jueves, 26 de marzo de 2020

PARA DETENER EL CORONAVIRUS HAY QUE TUMBAR A MADURO??QUE VAINA PA' INTELIGENTE!


Para detener el coronavirus ¡hay qué tumbar a Maduro! ¡Qué vaina pa´ inteligente!

Eligio Damas 

            Uno siempre se ha creído como muy duro para entender. Y es así. Es lo más natural del mundo, viendo como gente alrededor nuestro crece y crece, sobre todo en términos cuantitativos y crematísticos y uno “pasmao”. Nada se nos ocurre para salir de abajo y cuando subimos un centímetro, más por las factores externos, sociales,  ambientales y luchas del colectivo, como que a uno lo empujan desde abajo, ellos crecen hasta en varas a puro esfuerzo y talento. Porque es que uno nada entiende, ni lo más obvio. La cosa está papaya y uno nada, siempre “achantao”. Porque ellos los inteligentes, lo acaparan todo, negocios  y rangos de toda índole. Y la gente misma a uno no toma en cuenta y razones tienen, pues que pueden aportarle a la gente desorientada tipos que nada entienden por brutos, más que por genética, por su origen balurdo.
             Si uno quiere hallar gente inteligente debe buscarla primero en el gobierno, pues para estar allí se requiere de mucho talento para convencen a la gente no sólo que allí lo ponga sino lo mantenga, pese la elocuencia de los hechos.             
            Pero, además de inteligente, la dirigencia opositora si es verdad que es “ríspera”, despierta y entiende todo de manera muy fácil. Y es lógico que sea así, siendo ella, si no absolutamente originaria de gente que siempre ha entendido, por lo menos está bajo su constante supervisión o, y manejada por aquélla. Lo menos que ella hace es agarrar fallo, pero siempre agarra porque tiene talento de sobra, para eso  siempre está pegada al corte.
           En 1998, cuando Chávez ganó las elecciones y poco tiempo después, habiéndose dado el lujo de renunciar para que se le volviese a reelegir dentro del proceso constituyente, los iluminados y por demás inteligentes de la oposición manejaron la tesis, porque se dieron cuenta por inteligentes,  y hasta la impusieron en los grupos de más abajo, que los votos de la gente de los barrios, sin títulos académicos ni cuentas bancarias significativas, no valían. Nada de esas cuenticas  en Banco de Venezuela donde  nos depositan a los docentes. Y siendo así, entonces quien debió haber ganado fue el candidato opositor. No conciben, ni aceptan que alguien diese ganador a Chávez, en la primera elección por encima de Salas Römer y en la segunda de Capriles. Menos si ese tipo fue un carajo nacido en Sabaneta de Barinas, hijo de maestros  de escuela y “tenientico coronel”.
            ¡Eso no resiste el más mínimo análisis, pues no tiene razón de ser!
             Eso dijeron como quien tiene a Dios agarrado por las barbas. Y uno, por bruto, no se percató de eso ni nunca lo ha entendido.  De allí que desde el principio, por esas razones muy inteligentes, que los brutos no entendemos, la oposición trazó la línea que, para nada se modifica, quien llegue a la presidencia sin la anuencia de ellos es ilegal y hay que tumbarlo a como dé lugar. Es lo mismo que siguen convalidando en las universidades autónomas, que lo son desde la perspectiva que les conviene, donde el voto de un profesor vale por 20 de cada obrero, empleado o estudiante.
            Los votos, para que tengan validez, deben ir acompañados de títulos académicos, apellidos y un como respaldo financiero. Aquel que se detecte que con eso no cuenta se anula; no se suma porque no vale. Por eso, justamente, ellos piden que el contaje de los votos sea manual, pues ellos si saben quién es quién y en consecuencia con derecho a votar y quien no lo sepa estando en la mesa, contarán con un  instructivo para hacer un trabajo eficiente, equilibrado y respetuoso de los derechos de cada uno. Y para eso se fundamentan, no en esta constitución de ahora, ni siquiera en la de 1965, aquella que Gonzalo Barrios y Caldera aprobaron en una mesa de dominó en domingo, sino en la 1811, la de la primera República.
           Aquella que, por cosas como elecciones de segundo grado, derecho a voto sólo se daba a quienes tuviesen real, tierras y además que el ganado orejano, sin propietario que vagaba por la sabana de nadie, era de hecho de los dueños de tierras. Y estos engordaban sus tierras y derecho a ese ganado que abundaba como grama, sonsacando a jefes civiles y sus mujiquitas con sus reales. Y de esa manera, dieron fundamento al alargue de la guerra y de fenómenos como el de Boves. Pregúntenle a Germán Carrera Damas, Juan Uslar y tantos que han escrito sobre el tema y a los cuales los mencionados citan.
          Pero a fuerza de inteligentes, no se percataron que para tumbar al gobierno hay que tener con qué, como fuerza militar suficiente en todos los escalafones, de la que si tuvo Chávez “pa´ tirá pa´arriba”. De donde concluyeron que aquí, desde 1998 hay una dictadura, porque quien gobierna se afinca en votos y militares que, como la mayoría de la gente y por ser parte de ella no son nada inteligentes, también creen como uno que para gobernar con propiedad, tal como establece la constitución vigente, hay que recibir el respaldo de los votos y que cada voto vale por uno. Porque uno es  bruto y el bruto es como “encebao”.
           Por esto último, uno no acabará entendiendo nunca, aparte que somos brutos, como la oposición siendo tan inteligente, pues está obligada a serlo por su origen y a bien entender por sus maestros, tampoco entiende que aquello de 20 votos por uno y lo de la dictadura "porque no ganamos nosotros", que no les ha dado resultado alguno, no es cambiado, teniendo no sólo las posibilidades de hacerlo, sino de ganar de arrase si hacen política que significa aliarse con quienes con ellos comparten por lo menos lo fundamental y darles oportunidades de participar aunque no sean inteligentes ni tengan tanto real y apoyo del presidente Trump, dada las enormes debilidades de Maduro y quienes con él gobiernan. Y sobre todo porque allí hay bastante votos.
            Dentro de poco habrá elecciones parlamentarias y las habrá, porque uno, siempre bien pensado y deseoso, pese lo bruto, espera que la pandemia no interrumpa e impida, bajo ninguna circunstancia, ese evento, lo que significa una oportunidad para probar y comprobar hasta dónde quiere la gente cambio y desea deshacerse del gobierno, lo que parece ser evidente dada la escasa capacidad de este para dar respuestas ante el proceso de descomposición económica y social que arrastramos desde años atrás e incluso ante las sanciones económicas del gobierno de Trump. Y es esa una oportunidad y forma para recomponer la vida y el funcionamiento de la nación sin someternos a guerras fratricidas ni salidas ilegales que terminarían en verdaderas dictaduras, lo que es habitual cuando se toman esos atajos, según lo demuestra contundentemente la historia. Eso piensa y dice uno por bruto, como tiene que serlo un carajo que se crio a la orilla del río manzanares comiendo jobito e´ río, guama, casabe “chorreao”, cuca y sardina por coñazo.
          Pero que va, aquello último lo dice uno porque no es nada inteligente y nuestro voto es la vigésima parte de uno de ellos. No se puede ir a elecciones ni que el CNE lo integren Teresa de Calcuta, José Gregorio Hernández, Sor Juana Inés de la Cruz, la virgen del Valle y estos dejen de coordinador de todo a su quinto integrante, Luis Almagro y la votación sea controlada por un sistema que no permita a nadie cambiar los resultados.
         Ellos, demasiado inteligentes, aun así no aceptarían, pues faltaría que cada voto de ellos valga por 20 de los demás participantes, de manera que los resultados sean avisados y abundosos en su favor, para que la cámara quede 90 % para ellos y un 10 por ciento para los otros, de modo  que estos sólo se consuelen con levantar la mano y hablar cuatro pendejadas. Como cuando la izquierda y todo discrepante que antes estuvo en el parlamento y ellos, los inteligentes, podían hacer y deshacer.
        Como eso no es posible, ya está demostrado, se presenta de golpe esta vaina de la pandemia y Trump está allá entre primera y segunda, pues no sabe todavía si optar, como quiere por "salvar la economía", que los capitales queden intactos o ayudar a la gente para que no perezca por desatención,  para más vainas está en vísperas de las elecciones presidenciales y la OMS, ONU, UE y particularmente la Bachelet empiezan a reclamar se le suspendan las sanciones a Venezuela, porque la ahogan, lo que significa que ya no es sólo Maduro y sus aliados quienes eso dicen, sino hasta gente de ellos, optan por la argumentación que para salvarnos de la pandemia , primero hay que tumbar al usurpador y poner al interino. O lo que es lo mismo, quitar a Maduro para poner a Guaidó.
        Es elemental que Italia y España, por sólo nombrar esos dos países europeos porque son los que muestran cifras más elevadas, son víctimas en gran medida de la reacción tardía de sus gobiernos. Su red hospitalaria y servicio de salud son de primera línea, según dice todo el mundo y uno no tiene porque dudarlo, pero fueron rebasados por los hechos. Eso quiere decir, cosa que uno entiende pese le metemos, como ya hemos dicho, al bruto de frente, que la fortaleza nuestra, dada la precariedad del servicio de salud, asunto que no vale la pena discutir, estaría en la reacción temprana del gobierno y la sociedad. Faltaría entre otras cosas, que se suspendan las sanciones económicas y las fuerzas políticas internas entiendan que enfrentamos un enemigo común ante el cual hay actuar en solidaridad. Si vencemos al virus, en el sentido que nos haga el menor daño posible, con esa actitud, la victoria sería de todos; no habría entre nosotros ante esa contingencia vencidos ni vencedores. Luego, los asuntos relativos a la política y posterior conducta del Estado los podríamos seguir resolviendo de manera inteligente y en este caso, quienes eso son, llevan ventaja.
          Es como muy poco inteligente, eso sí, desde la perspectiva de un bruto, lo advierto para que nadie se llame a engaños, es que antes que enfrentar al virus hay que pedirle a Maduro que renuncie y, de este no hacer caso a esa solicitud, proceder a tumbarlo.
         Primero preguntémonos, ¿cómo lo vamos a tumbar? ¿Con una invasión militar extranjera o con unos mercenarios que impongan una guerra civil? ¿Cuánto tiempo lleva eso? ¿Y mientras estos acontecimientos muy inteligentemente programados se desarrollan qué le decimos al virus? ¿Qué se espere un momento mientras acabamos con estos coños, brutos de mierda? ¡Carambola, a vaina pa´ inteligente! ¡Hay que ver que uno no es más bruto porque no puede!
          “Río Manzanares déjame pasar
            que mi madre enferma,
            me mandó a llamar”.

Libre de virus. www.avast.com

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