportunistamente?
Cada cual tiene su punto de vista, cada cual es consecuente o no con ellos, cada cual tiene derecho a pensar y actuar como le parezca; pero todos tenemos el deber de respetar las diferencias de opiniones y de oír las otras, sino la sociedad se podría convertir en una selva.
Es curioso ver como muchos compañeros en la propia izquierda, fuera de Cuba, se quejan de la actuación del gobierno cubano, por no brindar suficientes espacios a quienes luchamos por abrir caminos hacia la democratización de las estructuras políticas y gubernamentales y a las formas cooperativas y autogestionarias de producción, y al mismo tiempo zahieren a los que tratamos de conseguir esos cambios desde el propio seno del proceso revolucionario, desde la persuasión, el diálogo, la discusión, pacíficamente.
¿Cómo entender que se defienda el diálogo, la búsqueda del entendimiento; y al mismo tiempo se niegue la posibilidad de sostenerlo con el poder existente, el que no mendigamos: exigimos?
Es parecida a la criticada actitud del gobierno-partido, dispuesto a conversar, a negociar hasta con el Presidente del país imperialista que nos ha asediado durante medio siglo; pero indispuesto al diálogo con la propia izquierda salida de su seno. ¿Y saben porqué se niega el poder al diálogo con la izquierda?: porque saben que van a perder, no tienen argumentos.
Es como si esa izquierda cubana asentada fuera del país nos quisiera ver enfrentados en las calles al estado, a la policía, acudiendo a la violencia, poniendo bombas o cosas por el estilo. No. Liquidacionismo de nuevo tipo, no. Suicidio político, tampoco.
Ser partidario de la extinción del estado, del menor estado posible, no implica negarlo totalmente mientras algo de él sea necesario. Luchar por la extinción del estado, no es sinónimo de "agredir", "combatir contra" el estado, "enfrentarse" -literalmente- , sino de buscar las vías sociales y económicas que lleven a la autonomía de las personas y de los colectivos laborales y sociales, a la autogestión, al autogobierno social, de manera que el estado sea cada vez más innecesario. Y más, hacerlo en la práctica.
De la misma forma que luchar contra el capitalismo, no es "combatirlo, enfrentarlo" hasta con las armas en la mano, como han hecho muchos revolucionarios, para luego de expropiar a los capitalistas, no hacer nada para propician las condiciones que posibiliten la abolición del trabajo asalariado, el amplio desarrollo de las formas de producción de tipo cooperativo autogestionarias, que tipifican el socialismo. ¿Luchar contra el capitalismo privado para imponer el del estado?
Más socialismo hace quien funda una cooperativa, quien "recupera" para los trabajadores una empresa capitalista quebrada, que quien hace mil discursos contra el capitalismo, asalta un banco, pone una bomba en un gigante comercial, hace una guerra y llegado al poder expropia todo el capital y lo deja bajo control estatal, sin ponerlo en función social a producir en forma cooperativa o autogestionaria.
Para algunos, lo revolucionario está en el método: es revolucionario alzarse, matar policías, hacer guerrillas, asaltar bancos y cuarteles, poner bombas a las instalaciones del estado, realizar una manifestación provocadora de la represión, para generar violencia y cosas por el estilo.
Lo revolucionario está en los objetivos y no en los métodos. Los métodos tienen que estar en consonancia con los objetivos.
Quien persiga fines humanistas, no puede usar métodos que no lo sean. Se volverán contra él.
Quien persiga fines socialistas, no los conseguirá con métodos del capitalismo, son sus "armas melladas", la más importante de las cuales es el trabajo asalariado.
Quien persiga fines democráticos, tendrá que usar medios y métodos afines como el diálogo, la persuasión, la divulgación de sus ideas respetando la de los otros.
¿Pretender la paz haciendo la guerra? Únicamente la de los sepulcros.
Ya se ha dicho: la violencia engendra violencia, venga de donde venga. Los que hablan de hacer en Cuba otra revolución entendida como un fenómeno de violencia, solo estarían haciendo el juego al estado burocrático a corto plazo y, a mediano, a las fuerzas más reaccionarias del imperialismo empeñadas en no dejar piedra sobre piedra del intento revolucionario cubano, aún en lucha en su interior entre el capitalismo y el socialismo, entre el capital y el trabajo, entre el trabajo asalariado y el libre asociado, entre la "dictadura del proletariado" y la democracia real directa de los trabajadores y el pueblo.
Cualquier análisis que se haga de la situación actual cubana, sin tener presente el contexto internacional en que se desarrolla, sin tener en cuenta toda la complejidad del movimiento que está produciéndose en su seno, solo a partir de esquemas preconcebidos, de enfrentamientos clasistas violentos, de métodos "revolucionarios" y otros por el estilo, tendrá efectos contraproducentes.
No pretendería cambiar la conducta de nadie, influir tal vez. Cada uno es responsable de sus actos. Pero cuando se pretende sincera y responsablemente ayudar a la búsqueda de soluciones, cuando se pretende contribuir al proceso de cambios que está teniendo lugar en Cuba, cuando se desea influir en ellos a favor de las posiciones democráticas y socializantes, no se puede, al mismo tiempo, no es posible hacerlo acertadamente, desde la oposición total a los mismos.
Criticar métodos que está usando el estado burocrático, criticar el proceso de cambios que está teniendo lugar en Cuba, para contribuir al mismo, no puede hacerse desde la negación absoluta de todo lo que ha ocurrido en Cuba, desde la negación total de la capacidad de cambio desde dentro del propio proceso revolucionario, que no es el gobierno, el partido, o un hombre, sino el conjunto de fenómenos sociopolíticos positivos implicados en la sociedad cubana.
¿De dónde salimos nosotros mismos?
No es ocioso recordar que nosotros mismos, los que hoy somos partidarios de un socialismo más participativo y democrático, en anteriores momentos, confundidos, nos creímos que todo ese estalalismo era socialismo y lo defendimos con la vida por medio. Nosotros cambiamos. No para luchar a favor del capitalismo, sino del socialismo marxista ¿Por qué negar a otros la posibilidad del cambio?
La dialéctica del pensamiento y del desarrollo no puede negarse a nadie.
Carlos Marx desarrolló sus ideas principales en la segunda mitad del siglo XIX. Murió sin poder ver el ocaso del capitalismo. En el XX fueron tergiversadas sus ideas por el "socialismo real". El XXI está demostrando que el sistema capitalista de explotación es un fracaso y conduce a la humanidad al desastre. Los que confiamos en el triunfo de la ideas más revolucionarias, los que creemos firmemente en la capacidad humana de rectificación, los que creemos sinceramente en el diálogo y en la fuerza del pensamiento, tenemos derecho a ser optimistas.
El hecho de que las fuerzas burocráticas, históricamente dominantes, hayan continuado imponiéndose en el VI Congreso, no niega que se vieran obligados a modificaciones y concesiones en sus tradicionales dogmas, ni implica que la lucha por el socialismo, el verdadero, haya concluido en el seno del proceso revolucionario cubano.
La lucha continúa.
Socialismo por la vida.
La Habana, 27 de febrero de 2012
Nota. Mi hermano Enrique se graduó en la Universidad Lomonosov de Comunismo Científico en la URSS, fue investigador en el Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias e impartía cursos de Post-grado en la Universidad de La Habana. Por defender el socialismo democrático y cooperativista se vio acosado a fines de los 80-principios de los 90 y tuvo que abandonar el Instituto y su militancia en el PCC. Por azahares de la vida se fue a vivir a Venezuela donde llegó a ser profesor titular de una Universidad, impartiendo Metodología de la Investigación Científica. Más tarde se vio obligado a ir a vivir a EE.UU., para dar tratamiento médico de por vida, a una de sus hijas. La Universidad de Miami le negó toda posibilidad de ejercer como profesor de filosofía, no obstante su amplia experiencia, su "diploma excelente", su alto grado científico obtenido luego en Moscú y su dominio del ruso, el inglés y desde luego, el español. Actualmente se dedica al cuidado de niños enfermos en EE.UU.
 
 
El partido único contra el pasado y el presente
Por Dimas Castellanos
Los aspectos comunes que identifican al género humano se acompañan con importantes diferencias que no pueden ignorarse. El carácter social –la peculiaridad más definitoria y esencial del hombre– se manifiesta, entre otras formas, en la diversidad de asociaciones que éstos crean para la colaboración, promoción y defensa de sus intereses.
Los partidos políticos son asociaciones solo de una parte, no de toda la sociedad. En consecuencia, cualquier intento de convertir una parte en representante del todo, constituye una violación del derecho de igualdad ante la ley y de la libertad política. Por esa razón, todo partido político para declararse como fuerza única o superior de la sociedad, ha tenido primero violar los derechos civiles y políticos de otros ciudadanos que piensan diferente, lo que constituye un acto contra la naturaleza social del género humano y consiguientemente contra el progreso social.
No es casual que en nuestra historia política no encontremos a nadie que haya creado más de un partido. En 1878 se crearon el Partido Unión Constitucional y el Partido Liberal, uno que representaba el sentimiento de los españoles, el otro el de los cubanos. A finales del siglo XIX se fundó el Partido Autonomista, de corte reformista, el cual coexistía con el Partido Revolucionario Cubano (PRC) que enarbolaba la independencia. En 1899, Diego Vicente Tejera creó el Partido Socialista Cubano porque los intereses de los obreros no estaban representados en los partidos liberales y conservadores de la época. En 1925 se fundó el Partido Comunista por un grupo de cubanos que asumieron esa ideología. En 1947, Eduardo Chibás fundó el Partido Ortodoxo porque el Partido Auténtico, en el que militaba, no satisfacía a una parte de sus miembros. Fidel Castro, que procedía del Partido Ortodoxo, después del asalto al Cuartel Moncada, fundó el Movimiento 26 de Julio, ya que sus ideas insurreccionales no tenían cabida en las asociaciones existentes. Cada líder o grupo social, en dependencia de sus intereses, fundó un solo partido; ninguno se propuso el absurdo de fundar varios a la vez, lo que pone en ridículo el pretexto de que Martí organizó un solo partido.
La fundación del Partido revolucionario Cubano confirma esta regla. En sus resoluciones no aparece nada relativo a su labor como partido único, después de la victoria, mientras que en sus Bases se define claramente que el mismo se constituye "para lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la Isla de Cuba, y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico".
José Martí estableció una relación genética entre Guerra y República, donde la segunda tenía que incubarse desde la primera. Él proyectó la fundación de la República, que en su ideario era forma y estación de destino, a diferencia de la guerra y del partido, concebidos como eslabones mediadores para arribar a ella. Por eso en el discurso Con todos y para el bien de todos, expresó: "… cerrémosle el paso a la república que no venga preparada por medios dignos del decoro del hombre, para el bien y la prosperidad de todos los cubanos"; y el 5 de diciembre de 1891 escribió a José Dolores Poyo: "Es mi sueño que cada cubano sea hombre político enteramente libre…".
Una ojeada a varios documentos martianos, relativos al Partido, arroja lo siguiente:
1- Estando en
Nueva York en enero de 1880, Martí presentó un estudio crítico de los errores de la Guerra de los Diez Años en el que incluyó los diversos factores que explicaban el fracaso y en consecuencia señaló sus causas, entre ellas la falta de unidad de los revolucionarios, de donde deduce la necesidad de una organización para forjarla.
2- En julio de 1882, en Carta a Máximo Gómez, le expresó: solo aspiro a que formando un cuerpo visible y apretado aparezcan unidas por un mismo deseo grave y juicioso de dar a Cuba libertad verdadera y durable todos aquellos hombres abnegados y fuertes, capaces de reprimir su impaciencia en tanto que no tenga modo de remediar en Cuba con una victoria probable los males de una guerra rápida, unánime y grandiosa..." .
3- Fiel a esos principios, Martí se separó del Plan Gómez-Maceo en 1884 y escribió al Generalísimo: "…Pero hay algo que está por encima de toda la simpatía personal que usted pueda inspirarme, y hasta de toda razón de oportunidad aparente: y es mi determinación de no contribuir en un ápice, por amor ciego a una idea en que me está yendo la vida, a traer a mi tierra a un régimen de despotismo personal, que sería más vergonzoso y funesto que el despotismo político que ahora soporta…".
4- En diciembre de 1887, le advirtió a Máximo Gómez que el país marchaba desordenadamente hacia la guerra y que se carecía de "un plan que lo una y un programa político que lo tranquilice". Para eso precisamente funda el PRC, como institución organizadora, controladora y creadora de una conciencia encaminada a sustituir la espontaneidad y la inmediatez.
5- En las Resoluciones de noviembre de 1891 planteó que: "La organización revolucionaria no ha de desconocer las necesidades prácticas derivadas de la constitución e historia del país, ni ha de trabajar directamente por el predominio actual o venidero de clase alguna; sino por la agrupación, conforme a métodos democráticos, de todas las fuerzas vivas de la patria; por la hermandad y acción común de los cubanos residentes en el extranjero; por el respeto y auxilio de las repúblicas del mundo.".
6- El 17 de febrero de 1892, en Nuestras Ideas, expresó: "Y no es el caso preguntarse si la guerra es apetecible o no, puesto que ninguna alma piadosa la puede apetecer, sino ordenarla de modo que con ella venga la paz republicana, y después de ella no sean justificables ni necesarios los trastornos a que han tenido que acudir…".
6- El 10 de abril de ese mismo año, en el acto de fundación del PRC, reiteró que el partido se crea: "
de modo que en la conquista de la independencia de hoy vayan los gérmenes de la independencia definitiva de mañana" y en abril de 1893 expresó: "La grandeza es esa del Partido Revolucionario: que para fundar una república, ha empezado con la república. Su fuerza es esa: que en la obra de todos, da derecho a todos. Es una idea lo que hay que llevar a Cuba: no una persona". Parece ser que el contenido de estas dos citas llevó al autor del artículo publicado en Granma a pensar que se referían a una supuesta labor del PRC después del triunfo.
7
- En el Manifiesto de Montecristi, firmado conjuntamente con Máximo Gómez el 25 de marzo de 1895, planteó que la guerra no es "el insano triunfo de un partido cubano sobre otro, o la humillación siquiera de un grupo equivocado de cubanos; sino la demostración solemne de la voluntad de un país harto probado en la guerra anterior para lanzarse a la ligera en un conflicto sólo terminable por la victoria o el sepulcro".
Lo común en estas citas, que abarcan de 1880 a 1895, es que la fundación del PRC fue concebida como una institución organizadora, controladora y creadora de conciencia, conforme a métodos democráticos, para sustituir la espontaneidad y la inmediatez, fomentar la unidad de los combatientes, sustituir el caudillismo, el personalismo y dirigir la guerra como una necesidad táctica de una estrategia mayor, para gestar la Patria y conformar la República. Sus funciones se delimitaron para que de su seno surgieran los gérmenes de la independencia definitiva, no para representar a una clase social o a los revolucionarios sino a todos los cubanos, no con fines electoreros, no para dominar y prohibir la existencia de partidos diferentes después del triunfo, no para anular la participación popular, no para declarar que la calle y la universidad pertenecen a los revolucionarios, no para encarcelar a los que piensan diferente. Realidades que demuestran que las ideas democráticas y humanistas de Martí son no sólo ajenas sino contrarias a la práctica de partido único.
Incluso, aceptando la absurda tesis de que Martí preveía después del triunfo emplear el Partido en la fundación de la República, habría que aceptar también la tesis contraria, de que por su profundo pensamiento democrático, lo haría en competencia con los partidos existentes. Tampoco ninguno de los delegados a las asambleas constituyentes de Jimaguayú (1895) y de la Yaya (1897) –entre los cuales había seguidores de las ideas martianas como Fermín Valdés Domínguez y Enrique Loynaz del Castillo–, propuso incluir algún artículo de esa índole, lo que demuestra la ausencia de tal propósito. Otra prueba contundente consiste en la diferencia de intereses y de composición social que tenían los núcleos revolucionarios en la Florida, en Nueva York y en el interior de Cuba; una diversidad que Martí convocó para la guerra pero que después de la victoria se manifestaría de forma natural en la variedad de asociaciones y fines.
Por todo lo anterior, la reafirmación en la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba, como "fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado", después de las múltiples pruebas de incapacidad, incluso para hacer cumplir sus propios acuerdos, de conservar institucionalmente el monopartidismo, que es precisamente una de las causas del fracaso sufrido, no responde
ni a las necesidades del pueblo cubano, ni a las normas internacionales respecto a la democracia ni mucho menos al pensamiento de José Martí.
La Habana, marzo de 2012
 
EN LA CUARESMA CUBANA DEL 2012, sea bienvenido el Papa
Por Félix Sautié Mederos



En medio de las contingencias, polarizaciones y angustias tan acuciantes para el pueblo cubano asentado dentro y fuera de nuestras fronteras, de nuevo me ha sorprendido, por así decirlo, la vertiginosa sucesión del 2012 que recientemente iniciamos. Parece ser que mientras más años me pasan por encima, presiento que el tiempo corre con mayor prisa, como si mi ser interior estuviera apurado por llegar al momento del tránsito definitivo; no obstante, me esfuerzo insistentemente por coadyuvar en la medida de mis posibilidades a la reconciliación y el diálogo entre cubanos, sin dejarme amedrentar además por las advertencias, insultos y veladas amenazas que algunos pierden el tiempo en hacerme llegar.


Esas fueron mis sensaciones existenciales durante la celebración litúrgica del miércoles de cenizas del 2012 en la Catedral de La Habana, provocadas por el recuerdo sacramental de ser polvo y que al polvo regresaremos. En tanto que las cenizas bendecidas por el Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Ortega, con el agua viva de la creación y la naturaleza que nos lavará, dieron inicio al período penitencial de la Cuaresma preparatoria para la Semana Santa y la Pascua de Resurrección, etapas de hondo misticismo en el calendario cristiano en cuyos días previos visitará Cuba el Papa Benedicto XVI.


Me refiero a dos hechos de honda trascendencia espiritual que se manifestarán muy a pesar de quienes no pueden ocultar sus odios hacia la Iglesia, así como de otros detractores monotemáticos que solo aceptan las cosas en una única dirección convergente con sus ideas. Voces que por demás escamotean al pueblo cubano, el derecho a solazarse espiritualmente en sus devociones y actividades de espiritualidad. Por otra parte, considero imprescindible tener muy en cuenta que las festividades y conmemoraciones religiosas, constituyen derechos inalienables de las personas que por voluntad propia opten por participar. Así pues, el hecho histórico de la visita a Cuba que habrá de realizar el Papa Benedicto XVI en peregrinación por motivo del 400 aniversario del hallazgo en 1612 de la imagen de la Virgen de la Caridad, Patrona y Reina de Cuba, es su derecho como sucesor de San Pedro, así como del pueblo cubano creyente o no, recibirlo con regocijo, respeto y dignidad.
En medio de tanto más de lo mismo, tantos desengaños y desesperanzas, un acontecimiento de esta índole en mi opinión constituye un cambio del ritmo existencial y un estímulo cargado de esperanzas que se transformarán en un motor para la lucha por la vida. En estas circunstancias y coyunturas considero que la visita Papal tendrá importantes repercusiones positivas para la autoestima del pueblo cubano que vive adentro e incluso afuera de nuestras fronteras, porque nunca deberíamos olvidar a la diáspora que ha salido de nuestras entrañas. Y, por encima de todo, será de especial significación su mensaje de amor intrínseco propio de la devoción a la Virgen de la Caridad, así como propiciador de paz, diálogo, reencuentro, reconciliación más allá de cualquier consideración política.


Además, un 400 aniversario se celebra solo una vez; y, si es estrictamente religioso, entonces supera las contingencias económicas, políticas o históricas del momento. En esta ocasión, los creyentes cubanos muy especialmente los católicos de todas las ideas políticas y sociales, de adentro y de afuera de nuestras fronteras, tenemos el derecho inalienable de recibir al Papa que es el Pastor Universal de nuestra Iglesia, y hacerlo con satisfacción máxima y sin ningún tipo de limitaciones, ni condicionantes, que algunos poniendo la carreta delante de los bueyes, están planteando con juicios y criterios incluso insultantes y/o despreciativos para quien piense distinto a ellos, así como para la iglesia Católica cubana, los creyentes, el pueblo cubano y muy en especial para quien es el Pastor de la Iglesia Católica universal.


Lo que SS Benedicto XVI vaya a plantear o exponer en Cuba, tanto a las autoridades gubernamentales, como a los católicos y al pueblo en general, es una responsabilidad exclusivamente suya, emanada de su conciencia y de su alta investidura religiosa e incluso estatal. Pienso que solo después de su visita podrían evaluarse las repercusiones esenciales para Cuba que, en lo concerniente a la población católica, así como a los devotos de la Virgen de la Caridad, de por sí mismas, serán enriquecedoras y de júbilo espiritual, por cuanto constituye un viaje pastoral plenamente justificado con motivo de un aniversario trascendente para nuestra identidad nacional, porque la Virgen de la Caridad es un símbolo indiscutible de nuestra nacionalidad.
No obstante, en mi opinión personal, es también de correcta lógica existencial e histórica identificar, reconocer y manifestar públicamente las complejas circunstancias del momento de inflexión en que nos encontramos inmersos los cubanos, así como las angustias que estamos atravesando adentro y afuera del país y que en consecuencia proclamemos nuestros reclamos y problemas en esta dirección; pero las imposiciones conceptuales, las condicionantes y los insultos están fuera de lugar; y dañan sensiblemente las necesidades de reencuentro, diálogo y reconciliación tan urgentes para la Nación cubana hoy.


Los insultos y las condicionantes extemporáneas que se están manifestando coinciden con las acciones amenazadoras y de advertencias así como con el uso de la fuerza y la represión contra el pensamiento diferente. Estos hechos controvertidos propician el enrarecimiento del ambiente y la creación de situaciones complicadas e insostenibles.

Considero que en la Cuaresma 2012 y en el Año Jubilar del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, recibir la visita pastoral de SS Benedicto XVI es nuestro derecho que coincide con nuestras urgencias actuales. Así lo pienso, así lo afirmo y así lo defiendo. ¡Bienvenido sea el Papa!


E-Mail: fsautie@yahoo.com
Publicado en Por Esto!, Sección de Opinión, Mérida, Yucatán, México, el lunes 5 de marzo del 2012.
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=151905
 
 
La Primera Carga al machete
Por Rogelio Manuel Díaz Moreno
Están pasando un montón de cosas serias en este país, pero hoy es mi cumpleaños y no estoy para ponerme trágico. Así que le di espacio a este bichito que tenía dándome vueltas hace tiempo, creo que hasta lo mencioné en un post anterior. Resultó que una referencia suelta, una noticia al azar, me hizo considerar la cuestión de la primera carga al machete.

¿Quién no ha visto en Cuba los dibujos animados de Elpidio Valdés? Uno de estos cortometrajes aborda, con su acostumbrados dinamismo y gracia criolla, el uso del machete como arma redentora por los insurrectos cubanos. El coronel Elpidio y el corneta Pepito mencionan la emboscada del 4 de noviembre de 1868 dirigida por el dominicano-cubano Máximo Gómez Báez como la primera acción mambisa de este tipo, si bien luego se reconoce que, durante la batalla de la toma de La Habana por los ingleses en 1762, el criollo Pepe Antonio también dirigió a sus coterráneos contra los casacas rojas, usando el sencillo pero eficaz armamento. Uno se emociona con la frase entusiasmada de Pepito: "¡nosotros cargamos al machete, porque somos muy bravos!" Pues bien, la referencia que encontré me hizo remontarme un pelín, hacia la posibilidad de que se hubiera dado en Cuba una carga al machete anterior a las del alcalde de Guanabacoa.

Hoy por fin localizé en Wikipedia la información que me faltaba, y la quería compartir con mis amigos de Bubusopía. Para esto hay que remontarse hasta 1741. En esta época, las potencias coloniales de Francia y España libraban la conocida como Guerra del Asiento o de la oreja de Jenkins –un personaje histórico que ahora no viene al caso. El almirante inglés Edward Vernon, basificado en Jamaica luego de dolorosas derrotas contra fuerzas españolas en Cartagena de Indias, decidió desquitarse en la provincia más oriental de Cuba.


Para este fin, desembarcó en la bahía de Guantánamo en la noche del 4 al 5 de agosto del citado año. La región oriental de la isla, relativamente despoblada y pobre en comparación con la zona occidental, tenía a Santiago de Cuba como única plaza de interés, y Vernon pretendía ocuparla avanzando sobre ella desde tierra, para establecer así un asentamiento inglés de importancia en la mayor de las Antillas. En Santiago, el gobernador Don Francisco Cajigal de la Vega disponía de menos de mil hombres, entre soldados profesionales y milicia –esta última dirigida por el capitán criollo, Pedro Guerrero–, contra cerca de cuatro mil que traía el británico junto a una flota de varios navíos de línea, transportes, etc.


Aquí me sospecho yo que pudieran encontrar los aguerridos orientales, una razón poco conocida y menos divulgada para acrecentar el orgullo –en el mejor sentido de la palabra– de sus tradiciones e identidad. Las tropas de Vernon lograron avanzar poco más allá de la pequeña villa de Catalina, cuyos habitantes fueron los primeros que lucieron bonitos "a la hora de los mameyes" pues, aunque tuvieron que retirarse ante la abrumadora superioridad numérica del enemigo, no tardaron en comenzar el hostigamiento de los ingleses en pequeñas partidas. A esta campaña se unieron poco después destacamentos enviados desde Santiago, y se detuvo totalmente el avance enemigo. Teniendo en cuenta que los combatientes por el lado de Cuba, en su mayoría, no eran tropas regulares, podrían haber aprovechado sin duda el famoso instrumento de trabajo como arma, y haber cargado al machete más de una vez contra los casacas rojas.

Los ingleses empezaron a sufrir rápidamente también de fiebres tropicales, que les provocaron cuantiosas bajas. Incapaces de acercarse más a la capital oriental, tras cuatro meses de sufrir el asedio de las guerrillas españolas y criollas, se reembarcaron y regresaron por donde mismo vinieron.

Así que a lo mejor le corresponde al compatriota Pedro Guerrero –¡qué nombre, eh!– o a algún otro oriundo de aquella tierra cubana, el honor de haber realizado "la primera carga al machete".

Es verdad que estos combatientes defendían la tierra de su Majestad el Rey de España, pero pasó aquí y uno se siente importante. Además, la nacionalidad se forja poco a poco, y este episodio sin duda es de lo más significativo.
Rogelio M. Díaz Moreno
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Físico, poeta y cuerdo
Tribunero 4297 de la COCO
http://bubusopia.blogspot.com/
"Yo dono rosas, oro no doy"
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AVISO
Por Félix Guerra
¿Por qué me asusto o nos asustamos
de mis o nuestros fantasmas, si siempre
supe o sabíamos
que los había y no los había?
Si siempre los tuve rozándome talones.
Si detrás y delante de mí, de nosotros
tibios y fríos, avanza y retrocede
una rumba
de cascabeles tocando trompetas y tambores.
Lo que construimos a manos,
lo zapateamos
ebrios con los pies. Nos pasábamos, no llegábamos,
nos pasábamos, ritmo de atrás y alante,
a veces frenético, a veces enardecido o fatigado,
a veces delirante, a veces energúmeno
o infantil, siempre invencible,
que nos devuelve
a los  puntos de partida o nos arrojaría por la borda
del venidero tren. Estribillo coreado:
Ni un paso atrás.
Ni para coger impulso. Pero
el tiempo amenaza
que me deja o te deja o nos va dejando en una encrucijada
maltrecha y enigmática
de bailes, danzas y contradanzas.
 
Poemas de la sangre cotidiana.
Marzo de 2012





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