03-10-2011
Crisis económica mundial
¿Por qué América Latina respira?
Hedelberto López Blanch
Rebelión
La economía de América Latina, con altas y bajas, ha ido escapando de la profunda crisis capitalista mundial que después de tres años continúa afectando a Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indica que el valor de las exportaciones de bienes en la región crecerá 27 % en 2011, aumento similar al del pasado año.
La expansión se debe a un crecimiento de 9 % en el volumen exportado y de 18 % en los precios de esos productos.
El estudio, denominado Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 2010-2011, agrega que el valor de las importaciones aumentará en 23 % y por tanto al finalizar 2011 la región acumulará un superávit comercial de alrededor de 80 000 millones de dólares.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI), caracterizado por influenciar temores a nivel mundial y sobre todo en América Latina para que los Estados apliquen las recetas neoliberales a favor del capital privado, señaló que “el crecimiento de la región perderá velocidad para ubicarse este año en 4,5 % y 4 % en 2012, aunque seguirá mostrando un vigor que contrasta con el pobre desempeño de Estados Unidos”.
El organismo financiero augura para este año aumentos en Argentina 8 %; Chile 6,5 %; Paraguay 6,4 %; Perú 6,2 %; Uruguay 6 %; México 3,5 %; América Central 3,9 %; el Caribe 3,3 % y Venezuela 2,8 %, mientras que el más bajo será el de Estados Unidos con 1,5 %. El FMI insiste en que para evitar una regresión económica, los países adopten programas de ajustes y una política monetaria más relajada.
Tanto la CEPAL como el FMI señalan que la compleja situación en los países desarrollados, en especial Estados Unidos, Japón y Europa, está empezando a afectar a las naciones emergentes y podría traducirse en un menor ritmo de incremento de las exportaciones a esos mercados durante 2012.
Además, la disminución en los precios de las materias primas (principales rubros exportables de algunos países de la región), afectarían el crecimiento, así como la crisis en Estados Unidos y Europa rebajaría las entradas de remesas principalmente hacia México y las naciones centroamericanas, lo cual esta ocurriendo con más énfasis desde 2008.
Existen factores relevantes para que América Latina haya dado pasos satisfactorios a nivel global en su economía (aunque hay grandes lagunas entre unos países y otros) que no son destacados y en otras ocasiones son denigrados por la propaganda en los medios de comunicación capitalista o por algunos organismos internacionales.
Aunque se reconoce que los dos aspectos fundamentales para que la región no esté envuelta en la crisis son el aumento en los precios de sus materias primas y el crecimiento constante de esas exportaciones a China, ya se está impulsando una campaña contra la nación asiática al tildarla de potencia explotadora en el área.
El primer punto ha sido básico, pues al aumentar el valor de las materias primas en el mercado internacional, los países productores se han visto beneficiados y en sus intercambios con China están creando nuevas infraestructuras, servicios y fábricas que ayudarán a contrarrestar el posible agotamiento o las disminuciones en los precios de esos productos.
Un factor a tomar en cuenta será que un menor crecimiento de las economías emergentes, junto a la crisis de los países industrializados, podrían bajar las importaciones internacionales de los productos básicos. No es menos cierto que se hace imperativo priorizar la cooperación regional comercial y financiera que permitan amortiguar los impactos de un eventual empeoramiento en el escenario internacional.
Pero analicemos que si China no hubiera ocupado un papel destacado en el comercio con América Latina, la crisis hubiera envuelto en una mayor espiral económica descendente a las naciones latinoamericanas.
La CEPAL refiere en su informe que América Latina se ha convertido en el socio comercial más dinámico para China, con un crecimiento anualizado de 31 % en sus exportaciones a la región entre 2005 y 2010, comparado con 16 % al resto del mundo. Se comprende lo que hubiera ocurrido en la región sin la entrada comercial del gigante asiático.
Por ejemplo, en 2009, un año después de estallar la crisis económica financiera en Estados Unidos, un equipo de analistas de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) significó en un informe que el número de personas hambrientas en América Latina se incrementaría en 53 millones.
Con las exportaciones a China se ha logrado paliar en algo esa situación, aunque esta también tiene mucho que ver con las políticas sociales que ha adoptado cada país, pues mientras en Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina, Nicaragua y Uruguay, por citar algunos, las cifras de pobres han disminuido, en otros han aumentado porque continúan con las directrices neoliberales del FMI y el Banco Mundial.
Otros dos factores que nunca aparecen reflejados en los informes de las organizaciones ni en los medios capitalistas de comunicación, son: una política económica regional menos dependiente de Estados Unidos, la cual ha tomado fuerte impulso en gobiernos progresistas y nacionalistas surgidos en los últimos diez años, y la actitud desinteresada e integradora desarrollada por la República Bolivariana de Venezuela con los países del área.
La primera se reforzó tras la derrota que le infligieron los países latinoamericanos a Estados Unidos durante la cumbre de las Américas, realizada en 2005 en Buenos Aires, cuando rechazaron la propuesta norteamericana de crear el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), o sea, la nueva versión neocolonial de Washington para ejercer el control económico y político en la zona.
La segunda resultó la iniciativa del presidente venezolano Hugo Chávez de crear Petrocaribe en 2005, que se convirtió en el pulmón de países sin yacimientos petrolíferos y pocos recursos económicos, que no podrían haber enfrentado la profunda crisis económica cuando se elevaron considerablemente los precios del crudo.
Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía y Surinam reciben petróleo venezolano en condiciones muy ventajosas con un plazo de financiamiento de 25 años y tasa de interés de solo 1 %.
Venezuela también ha realizado beneficiosos convenios de intercambio petrolero, construcción de empresas mixtas y desarrollo de infraestructuras con Brasil, Argentina, Colombia, Uruguay, Paraguay y Cuba, mientras a través del Mercado del Sur (Mercosur) las relaciones comerciales se incrementan en el área.
El desafío para América Latina será continuar por un camino de integración regional sin desdeñar un comercio justo y equitativo con las naciones desarrolladas, todo lo cual redundará en un mayor desarrollo económico, político y social de sus pueblos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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