domingo, 16 de febrero de 2020

QUIENES Y POR QUE ASESINARON A COSSIO DEL PINO


Quienes y por qu
é asesinaron a Cossío del Pino.
                                                                        Por Pablo LLabre Raurell
         
      
         A partir del triunfo de la Revolución Cubana, el primero de enero de 1959, se han publicado  con frecuencia – dentro y fuera de Cuba -  libros y artículos sobre los crímenes cometidos por Fulgencio Batista tras usurpar el poder,  el 10 de marzo de 1952. Sin embargo, no se ha detallado  con la misma frecuencia el hecho de que un tiempo antes del golpe militar, Batista ordenó a sus huestes perpetrar atentados para crear las condiciones propicias al cuartelazo. Su autoría intelectual en esos delitos es evidente. Una de las víctimas fue el ex congresista, Alejo Cossío del Pino, asesinado en la Habana, el 12 de febrero de 1952. Durante mucho tiempo se han ignorado estos hechos. La historia debe ser contada.
   Desde luego que el caso de Cossío del Pino no es el único. El método ha sido utilizado por diversos dictadores en otras partes del  mundo. Y aunque con matices diferentes, no ha pasado de moda. Los ejemplos que a continuación se citan avalan este particular.
        El 13 de julio de 1936,  insubordinados pertenecientes a la  Policía Estatal y activistas socialistas, secuestraron  y asesinaron en Madrid  al jurista y diputado a las cortes,  José Calvo Sotelo,  ex  Ministro de Hacienda  durante la dictadura de Primo de Rivera y líder del Partido Renovación Española, que abogaba por  la instauración de una monarquía autoritaria y corporativista en el país. La propaganda franquista manipuló el hecho a su favor para justificar el alzamiento contra la República al  presentarlo como un crimen de estado.  En España el gobierno Republicano no alentó la violencia de manera directa contra los opositores pero tuvo una postura débil contra los  responsables de actos violentos. La muerte de calvo Sotelo aceleró  el inicio de una sangrienta Guerra Civil que se extendió durante  tres años (1936- 1939).
          En Roma,  el 11 de junio de 1924,  militantes fascistas  asesinaron al miembro de la Cámara de Diputados  y  jefe del Partido Socialista Unitario Italiano, Giancomo  Matteoti. Benito Mussolini había orientado a sus huestes fascistas que utilizaran la violencia contra socialistas y opositores al régimen. Quería un control absoluto de la nación, un régimen fascista donde la oposición no fuera tolerada.  El líder socialista fue secuestrado el 10 de junio y su cuerpo, en estado de descomposición, fue  encontrado seis días después, el 16 de agosto.  Aunque no se ha podido  establecer de manera concreta que Mussolini dio la orden, el crimen catalizó la instauración de la dictadura fascista en el país.
Quien fue Cossío del Pino.
    Nacido en el año 1902,  Alejo Cossío del Pino combatió la dictadura de Gerardo Machado (1925-1933) en las filas de la organización, Unión Nacionalista, dirigida por el ex coronel Mambí, Carlos Mendieta. En 1934  Mendieta fue designado Presidente de la República por el jefe del ejército, coronel Fulgencio Batista, y Cossío es nombrado en la Secretaría de Obras Públicas. Posteriormente, junto al abogado Pelayo Cuervo Navarro, integra el Partido Conjunto Nacional Demócrata en su izquierda nacionalista  y  es  elegido Concejal por el barrio de Arsenal, de  La Habana. (1)
        Su  oposición a Batista lo llevó  a  incorporarse al Partido Revolucionario Cubano Auténtico, en 1940, y  resultó electo Representante a la Cámara durante dos períodos consecutivos. En mayo de 1947 fue nombrado por el  Presidente Grau Ministro de Gobernación. Durante su gestión trató de erradicar  el gansterismo, un mal que asolaba al país  y  lanzó la consigna  “se  acabaron las pistolas “ , pero rozó con los intereses  del poderoso bloque  político encabezado por el corrupto Ministro de  Educación, José Manuel Alemán, el BAGA. En noviembre de 1947 se vio forzado a renunciar  presionado por el primer mandatario.
Para entender las causas que  determinaron la muerte de Cossío del Pino es necesario ir  unos años atrás.
   El 15 de enero de 1934, el  jefe del ejército, coronel  Fulgencio Batista, de acuerdo con  el  embajador norteamericano, Jefferson Caffery, y sectores reaccionarios del país, deponen el gobierno revolucionario del Dr.Ramón Grau San Martín, que había llegado al poder el 10 de octubre de 1933.  A partir de esa fecha surgen  a la vida pública distintas organizaciones revolucionarias que se enfrentaron a  los  presidentes impuestos por Batista desde  el campamento de Columbia, sede del estado mayor del ejército. Entre las  principales  se encuentran, Joven Cuba, fundada por Antonio Guiteras Holmes, muerto el 8 de mayo de 1935, en un enfrentamiento con el ejército;  Legión Revolucionaria de Cuba (LRC), fundada  por Mario  Salabarría, Manuel (Manolo) Castro y Casimiro Menéndez, entre otros;  Acción Revolucionaria Guiteras (ARG), fundada por Pedro Fajardo Boheras,  Orlando León Lemus (a) el Colorado, Rogelio Hernández Vega  y  Jesús González Cartas(a) el Extraño.  
        En junio de 1944, Grau San Martín,  al frente del Partido Revolucionario Cubano Auténtico, vence en las urnas al candidato oficialista, Carlos Saladrigas. Fulgencio Batista  abandona el poder  y marcha hacia Daytona Beach, Florida. Los grupos  revolucionarios emergen de la clandestinidad y demandan al gobierno participación. Grau entendió justo el reclamo y firmó decenas de nombramientos en los cuerpos  policiales. Uno de los beneficiados fue el líder de  LRC, Mario  Salabarría, a quien Grau nombró jefe del Servicio de Inteligencia y Actividades Enemigas del Estado (SIAEE) con el grado de Comandante.
      Otro favorecido  fue Emilio Tro Rivero,  un  ex miembro de  Joven Cuba y  ARG que debido  a sus actividades insurreccionales, en 1942 tuvo que salir del país. Emilio participó  junto al ejército de los Estados Unidos en la segunda guerra mundial. A su regreso  fundó la organización, Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR). Un año después Grau lo nombra Director de la Academia  Nacional de la Policía con el grado de Comandante.
     Entre Tro  y  Salabarría existía una enemistad - de la que Grau no era ajeno -  cuyos orígenes se remontan a las luchas estudiantiles Universitarias de 1938 a 1944.  En aquel tiempo se disputaban el control de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) dos facciones: el llamado Bonche Estudiantil Universitario, compuesto por estudiantes organizados por el Secretario de Deportes, coronel Jaime Mariné, con la anuencia de Batista, e integrado por  pseudo revolucionarios con marcada tendencia a perpetrar actos  de violencia a punta de pistola. El objetivo de su creación  fue   mantener bajo control el principal baluarte de rebeldía contra el gobierno: La Universidad. La otra facción era el Comité Estudiantil de Superación Universitaria (CESU), creado por estudiantes y profesores de la escuela de Ingeniería, entre ellos, Manuel (Manolo) Castro. El CESU fue la respuesta al Bonche. Tenía como objetivos limpiar la alta casa de estudios. Tro tenía vínculos  de amistad con los bonchistas, entre ellos, Antonio Morín Dopico, Mario Sáenz de Burohaga  y  Miguel  Echegarrúa. Por el contrario, Salabarría los combatía para ayudar a sus amigos, Manolo Castro y Ramiro Valdés Daussá. Ninguno de los dos (Tro y Salabarría) eran estudiantes universitarios.  
     Volviendo al gobierno de Grau.  Durante sus cuatro años de mandato políticos sin escrúpulos comenzaron a manipular a favor de sus intereses  a  miembros de  los llamados “grupos de acción “. La deficiente formación ideológica de sus principales dirigentes hizo que comenzaron a distanciarse de sus  principios originales y se inclinaran hacia el gansterismo. Comenzaron ajusticiando esbirros de las anteriores dictaduras  y terminaron peleando entre ellos. Las diferencias eran dirimidas a tiro  limpio lo que generó un espiral de violencia que dejó  decenas de muertos y  heridos. El odio entre grupos rivales  alcanzó su nivel más alto durante  los sangrientos sucesos conocidos como la Masacre de Orfila.
  Los sucesos de Orfila.
          En horas del mediodía del 15 de septiembre de 1947, fuerzas policiales al mando del comandante Mario Salabarría, asaltaron la residencia del comandante de la Policía,  Antonio Morín Dopico, en el reparto Benítez (Orfila), Marianao. En el inmueble se encontraba Emilio Tro  reunido con miembros de su grupo.  Salabarría se presentó amparado en una orden de arresto contra Tro por  la muerte del capitán de la policía del  Ministerio de Salubridad, RaúĂvila, firmada por el juez de instrucción, Riera Medina. Su muerte fue en respuesta a un atentado contra Tro,  el 5 de septiembre.
       Al rodear la casa se originó un fuerte tiroteo que se extendió por más de tres horas. El jefe del ejército, General Pérez Dámera,  estaba de visita oficial en Washington pero una  llamada telefónica lo alertó y ordenó el envío de tanques y carros blindados . Poco antes del arribo del ejército - al mando del comandante Lázaro Landeiras - los sitiados habían pedido un alto al fuego para sacar del inmueble a las mujeres  y una niña de 0cho meses (hija de Morín),  pues  el humo de las bombas lacrimógenas las asfixiaban. Los  agresores respondieron con burlas y amenazas. Pero al  ver la llegada del ejército - el teniente Ramón de la Osa  bajó de un carro blindado y se aproximó a la vivienda – pensaron que sus vidas serían respetadas.  (2). Se equivocaron.  
      El primero en salir fue Morín con su hija en brazos, la intervención de un soldado impidió su asesinato a manos del comandante Roberto Meoqui. Tras Morín salió su esposa,  Aurora Soler, seguida de  Tro  y  Luis  Padierne. De momento reinó la calma. Parecía que todo había terminado. Pero disparos de una pistola 45  dirigidos a Emilio desataron la violencia. Ráfagas de ametralladoras derribaron a Aurora, en estado de gestación. Emilio intentó levantarla del suelo y fue ametrallado, estando  herido se  apoyó en el teniente de la Osa - que estaba a su lado - pero otra ráfaga lo desplomó. Padierne intentó escapar saltando por encima de Tro,  pero el teniente Pérez Dulzaides lo derribó de un culatazo. En el  suelo fue ametrallado por el Colorado.
        Dentro de la casa fueron  ultimados Arcadio Méndez  y Alberto Díaz. El primero a manos de José Fallat (el turquito), y el segundo por el capitán  de la policía, Mariano Miguel. (3)  El capitán de la Policía y miembro de la UIR, Mariano Puertas, se enteró del combate por la radio y acudió en defensa de sus compañeros pero al aproximarse a la vivienda fue ametrallado. El chofer de Tro, Manuel Villa, fue herido grave pero sobrevivió. El teniente coronel del ejército, Oscar Teobaldo Díaz Martínez, detuvo a  Mario Salabarría  y  lo  presentó en el campamento de Columbia. Al término de las hostilidades un rio de sangre corría frente a la casa.
  La película de Guayo.
     El camarógrafo Eduardo Hernández(a) Guayo, se presentó en el campo de batalla y  filmó escenas que fueron presentadas en el  proceso judicial. El film se proyectó en algunos cines de la capital,  entre ellos, el Negrete. El Ministro de Gobernación, Alejo Cossío del Pino,  al ver el documental comentó con el  productor del noticiero, Manuel Alonso, que el film podría lastimar la  sensibilidad de la ciudadanía  y provocar reacciones  en los amigos de los contendientes. Luego de escuchar al titular de gobernación,  Alonso decidió suspender la proyección. Inconforme con la medida, el jefe del ejército citó a  los principales directores de periódicos y revistas a una reunión en el campamento militar de Columbia y les proyectó el film. Al concluir la presentación los presentes coincidieron en que la opinión pública debía conocer tales hechos y la película se proyectó en los cines de la capital.
 Amenazan de muerte a Cossío.
     Al despedir el duelo en el Cementerio de Colón, el miembro de la  UIR, Raúl González Jerez, apuntó: “ Los que matan por la espalda no pueden  morir de frente. La justicia tarda pero llega “. (4)  En el panteón  a las víctimas se colocó una placa con los nombres de los  responsables. Entre ellos  estaba el de Cossío del Pino. Lo acusaban de favorecer a Salabarría  siendo ministro. Situación que se agravó con la suspensión temporal del film. Cossío envió un artículo a la prensa en su defensa pero su nombre permaneció en la lista.
El  regreso del  General .
     En los comicios de junio de 1948, Carlos Prío  resultó ganador frente  a su rival del Partido Ortodoxo, Eduardo Chibás.  El “Presidente de la Cordialidad” prometió que durante su gobierno no existirían presos políticos ni exiliados. Cumplió su palabra. Batista regresó con un acta de Senador por la provincia de las Villas, donde nunca residió.  Sus ambiciones de poder no habían cesado y de inmediato comenzó a preparar su candidatura para las elecciones de 1952. A esos efectos funda el Partido de Acción Unitaria (PAU).
     Al asumir el gobierno Prío tropezó con una lacra heredada de su antecesor: el  gansterismo. El 12 de enero de 1949, a sólo tres meses de su toma de  posesión,  fue asesinado en el Bar Ancla, en la Habana vieja, el sargento de la policía, Rubén Darío González.  Dos días después, el 14 de enero,  son encontrados en  la zona del Country Club los cadáveres de dos estudiantes, miembros de ARG,  Gustavo Masó y Juan Regueiro, autores del asesinato a Darío. El Presidente promulgó la Ley No 5 de 1948, conocida como Ley contra el  Gansterismo, y  creó un cuerpo especializado para combatirlo, el  Grupo de Represión de Actividades Subversivas (Gras). Pero toda medida era ineficaz debido al apoyo que recibían los pistoleros de políticos corruptos. Batista utilizó el gansterismo como lema de campaña ocultando que fue uno de sus padrinos al crear el Bonche Universitario.
 La cortina de humo.
       Para  las elecciones de 1952, los candidatos con mayores posibilidades eran el profesor Roberto Agramonte, del Partido Ortodoxo,  y  el  ingeniero Carlos Hevia, por el Partido Auténtico. Batista no era ajeno a esa realidad. Su candidatura era una cortina de humo para  avanzar - sin levantar sospechas - en la única forma que tenía de llegar al poder: la fuerza.  La idea de  golpe surgió durante su exilio en Daytona Beach, Florida.
      En su preparación  Batista no estuvo solo. Lo ayudaron: el dictador Dominicano, Rafael Leónidas Trujillo, interesado en  barrer a  sus enemigos del Partido Auténtico, o evitar algo peor,  el triunfo electoral de los Ortodoxos;  sus viejos amigos de la Cosa Nostra (Meyer Lansky y Santos Trafficante ) interesados en extender una red de Casinos en Cuba; y  poderosos sectores económicos norteamericanos. Pero  su mejor aliado  fue el clima de inestabilidad que existía producto de la guerra entre grupos gansteriles. Como se detallará más adelante, el propio Batista en reuniones con miembros de su  partido (PAU), orientó perpetrar atentados personales para crear un clima de ingobernabilidad que justificara el golpe de estado.
La Violencia en peligro de extinción.
       A principios de 1951 Prío  realizó un intento de poner fin a la violencia mediante un acuerdo de Paz entre las pandillas. La tarea fue encomendada al  Secretario de la Presidencia, Dr. Orlando Puente. Las primeras gestiones fracasaron. A ellas asistió a nombre del Colorado y Policarpo Soler, el  contratista y aspirante a la Alcaldía de Marianao, Pedro Suárez, esposo de la cantante, Maruja González, lo que deja en evidencia el  respaldo de políticos a pandilleros. Ante la debacle el Presidente pidió a  Eufemio Fernández que actuara de mediador. El ex jefe de la Policía Secreta se reunió con los “padrinos” de los grupos de acción, entre ellos, el Presidente del Senado, Miguel Suárez Fernández; el Senador Diego Vicente Tejera, y los Representantes a la Cámara, Baire LLópiz, Gilberto (el flaco ) Leyva y Rolando Masferrer. En mayo de 1951, se  llegó un acuerdo.
     Fue un pacto sin documento que lo avale. Los grupos se comprometían a enterrar los odios  y  la violencia. En respuesta el  gobierno les daba todo tipo de facilidades  para incorporarse a la vida civil o abandonar el país  quien así lo quisiera. Se repartieron entre los grupos  centenares de “botellas” y  sinecuras provenientes de  los Ministerios de Educación, Obras Públicas, Salubridad  y  la Renta de Lotería. (5)      
      Varios miembros de la UIR rechazaron el acuerdo por considerarlo  “una traición a los muertos”.(6) El  23 de junio de  1951, Sergio Bustamante (UIR), murió en un encuentro con  agentes del Gras en la Plaza del Vapor. En el enfrentamiento fue herido Herminio Díaz (UIR). El 24 de noviembre de 1951,  recibió siete balazos frente a su domicilio, en el reparto Arroyo  Apolo, el ex jefe de la Radio Motorizada, capitán Dámaso Montesinos. Logró salvar su vida. El miembro de la UIR, Jesús Lamela Barrios, fue uno de los agresores.
Ernesto de la mala Fe.
        El  periodista Ernesto de la Fe,  era el jefe la organización, Acción y Trabajo por un Orden Mejor (ATOM), en la que militaron, entre otros, el abogado Máximo  Sorondo, Carlos  Geraber  y  Moisés Silva. En 1945  organizó la llamada Conspiración de la Capa Negra para  derrocar al presidente Grau. Cumplió dos años en prisión. Durante una entrevista con el Presidente Prío,  De la Fe le garantizó que podía erradicar el gansterismo si le daba la cartera de Gobernación. El mandatario rechazó su pedido.  Lo conocía bien. Le dijo que los grupos ya habían llegado a  un acuerdo de paz. Resentido por la negativa recibida,  Ernesto ordenó a los hombres de acción  de su grupo  realizar atentados y actos violentos. Quería romper el acuerdo. Estallaron petardos  en la Capital.
     Para los atentados personales de la Fe reclutó a los pistoleros Orlando García y Paco Obregón, dirigentes de  la Asociación de Veteranos de la II Guerra Mundial. El 13 de diciembre de 1951, García y  Obregón  balacearon a Evelio (el visco) Prendes. Un ex porrista de la dictadura de Machado que regresó a Cuba en 1939. Recibió 20 heridas de bala. Murió al instante.
 Batista exige más violencia.
     El sábado 26 de enero de 1952, en las oficinas del PAU, en la calle 17,  No 306, Vedado, Batista habló con un grupo de militares retirados y les ratificó  la necesidad de llegar al poder de manera violenta con el apoyo del ejército. (7)  El mismo día por la noche se reunió -en su finca-  con sus directores de propaganda y  les orientó crear a través de la radio y la prensa un ambiente de agitación nacional tendiente a demostrar que el gobierno carece de la fuerza  necesaria para controlar el orden, mantener la paz pública  y garantizar los derechos de propiedad y libre empresa. Que sólo Batista puede restablecer la paz. (8)
     La noche del siete de febrero,  a sólo cinco días del atentado a Cossío, Batista se reunió en su finca con un grupo de militares retirados y acordó acelerar los contactos con el grupo de militares en  activo, así como   “estimular a los jóvenes del PAU a realizar atentados personales  y  promover  toda clase de alteraciones del orden público “. (9)
       Acorde con el plan golpista, Andrés Rivero Agüero, ex ministro del  gobierno de Batista (1940-1944)  y  vocero del PAU, en un artículo publicado en la  revista Bohemia, dijo: “… el gansterismo es la amenaza más grave que tiene la paz y el peligro más cierto de que se haga pedazos el ritmo constitucional…o se le pone coto al pandillerismo o esto se hunde en la anarquía más espantosa, con la secuela inevitable de la dictadura militar”. (1o)
 Hace falta un Calvo Sotelo.
         Antes de la reunión del  7 de febrero con militares retirados, Batista habló en dos oportunidades con el  Vicepresidente, Guillermo Alonso Pujol. Quería conocer su opinión sobre un  golpe de estado. Los encuentros tuvieron  lugar en la finca Kuquine. En el primero Batista refirió un supuesto plan de Eufemio Fernández para matarlo. Ya en el segundo, le confesó: “En el ejército  hay un grupo de jóvenes oficiales encaminados a destituir al presidente y  me tienen como la figura que debe darle tonalidad histórica al movimiento. Si no los escuchamos se corre el riesgo de que lo hagan por su cuenta y eso es muy peligroso dada la ausencia de sentido de orientación política que tienen los militares “.  Y  agregó - “el gansterismo es un mal que nos lleva a la anarquía y el ejército tiene el deber  de salvar a la sociedad cubana “. (11)
       “El gansterismo  -  contestó  Alonso -  es una deshonra nacional que debe extirparse  pero  sus víctimas carecen de relieve  por ser miembros de grupos  pseudo- revolucionarios y tales sucesos no han herido a profundidad la sensibilidad pública”.  Y continuó - “ Esos  hechos de sangre  y  la censurable conducta de las autoridades dejándolos sin castigo, no justifican un alzamiento militar”. Y acotó - “Aún  no ha ocurrido un hecho de resonancia tal como fue en  España la muerte de Calvo Sotelo, preludio de la sublevación de los generales Sanjurjo, Mola y Franco ”. (12)
       Viejo conspirador, Batista captó la idea en su esencia. Los actos violentos tenían que sensibilizar la opinión pública. Para catalizar el golpe era necessario un “hecho de resonancia”, como la muerte de Calvo Sotelo en España. Debía transmitirlo a sus partidarios. La conversación se extendió hasta la media noche. El ex general acompañó al Vice hasta la puerta y le  dijo: “Trataré  de detener el movimiento, aunque te ratifico que está muy adelantado “. (13)
En busca de un Calvo Sotelo.
      Los dirigentes del PAU conocían el trabajo subversivo que realizaba ATOM. También la personalidad y ambiciones de su jefe. Y decidieron hablar con él para incorporarlo a los planes sediciosos. Un dirigente del PAU, cuya familia reside actualmente en Miami,  tenía amistad con de la Fe de los tiempos universitarios y se reunió con él. No  fue difícil captarlo. En lo adelante actuarían de manera coordinada.   
     El  jefe de ATOM recibió la encomienda de producir un atentado de “gran resonancia”. Su  amplio conocimiento de los grupos “revolucionarios” le indicó que la víctima  perfecta era el ex congresista Alejo Cossío del Pino.  No solo era  un político honesto con amplias simpatías en la población sino que además estaba condenado a muerte. Sólo tenía que incitar a los miembros de la  UIR a cumplir una sentencia pendiente.  Su muerte no levantaría sospechas sobre los verdaderos autores intelectuales.
      Cuando se organizó la UIR, el dirigente del sector Gastronómico, Jesús Diéguez, ocupó la Secretaría General y Emilio la de Acción. Al morir en Orfila  la Secretaría de Acción pasó a José de Jesús Ginjaume, un ex miembro de Joven Cuba, que en 1945 fundó la organización, Acción Pino Guerra. Pepe de Jesús, como era conocido, vivía con su madre, Rita, en San Rafael No 1021. Sus visitantes se exponían a un grave peligro. El 27 de julio de 1950, la casa fue ametrallada por el grupo del Colorado y Policarpo Soler.  Pepe de Jesús y su lugarteniente, Armando Correa, resultaron heridos de gravedad.  A los poco días la puerta de entrada fue blindada con una plancha de hierro. De la Fe y Pepe de Jesús eran amigos. Tenían un enemigo común: Rolando Masferrer. Ernesto lo visitó y habló con él para inducirlo a romper el acuerdo de paz. Se desconocen los detalles y si hubo algún ofrecimiento. Pero lo convenció.     
     Con posterioridad la UIR celebró una reunión  en San Rafael 1021, a la que asistió Ernesto, donde se acordó una colaboración entre UIR y ATOM. En el encuentro se analizó la mejor forma de romper el acuerdo. El Secretario de  Propaganda, Francisco Chao Hermida, sugirió que fuera a través de un comunicado de prensa; Armando López, hijo del mártir Alfredo López, propuso un  atentado a Rolando Masferrer. Ernesto de la Fe recordó que la UIR tenía una cuenta pendiente con Cossío del Pino y que esta era una oportunidad para saldarla. No hubo objeción. Se acordó que Orlando García y Paco  Obregón participaran en el atentado. (14)
El Atentado.
        La UIR montó  un riguroso chequeo  sobre Cossío. Entre los sitios más frecuentados estaban la emisora de su propiedad, Radio Cadena Habana, y el restaurant campestre Topeka, del que también era dueño. Tenía por costumbre al salir temprano en la noche de la emisora ir al restaurant cafetería, el Strand, en Belascoaín y San José, cuyo dueño, de origen español, tenía un hijo amigo de Paco Obregón. (15)     
     En horas de la noche del  12 de febrero de 1952, Cossío concurrió al Strand, acompañado de  su hermano Raúl  y los políticos José Ramón  Mérida, Ceferino Duque Pérez  y Radio Cremata, para informarlos sobre el dictamen del Tribunal Superior Electoral en relación al escaño en el Congreso  al que aspiraba dejado vacante por el pinareño Benito Remedios tras su muerte a manos de un  policía. El tribunal falló a favor de su oponente, José Basterrechea, obviando que había quedado primer suplente en las elecciones. (16)    
     A la misma hora, en San Rafael No 1021, los pistoleros esperaban una llamada telefónica. Sobre las ocho de la noche sonó el teléfono. El hijo del dueño del restaurant marcó el auricular. Pepe de Jesús los despidió y de inmediato se trasladó al domicilio de Ramón González, en la avenida 7ma, Miramar. Necesitaba una coartada. Lo condujo su chofer, Armando Guerra.
      Los sicarios entraron en un Oldsmobile, color  rojo, guiado por Pedro González Calderín. El auto se desplazó por la calle San Rafael y al llegar a Belascoaín detuvo la marcha. Descendieron Orlando García, Jesús Lamelas, Roberto Pearson  y Amadeo Oliveros (Calandraca). A paso lento se dirigieron a la cafetería. El vehículo dobló en dirección a  San José  y detuvo la marcha a media cuadra con el motor encendido. En la acera frente al restaurant los esperaba Paco Obregón, en apoyo a la acción. (17)
      Cuando llegaron al restaurant, Pearson se quedó en la entrada y los demás se aproximaron a la mesa donde estaba la víctima. Sin mediar palabra abrieron fuego con pistolas  automáticas sobre Cossío y sus acompañantes. Luego se retiraron disparando al aire. En la fuga intercambiaron disparos  desde el carro con el vigilante número 5364, Virgilio Rodríguez,  en la esquina de San José y  Márquez González.(18)  Cossío del Pino  fue trasladado al  Hospital de Emergencias. Llegó sin vida. Recibió 16 heridas de bala.  Sus acompañantes, aunque heridos, lograron sobrevivir.
Consumada la traición.
     En horas de la madrugada del 10 de marzo de 1952,  a menos de un mes del asesinato a Cossío, Batista dio el  golpe de estado. En un intento por detener el cuartelazo Prío  se comunicó con los coroneles, Martín Elena  y  Ălvaro  Margollens,  jefes militares de Matanzas y Santiago de Cuba, los que habían permanecido fieles. Pero horas más tarde ambas guarniciones se plegaron a la asonada militar. Para evitar un baño de sangre, el Presidente  se asiló en la embajada de México,  junto al ministro, Aureliano Sánchez Arango.
     En horas de la tarde Batista se dirigió a la nación. Con inaudito cinismo, el ex general golpista expresó: “…Amenazada la  estabilidad de la república y la paz interna  por la protección que el gobierno ha venido  prestando al  gansterismo, que cuenta en su haber  centenares de atentados impunes, ha agotado la paciencia, con justificada alarma, la noticia de que se preparaban varios atentados personales  sobre las más connotadas figuras de la oposición para atribuirlos a las pandillas que el gobierno arma y ampara, a la vez que se alentaba la guerra entre los grupos de acción..(19)  La alocución fue redactada por el periodista, Luis Ortega, quien se presentó en Columbia temprano en la mañana. (20)
       La dictadura de Batista se extendió por siete años. Durante esa etapa la corrupción alcanzó niveles alarmantes. La violencia  gansteril - esgrimida como justificación-  fue sustituida por un terrorismo de estado ejercido por criminales uniformados. Esteban Ventura, Pilar García, Conrado Carratalá,  Irenaldo García y  Julio Laurent, son nombres de triste recordación.
    En pago a su contribución, Ernesto de la Fe recibió el Ministerio de Información. El organismo de nueva creación encargado de la censura. Cuatro años después, a principios de 1956, renunció debido a una polémica con el jefe de la Policía, Rafael Salas Cañizares. Batista eliminó el  Ministerio de Información del presupuesto (21).  En 1959 un Tribunal Revolucionario presidido por el capitán, Emigdio Sabas Meneses (Sabita), sobrino del Senador Camagüeyano del mismo apellido,  lo sancionó a 20 años de privación de libertad. Al cumplir la sentencia se marchó hacia los Estados Unidos, donde falleció.
La causa criminal.
       El Tribunal de Urgencia radicó la causa correspondiente. Fueron detenidos: Roberto Pearson, en una casa de seguridad de la  UIR, en la barreada de la Víbora;  Amadeo Oliveros (Calandraca), quien fue identificado por testigos presenciales y  la prueba de Parafina le dio positiva; Pepe de Jesús, a pesar de su coartada; Ismael (Paco) Obregón, a quien un testigo lo vio depositar una ametralladora la noche  del  atentado en el local de la Asociación de Combatientes de la II Guerra Mundial.  Jesús Lamelas se  presentó voluntario y quedó en libertad al darle negativa la prueba de parafina. Pero fue arrestado más tarde al aparecer evidencias en su contra. El tribunal sancionó a los acusados.   
       Otros participantes tuvieron mejor suerte. Pedro González Calderín, pudo eludir la acción de la justicia. Orlando García logró escapar. Al día siguiente del atentado se presentó en  la emisora Cadena Azul, donde el  líder ortodoxo, José Pardo Llada, tenía un espacio radial y lo amenazó de muerte si transmitía los nombres de los participantes en el atentado como había anunciado. La amenaza surtió efectos.
       En más de una oportunidad los asesinos de Cossío recibieron la visita de Ernesto de la Fe,  en la prisión, Castillo del Príncipe. El Ministro de Información  gestionó con el gobierno incluir la causa en una Amnistía que daría Batista con vista a las elecciones de 1954. En ese tiempo cumplía sanción, en el Castillo del Príncipe, el ex miembro de ARG, Juan Valdés Morejón, condenado por los sucesos de Orfila. En reiteradas ocasiones  Morejón vio a Ernesto entrar a la celda de los  asesinos.(22) Sus visitas a la prisión  y gestiones en favor de la Amnistía son indicios de  su complicidad en el crimen.  
   Las gestiones fueron positivas. Los asesinos quedaron en libertad. Los familiares y amigos de Cossío al enterarse debieron recordar la célebre frase de Madame Rolland, “Justicia, eres una palabra, cuantos crímenes se cometen en tu nombre”. (23)     Fin.  Pablo LLabre Raurell.
     Notas.
1- Enrique  de la Osa. En Cuba. Segundo Tiempo.  Pag. 457. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 2005.
2-   Entrevista del autor a Guillermo García Riestra. Billiken. Dirigente de la UIR. Miami 1992. 1995.
3-   Entrevista del autor a Juan Valdés Morejón. Fundador de ARG. Miami. 1995, 1996.
4-   Periódico Prensa Libre. La Habana. 18 de septiembre de 1947.
5       “ Informe de Fidel Castro al Tribunal de Cuentas” Periódico Alerta. La Habana. 4 de marzo 1952.
6       Entrevista del autor a Guillermo García Riestra. Billiken. Miami.1995
7       E. Vignier y  G. Alonso. La Corrupción Política y Administrativa en Cuba. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1973. Informe del Capitán del SIM, Salvador Díaz Versón. Febrero 8 de 1952. Expediente No 33 de 1952.
8       Ídem
9        Idem
10   Andrés Rivero Agüero. Revista Bohemia. La Habana.24febrero 1952.
11    Guillermo Alonso Pujol.” Ante la historia” Revista Bohemia. La Habana. 5 de octubre de 1952.
12   Ídem
13   Ídem
14   Entrevista del autor a al dirigente de la UIR, Guillermo García Riestra. Billiken. Miami.1995.
15   Entrevista del autor al miembro de la UIR, Roberto Pearson Ramírez. Mami. 2008.
16   Revista Bohemia. Sección En Cuba. La Habana. 17 de febrero 1952.
17   Entrevista del autor al miembro de UIR, Roberto Pearson Ramírez. Miami. 2008.
18   Revista Bohemia. La Habana. 17  febrero 1952.
19   Revista Bohemia. La Habana. 16 de marzo de 1952.
20 Entrevista del autor al periodista Luis Ortega. Miami. 2003.
21   José Duarte Oropesa. Historiología Cubana. Tomo III.Pag.386. Ediciones Universal. Miami. 1974.
22 Entrevista del autor al miembro de ARG, Juan Valdés  Morejón. Miami, 1996.
23 Madam Rolland. Revolucionaria Francesa. Miembro de la  Gironde. Condenada a la Guillotina en 1793  durante el terror jacobino.
 Pablo  Llabre  Raurell. Historiador. Doctor en Derecho, Universidad de La Habana. Máster en Lengua y Cultura Española, Universidad Salamanca, España.


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