martes, 17 de abril de 2012

SPD93

SPD
No. 93 (16/ año 4). La Habana, 17/4-2012
"Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista".
Art. 53 de la Constitución
Boletín por un socialismo más participativo y democrático.
Artículos, notas, reseñas, publicaciones de interés.
Los autores son los responsables de sus escritos.
Reenvíe este boletín a todos los que estime conveniente.
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Recopila: Pedro Campos CE
perucho1949@yahoo.es
Se agradece todo tipo de participación y colaboración, artículos, críticas, comentarios, sugerencias y opiniones sobre forma/contenido
ÍNDICE
Regañen a los que metieron la pata
El amplio operativo de seguridad y el infortunado "camillazo", que no pudo evitar, quedaron como los saldos más visible de la visita del Papa a Cuba
Por Pedro Campos
Sin reconciliación no hay futuro posible. ¿Por qué herir a los demás?
Félix Sautié Mederos
El Padre Varela: convertir a los cubanos en ciudadanos
Dimas Castellanos
IMAGINE
Por Félix Guerra
 
CONTENIDO
Regañen a los que metieron la pata
El amplio operativo de seguridad y el infortunado "camillazo", que no pudo evitar, quedaron como los saldos más visible de la visita del Papa a Cuba
Por Pedro Campos
La reciente visita del Papa Benedicto XVI se realizó cuando la sociedad cubana vive un momento crucial de su historia: el ocaso biológico de la figura de Fidel Castro, junto al declive del sistema económico y político centralizado de "socialismo de estado", que lo sostuvo.
Tiene lugar cuando su hermano y sucesor, trata de desarrollar un conjunto de medidas económicas que ha dado en llamar "actualización" para intentar mantener el fracasado capitalismo monopolista de estado, que tradicionalmente ha encubierto el "socialismo real" del siglo XX a partir de la introducción paulatina de reformas económicas; pero sin movimientos concretos que evidencien la intención de avanzar en la democratización de la sociedad cubana, ampliamente demandada.
La situación se ve agravada por las perspectivas de lo que pueda ocurrir con Chávez Y Venezuela.
La visita del Papa fue una oportunidad extraordinaria para que el gobierno mostrara tolerancia y vocación democrática. Lo expresé en artículo previo al evento.
Sin embargo, su proceder pareció más una gran operación paramilitar para enfrentar un eventual levantamiento popular, que para recibir una singular visita amistosa.
Se realizó una amplia y silenciosa operación represiva montada para "guardar el orden", en virtud de la cual cientos de personas fueron víctimas de represión en diverso grado, unas encarceladas, sin procedimiento legal alguno, otras obligadas a permanecer en sus casas y no pocos pacíficos ciudadanos fueron aleccionados, y de alguna manera amenazados, sobre el comportamiento que deberían tener durante esos días.
Igualmente, muchos teléfonos móviles y fijos dejaron de funcionar, al tiempo que Internet quedaba nulificada para quien no fuera parte del sistema informativo montado por el estado para la vista del Papa.
Algunos califican el operativo como un verdadero ensayo de un estado de sitio para "apagar" toda manifestación de oposición, en una situación política de emergencia.
Las dos misas papales fueron colmadas por militantes del partido comunista, militares vestidos de civil y movilizados por el gobierno que asistían a una ceremonia que no entendían, que no era para ellos, mientras muchos feligreses, católicos y simples creyente no pudieron acercarse.
En México la fiesta papal fue de los católicos, aquí se la cogió el gobierno.
Un infortunado espectáculo agresivo, estuvo a cargo de un camillero de la Cruz Roja, quien golpeó y le propinó un "camillazo" –sí, con la camilla- a un individuo ya reducido, que en acto deplorable e irrespetuoso, había interrumpido el silencio de la misa, gritando alguna consigna desafecta. El hecho –impactante- fue visto en todo el mundo.
El aparato montado para la seguridad de la visita papal no pudo evitar el incidente, que junto al amplio operativo represivo para silenciar a la oposición, han quedado entre los saldos públicos más sobresalientes del evento, en Internet y en los medios internacionales de prensa.
¿Tanto "orden", tanto control mostró la disciplina del pueblo o evidenció la mano dura con la que se gobierna Cuba?
En cualquier caso demostró la difícil tarea que enfrentamos los que aspiramos a que el partido-gobierno aprenda a lidiar pacífica y democráticamente con la cada vez más amplia oposición, necesitada de manifestar sus demandas abiertamente y dispuesta a hacerlo en forma pacífica.
La eventual interrupción de la misa papal por elementos extremistas de la oposición, solo hubiera servido para demostrar su falta de consideración y respeto al santo padre, a la religión católica y a todo el pueblo cubano interesado en mostrar su hospitalidad. Pero el operativo gubernamental no les dio esa oportunidad y le impidió a la extrema derecha "portarse mal", lo cual hubiera contado con un absoluto rechazo popular, de los propios católicos y probablemente hasta de la propia disidencia pacífica y democrática.
La oposición extremista fue impedida así, de quedar aún más aislada de lo que hoy está; gracias a la actuación de la contra-inteligencia (así se autodenomina), que logró el efecto contrario. No oyen consejos y el que no oye consejos…
Un aparato que actúa de esta manera, solo demuestra su temor ante eventuales cambios, sin percatarse de que el torrente democrático represado en estos 50 años de "socialismo burocrático" fluiría con menos presión, mientras más y mayores sean las compuertas abiertas. Y al contrario, mientras menor sea la rendija de escape, la presión puede ser tan grande que derribe todos los diques y el contenido se esparza a todos los predios.
Estas acciones, no facilitan "la unión de la nación ni una mayor democracia para la sociedad", como ha reclamado el propio Presidente, ni alienta el diálogo necesario que demandan la situación y buena parte de la población, que no sabemos, pues no hay medidores democráticos, hasta dónde pueda ser mayoría.
Coincidentemente, Marino Murillo, artífice de la "actualización del modelo económico", declaró a la prensa acreditada para la visita (ojo sobre lugar, tiempo y espacio), que en Cuba "no habrá reformas políticas", algo que quedará en la historia como un "camillazo" antidemocrático, que en nada ayudará al gobierno, a su gestión económica y mucho menos a su futuro político.
Algunos dicen que ganó la Iglesia, otros dicen que el gobierno, otros que ambos, pocos se percatan de cuánto ganó la oposición con el camillazo y el "apagón" que le impuso el operativo estatal que, probablemente, por tan "buenos resultados", fue premiado.
¿Alguien cree sinceramente que el Papa podría ser agredido físicamente por algún cubano?
¿Alguien se ha preguntado qué cantidad de efectivos y recursos de todo tipo, se gastó el gobierno para hacer esa demostración de control, imposible de ocultar y que tan significativos saldos dejó?
¿Existirá alguna relación real entre la fuerza de la oposición en Cuba, y tanto despliegue y esfuerzo gubernamental?
¿Si no se le permite a la oposición demostrarse pública y pacíficamente cómo se sabrá si son 4 gatos o muchos más?
¿O fue otro disparate más para demostrar la "necesidad" de otorgar más fondos a los burócratas de la represión, que hace rato no oyen explotar una bomba, no escuchan un disparo de la "contrarrevolución" y no descubren un nuevo atentado contra el Comandante, de parte de una oposición que ha asumido la vía pacífica?
¿No es esto un indicativo de que el gobierno debiera revisar la forma en que lidia con la oposición y darse cuenta de que es hora de comenzar un diálogo con todos, que la Iglesia y muchos otros defendemos e impulsamos?
La visita del Papa nos dejó muchas enseñanzas. Ojala todos saquemos las adecuadas conclusiones.
Por favor, regañen a los que metieron la pata.
Socialismo por la vida.
La Habana, 14 de abril de 2012
perucho1949@yahoo.es
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Sin reconciliación no hay futuro posible. ¿Por qué herir a los demás?
Félix Sautié Mederos

Los conceptos de la reconciliación del reencuentro, el diálogo y el perdón con justicia son esenciales en cualquier latitud del mundo y muy en especial en las circunstancias y coyunturas que estamos atravesando los cubanos residentes adentro de nuestras fronteras o en la diáspora de cuyas ubicaciones geográficas específicas no hago distinción alguna, porque todos somos una única nación con los derechos que como tal ciudadanos nos corresponden sin excepciones. Estos temas los he estado abordando desde hace algún tiempo, e incluso publiqué un libro con el título "SOCIALISMO Y RECONCILIACIÓN EN CUBA, UNA MIRADA DESDE ADENTRO" (*),que fundamenta más extensamente mis concepciones al respeto, las que deseo reiterar dadas las preocupantes tendencias que se plantean insistentemente desde los extremos de uno u otro bando, caracterizadas por los rencores, las amenazas de pases de cuentas así como la violencia de palabra y de acciones muy en especial durante los últimos meses con motivo de la visita a Cuba del Papa Benedicto XVI.

Sobre tales desencuentros se refirió con unas frases que considero de excepcional importancia, Monseñor Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos, en su discurso de Bienvenida al Papa Benedicto XVI en el Aeropuerto Antonio Maceo de esa ciudad. Cito: "Somos un solo pueblo pero con diferentes criterios en cuanto al camino seguir para buscar un futuro mejor. A lo largo de nuestra corta historia este hermoso empeño común se ha visto oscurecido por los egoísmos, la incapacidad de diálogo y de respeto al otro, la presencia de intereses ajenos a los nuestros, la exclusión y la intolerancia, el acentuar las diferencias, hasta llegar a ser irreconciliables, en vez de buscar las coincidencias que nos animan a caminar juntos. Hemos llegado a la violencia entre cubanos que hace sufrir a todos y que no beneficia a nadie, hiere la dignidad y dificulta el verdadero desarrollo material y espiritual de nuestro pueblo. Es necesario superar todas las barreras que separan a los cubanos entre sí…". Y; en otro párrafo se refiere al pueblo y plantea que: "(…) no tenga miedo en hacer realidad el deseo de todos de buscar solución a nuestros problemas nacionales procurando la participación de todos en un espíritu de misericordia, de diálogo, de respeto mutuo y de reconciliación. Con la certeza martiana de que ‘solo el amor construye’ (…)"

Es una cita algo extensa pero resume magistralmente aspectos esenciales de la situación que estamos viviendo y de los obstáculos que afrontamos para lograr una necesaria y efectiva concertación ‘con todos y para el bien de todos’, que tanto se repite por unos y por otros.

La reconciliación y el perdón constituyen componentes esenciales de la doctrina del amor que predicó Jesús de Nazaret durante su paso por la tierra. "Os doy un mandamiento nuevo; que os améis los unos a los otros" (Juan 13, 34) ; en tanto que sobre la reconciliación planteó un concepto decisivo cuando dijo: "Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda." (Mt 5, 23-25). Por otra parte cuando los fariseos para ponerlo a prueba le preguntaron sobre cuál era el mandamiento mayor de la Ley, fue muy directo y les respondió textualmente: "<>. (Mt 22, 37-40). Y, Juan en su Primera Carta, expresó una aclaración fundamental al respecto: "Si alguno dice: <> y odia a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y nosotros hemos recibido de él este mandamiento: quien ame a Dios ame también a su hermano". (Primera Carta de Juan 4, 19-21).
Este es el basamento evangélico de la teología de la reconciliación del cristianismo, que ahora algunos se plantean cuestionar sin verdadero conocimiento de causa al punto de decir que la reconciliación planteada por el cristianismo podría ser un factor de exclusión. Quienes así se manifiestan demuestran un desconocimiento esencial de la doctrina de Jesús de Nazaret planteada para la humanidad sin distingo alguno.

Negar la necesidad de la reconciliación o reducirla a un vulgar deseo de quienes han cometido graves faltas y quieran limpiarse de sus errores ante los demás, es una limitación de los amplios horizontes necesarios para crear una sociedad inclusiva en la que quepamos todos sobre la base del reencuentro, de la reconciliación y del perdón con justicia, que detenga la cadena de desencuentros, violencias, rencores, pases de cuentas, irrespetos a las libertades de conciencia, de expresión, asociación, movimientos y odios en general que han dividido a los cubanos y que actualmente nos impiden lograr las concertaciones necesarias para alcanzar el desarrollo, la justicia social, la concordia y paz que tanto necesitamos. Estas actitudes coinciden por los extremos con los que ejercen la intolerancia y la violencia contra el pensamiento diferente. Además propician la descalificación de los que aspiramos a desarrollar una República verdaderamente democrática e inclusiva en la que quepamos todos. Así lo pienso, así lo afirmo con el mayor respeto a quien opine diferente; y así me pregunto: ¿Por qué herir a los demás?.
fsautie@yahoo.com


(*) Editorial Los Libros de la Catarata, Madrid 2007, ISBN: 978-84-8319-328-0.
Publicado en Por Esto! el lunes 16 de abril del 2012.
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=160679
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El Padre Varela: convertir a los cubanos en ciudadanos
Dimas Castellanos
Ante la crisis estructural en que Cuba se encuentra, resulta injustificable soslayar la rica y envidiable herencia de pensamiento político con que contamos. En el Boletín del Socialismo Participativo y Democrático (SPD) número 86, se publicó un artículo demostrativo de la incongruencia de hablar de José Martí como figura paradigmática de nuestra historia y en la práctica negarlo con la institucionalización de un solo partido político, y lo que es peor, presentarlo como si hubiera sido idea suya. Posteriormente, en el número 90 de ese boletín, salió a la luz otro artículo referido a José de la Luz y Caballero, de quien se omiten ideas tan vitales para la actualidad como la formación ciudadana, la libertad, la democracia, la inclusión y la participación. En esta oportunidad, en busca de la raíz del pensamiento político cubano, me ocupo del Padre Félix Varela, el primero que se ocupó de la formación ciudadana.
El llamado de atención a esa trilogía de fundadores podría objetarse con el argumento de que sus pensamientos pertenecen al pasado. Es cierto que el mundo actual poco tiene de común con el XIX, pero en la Cuba actual, debido al estancamiento social en materia de virtudes y pensamiento, estamos en una situación similar a la Cuba del decimonónico siglo. No se trata de vivir con las ideas del pasado sino, que como estamos en el pasado, las ideas de estos tres pensadores conservan su vigencia.
La mejor prueba de ello son los acuerdos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que al igual que los emanados de los cinco congresos precedentes han sido incapaces de sacar al país de la crisis. En este último congreso, después de reconocer los errores cometidos y de acordar un cambio de métodos, las quince asambleas provinciales celebradas post congreso parecían destinadas a negar lo asumido. En cada una de ellas junto al llamado a "cambiar la mentalidad", se continuó haciendo lo mismo que antes. "El Partido tiene que ver en cada lugar qué le toca a cada quien, con nombres y apellidos; "Tenemos que conocer de antemano qué va a sembrar y cosechar cada productor"; o "Hay que exigirle a los que no hacen producir la tierra", fueron algunos de los planteamientos que demuestran el apego a los métodos que han conducido al país a la actual situación; mientras las libertades ciudadanas, sin las cuales no puede resolverse ninguno de los problemas que nos aquejan, continúan ausentes.
Félix Francisco José María de la Concepción Varela y Morales (1778-1853) nació en La Habana y murió en San Agustín de la Florida, estudió en el Seminario San Carlos y en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, fue ordenado diácono en 1810 y sacerdote en 1811. En el Seminario, donde estudió, ejerció las cátedras de Latinidad, de Filosofía y de Constitución.
Varela fue el primero que planteó en Cuba la necesidad de los cambios en la forma de pensar, que habló de patria incluyendo todo el territorio nacional, que fundamentó la necesidad de la independencia de España, que elaboró un proyecto para la abolición de la esclavitud, que le trazó un rumbo propio al pensamiento, y que introdujo la ética en los estudios científicos, sociales y políticos. Por todo ello José de la Luz y Caballero lo definió como nuestro verdadero civilizador y José Martí lo llamó patriota entero.
Cada época y cada generación tiene su misión histórica. Si a los criollo-habaneros de mediados del siglo XVII, encabezados por Félix Arrate, les tocó inaugurar la política insular reclamando la igualdad ante los peninsulares; y los criollo-cubanos de la segunda mitad de ese mismo siglo, encabezados por don Francisco de Arango y Parreño se propusieron convertir a Cuba en la primera productora de azúcar y café del mundo, y lo lograron. A la generación de Varela le tocó el momento, la época del tránsito de la esclavitud y el feudalismo al capitalismo; la época en que en Estados Unidos se implantó un sistema constitucional republicano; del estallido de la Revolución Francesa, que globalizó la ideología de las revoluciones burguesas; de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia. Le tocó, por todo ello, la necesidad de adecuar las formas de pensamiento a esos nuevos retos.
En 1801 comenzó a gestarse en Cuba un movimiento cultural de corte liberal estimulado por el Obispo Espada, quien le facilitó al joven Varela los libros de su propia biblioteca y lo introdujo en las tertulias donde se discutían las ideas más avanzadas de la época. En enero de 1821, cuando se estableció en Cuba la cátedra de Constitución en el seminario San Carlos, respondiendo a la solicitud y consejo del Obispo Espada, Varela asumió su dirección. En el discurso inaugural expresó: "Y yo llamaría a esta Cátedra, la cátedra de la libertad, de los derechos del hombre, de las garantías nacionales, de la regeneración de la ilustre España, la fuente de virtudes cívicas, la base del gran edificio de nuestra felicidad….".
En la Cátedra el centro de su preocupación filosófica lo constituyó el hombre, para cuyo mejoramiento asumió la ética como punto de partida, porque la misma es portadora del principio de la igualdad de todos los seres humanos y constituye el fundamento de los derechos sobre los cuales se erigen la dignidad y la participación ciudadana. De ahí el orden de los asuntos en que se empeñó: crear un pensamiento propio, formar virtudes cívicas y patrióticas, luchar por la autonomía de la Isla, ampliar los derechos de los nacidos en la Isla sin excluir a los originarios de África y demostrar la necesidad de la independencia. Por ello dedicó todos sus esfuerzos en enseñar a pensar las necesidades de la isla en términos nacionales. Según Jorge Ibarra, se produjo por vez primera "en el pensamiento insular la fusión de las aspiraciones nacionales y sociales de las clases y los estratos que constituirían el pueblo/nación de 1868".
Desde El Habanero hasta las Cartas a Elpidio y en toda su obra, Varela se concentró en la labor formadora de conciencia y virtudes en los futuros sujetos del cambio. En corto tiempo escribió: Apuntes filosóficos sobre la dirección del espíritu humano; Lección preliminar dada a sus discípulos por el presbítero don Félix Varela; Máximas morales y sociales; así como el primero de los cuatro tomos de sus Lecciones de Filosofía, donde rompió totalmente con el escolasticismo; y Misceláneas filosóficas, una obra publicada en 1819 que marcó su madurez.
Lo anterior explica la frase de Luz y Caballero: Varela fue el que "nos enseñó primero en pensar" y por ello, expresó el Papa Juan Pablo II, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana: Varela generó "una escuela de pensamiento, un estilo de convivencia social y una actitud hacia la Patria que deben iluminar, también hoy a los cubanos" y añadió: "Eso lo llevó a creer en la fuerza de lo pequeño, en la eficacia de las semillas de la verdad, en la conveniencia de que los cambios se dieran con la debida gradualidad hacia las grandes y auténticas reformas".
Muchos de los problemas actuales guardan una estrecha relación con el desconocimiento de ese caudal de pensamiento. Más que mencionarlo, al Padre Varela debería asumírsele en toda su dimensión política y humana, y en consecuencia, como él, considerar al pueblo cubano como ente político y actor de los cambios sociales; partir del valor de la libertad como base del funcionamiento de la sociedad; reconocer que la inclusión de todos es un principio inviolable para la convivencia; aceptar que la igualdad social debe entenderse en términos que todos los individuos estén sujetos a la ley, teniendo unos mismos derechos si proceden de un mismo modo; y tantos otros aspectos que están pendiente en nuestra sociedad; pero sobre todo, porque el Padre Varela se empeñó en enseñarnos a pensar, que no es una frase vacía de contenido, sino medular, que consiste en que la persona, libre de condicionamientos, encuentre primero la verdad que lleva dentro y desde ella, con libertad de espíritu, actúe en consecuencia para promover los cambios sociales.
El mejor homenaje a un hombre del calibre del Padre Varela es retomar sus ideas esenciales, adecuarlas a nuestro momento para convertir a los cubanos en ciudadanos, en actores políticos. Una transformación que tiene su punto de partida en los derechos humanos reconocidos universalmente, especialmente en los de la primera generación: los derechos civiles y políticos; un proceso de formación ciudadana y de conformación de una opinión pública, que exige actuar desde los principios ético-morales que sitúan al ser humano como fin y no como medio.
La Habana, 17 de abril de 2012
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IMAGINE
Por Félix Guerra
No toco bien la guitarra, pero igual alardeo de dios.
Soy dios rasgando divinas cuerdas-cuerdas-numerosas.
Gran lote de frutas resplandecientes
traspone estaciones y cae,
con un pinklin de jarcia, al tobogán policromo de la humanidad.
Reciente Enciclopedia creada a mendrugos
orales y panes televisados. Ilustración renovada echa por tierra viejos y nuevo altares: lo que servía no sirve y lo que no parecía servir, sirve a la medida de hoy.
Es tanto obra de vulgo como de inteligencia individual, aristocracia de la cognición, sentido común recobrado, como del ilustrado y experto razonar del populacho . Solo hay snobismo a la hora de partir los versos.
Cada opinión es partícula integra en la República Universal de Sabios. Paisaje global aprobado en debate, sustituye a
las manos levantadas. Consignas acordonadas suplidas por estridencias recién desenvueltas en las plazas.
Racimo de lunas cuelga sobre gotas de sol
anticipadas. Escombros regresan a
sus paredes, balas a su disparo, cañones a sus minas. Poder controlado intimida menos que rana o arañas tejiendo irrespirables telas.
Pueblo aprueba leyes que Estado, so pena de perder las manos, cumple con la mayor eficacia y su mejor cinismo. Es un sueño, ehhh.
Palabra Futuro abandona su basílica de tumores. O se aparta radical de las excusas.
Ciencia y multitud, arte e individuos, afluencias y banderas, exponen, con el verbo colérico de los indignados,
El futuro comenzó de forma inmemorial.
(en círculos oficiales insistan en posponerlo para milenios después o culpan a la burocracia).
Raspando y raspando de otra galaxia,
junté hoy, amaneciendo,
suficiente polvo para mi café matinal.
Poemas de la sangre cotidiana
Marzo de 2012
 
 
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