jueves, 25 de abril de 2019

UNION EUROPEA ENFOCA SU MIRADA HACIA CHINA


Unión Europea enfoca su mirada hacia China
Hedelberto López Blanch

Mientras Estados Unidos emplea todas sus fuerzas en tratar de controlar al mundo mediante la fuerza, las amenazas, con arbitrarias medidas de bloqueo económico o elevación de impuestos comerciales, China apuesta por incrementar sus relaciones de intercambio con todas las naciones del mundo.
Estas dos opuestas políticas han llevado a la Unión Europea a acercarse más al gigante asiático donde observa grandes posibilidades de negocios en detrimento de la actual política comercial llevada a cabo por la administración norteamericana de Donald Trump.
En su agresiva política económica y financiera para tratar de mantenerse como cabeza de un mundo unipolar, Trump se ha enfrentado hasta con sus socios tradicionales como la Unión Europea, Japón, Canadá y Corea del Sur.
Ejemplos sobran: la subida de aranceles al acero y al aluminio que entren en Estados Unidos; las sanciones contra China, Rusia e Irán que afectan a compañías occidentales que negocian con esas naciones; los bloqueos económicos contra Cuba y Venezuela que obstaculizan las negociaciones internacionales, por citar algunas.
En ese enrarecido contexto, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, realizó una exitosa gira por naciones de la Unión Europea, en las que primó el rechazo entre los interlocutores a la guerra comercial y la disposición a trabajar juntos para modernizar el sistema multilateral de comercio.
Xi efectuó visitas oficiales del 21 al 26 de marzo a Italia, Mónaco y Francia a la par que sostuvo encuentros en París con la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker.
En Italia, se reunió con el presidente, Sergio Mattarella, con el premier Giuseppe Conte y varios empresarios, a la par que ambos gobiernos firmaron un acuerdo de cooperación para laborar en el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, lo que supone un gran desafío a Washington, que teme la extensión de los nexos económicos de Beijing con el bloque comunitario.
De esa forma, Italia se convirtió en el primer miembro del Grupo de los 7 (G-7) en respaldar el enorme proyecto comercial chino lo que resultó el punto culminante de la estancia de Xi en Roma, programada para impulsar sus lazos comerciales. Como se ha informado, el proyecto de la Ruta de la Seda incluye a más de 60 países de varios continentes que suman el 30 % del Producto Interno Bruto mundial.
En total, en Roma, se rubricaron 29 acuerdos, 19 institucionales y 10 comerciales por un valor total de 20 000 millones de euros (22 600 millones de dólares) que abarcan los sectores de transporte, energía, siderurgia, finanzas y construcción naval, en momentos en que Italia busca reactivar su deteriorada economía.
Tras su estancia en Roma, Xi efectuó una escala en Mónaco donde conversó con las autoridades y continúo su viaje hacia París donde suscribió con su par Emmanuel Macrón multimillonarios acuerdos comerciales enmarcados en 15 contratos de negocios que incluyeron la compra de 290 aviones Airbus por alrededor de 34 000 millones de dólares.
Además firmaron un convenio por 1 000 millones de euros para el ahorro de energía en los países en desarrollo y otro para la construcción de 10 buques contenedores.
En el encuentro, Macron solicitó reciprocidad en el intercambio comercial debido a que Francia tiene déficit con el gigante asiático y abogó por una fuerte sociedad Europa-China. Sin comprometerse a formar parte directa de la Ruta y la Seda, sí afirmó que ambas naciones invertirán en otras naciones que forman parte de ese megaproyecto.
La perspicaz respuesta de Xi no se hizo esperar al declarar que para China una Europa unida y próspera es compatible con la visión de un mundo multipolar donde se realicen negociaciones ventajosas para los involucrados.
Para sellar la importancia que tiene para la Unión Europea las transacciones comerciales con China, arribaron a París la canciller alemana Angela Merkel y el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, quienes en conversaciones con Xi Jinping abogaron por estrechar los lazos económicos y comerciales, en tiempos donde ha crecido la confrontación entre Bruselas y Washington.
El volumen comercial entre China y la Unión Europea se triplicó entre 2000 y 2017, y creció del 5,5 % al 15,3 %, hasta alcanzar 573 000 millones de euros. En 2018 llegó a los 700 000 millones, según la agencia Eurostat de Luxemburgo.
Aunque Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de la UE con una participación del 16,9% en el comercio exterior del bloque comunitario, la diferencia con China se acorta progresivamente y se estima que para 2020 ya el gigante asiático la sobrepase.
Asimismo, el volumen de inversión directa de Beijing en la economía europea aumentó casi 22 veces entre 2012 y 2018 al pasar de 1 600 millones de euros a 35 000 millones.
El recorrido realizado por el presidente chino por países occidentales europeos ha reafirmado que cada vez toma más fuerza la importancia de multilateralismo, en contraposición a la obstinada política estadounidense de querer imponer un mundo unipolar dirigido desde Washington.



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