miércoles, 23 de septiembre de 2015

NAMIBIA UNA NACION PUJANTE

Namibia una nación pujante Fotos y Texto, Hedelberto López Blanch Regresar a Namibia después de tres años, es reencontrarse con una nación que por doquier muestra adelantos económicos y sociales que indican la estabilidad existente en esta nación africana a tan solo 25 años de su independencia. Namibia está ubicada en el suroeste de África y limita al norte con Angola, al noreste con Zambia, al oeste con el océano Atlántico, al este con Botswana, y al sureste y al sur con Sudáfrica. Durante varios siglos sufrió el despojo y la represión de colonizadores portugueses, ingleses, alemanes y sudafricanos. Para adueñarse del país, pese a la fuerte resistencia de sus habitantes, los colonialistas cometieron actos de genocidio contra los nativos, y desde 1915, Sudáfrica ocupó el territorio e implantó el régimen del apartheid, catalogado por Naciones Unidas como de lesa humanidad. Son famosos los genocidios cometidos por las fuerzas alemanas como la llevada a cabo por el teniente general alemán, Lothar von Trotha que ante la resistencia ofrecida por los hereros para que les arrebataran sus tierras, el alemán pidió grandes refuerzos a la metrópolis y obligó a los guerreros a refugiarse en el desierto de Kalahari donde hombres, mujeres y niños perecieron por hambre e inanición. Más del 70 % de la etnia herero fue eliminada. Para 1907 solo sobrevivían menos de 20 000 de los 80 000 hereros que había y también perecieron más de la mitad de los nama y de los damara. En conjunto, la máquina bélica alemana exterminó a más del 60 % de la población de la región central y meridional de Namibia. Tras la independencia alcanzada el 21 de marzo de 1990, Namibia surgió como nación y hoy, Windhoek, su capital, es todo un ensueño de ciudad que sonríe al visitante con nuevas construcciones de diversos tipos, sus calles inmaculadamente limpias y asfaltadas, autos sin expulsar humo contaminante y sobre todo una población disciplinada y con admirable educación formal. La zona norte, antes completamente subdesarrollada, habitada mayormente por los ovambos, ha dado un vuelco extraordinario. Antes de la independencia solo existían dos o tres casas de mampostería pertenecientes a los colonizadores blancos y ahora, ciudades como Ondangwa, Oshakati, Rundo, Tsumeb, Oshivelo, por citar algunas, se abren al visitante con numerosos comercios, edificaciones administrativas, avenidas bien delineadas, asfaltadas y limpias, mientras un constante deambular de pobladores disfrutan de tranquilidad y seguridad. En el norte también se encuentran grandes reservas de animales salvajes como la famosa Etosha, admirada por cientos de miles de turistas nacionales y extranjeros que pueden observar a elefantes, jirafas, oryx, avestruces, cebras, impalas, ciervos y leones en su hábitat. En la región oeste, en la costa atlántica, se halla Walvis Bay, que significa ciudad ballena, con atracciones que incluyen la artificial Isla Bird, varias procesadoras de pescado y uno de los puertos de aguas profundas más grandes de África el cual puede recibir mega buques denominados Post Panamax. Ubicada, dentro del desierto de Namib, muy cerca de la inmaculada y hermosa ciudad se encuentra la famosa Duna 7, la más alta del mundo con 380 metros donde niños y jóvenes suelen subir y deslizarse por sus arenas. A 33 kilómetros de Walvis Bay esta la ciudad de Swakopmund con una arquitectura de estilo colonial alemán. Es el primer balneario de Namibia y entre sus interesantes lugares aparecen la Galeria de Cristal, el acuario y una granja de camellos que suelen llevar a los turistas por las arenas de desierto. En la Galería de kristal se muestran las numerosas riquezas de las minas de piedras preciosas de Karibib: topacios, esmeraldas, agua marina, zafiros, cuarzos; todo un sueño de bellezas inolvidables. En cuanto al desierto de Namib, considerado el más viejo del mundo pues hay constancia de que existía durante la Era Terciaria, hace 65 millones de años, tiene una longitud de unos 2.000 kilómetros, una anchura que varía entre 80 y 200 kilómetros y una extensión cercana a los 81 000 kilómetros cuadrados. La UNESCO lo declaró en 2013 como Patrimonio de la Humanidad. Así, bella, hermosa e inmaculada es esta nación de África meridional llamaba Namibia.

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