jueves, 26 de abril de 2012

LA REFORMA , AUSPICIADO POR LA FUNDACION CAMBIO CUBANO

De: librorio guiz Asunto: La Reforma. Boletin 113. Abril 26,2012 Para: Fecha: jueves, 26 de abril, 2012 13:25 Boletin #113 Abril 26, 2012 PUBLICADO POR :HECTOR GARCIA SOTO -------------------------------------------------------------------------------- La Reforma. Auspiciado por la Fundación Cambio Cubano. Trabajando por el Desarrollo Sostenible -------------------------------------------------------------------------------- Se aprovecharía la asociación con la firma ibérica sin violar la ley Helms Burton de EU Busca Pemex participar en el mercado petrolero de Cuba mediante Repsol: PEP Morales Gil tampoco descarta que la paraestatal vuelva a hacer negocios en Buenos Aires Israel Rodríguez J. Periódico La Jornada Domingo 22 de abril de 2012, p. 29 El director de Pemex Exploración y Producción (PEP), Carlos Morales Gil, afirmó que para no enfrentar la ley Helms Burton de Estados Unidos, que desde 1996 prohíbe a compañías y personas hacer negocios con Cuba, la española Repsol es una opción para que Pemex participe en la exploración y explotación conjunta en la isla. La petrolera estatal mexicana tiene una participación de casi 10 por ciento en la firma española, controladora de la subsidiaria YPF, que fue nacionalziada parcialmente por el gobierno argentino encabezado por la presidenta Cristina Fernández. En entrevista, Morales Gil detalló que después de la carta de intención firmada recientemente con Unión Cuba Petróleo (Cupet), ahora Pemex revisará la información disponible de algunos bloques aun no explotados, así como la de los ya asignados, donde están trabajando otras empresas. El pasado 12 de abril, el presidente Felipe Calderón anunció en La Habana que Pemex y Cupet firmaron una carta de intención no vinculante, por la cual ambas partes estudiarán opciones para que Pemex entre a la exploración y explotación de crudo en la porción cubana del Golfo de México, fronteriza entre los dos países. En su momento, la Secretaría de Energía (Sener) explicó que PEP y Cupet analizarán distintas alternativas, para lo cual quedó establecida una hoja de ruta, que incluirá en fecha próxima la realización de un taller conjunto en La Habana. Morales Gil precisó que existen dos posibilidades para participar en Cuba: una, mediante las áreas donde no hay una empresa trabajando para saber si tienen atractivo, lo que nosotros vamos a definir una vez que se revise la información, y dos, con las empresas que ya están laborando, para ver si los datos con que cuentan son atractivos y están en posibilidades de entrar en una asociación. –¿Sería por medio de Repsol para no confrontarse con la ley Helms Burton? –Es una opción. Repsol ya está perforando un pozo ahí. Es importante señalar que desde enero de este año la plataforma petrolera contratada por Repsol perfora en las aguas cubanas del Golfo de México. Para 2012 y 2013 hará cinco pozos de exploración en su zona económica exclusiva (ZEE) del Golfo de México, donde hay 27 áreas concesionadas y 37 disponibles. El director de PEP, el organismo subsidiario más importante de Pemex, aseguró que después de la nacionalización parcial de YPF, Argentina sigue siendo una posibilidad para que Pemex vuelva a incursionar en aquel país. Recordó que la paraestatal ya ha trabajado en la nación sudamericana (1991- 1997) por medio de una compañía que ya no existe denominada MexPetrol (integrada por Pemex, Instituto Mexicano del Petróleo, Bancomext, ICA y Protexa). Durante su fase inicial de promoción de negocios, Mexpetrol fue invitada a participar en el desarrollo de hidrocarburos en Argentina, para lo que en 1991 se constituyó un equipo de trabajo con YPF, en esa época sociedad del Estado. Este grupo de trabajo seleccionó el área denominada El Portón- Buta Ranquil, ubicada en las provincias del Neuquén y Mendoza, en la precordillera de los Andes, al suroeste de Buenos Aires. Morales Gil aseveró: Pemex operó en Argentina hace algunos años, pero trabajar con el convenio industrial que se firmó con Repsol involucra opciones tanto en Estados Unidos como en Cuba yotras partes del mundo. Nosotros somos socios de Repsol y vamos a continuar y tratar de hacer fructífera y rentable (esa asociación). Al hablar sobre otras alternativas para internacionalizar las operaciones de Pemex, dijo: Estamos analizando las opciones en el sector estadunidense del Golfo de México. Señaló que la participación del lado estadunidense también podría ser mediante Repsol o empresas como Shell, Chevron o Petrobras. Estamos viendo la posibilidad de Shale Gas en Estados Unidos. Ahí hay una gran cantidad de opciones, pero hemos analizado otras en África. Pero todo eso tenemos que presentarlo ante el Comité de Estrategias de Inversiones de Pemex para su eventual aprobación. En busca del equilibrio nacional Miercoles, 18 April 2012 04:02 Por Roberto Veiga González LA HABANA - La nación cubana, y de manera especial la sociedad que vive en la Isla, es hoy muy plural, quizás más plural que nunca. Dicha diversidad se profundiza y establece cada vez más. También aumenta la intensidad por medio de la cual se expresan las diversas posturas y se posicionan unas en relación con las otras. Esto puede resultar sumamente positivo, pues la diversidad de análisis, de criterios y de propuestas siempre enriquece la vida nacional, pues constituye una posibilidad para advertir las fallas que dañan el devenir social y facilita el encuentro de nuevos rumbos que puedan conducir al país hacia una mayor prosperidad y un mayor equilibrio. Sin embargo, pudiera existir dicha pluralidad y no ser posible un quehacer mancomunado capaz de beneficiar al país. Los miembros de una sociedad forman un cuerpo de personas, donde cada una es única e irrepetible, razón por la cual pueden complementarse mutuamente, pues cada uno posee algo que a los demás le falta. No obstante, ello se logra únicamente cuando existe una relación positiva entre todos los miembros. Dicha relación positiva, es obvio, no anhela un vínculo angelical entre los miembros de la sociedad, no pretende invisibilizar las discrepancias y las tensiones, pero sí procura incorporar una metodología de relación social fundamentada en la apertura hacia quienes piensan diferente, en el civismo y en la comprensión. Sin ello, preciso, sólo existirá una competencia desleal entre todas las cosmovisiones, imponiéndose –incluso, tal vez con ciertas dosis de exclusión- aquellas que consigan mayores cuotas de poder. Esto, es evidente, no es lo que muchos deseamos para Cuba. Sin embargo, allí llegaremos si la creciente pluralidad nacional, que de alguna manera se hace presente hasta ahora, no corrige ciertas coordenadas. Preocupa que muchos sustenten sus criterios devaluando los fundamentos del otro, y condenando a quienes piensan y actúan de manera diferente a como ellos lo harían. Esto no significa que debamos dejar de hacer un análisis crítico de los pilares de las opiniones y conductas ajenas, y que no señalemos lo mal hecho, pero se hace imprescindible hacerlo con objetividad, respeto y hasta consideración. Pero además, resulta ineludible también que el análisis crítico y la condena no constituyan la perspectiva esencial de la relación con lo diverso, sino la búsqueda de caminos para marchar juntos –desde la diferencia- en la consecución de un país en el cual podamos convivir todos de la manera más armónica posible. Para esto es necesario incorporar una cultura del respeto, del respeto auténtico. Esta actitud –que siempre es positiva- instaura cierta deferencia hacia el otro, capaz de hacer considerar sus actitudes y criterios aún cuando parezcan carecer de simpatías. El respeto, por tanto, demanda aceptar a priori que “el otro” puede tener razón o, al menos, una buena parte de ella. Exige además cuestionar los razonamientos estimados como erróneos con el máximo de consideración. Para eso, es imprescindible aceptar que ningún criterio ha de ser forzosamente expresión absoluta de la verdad. Pues nadie posee el monopolio del conocimiento y de la información universal, imprescindibles para lograr un juicio absoluto de las cosas. En tal sentido, es posible afirmar que el criterio de cada persona sólo puede poseer algunos aspectos, elementos o momentos de la verdad. Por tanto, podemos concluir que la unidad de la verdad es pluralista y por ende nos orienta hacia un diálogo libre e integrador. Claro, para lograr dicho respeto y el mencionado diálogo, es indispensable la humildad. Sin ella puede ser difícil aceptar que quizá “el otro” tenga razón, así como la necesidad de discernir juntos para acercarnos a lo correcto. La humildad es la verdad, decía Santa Teresa de Jesús. Es la capacidad humana de comprender que nadie es superior a otro en dignidad y como consecuencia en opinión, derechos y deberes, y que por tanto únicamente desde una gestión común y fraterna es posible procurar lo correcto, lo justo. Pero la humildad, es necesario reconocer, es una virtud propia de personas inteligentes y bondadosas, equilibradas psicológicamente y seguras de si misma, educadas en el corazón y en la mente. De tal manera, creo poder afirmar, que para trabajar por una mejora en nuestro país hemos de comenzar por un análisis personal de conciencia, en busca de nuestras faltas de humildad y del potencial de amor inscrito en la naturaleza humana. Teniendo en cuenta este ideal posible, al cual podemos acercarnos, nuestra revista Espacio Laical propone la construcción de la Casa Cuba, esa bella metáfora que cada día más cubanos hacen suya. Cuando nuestra publicación habla de la Casa Cuba divisa dos horizontes. El primero, Cuba como una sola y gran familia, donde sus miembros tienen diferencias, pero reconocen y aceptan un lazo que los une: el amor a lo propio que surge de una historia compartida, así como un presente y un futuro por construir. El segundo, Cuba como una casa, un hogar donde todos encuentran acogida y comprensión; un espacio donde todos sienten la tranquilidad de que sus sueños y realizaciones, sus alegrías y tristezas, son verdaderamente compartidos. A ello quiere ayudar la Iglesia Católica. Y para hacerlo desea acompañar y servir a cada cubano, resida donde resida, en la faena de la vida, tanto personal como nacional. En tal sentido, quiere dialogar con todas las opiniones, ofrecer espacios con el propósito de que puedan expresarse -siempre que la intención sea procurar el bien por medio del bien- y ayudar a que se comprendan todas las posiciones, así como asumir lo positivo de todo el abanico de criterios y deseos de la sociedad, perfilarlo desde fundamentos evangélicos y promoverlo. Para cumplir esa responsabilidad suya, anhela ensanchar la libertad religiosa, con el objetivo de poder contribuir también al desarrollo espiritual de la sociedad y fundamentar así los cimientos del nacionalismo que la Iglesia ofrece para Cuba. Este nacionalismo encuentra sus raíces en la propuesta del sacerdote Félix Varela, uno de los más excelsos fundadores de nuestra nacionalidad, en la cual afirma que habrá nación en la medida que desempeñemos el patriotismo, habrá patriotismo en la medida que ejerzamos la virtud y habrá virtud en la medida que crezcamos en espiritualidad. Con esta propuesta, que hacen suyos muchos católicos cubanos, pretendemos una Cuba muy libre y muy plural, pero también fraterna -o al menos respetuosa- y muy justa. Hacemos hincapié en promover estas categorías (libertad y pluralidad, fraternidad y justicia), así como lograr una relación intrínseca entre estos binomios, porque únicamente sostenidos por ella conseguiremos una nación grande, o sea, prospera y equilibrada, tanto material como espiritualmente. Roberto Veiga, abogado, es editor de la revista Espacio Laical de la arquidiócesis de La Habana. mareamia@aol.com

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