viernes, 3 de agosto de 2012

MI AMIGO ARAMIS.....

 
Mi AMIGO ARAMIS…
Por el Dr. Pablo LLabre Raurell.

El escritor escocés James M. Barrie, dijo en una ocasión, que dios dio memoria a los hombres para que pudieran tener rosas en Diciembre. Entre los recuerdos de mi práctica como profesional del Derecho en Cuba, está el de mi amigo, el Dr. Aramis Taboada Gonzalez, el abogado criminalista más destacado de Cuba, con posterioridad a 1959.
Conocí a Aramís Taboada en mi etapa de estudiante, cuando asistía a La Audiencia de La Habana a presenciar los juicios orales en la Sala de lo Criminal. Un día que obsevaba un interesante debate entre fiscal y defensa, llamó mi atención la elegancia con que el defensor impugnaba los argumentos de la acusación. Al concluir el juicio lo felicité, gesto que agradeció, luego extendió la mano y me dijo: "Dr. Aramis Taboada, a su disposición". Ese día nacio una amistad. Luego de mi graduación- poco tiempo despues - pude compartir con él los estrados de justicia en múltiples ocasiones.
Aramís Taboada González nació en el pueblo de Encrucijadas, provincia de Las Villas, en el año 1924. En 1944 matriculó en la escuela de Derecho de la Universidad de La Habana. Fue miembro de la Federacion Estudiantil Universitaria, de cuyo organismo fue Delegado de Asignatura y Presidente de la Escuela de Derecho. Militó en el Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo, fundado por Eduardo Chibás Rivas en 1947. Luego del golpe de estado, el 10 de Marzo de 1952, Aramís representó a muchos de los revolucionarios acusados ante los Tribunales de la dictadura, como Abel Santamaría, Antonio (Ñico) López, Gerardo Abreú Fontán y los hermanos Almeijeiras. Al triunfo de la Revolución, en 1959, varios miembros del depuesto régimen solicitaron los servicios jurídicos de Aramís, entre ellos, Joaquín Martínez Sáenz, ex director del Banco Nacional de Cuba; el Brigadier Hernando Hernández, ex jefe de la Policía Nacional; y el periodista Otto Meruelos, vocero de la dictadura.
En 1961 Taboada fue detenido, acusado de recibir dinero de la organización, La Rosa Blanca, fundada en la ciudad de Nueva York, por Rafael Díaz Balart. Luego de varios meses de prisión en la fortaleza de La Cabaña, fue puesto en libertad, sin juicio, al comprobarse que el dinero recibido era en concepto de honorarios por servicios profesionales. En 1973, al prohibirse el ejercicio privado de la abogacía en Cuba, Aramís Taboada cerró su oficina particular de la calle Ayesterán y continuó su práctica profesional en el Bufete Colectivo situado en Carlos III y Franco, Centro Habana.
En 1983 varios jueces del Tribunal Provincial Ciudad de la Habana fueron detenidos bajo cargos de corrupción. Durante el proceso investigativo algunos de los magistrados procesados mencionaron a Taboada como uno de los abogados con el que tenían relaciones ilícitas. Agentes de la autoridad practicaron un registro en el domicilio de Aramis en 8 y 3ra, Miramar, y le ocuparon la suma de 400,000 pesos, moneda nacional. Fue arrestado y encausado. El Ministerio Público le formuló cargos por presunto delito de Cohecho.
A mediados de junio de 1983 comenzo el juicio. Las sesiones del plenario se extendieron por espacio de tres días. Decenas de testigos comparecieron ante el tribunal. Taboada fue representado por el abogado Antonio Varona Battle, quien durante la década del 40 fuera asesor legal del líder sindical Aracelio Iglesias. La defensa de Varona fue magistral. No obstante, el tribunal lo encontró responsable de los cargos imputados y lo condenó a la severa pena de 13 años de privación de libertad.
En julio de 1983, a los 59 años de edad,Aramis Taboada ingresó en la prisión de Guanajay. Al cumplir el primer año de condena sufrió un principio de infarto y fue ingresado en el Hospital de la Prisión Combinado del Este. Concluído el tratamiento regresó a la cárcel de Guanajay, pero a mediados de 1985, un segundo principio de infarto hizo que lo internaran en el Hospital La Covadonga, situado en la calzada del Cerro. En octubre de 1985, estando hospitalizado en la Covadonga, Aramís sufrió un tercer accidente cardiovascular a consecuencia del cual falleció. Tenia 61 años de edad.
El velorio- al que asistimos- se efectuó en su domicilio. El servicio eléctrico estaba suspendido a consecuencia de un ciclón que había azotado la ciudad, pero unos candelabros suplieron la falta de iluminación. Los colegas Ángel Rodríguez Balmaceda, Inés Rodríguez Bocanegra, Isaac Vega Diez, Jorge Bacallao, Olga Lazcano y Varona Battle, se encontraban entre los asistentes, al igual que los médicos, Bernabé Ordaz y Julio Martínez Páez.
El entierro se efectuó al día siguiente. A nombre de familiares y amigos, el Dr. Varona Battle pronunció la despedida de duelo. Sus palabras provocaron lágrimas en la mayoría de los presentes. Concluído el entierro, me retiré en compañía de Jorge Bacallao. Durante el camino, comentando sobre las ironías del destino, Bacallao se refirió el trágico fín de nuestro amigo, yo le recordé el final del drama Edipo Rey: "tratándose de un mortal hay que esperar hasta el último día de su vida antes de considerarle feliz, a ver si culmina exento de desgracias”, Bacallao sonrió, pero con tristeza.
Transcurrido un año, varios amigos visitamos la tumba de Aramís. En el cementerio solicitamos la ayuda de un empleado para llegar a la sepultura. Cuando arribamos, el obrero nos dijo que luego del entierro, durante un tiempo, enjambres de abejas zumbaban sin descanso en torno a la sepultura. Quizás es éso lo que les quede a las nuevas generaciones de abogados cuando oígan hablar del Dr. Aramís Taboada: un poco de miel sobre su leyenda y un zumbido de abejas.

Dr.PabloLLabreRaurell. abogado. Jabaylla@yahoo.com

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