lunes, 22 de agosto de 2016

VIVIMOS Y ACTUAMOS EN PRESENTE; y nunca deberíamos olvidarlo.



CRÓNICAS CUBANAS.



Por Félix Sautié Mederos



En algunas ocasiones he expresado que en nuestra realidad existencial
vivimos siempre en el presente, y pienso que nunca deberíamos olvidarlo ni
enajenarnos al respecto aunque se nos induzca a ello, porque el pasado ya
sucedió y si lo analizamos profundamente resultó ser un presente sido de
quienes lo vivieron que no se volverá a reproducir, mientras que el futuro
está por llegar y cuando llega se convertirá en un nuevo presente que
deberíamos interiorizar si estamos incluidos en sus ámbitos existenciales
tan pronto tomemos conciencia de que hemos arribado al tiempo que
vislumbrábamos en perspectiva de futuro; y entonces, lo percibiremos como
si estuviera encima de una noria que nunca se llega a extinguir porque
siempre habrá por delante un nuevo futuro.



Reflexiono sobre un concepto de ubicación en el tiempo real en que vivimos,
que podemos concientizar cuando nos damos cuenta de que estamos inmersos en
la realidad que en verdad es; y que va transcurriendo temporalmente, de tal
manera que a veces nos da la impresión de que se está consumiendo en sí
misma y/o de que nos estamos consumiendo nosotros dentro de esa realidad
objetiva. Procuro analizarlo profundamente para tratar de comprenderlo en
toda su extensión tal y como pretendo hacer, aunque de primera instancia
pueda resultarnos complicado. Especialmente lo planteo para no dejarnos
llevar por falsas ilusiones ni por espejismos inducidos, los que de conjunto
poco o más bien nada pudieran aportarnos algo que sea verdaderamente
objetivo.



Dado la inercia que me rodea y que percibo en mis coetáneos en la
actualidad, quiero abordar pues en mi crónica existencial este asunto
conceptual referido al paso tiempo que vivimos en el espacio en que nos
encontramos enclavados, que de acuerdo con la vida en la naturaleza es
siempre un tiempo limitado en la estructura material que adoptamos sobre la
tierra. Por tanto, no deberíamos desperdiciar nuestro presente, ni permitir
que nos lo desperdicien porque cuando transcurre se pierde definitivamente
para todos. Además de manera inexorable en nuestra vida terrenal cumplimos
un ciclo de nacimiento, desarrollo y muerte que absolutamente nadie ha
podido eludir.



En consecuencia, a partir de estas concepciones filosóficas, quiero llamar
la atención de mis lectores de Crónicas Cubanas, de que es en presente que
tenemos que actuar para resolver nuestros problemas, lo que no constituye
óbice para que se tenga una perspectiva de futuro o incluso una utopía
rectora del que hacer existencial. Pero lo que resulta ser verdaderamente
objetivo diría yo que crucial, es que aprendamos que lo importante es actuar
en el presente y que por tanto no es recomendable esperar a que las cosas
por sí solas se resuelvan solo en el futuro. Esto es muy importante
comprenderlo adecuadamente como actitud de vida porque cambia radicalmente
nuestras concepciones al respecto de nuestro quehacer cotidiano,
principalmente en los momentos difíciles en que se nos diluye el presente en
pos de construir un futuro que se extiende en el tiempo como si fuera el
folclórico e hispánico “cuento de la buena pipa” que se repite y se repite
sin que se exprese su contenido en realidad. No estamos ante un juego de
palabras, en mi opinión estamos ante una realidad existencial que exige una
reflexión profunda porque se nos escapa en medio de frases y consignas que
son solo son eso frases y consignas.



Planteo esto en mi “Crónicas Cubanas”, al respecto de la realidad que
testimonio no porque esté en contra de la resistencia y/o del sacrificio
para construir un futuro mejor, sino porque entiendo que hay que actuar en
presente para construirlo. Planteo conceptos con los que no se debería jugar
burocráticamente en abstracto, porque implican el consumo de la vida sin que
se logre nada verdaderamente efectivo. Ahí se encuentra el meollo de las
realidades del momento actual, que silenciarlo o no tenerlo en cuenta
deviene un problema existencial controvertido que puede ser muy dañino para
el conjunto de la sociedad y que habrá de trascendernos en el tiempo
mientras que consumimos nuestro ciclo de vida. Se requiere pues de un
análisis profundo que parta del respeto irrestricto de los derechos
inalienables que son inherentes a la condición humana para comprender que el
presente nos consume y se consume mientras que no se logre nada que
realmente satisfaga nuestras necesidades y nuestros más genuinos intereses.
Comprenderlo y actuar en consecuencia unos para ejercer sus derechos y otros
para tenerlos en cuenta, respetarlos y facilitarlos, es crucial para el buen
desenvolvimiento de la gobernabilidad en el mundo que nos ha tocado vivir,
lo contrario podría ser un caos en perspectiva. Son pues, mis
consideraciones y mi pensamiento referidos a la actitud existencial desde la
cual deberíamos plantear nuestros reclamos del momento y proceder en
consecuencia; porque la vida sobre la tierra es una y todos tenemos derecho
a vivirla en la mayor plenitud posible. Interiorizar estas concepciones
filosóficas y estas realidades que las sustentan, puede cambiar radicalmente
nuestras actitudes en la vida, porque para el cambio necesario tenemos que
comenzar por cambiar nosotros mismos.



Trato por tanto de plantearlo filosófica y existencialmente; aunque quizás
solo sea como una voz que clama en el desierto en mi 78 aniversario. Así lo
pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar, con mis respetos por el
pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
fsmederos@gmail.com



Publicado en el periódico Por Esto! de Mérida , Yucatán , México, el lunes
22 de agosto del 2016

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan
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